Revista de viajes y costumbres. Número 2. Mayo de 2015. Edita: Publicaciones Imprecisas S.L. Fotografía: © Perec ( http://www.flickr.com/photos/xaman-ek ) Barcelona (España).
Prohibida la reproducción total o parcial. Es propiedad del autor.
Portada: Sobrevolando la isla de Skíatos (Grecia-Islas Esporadas), 2011 Contraportada: Picaña de ternera, entrante de origen brasileño. http://www.calvitus.com/
Sumario:
"Danza ancestral". Semana Santa del medievo (Cataluña). Foto. Festival romano en Badalona, 2010 (Maresme-Cataluña). http://magnacelebratio.cat/es/
"Entre la tradición y la modernidad". Occidente africano (Senegal).
Danza ancestral
finales de la época medieval sigue teniendo lugar una tradición de singularidad diferenciada, una significación que la hace más especial, si cabe.
Semana Santa del medievo.
La devoción más intensa no sólo se agolpa en las calles. También en los balcones, algunos de los cuales, quizás, un poco más saturados que de costumbre. Jueves Santo. Medianoche. La fidelidad se constata en un espacio de temporalidad notable. No en vano, desde
Muchos espectadores temen un desplome, que daría al traste con sus expectativas más sentidas.
La puntualidad es la nota dominante. Instantes después de que las manecillas del reloj marquen las doce en la torre de la iglesia parroquial, se invoca al silencio; las miradas convergen hacia un mismo punto. Toda una serie de actores y figurantes dan vida a una escenificación muy cuidada.
Los doce apóstoles, siguiendo un orden establecido, inician un recorrido que se ha iluminado siguiendo la pauta de un tiempo ya pasado, aunque mejorada con las nuevas tecnologías. Poco después, un destacamento romano salvaguarda a uno de los protagonistas de este evento, que, arrastrando una cruz, da concreción a la historia por la cual concurren todos, asistentes y actores, en estas fechas. Asimismo, capirotes que no disimulan la edad de los participantes y cofradías con sus tallas perfectamente exquisitas para el acontecimiento. Es
la
Pasión
de
Cristo.
Sin embargo, diez personajes más se incluyen entre los figurantes causando, a la vez, temor e inusitado interés. Dos grupos de cinco que, de hecho, son los responsables de la bien ganada fama que esta celebración tiene en el norte de Cataluña. Cinco de estos oficiantes bailan al ritmo de un tambor.
La villa de Verges (Baix Empordà) es renombrada por su “Danza de la Muerte”. Única en toda Europa, explícita la realidad con lo que todo mortal vive a lo largo de su existencia, sin importar condición o nivel. Una danza metafórica, simbólica, con monótono sonido y de frialdad mecánica. Su evolución es lenta, sus movimientos son contrarios a la dirección de aquellas agujas de reloj. De inapelable trascendencia visual, un mensaje en la guadaña así lo define: “nemeni parco” (ninguno se escapa).
Y las palabras del estandarte que enarbolan lo complementa: “el tiempo es breve”. Es la demostración más estremecedora e increíble del teatro popular de la España actual.
Entre la tradición y la modernidad.
Occidente africano.
Nos deslizábamos por las tranquilas aguas de un mar interior que se me antojó inmenso. No había oleaje que perturbara nuestro periplo náutico.
Sólo una ligera brisa compensaba la fiereza de los rayos solares que atacaban en aquel mediodía africano, que ya es decir. Aparte de desconocer su geografía, los diversos brazos por los que navegábamos plácidamente configuraban todavía más una extensión difícil de calcular a simple vista. Cercano al gran océano, aquel espacio fluvial es, según informaciones previas, uno de los más renombrados y afamados de la zona por su riqueza faunística y ornitológica. Pese al sonido del motor de la gaal, nada perturbaba el silencio de aquel territorio.
Nos rodeaban manglares y acuaticidad por doquier, pero sin un agobio que fuera convencionalmente selvático. La fisonomía de un delta no deja de ser un universo amplio y abierto. Un medio paradisíaco, si se prefiere. Eliajh nos conducía con esa soltura y destreza de marino que sólo se adquiere a través de los años. Pescador de unos treinta y pocos, sus facciones denotaban una notable sabiduría profesional. No en vano la había ido consiguiendo desde los nueve años, edad en que algunos niños "olvidan" quehaceres colegiales y destinan parte de su vida a ayudar en la economía doméstica.
Su hijo, de ocho, a la proa de una de las embarcaciones que la prensa y medios de comunicación
europeos han popularizado en demasía por razones humanitarias, nos acompañaba, atendiendo a las maniobras, recorrido y otras enseñanzas que se pueden atesorar a esa edad. Con el paso del tiempo, tendrá que sustituir a su padre como heredero de la tradición en su pueblo. Hoy, los dos compartían su piragua con un grupo de desconocidos, coincidentes en fechas y nacionalidad, ávidos de conocer las interioridades del profundo Senegal, más allá de los perímetros meramente turísticos.
Ambos se dedicaban a faenas que el sector pesquero dispone en esta parte del país y, como en esta ocasión, compaginaban sus habituales tareas con otros ingresos extras que convierte a algunos "toubabs" ( blancos europeos ) en exploradores de principios de siglo XX.
Poco a poco, el sector servicios invadirá su cotidianidad y dejará de lado su genuina y primigenia actividad, aquella que les dio nombre, fama e identidad, reconvirtiendo sus vidas a favor de un progreso que propicie su supervivencia como individuos en un terreno ciertamente difícil en cuanto a recursos. No olvidemos que el cambio climático nos está afectando de modo devastador; si en nuestro país se está africanizando el clima, ... ¿qué sucede en otros territorios, cercanos a la línea ecuatorial?
Estos personajes pertenecen a la familia niominka. Grupo humano que forma parte de una de las étnias más características de este lugar: los sereres. Pueblo de origen nilótico, los sereres comenzaron a habitar la región del Siné-Saloum desde los siglos XI-XIII. Segundo grupo étnico en importancia en este estado republicano (18 %), son mayoritariamente islámicos, pero coexistiendo entre ellos
católicos y también familias de pensamiento y prácticas animistas. Todos son muy respetuosos y costumbristas, y como buenos senegaleses, la hospitalidad es una regla incontestable, secular, si cabe. Casi todos se dedican a la agricultura, comúnmente, cultivando el mijo, el algodón y el cacahuete, producto estrella. Aunque los niominkas son, por identificación y personalidad, pescadores.
Profesionales del mar, todavía faenan a la antigua usanza, cercando ellos mismos las capturas con "arte de calado" o fijas, siempre que la profundidad del litoral lo permita; y sino, desde la propia embarcación, "a lanzado".
Todavía es posible ver como hilvanan sus redes en las aldeas cercanas, reparándolas para su siguiente uso y cuidando con mimo los diferentes aparejos, y también cuando se reúnen en grupos para organizar las jornadas, la descarga del producto y posterior distribución. El negociado de lo conseguido se realiza a pie de playa, donde el trajín y el acuerdo comercial se entremezclan, sin saber para el neófito cual es el resultado final, suponiéndolo óptimo para todas las partes.
"Cuando eliminas toda soluci贸n l贸gica a un problema, lo il贸gico, aunque imposible, es invariablemente lo cierto..."
Atribuido a Sherlock Holmes, personaje ficticio creado como detective por Sir Arthur Conan Doyle, escritor brit谩nico (1859-1930).