Bucólico espacio cercano a la cima de Cabezallana, Agramón (Albacete).
Revista de viajes y costumbres. Número 11. Octubre de 2016. Edita: Publicaciones Imprecisas S.L. Fotografía: © Perec ( http://www.flickr.com/photos/xaman-ek ) Barcelona (España).
Prohibida la reproducción total o parcial. Es propiedad del autor.
Portada: Ejemplo de arquitectura colonial en la isla de Gorée (República del SenegalÁfrica Occidental).
Escena central: Juglar. Artista ambulante en la celebración del tradicional mercado medieval (Barrio de la Ribera, Barcelona). Ver: http://www.mercatsantacaterina.com/Index.php
Contraportada: Típico entrante de verduras en La Taberna de Pedro (Barrio de RetiroMadrid). Ver: http://www.hermanos.garciadelanavarra.com/inicio/
Desde la editorial
En este presente que nos conlleva, la necesidad de huir de lo cotidiano, de sentirse importante como persona, de reencontrarse con algo perdido, obliga a buscar actividades nuevas o cada vez más difíciles, poniendo en juego ciertas dosis de riesgo. Es aquí donde las actividades en/con la naturaleza tienen un futuro asegurado. Disfrutar de estas actividades es posible gracias al hecho de poder disponer de tiempo libre. Poseen, por sí mismas, valores educativos ya proclamados por prestigiosos educadores y ofrecen una proyección de futuro sin límite de edad, siendo la alternativa a las ofertas de la ciudad. Puesto que la mayor parte de la población actual habita en zonas urbanas, sus motivos de encuentro con la naturaleza se producen por causas de ocio y tiempo libre. No es casualidad que el desarrollo del agroturismo o el turismo ecológico sea un fenómeno coincidente con este principio de siglo. El desarrollo de recientes eventos relacionados con la naturaleza y el medio ambiente forman parte de escenarios para el ocio cada vez más habituales, estableciendo un nuevo diálogo entre el individuo y el medio natural. Sin embargo, los espacios naturales pueden ser degradados en virtud de una masificación que provoca una erosión por culpa de según que prácticas. La gran presión que se ejerce en estas zonas puede ser el mayor handicap, detalle que no debemos obviar y sí evitar en lo posible. Las actividades en/con la naturaleza huyen de lo artificial y lo modificado por la mano del hombre, permitiendo unas vivencias en pos de una educación grupal. Su efecto socializador es un complemento imprescindible en el ámbito educacional, mejoran la condición física del individuo y, en consecuencia, su calidad de vida. Es evidente una salida profesional en multitud de ámbitos relacionales, pero estos profesionales deben demostrar que lo son, no sólo dominando unas técnicas o conocimientos específicos, sino atendiendo en los diversos niveles, tanto pedagógicos como de servicio, para una mejor compresión de la tarea escogida y el espacio que rodea.
Singladura
Paseo marítimo.
Puntual, como siempre, este jefe de expedición, comandante de esta travesura. No es un desafío, es un estado de ánimo. Debe, y quiere, llevar a la práctica su recién estrenada titulación en momentos tranquilos, cuando no hay exceso de tráfico y siguiendo una línea lo más deportiva posible.
Espera Julio, piloto de aspecto simplón. Muy simpático, avezado en múltiples maniobras, nos presenta a Sildavia, consecuencia de su afición por las aventuras tintineras que le delatan, un sloop de 14 metros, poco arbolado, junto al pantalán..
Mientras nos desplazamos hacia el punto de encuentro, nos contamos todo lo que hemos hecho durante este tiempo. Atrás quedan aventuras con las que crecimos. Su reciente paternidad le deja poco tiempo para el disfrute en este ámbito. Día luminoso. Pertrechados para el combate, la partida se ha fijado para el mediodía. Un portugués y un italiano, amigos del primero, se unen a la comitiva.
Los primeros compases de la derrota son de calentamiento. Para adquirir sensibilidad todos pasaremos por el timón. El velamen, fijado a un palo de 18, es de impresión desde la bañera.
El ímpetu del viento que nos empuja hace que éste tenga un valor mucho más agresivo. La temperatura no ayuda. Viraremos 180 grados. El periplo nos llevará hasta la población costera de El Masnou. Sin entender mucho, me afano en ayudar en lo que me indican y aprendo vocabulario: cabo, winch... Soy el último grumete.
Sopla de interior, tramontana. Extrañamente, la navegación se hace muy ondulada, aunque consecuente. Dirección sur-sureste. Nos desplazamos a 3 o 4 nudos de velocidad. El manto de agua que nos rodea empequeñece a cualquiera; se nos hace inmenso, tenebroso. ¡Ah, el ancho mar...! La fragilidad es una sensación palpable a cota 0.
Breves momentos junto a Puerto Viejo de Barcelona. Me toca maniobra hasta alta mar, a motor. Me aconsejan proa; aguantaré la embestida del aparejo. Sigo instruyéndome: la génova, la mayor... Me relevan. El astro rey no compensa el frescor ambiental que sufrimos.
Haber si hay suerte más tarde. La línea de costa se dibuja a unas 2 millas. Todos "disfrutamos" de una travesía vibrante.
Pero hay buena mar, y eso se nota en el ambiente de la tripulación. Sorteando algunas zonas de regatas, donde se esfuerzan otros locos con embarcaciones de menor tamaño, aproamos hacia puerto.
Creo que disfruta de lo lindo. Parece un capitán con todos los galones. Arrecia Eolo y pierde la gorra.
Vamos a 7 nudos. Combatimos vendaval con charla amena, pero reconozco un tiriteo; no estoy acostumbrado a estas lides marineras. Guantes, por favor. Mis manos padecen la sal. Intercálanse pequeñas rizadas con aguas planas. Se me cortan los labios. A lo lejos ya divisamos destino... Después de unas suculencias que llevar al estómago y contar batallitas, soltamos amarre. Vuelvo a enfilar proa al sol, poniente ahora. Demasiado inflado, reconozco no dominar velamen. Toma el mando el napolitano Tonnio, pero hay que reducir la superficie y permitir más maniobrabilidad. Ligeros cambios en la tensión que sujetan los cabos de la mayor. Aumentamos velocidad, cosa que no esperábamos. Es una gozada. Regata de altura, en ceñida y con unos 26 nudos de viento. Estos balandros están diseñados para optimizar su navegación. A la rueda de la popa el que tiene que demostrar, certificando así su aprendizaje.
Trepidante. Me sabe a poco. El sol comienza su declive, escondiéndose ya en un horizonte también lejano. En las cercanías de la bocana cambiamos a motor y arriamos velas, exultantes y sonrientes. "El mar dará a cada hombre una nueva esperanza, como el dormir le da sueños". Cristóbal Colón (14511506), navegante.
Un lugar de La Mancha
El carácter lo imprimió el de la "triste figura", universal icono. Su padre literario está, otra vez, en boca de todos. O, por lo menos, sus huesos. Y de rebote... fútbol. María dice que no está para estos trotes. Sus ochenta y pico le pesan ya demasiado, comenta.
Tierra del esparto.
Aplasta el pablito. Quién lo iba a dudar por fecha y geografía. Pero 39 es mucho. Es lo primero que llama la atención en esta intermodal multiservicios que acoge al transeúnte. Si desciendes del AVE y dispones de asueto, hasta puedes hacer músculo en su instalación gimnástica, espacio añadido a la estación del llano albaceteño. Famosa región este territorio comedido, últimamente salida a la palestra por que así lo han querido sus ciudadanos, reclamando protagonismo.
Pero se aventura a acompañarme a la tierra del esparto, ya conocida desde tiempos de Aníbal, célebre vecino en estos andurriales que cruzó la comarca hace siglos con 37 paquidermos (digo yo que beberían en algún sitio...) en pos de un imperio que comenzaba a hacerle sombra. Hoy es posible ver lo que antaño fue una extensa llanura, encajonada entre dos hileras de formaciones rocosas de componente calizo, en otros tiempos humedal nutrido y espeso en el cual crecían vegetales que sirvieron ( y todavía sirven en la actualidad ) para proteger, aislar y ornamentar enseres domésticos y ajuares de cocina de todo tipo.
Esa manualidad aún pervive como rasgo identitário de una tierra consciente de sus ancestros.
interesados del ámbito medioambiental y ejemplo de patrimonio susceptible de protección natural, junto a los Saladares, ecosistema donde creció aquel esparto que, como manufactura, ya manoseaban los antiguos íberos. La bruma le ha dado un aspecto diferente al valle este amanecer. Puedes percibir que la soledad llega a ser hasta deseable... Mística... Suave seducción. Un manto envolvente no deja ver líneas ni la cruz de la ermita del Calvario, mirador de alturas. Ni luna de agosto. Ambiente bochornoso. No se intuye orografía que oriente un mínimo. Será cuestión de hacer camino y visitar el Tolmo. Luz muy plana.
Se une otro atractivo, sin embargo. La singularidad geológica de un pitón volcánico, único en esta zona y declarado geosite internacional ( http://www.geocaching.com/geo cache/GC59DNK_piton-volcanicode-cancarix?guid=0f024c2f-78d247ee-94d7-e03bb1f3c5f8 ). Paredón basáltico de espectacular relieve en su cara sur-este producto de fuerzas telúricas que asolaron el valle de Agramón por el mioceno, estas noches salpicado por una espléndida y gibosa luna ( Ver: http://jumillanatural.blogspot.com.e s/2013/01/volcan-de-cancarix.html ). Muchos expertos son conscientes de lo poco estudiado que está la mole pétrea presidida por el pico Cabras, joya visitada esporádicamente por los
Elevación notable en la villa de Minateda, con afamadas escrituras rupestres, aunque una valla metálica las protegen de algunos vándalos. El recinto arqueológico, cercano a la autovía, recorre toda su longitud. Paseo curioso que combina geología, dada su ubicación, y los restos de su basílica paleocristiana, dicen. Lo malo es su cierre a cal y canto. Recortes presupuestarios no dan para un guía cualificado que ilustre al concurrente.
Personal de seguridad custodia el perímetro. Una frustración me invade. No entiendo que vende la oficina de turismo. Toca recoger las dos ruedas. María me ha invitado a comer... Me pone al corriente del costumbrismo local. El vecinaje como síntoma indeleble, sin caducidad. Todo el mundo sabe la vida del resto: lo sufrido del día es de dominio público al instante... Ríete tú de las redes sociales. Éstas no tienen desperdicio, pues lo que acontece es de obligada tenencia ajena...
Los frescos atardeceres reúnen en las puertas de cualquier casa gentes ávidas de cháchara; hay quien visita aún perteneciendo tres calles más abajo... Gentes sencillas, modestas. Afición al que dirán, "barrioteo" vinculante. Lazos que estrechan vidas. Se siembra la confidencia, siempre entrañable.
Es lo que da cuerpo, lo que ayuda a confraternizar el uno con el otro... Se preparan fiestas patronales. Antonio y secuaces van instalando banderines de colores por las vías principales. Con esta excusa, muchos reencuentros y efusivos saludos. Me dejo llevar... La luna no abandona su posición. Pendiente desde lo más alto cuales son nuestros movimientos. De mercadillo, algo tan tradicional como lógico en este enclave. Hellín, capital de comarca, manifiesta su poder como anfitrión comercial... Productos de proximidad. Calor y gentío soportable hasta que el sol dicte sentencia. María guía mis pasos... Múltiples elementos se ofrecen a diestro y siniestro. Se vociferan, se manosean, cambian de lugar y bolsa. Pillo unas nueces.
Retornamos a una hora prudente, antes de que el astro decida por la concurrencia.
Los que madrugan son muy conscientes del agobio canicular del mediodía. Preparo las dos ruedas para un largo trecho. No es adecuada la hora, pero itinerario fácil y motivante. Subida a la ermita. Inolvidable vista, hoy sin masas gaseosas que impidan espectáculo. Atmósfera limpia y clara. Las de Villadiego me llevan hacia un campo donde capataces y jornaleros se afanan en preparar el terreno para el cultivo del romanesco ( http://elhuerto20.wordpress.com/2 010/09/07/cultivo%C2%A0del%C2% A0romanesco/ ), de la familia de las coles... Pocos kilómetros en llano hacia lo rupestre.
Subida cruda a lo alto de una peña. La protección del yacimiento está conseguida. Algún amigo de lo ajeno intentó un estropicio.
Por suerte, aunque no se conservan bien, es factible observar que la creatividad ya existía a finales del paleolítico y principios del calcolítico. Por lo visto, un vergel. Así que los proboscidios de Aníbal ya sabían donde encontrar agua por sí mismos. Merezco hidratos después de este kilometraje... ¡Esta vez invito yo, María! Mi piel ha cogido un ligero color "gamba". Sesteo. Toca salida nocturna. Hay que ver emplazamientos y horarios. La fotografía de estrellas requiere una reflexión y conocer lo más apropiado para su correcta exposición. En la ermita, la polar vigila. Alguna nube incordia... ¡Dos estrellas fugaces! Las lágrimas de San Lorenzo cumplen. Todavía no hay luna, aunque aparecerá en Acuario. Dispongo de idoneidad para la instalación de todo el equipo. No falla; justo por el este. Son las 11 y pico... Cada día que pase se ampliará el margen entre ocaso y el surgir selenita, que será menguante. Pan y ciencia.
Los yesares de Hellín es un paisaje monótono a primera vista. El componente geológico, blanquecino, espolvea todos los contornos y la tierra pierde atractivo. La luz es plomiza y no ayuda. Pero es curioso. Parece que estés en otro planeta. Desnudez, vacuidad. Colinas, pinar requemado, diseminado y cárcavas se entremezclan. Parece que no tengo suerte con el alba. Cada mañana aparecen masas nubosas, de algodón, suficientemente bajas como para aguarme la fiesta. A la búsqueda de la mejor plaza para próximos días, previsiblemente despejados. Esperemos que bajen las temperaturas...
Serpentea la carretera hasta el embalse del Cenajo, cuyas instalaciones aparecen descuidadas. Sensación de abandono. ¿No hay quien dinamice este recurso? ¡Estamos en agosto! ¿No forma parte de la denominada Ruta de Aníbal? Me aproximo a Las Minas, hervidero de trabajadores que substraían azufre en el siglo XIX y cuyo trogloditismo era renombrado. Una vecina me explica que el gobierno los desalojó de las cuevas, que ahora viven peor, por lo que veo un cuchitril barracoso. "Antes había dignidad; ahora...", dice.
Siempre entro en conflicto con la historia que se vende como atractivo y los datos. La Ruta de Aníbal no está, de momento, señalizada abiertamente. Me parece poco serio que se ofrezca como itinerario circular y éste se aleje de la confluencia de los ríos Segura y Mundo. Por todos es sabido que el elefante y el agua son uña y carne. Sólo falta tenerlos cabreados al comienzo de campaña para que no rindan. Algo falló, pues llegaron muy pocos a Roma... Sigo sin ver balizas en el supuesto tramo y ya tengo cierta experiencia... Baste recordar dónde estaba postrado hace un tiempo. Moveremos piernas a golpe de pedal...
He retornado al pueblo después de un tiempo y un paisaje, ahora tremendamente luminoso y claro. Este modelo de biciclo resulta muy prometedor, se adapta bien a la pista, buenos cambios. Permite constancia en el esfuerzo...
El viento que sopla limpia la atmósfera para la observación de esta noche. La hora es azul y la claridad lumínica se intuye. Otra fugaz corretea a lo largo de la cima del volcán, enjuta figura que siluetea mi fotograma. María celebra su onomástica. Como devota cumple con las obligaciones que su religión le exige, aunque luego me ha prometido un vermouth... ¡Esa moral! Me cuenta la singularidad de un cura que oficia sentado en una silla de ruedas, porque tuvo un revolcón con una res hace años en un encierro y, claro, su edad ronda la ochentena, aunque su vocación todavía más... No encontré ninguna señal del Bárquida, y el Sagunto valenciano queda hacia el este... Once kilómetros más a la mochila, añadiendo el retorno. Ensalada exquisita, del huerto de Antonio.
El escenario es inmenso, a medida que la noche avanza. Cuesta reprimir el babeo, hay que coordinar la toma. Por allí Escorpión; muy al horizonte, Marte, hacia el oeste. La Osa se enseñorea junto al pitón. Hay una franja blanca muy marcada hacia el sur que cruza la bóveda celeste. Casi me olvido del porqué he venido...
“Mi consejo es que recordéis mirar hacia arriba, hacia las estrellas, no a vuestros pies. Intentad encontrar el sentido de lo que veis, sed curiosos. No importa qué dificultades haya en vuestras vidas, siempre hay algo en lo que podéis triunfar..." Stephen William Hawking (1942), físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico.