De migraciones y tierras...

Page 1


Revista de viajes y costumbres. Número 6. Enero de 2016. Edita: Publicaciones Imprecisas S.L. Fotografía: © Perec ( http://www.flickr.com/photos/xaman-ek ) Barcelona (España).

Prohibida la reproducción total o parcial. Es propiedad del autor.

Portada: Plaza de España (Sevilla). Conjunto arquitectónico monumental encuadrado dentro del Parque de Maria Luisa, ejemplo de arquitectura regionalista andaluza (2014). Contraportada: Postres japoneses. Ver: http://www.ochiaipastisseria.com/


DESDE LA EDITORIAL

El ritmo de vida frenético impuesto por la sociedad hace que el ser humano busque su esparcimiento en marcos naturales. El ocio, como actividad, cada vez va a más, exigiendo una respuesta en todos los sentidos, sobre todo en el profesional. Pero, a su vez, necesita de espacios, eventos y personas para que surja una labor de intercambio cultural y educacional, principalmente. En el actual entramado social existen distintos tipos de ocio, entre una variedad cada vez más diversa: el pasivo, ampliamente generalizado (televisión), ocupando a una amplia mayoría, el activo y el participativo. Lo que es seguro es que el ocio genera dividendos, es industria y tiende a ser productivo. No puede existir si no es complementado por una estructura. Y estas pueden ser las denominadas “culturales”, ya que demandan una fuerza de trabajo específica. En aquellas tipologias incluimos los servicios, provocando, a su vez, un proceso de transformación económica en pos de objetivos beneficiosos para el colectivo humano y su entorno inmediato. Ha llovido mucho desde que, a finales del siglo XIX, el barón Pierre de Coubertin creara las bases éticas para la realización y disfrute de cualquier evento lúdico-recreativo. El hombre, en el afán de optimizar sus deseos de tiempo libre, ha desarrollado multitud de formas y disciplinas, naciendo con él toda una serie de modalidades cada vez más específicas, concretando sus aspiraciones hedonistas. El ocio no tiene la misma consideración que solía tener hace unas décadas cuando dominaba un planteamiento distinto (“el ocio griego”), una actividad individualizada. En la sociedad moderna existe un proceso de desmitificación, situando las actividades de ocio en una dimensión más realista y asequible en lo cotidiano. El tiempo de ocio de concibe como un espacio creativo, de expansión, de contenido lúdico, formativo y autoexpresivo. Pero puede constituir, asimismo, un espacio consumista, acrítico, de sometimiento al mensaje ideológico.



Sumario:

"El largo silbido de la tarántula". Danzas cercanas. Barrio antíguo (Barcelona). Foto central: Ambientación musical en los mercados navideños. Centro urbano de Köln (Renania del Norte_Westfalia, Alemania). "Torre". Señorio local (Sant Boi de Llobregat, Barcelona).


“Il sibilo lungo della taranta”(El largo silbido de la tarántula)

Danzas cercanas.

El costumbrismo local, las tradiciones y el apego humanos, hacen de las sociedades y los pueblos lo que son: un cúmulo de esencias que definen su personalidad más intrínseca, su identificación real con lo propio y lo simbólico.

Ello permanece a través de los tiempos y las épocas, permitiéndonos conocer y conocernos. Asimismo, presentarnos ante los demás con unas características diferenciadoras y particularistas, que enriquecen el global de lo que somos. Los medios para exhibir toda esa sabiduría popular son múltiples. La música, el canto, la expresividad corporal, ejercen aquí un protagonismo inusitado y hacen que la comprensión de aquellas se comuniquen con toda su extensión y complejidad.


Al sur de Italia, en la región de Salento, tenemos un digno ejemplo: una danza étnica que se remonta a la Grecia clásica y que ha tomado especial relevancia gracias a los etnomusicólogos, estudiosos historicistas que, desde siglos pasados, han provocado un resurgir de ésta. Denominamos “taranta” a un

rito ancestral, un fenómeno mítico que relaciona toda una simbología campesina, los quehaceres de una población que, como otras semejantes, se imbrica directamente con

el medio en el que subsiste. Han sido las nuevas generaciones las responsables de vitalizar aquellas formas y expresiones, actualizándolas, dándole otro espíritu, pero haciendo permanecer la clasicidad de su origen.

Un baile que relaciona la mordedura de un arácnido con un movimiento sin descanso para liberarse de todo mal inoculado por éste, generando una fascinación catártica que todavía hoy se disfruta a finales del mes de agosto en este rincón de la geografía italiana.


Denominamos "pizzica" a ese lenguaje musical de fervor festivo, notable y multitudinario, explicitando un antiguo ritual de curación que se celebraba en territorios de la Apulia italiana desde tiempos pretéritos.

El baile y la música estaban, y lo están hoy en día, perfectamente unidos, realzando las intimidades más profundas de esta comunidad salentina, cuya cultura, principalmente oral, ha devenido en una moda nacida en 1980, con ocasión de la fiesta de San Paolo (Tierra de Bari), al sur de la península itálica. La "tarantella" es un viaje, un exorcismo musicado, una manifestación de folclore con un lenguaje corpóreo concreto, sin la necesidad convencional de que los danzantes sean hombre/ mujer, y que nos lleva a las profundidades de uno de los colectivos mediterráneos


más desconocidos, pero próximos. Aunque a partir de ahora, y gracias a muchos empeñados en dar a conocer aquella, ya no será lo mismo.


“Denys me había dado una brújula para seguir el rumbo, dijo, pero mas tarde comprendí que navegábamos con rumbos distintos. Quizás él sabía, aunque yo no, que la tierra fue creada redonda para que no podamos ver el final del camino..."

Karen Christence Blixen-Finecke, más conocida por su pseudónimo literario Isak Dinesen (1885 -1962), escritora danesa.



Torre

Aquellos eran custodiados muy estrechamente por infraestructuras que hoy, después de unas épocas, consideraríamos inoperantes, pero que ahora esconden un valor patrimonial incalculable. La sabiduría de las gentes del lugar establecía puntos de referencia estratégica ciertamente efectivos.

Señorio local.

Al inicio de la Alta Edad Media, la adquisición y tránsito de recursos humanos, materiales y su posterior propiedad fomentó los asentamientos de población en una geografía determinada.

El caso que nos ocupa tiene que ver con la denominada Torre de Benviure, edificación circular de porte discreto pero de fortaleza notable, que se ubicó en la denominada Vía San Clemento, actualmente barrio de Les Orioles de la villa de Sant Boi de Llobregat, cercana a Barcelona.


Lugar de vegetación tupida y de orografía compleja, fue habitado por eremitas en tiempos anteriores a su construcción. Existen estudios que se atreven con la posibilidad, cada vez más constatada por restos localizados, de un posible emplazamiento ibéricolayetano sobre el cual se erigió.

Hay expertos que han determinado un uso específico como bastión de vigilancia respecto al antiguo Camino Real _que todavía hoy puede observarse_ del transporte de mercaderías

entre la Ciudad Condal y Vilafranca del Penedés. Sus orígenes, observan, están cifrados entre el 1.023 y el 1.048. Otros eruditos concretan funciones de carácter aduanero; no en vano, el reino de Al-Ándalus tenía su línea divisoria en estos territorios, con lo que los reinos cristianos marcaban su potestad con una serie de edificaciones o “quadras” más allá del rió Llobregat, frontera natural de la conocida Marca Hispánica.

La Torre de Benviure, asimismo llamada del Bori, que a partir del siglo XVIII entró en periodo de decadencia por la construcción de un puente en


las proximidades de la ciudad de Molins de Rei, trasladó el denso comercio por otras rutas.

En la actualidad, se ha finalizado un proceso de reconstrucción histórica gracias a las iniciativas municipales y estatales. El objetivo que el consistorio pretendió en su momento fue la creación de un espacio de divulgación y difusión, asimismo centro de interpretación y museización de la cultura con relación a su patrimonio propio, dignificando orígenes y habitantes, y reforzando, así, la identidad y personalidad locales.




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.