LOS NIÑOS DEL BARRIO ROJO De Zana Briski(2004).
El documental muestra en un primer nivel como son las condiciones de vida en ese barrio de Calcuta y en particular en sus familias. La extrema pobreza y miseria, sin agua potable, sin una alimentación en condiciones… Obligados desde niños a trabajar para subsistir. Empiezan sirviendo alcohol a los clientes o limpiando las estancias donde sus madres y abuelas ejercen la prostitución. Para posteriormente ser ellos, si siguen vivos, los que la ejerzan o se conviertan en chulos. En el documental se muestra con honestidad esas condiciones de vida y cómo junto a la miseria y los maltratos, también se da la generosidad y el amor que hay en esas familias por procurar ser lo mejor o lo que creen que es lo mejor para los suyos. Es en ese laberinto de calles y escaleras estrechas y sucias donde a cada paso encuentras creatividad, dignidad y generosidad de esa gente. Es ese grupo de niñas y niños, cámara en mano, quienes nos guían con sus distintas miradas y opiniones nada infantiles.
Pasando a otro nivel, más allá de la intención de la autora, y que seguro que puede haberle proporcionado alguna mejora a alguno de los protagonistas, es un proyecto participativo que no deja de ser un proyecto fallido. QUIEN PAGA MANDA Los padrinos que financian y deciden sobre este proyecto son la New man’s Awn Foundation y lThe Johnson Redlich Foundation, son organizaciones de Salt Lake City y de New York. Es de sobra conocido que entre las muchísimas organizaciones de dentro y de fuera de nuestro país, unas son grandes instituciones, otras, más modestas, unas con financiación privada y otras con financiación pública. Existen muchas cuyo interés no es servir al pueblo, sino servirse de él, son auténticos montajes para enriquecerse en su nombre, unos pocos. Fundaciones que, en el mejor de los casos, son utilizados por grandes corporaciones y fortunas, para desgravar de sus impuestos y en el peor, son auténticos brazos de intervención política para crear en vez de solidaridad, sumisión y dependencia de países y personas. Conozco bastantes proyectos y personas implicadas en ellos, pero no todos son dignos. Me interesa especialmente la ayuda a los refugiados de Tinduf y al pueblo saharaui, el Proyecto Hombre, Médicos sin Fronteras. Nada que ver con Reporteros sin Fronteras, de reconocida adscripción a los Servicios de Inteligencia Norteamericanos.