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Außenalster (Hamburgo)
Revista de viajes y costumbres. Número 9. Junio de 2016. Edita: Publicaciones Imprecisas S.L. Fotografía: © Perec ( http://www.flickr.com/photos/xaman-ek ) Barcelona (España).
Prohibida la reproducción total o parcial. Es propiedad del autor.
Portada: Ejemplo de arquitectura noucentista del entorno histórico del Palau Mar i Cel, en la villa de Sitges (Garraf), Barcelona. Ver: http://sitgesactiu.com/informacion_sitges/museos_de_sitges/PALAU MARICEL/index.html
Escena central: Instrumentista. Cuadro de Danza y Música Centro Gallego de Barcelona.
Contraportada: Como desayuno o merienda, clásico plato típico en la gastronomía española, de consumo principal en periodos invernales. Ver: https://www.yelp.es/biz/barchurreria-moli-vell-sant-boi-de-llobregat
Desde la editorial Las páginas siguientes cambian a un estilo diferente. Como se podrá observar, mantenemos el formato, pero se ha decidido dar un empuje más desenfadado, otro aire, otra forma de ver, otro modo que permita dinamizar, sentir, todavía más esos periplos que en cada uno de los relatos se proponen. Casi podría decirse que, con cada paso, estamos respirando la esencia de lo vivido, como si estuviéramos inmersos directamente en la acción, como si el que suscribe y el lector fueran la misma persona, unos caminantes más en transito hacia un... ¿ desconocido enclave? En algunas lecturas parecerá que, incluso, no existe pretensión, idea o motivo por el cual se realiza la migración de un lugar a otro. Telegrafías breves, inconexas, a la velocidad de tus pasos. Un deambular por lugares y espacios, sin rumbo ni dirección, pero deseando llegar para conocer, para desmitificar lo aprendido, sin maletas ni datos previos, sin conocimiento del por qué ni informaciones que tanto recopilamos antes de partir al lugar que se ha escogido al azar o por mera curiosidad e impulso. Sólo con lo que te viste y calza. El disfrute, dicen, es más auténtico si ligero es el equipaje. Antonio Machado tenía razón: "el fin no lo sabremos nunca". Y si al cabo nos vence el cansancio, ¿qué nos ofrece el entorno? Lo que hay, sin prejuicios ni perjuicios _que bien pudiera ser otro título_ de nuestro acontecer diario.
Insular
añadidos_ y el autóctono, chic y distinguido. De todas formas, ¿quien es propietario del espacio? Ni siquiera los astronautas ejercen un supuesto dominio.
Jornadas baleáricas.
Una espesa niebla se ha apoderado del paisaje esta mañana. Nadie se lo cree. Supongo que los lugareños lo habrán experimentado alguna vez…, digo. Debe ser la propia insularidad que genera microclimas. Incluso, hubo de ser cerrado el aeropuerto. Pobres teutones. La canciller Merkel los envía a su quinto land y ellos necesitan halógenos para caminar por Sindicat, espacio de lo más comercial, dicho sea. Por llevar la contraria, tomaré una ensalada griega antes de visitar a Jaume I, el “conqueridor”, figura política de dimensión esotérica. Paisanaje heterogéneo... y desenfadado. Nadie se fija en el vecino, por muy ridículo que sea su aspecto, aunque se nota la diferencia entre el gamba con sandalias _ calcetines
Funcionalmente coquetona la estación intermodal... Soberbio cruce de etnias y fisonomías por las calles. ¿Para qué una independencia? Ya lo dice el semanario el Temps: "Indiferencia en Ses Illes..." (http://www.eltemps.cat/ca/not ices/2012/10/entre-laincredulitat-i-el-respecte4013.php) Hoy han sacado todas las bicis a la calle. La afición es alta en la región y la serpiente multicolor recorre Playa de Palma-Lluchmajor, exhibiéndose.
y la tonadilla gregoriana contagia, aunque no es de rigor.
Los tricornios, también. Atasco monumental sin alternativas en el tráfico de una zona periférica de notable intensidad rodada. La paciencia en los viajeros del bus se masca; los conductores, tanto el de la mañana como a esta otra hora, aprestan su filosofía de la mejor manera. La presión en la conducción imprime carácter. Desde las alturas del Monasterio de Randa, las brumas van desapareciendo y dejan entrever otra importante altitud de esta geografía, lugar de peregrinación, si cabe, y visita obligada. Huele a quietud en el jardín del beato Ramón Llull, primer arabista por intuición de este Mediterráneo plural,
La parafernalia religiosa impulsa otro escenario... ¿qué opinaría nuestro más célebre sincrético y alquimista personaje? No es que sea intrincado llegar a estas soledades ascéticas, pero es severo el acceso. Rampas asfálticas que fortalecen piernas. La mirada se pierde, una vez arriba. Está claro que la mística hay que buscarla cercana al cielo. Y la tecnología. Que se lo digan a las compañías que utilizan los repetidores que inundan la cima. ¡Increíble!
Las bicis, sean turisteras o deportivas, son asiduas a este recinto franciscano. Buscarán alguna bendición. La verdad, es todo un esfuerzo. La cita también era con Fray Junípero, que extendió su proselitismo más allá del océano. Hasta llegar a su pueblo natal ( http://www.visitpetramallorca.c om/historia/ ) se recorre la comarca del Pla, llana en sosiego, tranquilidad y buenos modos. Lo digo por aquella vecina de la histórica Montuiri que me ha indicado, solícita, la ubicación exacta de un antiguo molino del siglo XVI que seguro me gustará, asentado en la parte más antigua del pueblo. ¿Cómo sabía de mi interés por la arqueología y la historia? ¿Tengo pinta de Indiana? ¡Horror! Espero que no; mi indumentaria es casual. Casi me explica su vida. La industria viticultora, asimismo, se extiende por kilómetros y dicen que está tomando fama internacional. No lo dudo, sobre todo por el vino blanco de la cena de anoche. El pueblo del fraile es, para mi gusto, demasiado rectilíneo, cuadriculado. Calles silenciosas, y largas. Monacales. El calor del mediodía ayuda. Supongo que en las ciudades de la costa oeste de los Estados Unidos, el urbanismo, después de eliminar todo rastro de lakota
originario, tendrá un referente. Se lo preguntaremos a un alcalde con cierta flema en la zona llamado Eastwood. Miguel es formador docente en Felanitx, villa del naciente insular. Vía de la Plata me ha ofrecido una rentabilidad inesperada, pues se hacen amigos que aparecen fuera de ruta y que están... en el camino de la vida.
Podemos intercambiar los términos, si se desea. Como villano de turno, aunque granjero "fora vila", me ha ido desgranando vicisitudes varias sobre esa insularidad, el porqué de lo que acontece en terreno más próximo, paralelismos asimétricos con la península...
¡Y ellos viven mayoritariamente de la tierra! Monocultivo esclavo que crea dependencias para el futuro, éste con unos precios que marcan tendencia. Y la situación pinta cruda, por muy enraizado que se tenga el territorio. "Sa roqueta" arrastra, tira mucho. Volvemos al eterno binomio población-recursos. Me reciben dos felinos a pie de calle. Parece que esperaran mi llegada. Ni idea tengo por qué me detuve, quizás el sabor a pueblo en día de mercado. La población de Bunyola es la antesala de la famosa Sierra de Tramontana, unos mil quinientos metros de escarpadas, tupidas y pedregosas cimas de componente calcáreo. Antes, las extensiones de frutales te dan la bienvenida, como preparándote, previniéndote de la grandiosidad discreta con que se yergue esta cadena montañosa. Los gatos, rollizos, sabios y atentos, de la sierra, pensé, quisieron mimos. No me iba a negar. En la plaza, un “laisser faire” indolente invita a quedarse. Hay que tenerlos bien puestos para subir al collado, pero se hace agradable por que el día acompaña. ¿Lo sería también para la díscola emperatriz Sissí? ¿Vería la infinidad de olivos que pueblan los bancales de sus laderas?
¿Disfrutaría de la magia del lugar cuando, al despejar horizontes, dibújense todas las líneas y relieves? ¿Y el archiduque, promotor inmobiliario sin saberlo de ese balearismo tan acólito? Por que éste hizo publicidad a raudales... No me extraña la germanía de una isla bautizada por los romanos como Ginmédidas o islas de los hombres desnudos (por la costumbre de sus habitantes de bañarse desnudos en verano). No..., si al final todo acaba saliendo.
Sóller está al otro lado. Similar el paso al Valle de Aran, con un túnel que salva el desnivel de esta mole de piedra. Los que van a cuatro ruedas no pueden observar la fauna autóctona por culpa de la velocidad, pero he visto unos enormes cuernos y su respectiva prole...
¿Pero estos rumiantes no estaban hace poco en Beceite? No, son cimarronas, especie protegida por su endemismo. Antes de ver amistades sollaricas conocidas en la lejana Africa Occidental, busco el mar en Port.
Y el famoso tranvía, frágil pieza de museo que todavía sigue firme, conservándose digno y respetuoso con todo transeúnte ávido de nostalgia que desee rememorar otras épocas durante unos seis kilómetros. Construido por iniciativa exclusivamente vecinal, es una alegría verlo rodar por entre sus calles, sin tumultos, siempre dispuesto, siendo una atracción que aglutina a muchos y con un servicio impecable.
Mira por donde, se hunde el Titánic y se inaugura un ramal que enlaza este rincón con la capital de la isla, venciendo así su conocido aislamiento. Desde entonces... A Susana le ha sentado muy bien la maternidad. ¿Será el clima? ¿La ausencia de estrés? La recordaba más aguerrida, protestante, en otro continente. Le observo un aire más reflexivo, pausado... ¡Ah, las responsabilidades! Familia de a pie en estas latitudes: con dos hermosos hijos y un marido trabajando entre el centro del país y las islas, sigue en pie, aunque sin cañón. No conoce su continuidad laboral una vez finalice la baja maternal... “Y que los dirigentes no engañen, que aquí ya hemos tenido bastante”. Pese a todo, los de siempre siguen. _No aprendemos _dice. Hay demarcaciones que tendrán la misma inclinación política toda la vida, pues el conservadurismo tiene un tejido social concreto. De alguna forma, la creo feliz con sus retoños, aunque no deja de seguir enarbolando banderas solidarias. La sobrasada está exquisita. El peque reclama pecho; es su hora.
Será la Virgen... Creo que va a caer una buena cortina de agua. Jovellanos, insigne ilustrado, ¡estuvo encerrado entre sus muros..., por ser como fue! Por vender idealismo de otro calibre y pretender una cierta obertura de miras. ¡Qué triste herejía! El ostracismo fue su condena, mayormente física, y moral. No se puede proponer nada nuevo ni salir de la ortodoxia... ¿A qué me suena?
Y siguen las pruebas ciclistas con una contra-reloj en S’arenal. En una luminosa mañana que, dicen, se torcerá, estos seguidores de las dos ruedas no paran. Todo el paseo marítimo de esta franja para ellos... La subida al castillo, como todo lo que se hace a pie y dada la época en que fue construido, no es apta para mis blandas sandalias. Camino de herradura. Bellver es una majestuosa fortificación de guapo: centro de interpretación histórica y estupendo bastión desde donde se obtiene una vista espléndida de la bahía de Palma. Una jovencísima oriental vende permisos para entrar en el recinto. Estaba sorprendida, pues no daba crédito a la afluencia existente.
Comienza la tormenta; tiene para rato, a tenor del color que exhiben los nubarrones. A pocas horas del retorno al mundanal ruido, vivo unos apretujones que me son familiares. Los conocía desde los taxi “brousses” sudsaharianos, pero no me imaginaba la poca paciencia de los germanos a la hora de compartir línea regular de transporte, sobre todo sin aire acondicionado. La temperatura, después del fragor acuático ha descendido de golpe... Si lo digo yo... El chofer es sabio... Si los tiene contentos... Mano derecha, pues.
Gustosa la “omelette” de la taberna anglosajona. Local que aglutina a multitud de aficionados a la náutica y al rugby, gente tranquila, clásicos bebedores de pintas y conversación fluida. De dueño irlandés, pero más bajito que uno de los protagonistas de la cinta de John Ford. Claro que esto no es la Polinesia francesa, aunque el color turquesa de las cercanas aguas del puerto se identifique de algún modo con aquellos mares del sur. Sigue amenazando lluvia. Veremos cómo se vuelve a casa...
Entrañable el barrio de la Drassana. En medio de su plaza más emblemática se erige la estatua de un noble marino. ¿Quién era Jaume Ferrer? ¿Conoció a Cristóbal Colón? ¿Qué los relacionó? Los portulanos, aquellas cartas de marear con las que abrió brecha el oriundo bruxoler Abraham Cresques, y que permitieron así una labor prosaica en la Baja California al susodicho fraile unos siglos más tarde.
Equilibrios
Paseando por otras tierras.
Un antiguo proverbio romano reza así: "... semper aliquid novi ex Africa ..." (siempre aprendemos algo nuevo de África). No sé de dónde lo extrajo Javier Reverte en sus primeras páginas de "El sueño de África" (1996), pero es rigurosamente cierto. Cada parte del continente vecino sorprende; y creo que debemos comenzar ya a distinguir sobre qué territorio, espacio singular o demarcación tenemos una opinión al ofrecernos éste sus detalles más particulares. No es lo mismo el África mediterránea o magrebí que el África negra. Incluso ésta última dispone de matices en cuanto al color de la piel. La verdad es que el Sahara, como inmensidad, como LUGAR por excelencia, crea una barrera que, mental y geográficamente, acentúa esas diferencias.
En una charla mantenida últimamente con un ecuatoguineano de origen y catalán de adopción, Alfonso Salomón, remarcaba esas particularidades. Tanto la fisonomía del individuo como la religión, lengua y actividades económicas y culturales crean distinciones y pautas que distinguen a las personas, incluyendo sus quehaceres diarios. Por lo poco que he vivido en esta tierra, y ha sido una menudencia, observo que ... cada rincón es un mundo...
Uno de los detalles más significativos es esa costumbre de llevar, transportar, enseres, materiales, tus cosas, posesiones, en definitiva, en la cabeza. El llamado afroequilibrismo es, en la región occidental sudsahariana, una costumbre ancestral, consustancial al modo de vida tradicional. Tiene su explicación "científica", si se quiere, pues aprovecha la fuerza cinética del movimiento para favorecer el propio equilibrio: la ley del péndulo se aplica con correcta exquisitez. Y el desgaste es mínimo.
Es un valor en sí mismo _es una herramienta más_ de la persona, que forma parte de una familia, de un poblado, etc., y responde a un objetivo concreto, eminentemente práctico y funcional. Recordemos que la rueda no se conocía hasta bien entrada la época colonial europea. Otra cuestión a tener en cuenta es la separación existente entre el
lugar habitual de convivencia y el recurso material a obtener: agua, leña, etc. Siempre ha sido distante, considerable; aquellos, asimismo, escasos o nulos. Vemos, pues, que siempre ha existido una adaptación al medio desde tiempos inmemoriales en todos los grupos humanos, sean diolas, bramis o bubis, y es mucho más común en las zonas rurales que en las ciudades de renombre.
Sin embargo, el ajetreo de los mercados, lo perecedero de según qué mercancías, hace que el cuerpo humano se convierta en una máquina perfecta, inocua, para traer y llevar, sea en el mercado Kermel, de Dakar, o en cualquier itinerario, camino, entre aldea y aldea. Según Alfonso, es más cómodo llevarlo sobre la cabeza que sobre el hombro o sostenido por la fuerza de los brazos.
La socialización también cuenta dentro del universo humano. La estratificación en los diversos grupos culmina con la existencia de unas leyes, aceptadas tácitamente, que permiten unos ciertos privilegios para un sector: los hombres no realizan estas funciones.
Son los niños y las mujeres los que se afanan para que la tarea se cumpla diaria y concienzudamente. Es su modo de organizarse. Pero, si la ocasión lo requiere, todos ponen de su parte.
“Desde la Antigüedad, el viaje ha sido una de las formas más destacadas para la representación de la humanidad […] a la hora de analizarlo hay que referirse a su prueba más prolífica hasta la actualidad, la literatura..."
Patricia Almarcegui, escritora. Premio de Ensayo Fray Luis de León, por "El sentido del viaje" (2014)