PAGÁN
DYLCIA PAGÁN, UNA EX PRISIONERA POLÍTICA GUIADA POR EL AMOR
Si Puerto Rico sigue siendo un pueblo colonizado luego de quinientos treinta años, no ha sido por falta de mujeres y hombres valerosos que han luchado hasta las últimas consecuencias para lograr su independencia y libertad. Tanto durante la colonización española, como en los ciento cuarenta y seis años desde la invasión y ocupación militar de Puerto Rico por Estados Unidos, se cuentan por cientos las y los patriotas que han sacrificado su libertad personal y sus vidas en aras de dicho ideal. Hoy despedimos con profundo pesar y agradecimiento a una de esos seres extraordinarios, la querida y admirada compañera y ex prisionera política Dylcia Pagán, fallecida a los 77 años en su pueblo adoptivo de Loíza, hogar que escogió por su historia y cultura, y por la calidez de su gente.
La historia de Dylcia es igual a la de millones de puertorriqueños de segunda y tercera generación de la diáspora. Nacida y criada en El Barrio, en Nueva York, de padres puertorriqueños influenciados por la prédica y ejemplo del Nacionalismo, no es de extrañar que Dylcia- muy inteligente y despierta desde pequeña-se interesara muy temprano por la situación y problemas de su comunidad, y de la Isla que llevaba tan cerca de su corazón. Esto la llevó al activismo comunitario y político durante los años convulsos de las décadas 60 y 70 del siglo veinte, cuando la oposición a la guerra de7 Estados Unidos contra los pueblos indochinos de Vietnam, Camboya y Laos, avivó el sentimiento anti imperialista en el mundo y dentro de la propia nación americana, y levantó consciencia sobre las injusticias y desigualdades que las políticas imperiales generaban. En ese contexto, Dylcia hizo sus estudios universitarios y se incorporó de lleno al activismo político en Nueva York, principalmente al desarrollado en aquellos años por el Movimiento Pro Independencia de Puerto Rico ( MPI) y los Young Lords, organizaciones que imprimieron nuevos bríos a la politización y activismo en las comunidades boricuas en Nueva York y otras ciudades. Al unísono, en Chicago y otras ciudades de Estados Unidos - y también en Puerto Rico- ocurría la misma dinámica política y comunitaria, lo cual acercó a personas y grupos e hizo posible el desarrollo de Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), organización clandestina que llevó a cabo acciones armadas de gran envergadura en Estados Unidos, con el objetivo de llamar la atención sobre la situación colonial de Puerto Rico y adelantar la lucha independentista en la Isla, desde el mismo seno de la sociedad estadounidense.
Por su pertenencia y militancia, Dylcia Pagán y sus compañeros y compañeras de lucha fueron intensamente perseguidos, acosados, y finalmente arrestados, enjuiciados y sentenciados, entre los años 1979 y 1980, a largas condenas en cárceles de Estados Unidos.
En procesos judiciales viciados, los boricuas no presentaron defensa, por considerarse a sí mismos como prisioneros de guerra. Todos y todas pagaron un alto precio por su acción de resistencia patriótica. A Dylcia le costó la separación de su familia, de su entonces esposo, y de su hijo Gullermo/Ernesto de tan solo trece meses de edad, además del encarcelamiento por veinte años en varias prisiones, donde tuvo que adaptarse y sobrevivir sin nunca permitir la quiebra de su espíritu ni el insulto a su dignidad, y dejar un legado de amor y servicio a las demás confinadas, e incluso a muchas de sus carceleras, que siempre la reconocieron como una prisionera política y supieron admirar su temple y valor. En 1999, recibió junto a un grupo de sus compañeros y compañeras, una clemencia por parte de Bill Clinton, entonces presidente de Estados Unidos. Mediante esta acción, se le extendió al grupo una excarcelación sujeta a condiciones por varios años. Una vez cumplido el requisito, Dylcia se incorporó a la vida laboral y al ejercicio y disfrute de su pasión creativa y artística.
Desde entonces, Dylcia Pagán vivió en Puerto Rico hasta su muerte, y siguió siendo siempre la mujer carismática y ejemplar que fue durante toda su vida. Creativa, laboriosa, productiva y repleta de amor por la vida y por su gente. Jamás claudicó en sus ideales, ni se arrepintió del sacrificio realizado. Vivió en la dignidad de quien tiene su consciencia en paz.
En su última entrevista a CLARIDAD en 2019, a los veinte años de su salida de la cárcel, Dylcia Pagán nos dijo que, entre otros proyectos, escribía un libro sobre su vida, cuyo título sería “ Guiada por el amor”. Seguramente, los rigores de la pandemia y el deterioro de su salud le impidieron concluir lo que, indudablemente, hubiese sido su testimonio documental más elocuente. Como quiera, el título vale, y si no para el libro que no pudo terminar, vale para ella, para su vida heroica y útil, para su largo historial de entrega a su pueblo sin esperar nada a cambio del sacrificio, amor y esperanza que nos regaló a manos llenas.¡Qué vuele hasta las más altas cumbres el ejemplo patriótico de Dylcia Pagán y de su vida plena guiada por el amor!
4 DE JULIO DE 1807
NACE GIUSEPPE GARIBALDI
MÁS QUE MIL PALABRAS
Líder de las luchas por la independencia italiana, además luchó a favor de Uruguay. Intentó que Roma fuese republicana, pero 35 mil tropas francesas apoyaron y repusieron al papado. Cita bien conocida del guerrero: «Ninguna suma podrá comprar mi fe en la libertad de los pueblos».
4 DE JULIO DE 1978
TOMA DEL CONSULADO DE CHILE
Pablo Marcano García y Nydia Cuevas (ambos de 26 años) toman el consulado de Chile en San Juan, reclamando la excarcelación de los presos Nacionalistas y en protesta contra la celebración en la colonia del 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos.
5 DE JULIO DE 1950
AMPLÍAN REPRESIÓN CONTRA PALESTINA
El estado sionista de Israel aprueba la Ley del Retorno, que proclama el reconocimiento a todos los judíos el derecho a vivir en Israel y recibir su ciudanía, mientras que se impide a las personas palestinas refugiadas su derecho al retorno reconocido por la Resolución 194 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
7 DE JULIO DE 1846
TROPAS YANKIS OCUPAN
MONTEREY Y SAN FRANCISCO
Acuciados principalmente por la expansión hacia el mercado chino, intereses yankis invaden a México. Del 1846 al 1848, ocupan a California y la convierten en estado. En 1848 oficialmente se descubre oro en California.
7 DE JULIO DE 1892
CREAN LA HERMANDAD FILIPINA
En Katipunan, se organizan independentistas filipinos para luchar por su liberación de España. En 1896, inspirados por las luchas cubanas, fortalecen su ataques militares. En la lucha, luego intervino EUA, con intenciones de ampliar su imperio hacia el Pacífico.
PRESIDENTA JUNTA DIRECTIVA
Carmen Ortiz Abreu
DIRECTORA
Alida Millán Ferrer amillan@claridadpuertorico,com
DIRECTOR EN ROJO
Rafael Acevedo Rodríguez racevedo@claridadpuertorico.com
ARTE Y DIAGRAMACIÓN
Carmen Milagros Reyes
ENCARGADA DE FOTOGRAFIA
Alina Luciano
7 DE JULIO DE 1898
ESTADOS UNIDOS FORMALIZA
OCUPACIÓN DE HAWAI
Tras la ocupación militar por infanteros de marina yankis en 1893, el presidente William McKinley firma la Resolución Newland mediante la cual EUA se apropia de las islas de Hawái que se convirtieron en un territorio de los Estados Unidos, desde 1900, y más tarde un estado de los Estados Unidos 1959.
7 DE JULIO DE 2021
ASESINAN PRESIDENTE HAITIANO
Jovenel Moïse, fue asesinado por una banda de mercenarios con fuertes contactos con el nartotráfico y el gobierno derechista de Colombia (léase CIA). A tres años del magnicidio, autoridades han arrestado a algunos de los mercenarios, pero todavía no han dado con culpables.
8 DE JULIO DE 1942
DECRETAN LIBERACIÓN DE LOS
PRESOS DE BRAGADO
En Argentina, 5 obreros anarquistas fueron apresados y acusados de poner una bomba en el mercado del pueblo de Bragado, donde fallecieron dos personas. El gobiernos les fabricó un caso. Y para evitar más torturas, dos confesaron haber cometido el acto. Luego, valientemente, el médico de la policía confesó que los torturaron y los presos fueron liberados por la presión social contra la dictadura. En 1985 se descubrió que el asesinato había sido causado por un conservador.
8 DE JULIO DE 1931
NATALICIO DE HISTORIADORA
María de los Ángeles (Miñi) Seijo Bruno nació en La Habana, Cuba, a donde su padre fue enviado como ejecutivo de una empresa de seguros donde permaneció la familia por 9 años. Fue una destacada periodista y escritora. Miñi fue autora de uno de los mejores documentos de nuestra historia: La Insurrección Nacionalista en Puerto Rico – 1950. Para el libro entrevistó a muchos nacionalistas que participaron en la insurrección. Seijo Bruno trabajó en
ANUNCIOS Y VENTAS
Maribel Franco mfranco@claridadpuertorico.com
CIRCULACIÓN
Ricardo Santos circulacion@claridadpuertorico.com
COMITÉ EJECUTIVO
• Carmen Ortiz Abreu, PRESIDENTA
• Madeline Ramírez Rivera, SECRETARIA
• Mari Mari Narvaez
• Abel Baerga
• Carlos Fraticelli
• Alida Millán Ferrer
Claridad por más de 20 años y dirigió la sección “En Rojo”. Falleció en 1995.
8 DE JULIO DE 1978
ACTO TERRORISTA C ONTRA SOCIALISTAS
Tirotearon el local del Comité Central del Partido Socialista Puertorriqueño en Río Piedras. Culpables nunca son enjuiciados.
9 DE JULIO DE 1909
NACE GILBERTO CONCEPCIÓN DE GRACIA
Miembro fundador y líder del Partido Independentista Puertorriqueño. Fue abogado de Pedro Albizu Campos. Llevó al PIP al 20% de los votos en las elecciones de 1952, tras la represión imperialista del 1950; rehusó participar de la asamblea que creó el ELA.
10 DE JULIO DE 1940 GIROS EN SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
El mismo día en que franceses colaboracionistas formalizan la creación de la República de Vichy -un gobierno organizado por la metrópoli nazi-, tropas alemanas comienzan el intento de rendir a Inglaterra, principalmente mediante bombardeos.
10 DE JULIO DE 1985
TERRORISMO GUBERNAMENTAL CONTRA ECOLOGISTAS
Explotaron bombas ordenadas por el gobierno de Francia contra el buque Rainbow Warrior, usado por la organización ecologista Green Peace para hacer protestas contra las prácticas nucleares galas en el Pacífico. En el hundimiento murió un fotógrafo.
Fuentes principales: https://www.hoyenlahistoria.com/, facebook.com/dariow.ortizseda; historia.nationalgeographic. com; canalhistoria.es/hoy-en-la-historia; Calendario 2022 Latinoamérica y El Caribe del CSC de Puerto Rico; efemeridespedrobeltran.com; Calendario Histórico Nuestros Mártires 2024; https://www.bbc.com/mundo/noticiasamerica-latina-62616853, rumboalterno.net, calendarz.com/ y otros calendarios consultados por José M. Escoda.
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DYLCIA PAGÁN: NO OLVIDEMOS LOS QUE QUEDAN EN PRISIÓN
Por
Dixie Bayó
Especial para CLARIDAD
A los cinco años debutó en la televisión norteamericana. Desde entonces su vida ha tenido giros interesantes aunque subyace un hilo conductor. Su lucha contra la injusticia y a favor de su comunidad puertorriqueña siempre determinó sus acciones, en lo profesional y en lo político.
Dylcia Pagán nunca pasa desapercibida. Comunicadora por excelencia, con personalidad cautivante y extraordinario sentido del humor, tiene la capacidad, la inteligencia y la información para seguir aunque la norma es que dirija cualquier conversación. A aquellos tiernos cinco años no sólo se iba forjando la futura productora de televisión, también emergía la incipiente organizadora que habitaba en ella.
“Llamaba por teléfono a toda mi familia, dispersa por todo el estado de Nueva York, y le exigía que el domingo a las diez y media de la mañana, en punto, dejaran a
un lado lo que estaban haciendo y se sentaran a verme bailar y cantar. Y así lo hacían. Yo era un éxito”, dice con la más sonora carcajada. Este programa, Childrens’ Hour, se trasmitía por la cadena NBC y Dylcia se mantuvo en él desde los cinco hasta los doce años de edad.
Su paso por el mundo de las comunicaciones, aunque breve, fue tan intenso que dejó huellas permanentes en los espacios de televisión que logró abrir para que la comunidad puertorriqueña tuviese su propia voz.
Un 15 de octubre de 1946 nació Dylcia en el Hospital Lincoln, en el Bronx, “pero me crié en El Barrio”, asentamiento puertorriqueño en Nueva York que se convirtió en un pedazo de Puerto Rico. De padre yaucano, que militó en el Partido Nacionalista, y madre de Guánica, integrada a la lucha de los trabajadores en Nueva York, nació puertorriqueña. Su padre murió cuando ella tenía 15 años de edad. Al cumplir los 20, falleció su madre.
“Cuando me criaba había en El Barrio
un sentimiento nacionalista bien fuerte. Se celebraban los Reyes y los bautismos y nos vestían como si estuviésemos en Puerto Rico”, dice esta extrovertida mujer que da cátedra de cómo levantarse de los golpes que propina la vida y disfrutar cada minuto sin abstraerse de la realidad, “porque cuando se me aprieta el pecho, lloro”.
Hija única, con un solo hermano de padre, tuvo acceso a una educación privilegiada. Estudió desde escuela elemental “en el Colegio Católico Santa Cecilia, en El Barrio, y me gradué de la Cathedral High School”, de la Arquidiócesis de Nueva York.
Durante varios años alternó su trabajo comunal con los estudios universitarios en Brooklyn College, donde se integró totalmente a la lucha de los estudiantes negros y puertorriqueños. Aquí se destacó en la organización Unión Estudiantil Boricua que, entre otros aciertos, logró fundar el Departamento de Estudios Puertorriqueños de ese colegio.
Dylcia recuerda, con admirable preci-
El 4 de abril de 1980, “a las 2:20 de la tarde en punto”, Dylcia es arrestada en Evanston, Illinois. “Los federales, estatales y municipales se pelearon los arrestados”, dice consciente de lo que significaban políticamente esos arrestos. “Ya se habían tomado las medidas para proteger a los niños. Había unos acuerdos. Por varios años no supe dónde se encontraba Guillermo. Tenía 13 meses en ese momento”.
sión de fechas y hechos, haber participado “en cuanta demostración había en Nueva York” organizada por el Movimiento Pro Independencia (MPI); los Young Lords -organización de jóvenes nacidos en Estados Unidos de padres puertorriqueños- y en actividades de la comunidad.
Este compromiso y su incursión en el mundo de la producción televisiva la llevó a organizar el Puerto Rican Media and Education Council, para exigir programas de televisión que reflejaran la realidad de la comunidad puertorriqueña. El resultado fue Realidades, a través del Public Broadcasting System (PBS), Canal 13, primer programa de televisión que reflejaba la vida de los puertorriqueños en Nueva York. Al año, ese programa pasó a ser nacional, proyectándose de costa a costa en EE UU.
En su vida profesional fue pionera, abriendo camino donde no lo había. Así, produce para Manhattan Cable el programa bilingüe La Voz de la Comunidad, cuya promoción graba en su propio Barrio puertorriqueño. De Nueva York se traslada a Boston donde produce el programa Infinity Factor, dirigido a estudiantes negros, puertorriqueños y mexicanos, asesorada por matemáticos del prestigioso Massachussetts Institute of Technology (MIT). Regresa a Nueva York con una oferta como editora del diario El Tiempo, primer periódico diario bilingüe. Aquí su columna “Bochinche”, que se convierte en la más comentada de la prensa en español, la mantiene en contacto con la música y los artistas puertorriqueños. Luego se desempeña como maestra y junto al director musical (entonces en sus comienzos), Willie Colón, revolucionan la escuela. Durante ese verano Dylcia aprende del maestro que ofrecía clases de swahili, el cheche cole, música del folklore africano. Le insiste a Willie que le cante un cheche cole y logra así que naciera el famoso y sabroso ritmo que Willie creó utilizando ese mismo nombre: cheche cole. En 1973 participaba en la organización
de la gran marcha a Wáshington a favor de la liberación de los presos nacionalistas. “Como tenía mi columna Bochinche”, insinúa con picardía, “logré que 19 orquestas tocaran gratis en el Manhattan Center para recaudar fondos para la transportación. La actividad fue tan exitosa que se llevaron 63 guaguas desde Nueva York para la demostración en Wáshington”.
En el 1977 Dylcia se encuentra como productora en el Canal 2 de Nueva York (cadena CBS). Pero grandes acontecimientos la obligan a cancelar sus proyectos. Acaba de confirmar que está embarazada cuando, inesperadamente, en julio de 1978, arrestan a su esposo, William Morales, quien queda gravemente herido.
“Fueron nueve meses entre citas al Gran Jurado, visitas al hospital, persecución feroz y las obligadas lecturas de libros sobre el proceso de parto”, rememora sin el más mínimo resentimiento porque, a pesar de las complicaciones, “la solidaridad de los amigos y de los compañeros se intensificó. No quiero dejar fuera a la organización Mayo 19, compuesta por norteamericanas blancas que me brindaron todo su apoyo”.
Rememorando esos años, Dylcia cambia el semblante. En tono de voz bajo, raro en ella, narra cómo en los momentos de paz le hablaba al bebé que llevaba en sus entrañas. “Como si hubiese sido grande le decía y le repetía, ‘tienes que ser fuerte... tienes que ser fuerte porque tienes que sobrevivir’. Estoy segura que me escuchó”.
Guillermo Morales, hijo, nació el 16 de marzo del 1979. Un mes después las autoridades permitieron que lo llevara al hospital para que su padre lo viera... “pero no le permitieron que lo tocara, lo pudo ver a través de un cristal únicamente”.
Dylcia se ríe de las cosas que le ocurren, como el día que la dieron de alta del New York Hospital tras haber parido. “Cuando voy hacia la calle veo un contingente de periodistas; pienso ‘me van a interrogar’ y camino en dirección opuesta y de pron-
to descubro que la prensa estaba allí cubriendo la salida del hospital de la hija del ex-presidente Nixon, Tricia, que también acababa de tener un bebé. No paré de reírme y decía, ‘a mí nada más me pasa esto’”. El 4 de abril de 1980, “a las 2:20 de la tarde en punto”, Dylcia es arrestada en Evanston, Illinois. “Los federales, estatales y municipales se pelearon los arrestados”, dice consciente de lo que significaban políticamente esos arrestos. “Ya se habían tomado las medidas para proteger a los niños. Había unos acuerdos. Por varios años no supe dónde se encontraba Guillermo. Tenía 13 meses en ese momento”.
El piso 24 del Tribunal se convirtió en su prisión, pero las terribles condiciones los obligaron a una huelga de hambre para exigir su traslado al Metropolitan Correction Center (MCC) de Chicago. Cuatro días tomó lograrlo. En este grupo se encontraban Lucy Rodríguez, Carmen Valentín, Luis Rosa, Alicia Rodríguez, Adolfo Matos, Carlos Alberto Torres, Elizam Escobar, Dylcia y el único del grupo que se convirtió, más tarde, en testigo de los fiscales, Alfredo Méndez.
“Durante el juicio nos mantenían encadenados totalmente”. Dylcia sonríe mientras lo cuenta porque su más grato recuerdo fue “ver siempre allí a la comunidad, sentir su apoyo, nunca nos dejaron solos. Al declararnos prisioneros de guerra, solamente hicimos dos intervenciones, al comienzo y al final del juicio. Aprovechamos el tiempo en denunciar la situación colonial de Puerto Rico, a favor de la independencia”.
Sentenciada a ocho años por delitos estatales y a 55 años por delitos federales, durante el primer año y medio de estar cumpliendo la enviaron a ocho prisiones localizadas en distintos estados. “Tal vez estaban haciendo estudios sobre conducta humana, o nos querían destruir psicológicamente o tal vez buscaban que nos convirtiéramos en sus informantes... pero nada les funcionó”, aunque las ofertas no cesaban. Cuando lo consideró apropiado, Dylcia pidió ver a su hijo. “Fue el momento más maravilloso de mi vida, no hizo nada más que entrar a la prisión y sabía que era mi hijo. Tenía 10 años y a los 15 se mudó a California para visitarme semanalmente”. La solidaridad por parte de otros compañeros no tuvo límites y en este caso una compañera de Nueva York, Ana María, dejó todo atrás y se mudó a California para atender a Guillermo. “Mi hijo es lo que siempre soñé. Todavía queda un vacío bien grande que espero podamos llenar ahora. Lo que ha vivido no ha sido fácil para él”, casi murmura sin que medien preguntas, que serían imprudentes.
Dylcia llevó a prisión la fortaleza que la
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caracteriza. Algunos guardias penales no podían entender esa fuerza y en ocasiones intentaron desarmarla psicológicamente. Utilizaba entonces el lenguaje más correcto, la dicción más perfecta y con la cabeza en alto, ripostaba: “Recuerde que estoy aquí porque soy una prisionera política puertorriqueña, no tengo problemas en hacer las tareas que usted me asigne porque eso no afectará mi dignidad”. Quedaba así desarmado el imbécil de turno, incapaz de entender el poder de las convicciones y los compromisos políticos.
Contrario a estas experiencias negativas, Dylcia nunca olvidará aquella supervisora negra que “al principio se negó a dar permiso para que el grupo (Carmen Valentín, Dylcia y las hermanas Rodríguez, que compartían la misma prisión) se reuniera con Lolita Lebrón. Solamente permitiría a dos y serían seleccionadas por sorteo. Nos habíamos resignado”. Sin embargo, el día de la visita la supervisora les dice: “‘Prepárense, todas se van a reunir con Lolita, no puedo privarlas de compartir con una heroína puertorriqueña’. Y nos reunimos con Lolita... ¡por cuatro horas!”
“Lo más terrible de la prisión era no poder estar con mi hijo y estar controlada por gente que uno sabía que tenía menos dignidad que uno”. Ante esa realidad, el espíritu creativo de Dylcia creció durante esas dos décadas para desarrollar proyectos educativos de gran impacto para una población penal con 70 por ciento de mujeres hispanas. Organizaba grupos de teatro, conmemoraba cuanto día le era permitido, como el “día de los niños” que celebraba disfrutándose los hijos de otras reclusas y con Antonio, el hijo de Carmen Valentín, porque el suyo estaba lejos. Las olimpiadas especiales para niños con retardación fue otra de sus actividades favoritas.
Los administradores no salían de su asombro cada vez que Dylcia les presentaba una propuesta. Esta vez logró organizar una exposición de arte en la que incluyó 19 categorías, seleccionó un jurado de la comunidad circundante y montó todas las obras creadas por las reclusas. “Estas actividades eran muy importantes por muchas razones: te permitían relacionarte con otras personas, eran momentos de recreación y entretenimiento y además las reclusas recaudaban dinero, que es muy necesario en la cárcel. Mucha gente pensará que si estás en prisión no necesitas dinero y no es así. Allí todo se vende, si tomas un curso de cerámica tienes que pagar por los materiales; para poder comer, tienes que comprar comida porque la que te dan no sirve y para mantener contacto con el exterior por medio del teléfono tienes que pagar por las llamadas, no te permiten llamar con cargos”, explica.
Dylcia nunca pensó que moriría en la cárcel. Siempre se mantuvo en contacto con Puerto Rico y con compañeros de otros estados que le informaban sobre las campañas a favor de su excarcelación. Asegura que a principios del 1999 presintió que se acercaba la hora de su salida. “Noté que el apoyo trascendía, que había más unidad entre los diferentes sectores del pueblo. Esto me llevó a preguntarme -¿cuándo el Presidente irá a firmar, cuándo se va a dar esto? Inmediatamente recapacité. Me tuve que desprender de esos pensamientos porque de lo contrario la ansiedad me hubiese matado. Sencillamente continué inventando y organizando actividades, las pocas que ahora permiten”.
Un buen día, al llegar a la comisaría encontró “que las mujeres estaban revueltas”. Seguidamente le dieron la noticia: el Presidente había firmado la excarcelación. “Corrí, aunque estaba prohibido correr en prisión, hasta donde se encontraban mis demás compañeras. De pronto nos llaman por los altoparlantes. Cuando caminamos hacia la oficina, las confinadas, que se habían congregado a ambos lados del pasillo, gritaban ‘libertad, libertad’. Fue sumamente emocionante”.
El 7 de septiembre, a la 1:30 de la tarde, el mismo día que el ex-presidente Jimmy Carter le conmutó la sentencia a los patriotas nacionalistas, el presidente Clinton firmó la excarcelación de once de los 16 prisioneros políticos.
“Si existía alguna duda de si éramos o no prisioneros políticos, ese día el Departamento de Justicia lo confirmó. ¿Desde cuándo ese Departamento permite a unos presos, que se encuentran en prisiones a lo largo del país, discutir entre sí la aceptación o el rechazo de una clemencia ejecutiva? Estuvimos negociando por varios días y el Departamento de Justicia sabía que era una negociación política y proveyó los medios para que se hiciera”, explica Dylcia.
“El momento más emocionante fue al escuchar voces que hacía 20 años no escuchábamos. Esa primera conversación provocó llanto, mucho llanto... pero luego se hizo un análisis político muy cuidadoso. Los compañeros que se quedaron fueron los que nos convencieron de que lo más correcto era aceptar las condiciones. El respeto que le teníamos se creció ante el análisis político que hicieron, la valentía de sus palabras y el apoyo que nos ofrecieron”. La petición del congresista Luis Gutiérrez para que aceptaran las condiciones fue determinante en el análisis que siguió a la oferta del Presidente.
Escoger a Puerto Rico como el lugar donde pasaría los años de su probatoria, que suman nueve, no fue difícil para Dylcia. “Siempre quise venir a vivir aquí y llegó el momento oportuno. Las muestras
de cariño no tienen límites... en apenas dos meses me adapté a vivir aquí. Sólo me falta organizarme a nivel personal, tener mi casa, el lugar donde mi hijo Guillermo pueda llegar cuando quiera, y comenzar a trabajar en producción de televisión, que es lo que me gusta y sé hacer”.
Las muestras de cariño no cesan. Diariamente, alguien se le acerca para manifestarle respeto y admiración. No empece, siempre existe una instancia en que, por alguna razón inexplicable, esa manifestación de amor se te graba. Dylcia comparte su momento: “Me encontraba desayunando en un restaurante pequeño en Dorado junto a María y Luis Alberto. Decido comprar pan y cuando camino hasta la panadería me encuentro con esta jovencita como de 18 años que se detiene, me mira fijamente y balbucea temblorosa... usted es... usted ...es -sí, yo soy- La joven suelta el pan y me abraza, y abrazadas lloramos juntas un rato. No nos dijimos nada. Me parecía tener a mi hija en mis brazos, fue un momento de gran emoción; lo que hubo fue un intercambio de corazones, jamás olvidaré a esa jovencita”.
Un taco en la garganta me obliga a reprimirme para no repetir la escena. Dylcia aprovecha la pausa para una petición muy especial: “Le pido a mi gente que no se olviden de los compañeros y las compañeras que quedan en prisión. Hay dos compañeras norteamericanas blancas encarceladas por razones políticas que no quiero olvidar porque son parte de nuestra lucha: Linda Evans y Marilyn Buck. Se debe recoger dinero y enviárselo porque la vida allí es costosa. Me alegra sobremanera la forma en que hemos celebrado nuestra llegada, pero tenemos que unir fuerzas e intensificar la lucha. Hay mucho trabajo que hacer. Sí, espero poder ver la independencia; si no yo, mi hijo la verá. Pero me siento feliz porque, como dijo Juan Antonio Corretjer, al luchar por la independencia de Puerto Rico ya somos libres”.
Publicada en CLARIDAD del 2-8 de noviembre de 1999
MIRADA AL PAÍS
EL CAMINO DIFÍCIL DE ORLANDO “PERUCHÍN” CEPEDA
Por Manuel de J. González CLARIDAD
Cuando ya Orlando “Peruchín” Cepeda se destacaba como jugador de los Gigantes de San Francisco y Roberto Clemente era uno de los principales jugadores de los Piratas de Pittsburgh ocurrió un incidente que dice mucho de lo que ambos debieron enfrentar durante su carrera en las llamadas Grandes Ligas del béisbol de Estados Unidos. Los Gigantes visitaban a los Piratas y había juego por la noche donde los dos boricuas serían rivales, pero antes del partido se juntaron para ir a almorzar. Aun cuando estaban en una ciudad del norte estadounidense donde, además, Clemente era ya muy conocido como jugador del equipo local, en el restaurante que escogieron se negaron a servirles porque eran negros. También habían llegado al restaurante hablando en español, lo que agravó su situación. La anécdota se la escuché al propio Cepeda en 2012 cuando fue el orador invitado a la Cena Gala en beneficio de CLARIDAD celebrada en el hotel La Concha de San Juan. Al siguiente día del evento fui con Pablo Rivera a visitarlo a su apartamento de Isla Verde para agradecerle su apoyo al periódico y allí, mientras departíamos, escuché de sus labios esa y otras historias de su vida como pelotero en Estados Unidos. No recuerdo si Cepeda mencionó el año de aquel encuentro con Clemente, pero debió haber sido en la primera mitad de la década de 1960 porque jugó con los Gigantes entre 1958 y 1966. Para esos años ya la lucha del pueblo negro estadounidense contra el racismo había alcanzado algunos logros, pero el discrimen y el abuso racial seguían
siendo la norma. Para la fecha del incidente en Pittsburgh apenas habían trascurrido 15 años de que se permitiera el primer pelotero negro en un equipo de las Grandes Ligas y la gran mayoría de los jugadores seguían siendo blancos formados en un ambiente de odio racial.
Para los puertorriqueños, igual que para otros latinoamericanos al racismo se unía la barrera del idioma. “Como muchos jugadores latinoamericanos, Cepeda no hablaba inglés”, dice el periodista deportivo Chris Haft, en un artículo publicado en MLBN. com tras el reciente fallecimiento de Peruchín; “tampoco entendía las racistas leyes Jim Crow vigentes en la mayoría de los pueblos sureños, incluyendo Salem, Virginia, a donde los gigantes inicialmente lo enviaron.”
En el artículo de Haft se narra otro incidente, esta vez con un compañero del equipo de los Gigantes a quien el periodista no identifica. En un momento en que Cepeda hablaba con el también boricua José Antonio Pagán, un lanzador del equipo les gritó que como estaban en Estados Unidos no podían estar hablando en español. La reacción de Cepeda fue hablar en inglés, que ya había aprendido, pero para lanzarle una andanada de malas palabras al gringo.
Cepeda, Clemente, Víctor Pellot, Rubén Gómez y otros jugadores boricuas que comenzaron sus carreras a mitad del siglo XX pudieron jugar en Grandes Ligas porque en 1947, con Jackie Robinson, había comenzado a descorrerse el velo de la segregación racial en ese deporte, pero igual que los jugadores negros estadounidenses, su camino al estrellato en el deporte estuvo repleto de obstáculos que no tuvieron que enfrentar
los jugadores blancos.
A diferencia de los otros jugadores latinoamericanos que desde Cuba, Venezuela o República Dominicana llegan al beisbol de Estados Unidos, los boricuas son “ciudadanos americanos”, pero esa condición sólo les sirve para no tener que gestionar una visa para entrar a territorio estadounidense. Todo lo demás era y sigue siendo lo mismo. Igual que los otros latinoamericanos sufren en el mismo discrimen étnico, el mismo rechazo por desconocer el idioma y se enfrentan al mismo odio racial. A mediados del siglo XX, cuando el rechazo era abierto y hasta “legal”, las condiciones que enfrentaron fueron terribles. Luego mejoraron, pero las barreras no desaparecieron. Recientemente, en pleno siglo XXI, el pelotero puertorriqueño Carlos Beltrán, junto a otros jugadores latinoamericanos, dio una batalla para que los jugadores recién reclutados pudieran tener acceso a un intérprete, beneficio que se les estaba otorgando a jugadores provenientes de Japón.
Enfrentando el rechazo étnico y racial, jugadores como Cepeda y Clemente se desarrollaron hasta llegar a ser estrellas del beisbol estadounidense convirtiéndose, de paso, en auténticos héroes de los puertorriqueños. Cuando se escriba la historia de la nacionalidad puertorriqueña a lo largo del crucial siglo XX, habrá que reconocer el deporte como uno de los elementos que ayudaron a su consolidación. A lo largo de ese siglo, tan reciente y próximo, nuestra nacionalidad creció y se consolidó mientras se enfrentaba a deliberados intentos de destrucción. Nuestros héroes deportivos, llenándonos de orgullo patrio, contribuyeron y contribuyen a esa cohesión.
Las asociaciones que agrupan a los patronos en Puerto Rico cabildearon para que el archipiélago sea excluido de un aumento que pudo haber aplicado a 45,000 trabajadores.
SEGUNDA EXCLUSIÓN DE PUERTO RICO EN REGLA FEDERAL LABORAL AUMENTA LA BRECHA SALARIAL
Por Laura M. Quintero CLARIDAD
La brecha salarial entre Estados Unidos y Puerto Rico se ha agravado durante los últimos 20 años, luego de que el Departamento del Trabajo de Estados Unidos (DOL, en inglés) excluyera a Puerto Rico, en 2019, de la revisión del salario mínimo requerido para eximir a los empleados ejecutivos, profesionales o administrativos del pago de horas extra. Ahora, entra en vigor otro aumento del cual Puerto Rico es excluido por segunda vez consecutiva, por petición del Departamento del Trabajo de Puerto Rico y asociaciones patronales.
“La disparidad salarial entre Puerto Rico y los 50 estados es ahora más pronunciada que en 2004”, lee el informe preparado por DevTech Systems, consultora financiera de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal de Puerto Rico (AAFAF). El secretario del Trabajo, Gabriel Maldonado González, utilizó el informe de la empresa para pedir que Puerto Rico fuera excluido del aumento propuesto hasta que se hagan análisis más profundos.
Tanto Maldonado González como la Comisión Evaluadora del Salario Mínimo sometieron comentarios al DOL solicitando que ese ente, creado mediante la Ley 47 de 2021, pueda proponer un aumento del umbral salarial que sea acorde a la economía de Puerto Rico.
“Es parte de la agenda de trabajo de la Comisión”, confirmó el profesor de Relaciones Laborales de la Universidad de Puerto Rico, Iyaris Ríos González, quien es miembro de ese ente. La entidad contrató a la firma de consultoría Abexus Analytics para estudiar qué aumento aplicar a las categorías de empleados exentos, agrícolas y de propinas.
Ríos González explicó que con el aumento del salario mínimo a $10.50 para los empleados no exentos, la brecha entre el exento y no exento será de apenas $35 semanales. “Los trabajadores exentos no van a tener ningún incentivo para realizar tareas o funciones adicionales y le pueden decir a sus patronos: ‘No, califícame como no exento y págame las horas extra’”, reconoció.
A juicio de la economista Martha Quiño-
nes, aumentar la disparidad salarial entre Estados Unidos y Puerto Rico “tiene sus efectos”, como, por ejemplo, incentivar la emigración y el desplazamiento de la población puertorriqueña. “Las personas, buscando mejores condiciones de trabajo, se van de Puerto Rico. Es como si cada vez les ponen la vida imposible a los trabajadores. La gente se quiere quedar, pero los costos están cada vez más altos”, opinó.
La regla federal, anunciada en abril y que entró en vigor este 1.0 de julio, supone un aumento del salario anual requerido para eximir a los empleados del pago mandatorio de horas extra. En Estados Unidos, el umbral salarial anual es de $35,568; pero en Puerto Rico no se revisa desde hace 20 años, por lo que sigue siendo de $23,660 anuales. Es decir, todo empleado que realice labores profesionales, administrativas, ejecutivas, de computadoras o ventas exteriores puede trabajar más de las 40 horas semanales sin que le compensen por ellas.
Con la regla nueva que entró en vigor este mes, cientos de patronos en Estados Unidos tuvieron que decidir entre aumentar el salario de sus empleados exentos a $43,888 anuales, reducir (o eliminar) sus horas extra o pagar una tarifa equivalente a hora y media por cada hora extra trabajada en exceso a las 40 horas semanales. En enero de 2025, el umbral será de $58,656 anuales. Puerto Rico fue excluido, tal como lo solicitó el Gobierno de Pedro Pierluisi.
“El aumento al salario mínimo de los empleados exentos responde a una necesidad real que tiene que ver con muchos factores, entre ellos, la inflación; pero, sobre todo, el deseo de los patronos de no pagar por exceso de 40 horas semanales”, explicó el abogado laboral y sindical, Manuel Rodríguez Banchs.
La agencia federal estimó que hasta
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TRES VECES TRANS, TRES Y MÁS: SOBRE LAS MEMORIAS DE ALEXANDRA DERUIZ
RECUERDOS DE DYLCIA PAGÁN Y SUS CONTRIBUCIONES CULTURALES
EDDIE AGUIAR
Ayer perdí una compañera, amiga, hermana. Por casualidad laboramos en el mismo taller, WGBH-Boston pero no nos conocimos hasta que la compañera Rosaura (Pucha) López me la presentó en Puerto Rico, después de su salida de la cárcel.
Dylcia Pagán nació en Nueva York, parte de una familia nacionalista y desde la niñez estaba destinada a una vida de grandes logros. De niña fue una de las estrellas del programa de niños de WNET en NY. También fue una de las fundadoras del programa “Realidades” en WNET-NY, el primer programa puertorriqueño que se transmitía en la televisión pública.
Desde muy joven participó en todas las luchas de justicia social, fue una de las organizadoras de Puerto Rican Student Union (PRSU), organización que impulsó la creación de los estudios puertorriqueños y el Centro de Estudios Puertorriqueños en la ciudad de NY. Fue organizadora de múltiples organizaciones culturales en la ciudad. Dylcia también fue integrante del Young Lords Party.
Fue productora de TV en varias estaciones de NY y Boston y es durante esa época que se integra a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), decisión muy valiente ya que en el momento de más éxito en su carrera como productora decide integrarse a la vida clandestina. Una decisión que le costó muy cara, no solo por los casi 20 años que pasó en la cárcel, sino porque tuvo que entregarle su único hijo a una pareja de Chihuahua, México, quienes criaron a Ernesto como su propio hijo. Me consta que Carlos Gallisá y Lourdes Muriente siempre velaron por su salud y bienestar, además de su eterna hermana, Rosaura “Pucha” López.
Son muy poco los que deciden dejar la fama, gloria y dinero por la liberación de la patria. Dylcia era una gran productora de TV y lo dejó todo por la patria. Fue una de las imprescindibles.
Lo único que lamento es que hace dos semanas me pidió que la llamara y con el traqueteo de la vida no pude y me quedé sin poder tener esa última conversación.
Te voy a extrañar Dylcia, gracias por atención, cariño y amor. Hasta siempre, compañera, siempre estarás presente.
Luis Cordero Santoni
En marzo de 2009, en NYC, Cemi Underground or-
ganizó un evento por Dylcia Pagán en el que ella le presentó a nuevas audiencias algunos de los trabajos mediáticos a los que se había dedicado antes de la cárcel.
Aunque será recordada como una leal luchadora por la independencia de Puerto Rico y la lucha anticolonial, también fue una de las primeras defensoras de la inclusión de la cultura puertorriqueña en los medios de comunicación. Con ese fin se convirtió en productora de televisión y una de
las pioneras en llevar la cultura latina a la televisión pública. Uno de los programas que produjo fue “Realidades”, en el Canal 13 de Nueva York, a finales de la década de 1970. Con ese fin, Cemi Underground, en 2009, presentó una proyección de uno de los espectáculos que produjo.
Dylcia será extrañada por todos los boricuas que e precien y por aquellos de nosotros que abogamos por el derecho inalienable de Puerto Rico a la independencia.
SERÁ OTRA COSA SER UN GATO
SOFÍA IRENE CARDONA ESPECIAL PARA EN ROJO
(1)
En octubre de 1963, Félicette (originalmente llamada simplemente C 341) fue la primera gata en viajar al espacio. Antes de ella, habían enviado tortugas a orbitar la luna, y después, a dos arañas jardineras, Anita y Arabella, y hasta a miles de aguavivas a reproducirse y convivir en un space shuttle. Los rusos, en los primeros viajes al espacio, enviaban perros, los americanos, monos.
La perra Laika, como se sabe, murió de calor en órbita en 1957. Habrá sido un alivio para los otros animales enterarse de que los humanos empezaran a lanzarse en persona a la aventura. La gata parisina fue y vino sana y salva (a diferencia del gato que lanzaron días después), pero a los dos meses convirtieron a Félicette en material de laboratorio. Los científicos franceses no aprendieron nada de la autopsia, pero décadas después la conmemoraron en un sello postal y, en el 2019, la Universidad de Strasburgo erigió una estatua en su honor. Así se compensan, a veces, los desmanes de la civilización.
(2)
Animal cauto, animal que mueve la cola, animal que dice miau, que va tras el ratón, tras la hoja que mueve el viento, animal que se acurruca junto a mí mientras escribo. ¿Qué puede enseñarnos esta criatura sobre el universo? Puesta a imaginar, imagino ser un gato. Trato de ocupar su lugar en medio de la habitación, entorno los ojos como si tuviera párpados felinos, me quedo quieta. Siento el espacio alrededor de mí, la luz que entra por la ventana. Puesta a imaginar, podría ser un gato egipcio, gato embalsamado hace miles de años junto a obsequiosos ratoncitos, gato tratado con veneración, gato encerrado. Con mala suerte podría ser gato medieval, gato convertido en bolsa de dinero, en ingrediente de remedio o de guiso desesperado,
gato lanzado a la hoguera, gato negro que cruza la calle y espeluzna al viandante, gato entre los musculosos brazos de los facinerosos, mimado por manos asesinas.
Puesta a imaginar, podría ser gata de una casa en una ciudad sitiada, trazando un nuevo plano entre las ruinas, buscando un lugar seguro, preguntándome por el orden de ese otro mundo que surge del polvo. Saldría despavorida con cada explosión, y en la calma me pasearía entre las piernas de quienes encontrase en el camino, sin distinguir quien huye de quien ataca.
Es una suerte ser gato en la paz, en esta casa mía levantada del suelo. Desde acá veo cruzar los pájaros, y sé que son inalcanzables. Como gata, merodeo por el balcón en las mañanas, cazo lagartijas furtivas, y soy gata fantástica o muy concreta; figuro en escritos como éste. Otra es la que escribe. Podría ser, en efecto, gata misteriosa como misterioso es el origen de las huestes felinas, su evolución, su relación con los animales humanos.
Cabe preguntarse cómo la primera de esas bestias entró a la casa, acarició las piernas de sus habitantes, se sentó frente a la hoguera a compartir el ruedo de las conversaciones; porque así son los gatos, les gusta estar aquí, puro presente, sin necesariamente participar, dominar, disponer de lo ajeno; el gato escucha, siente, se suma al grupo.
Lo que no puede hacer un gato es proyectarse al futuro pues dicen los científicos que los lóbulos frontales de su cerebro no están desarrollados. Sí tienen memoria del pasado. Presumen que su pensamiento, pues, está centrado en protegerse, mantenerse lejos de los depredadores, y en ser felices. Es, sin duda, un animal capaz de habitar en el desastre.
(3)
Los gatos, según cuentan, parecen ser buenos navegantes. Algunos de los puertos más antiguos
están repletos de gatos provenientes de varias generaciones de felinos viajeros. Así se explican las muchas variantes de los gatos callejeros de Estambul, donde estos animales campean desde hace siglos por sus respetos para el beneplácito de sus habitantes. Los antiguos egipcios parecen haber tenido una estrecha relación con los gatos a juzgar por la iconografía más antigua. Aparecen entre sus símbolos, como una de sus diosas, asociado a la fecundidad y sus derivados - luz, energía, misterio, nocturnidad. Mucho antes se pintaron felinos en las cuevas de Lascaux y desde entonces siguieron figurando en el arte, ocupando discretamente su lugar en la imagen de la civilización humana.
En Japón el gato, de hecho, tiene una larga e interesante historia. Se les asocia a lo bueno y a lo malo, se les representa de forma temible o sublime, se les imagina transformado en híbrido humanizado, en monstruo amenazante, en mago tenebroso y hasta en anciana. Asociado a las mujeres y la buena suerte, los japoneses le atribuyen al gato la facultad de espantar los malos espíritus. Debe ser por eso que los gatos suelen sentarse cerca de los umbrales de las entradas a las casas, para que no entre nada malo, ninguna amenaza. Quienes viven con gatos saben que un gato ocupa una verdadera casa.
(4)
Hace miles de años los gatos andan por ahí, entrando y saliendo de las habitaciones. Han sido mercancía, adorno, presa, ofrenda sacrificial, enigma y símbolo. Han viajado en caravanas, en barcos y hasta en naves espaciales. Se les ha percibido como amenaza, como animal de compañía, como criatura admirable y ser protector. Han sido objeto de adoración, de burla y de violencia. La internet está llena de historias, bulos y memes sobre gatos; y en el arte pictórico y la literatura también han servido para la denuncia, la sátira y lo sublime.
La internet sabe que he estado leyendo sobre gatos, y me presenta escalofriantes historias de gatos fugados de Fukushima o conviviendo plácidamente con presos en una cárcel chilena, gatos que comen con palitos o abren puertas, gatos rescatados de quebradas y gatos que huyen de la guerra en brazos de una niña. Aparto la vista de la pantalla y miro a los ojos de la gata.
Serena, como si tuviera ella la clave de un secreto primigenio, se incorpora elegantemente sobre sus patas y en gentil balance salta al suelo para irse a merodear por el pasillo. Estas criaturas saben algo. Se sientan junto a nosotras, pero no sueltan prenda, como si recordaran a Félicette, a los gatos lanzados en la hoguera, como si todavía no mereciéramos la gracia de sus revelaciones.
TRES VECES TRANS, TRES Y MÁS: SOBRE LAS MEMORIAS DE ALEXANDRA DERUIZ
EFRAÍN BARRADAS ESPECIAL PARA EN ROJO
Descubrió la respuesta a la pregunta de dónde estaba la verdad de sus tacones. En ellos descansaba todo lo que existe. Eran sus instrumentos de trabajo, de lucha y supervivencia. Con ellos podía correr para escapar del mundo y seguir en él, eran su hogar, su compañía, sus hermanos políticos.
—Rafael S. Morla, Saunatopía
El prefijo trans está presente en múltiples palabras que forman nuestro vocabulario de uso diario: transferencia, transportación, transitorio… Pero en nuestros días algunos críticos y teóricos de los estudios literarios y culturales se han valido de este prefijo – y de otros, como post y neo – para crear términos que les sirvan para presentar sus ideas. A veces lo hacen de forma muy apropiada y otras de manera innecesaria y hasta forzada. Pero en el caso que ahora me interesa, las memorias de la mexicana Alexandra R. DeRuiz, Crucé la frontera en tacones: Crónicas de una TRANSgresora [sic], (Madrid/Barcelona, Editorial Egales, 2023), el uso del prefijo es muy acertado y, más aún, su empleo explica y justifica mucho del contenido del libro. Así es porque Alexandra DeRuiz es una mujer trans y en su texto recalca muy enfáticamente el empleo de ese prefijo y, al así hacerlo, este pasa de prefijo
(transgresora) a adjetivo (mujer trans). Pero ella es trans en muchos sentidos.
Por ejemplo, porque en una parte muy importante de sus memorias relata su cruce de la frontera entre su país y los Estados Unidos. De ahí el título del libro. Las múltiples transacciones y transformaciones de su identidad – de niño a mujer, de mexicana a chicana, de víctima a activista – justifican muy
efectivamente el empleo de dicho prefijo que se convierte en adjetivo y que, en su caso, no se emplea de manera superficial ni juguetona sino como definición radical de su persona y su personalidad.
Crucé la frontera en tacones… es un libro de memorias, lo que hoy llamamos una narrativa del yo. Por décadas la crítica ha estudiado este género literario y ha identificado en él un subgénero creado por escritoras que presentan su obra desde pará-
metros femeninos y feministas. Para esas narrativas del yo se han inventado el término “autoginografía”. Buenos ejemplos de este subgénero son las memorias de Sandra Cisneros y Malala Yousafzai. También los críticos han definido otro subgénero en el que el protagonista relata la superación de sus conflictos personales y sociales y se presenta, por ende, como modelo para que otros lo emulen.
A estas se las llaman autobiografías confesionales; las de Agustín de Hipona y José Blanco White son buenos ejemplos. Crucé la frontera en tacones cabe en estos dos subgéneros de las narrativas del yo ya que tiene un enfoque feminista y, a la vez, la autora se presenta como modelo para otras mujeres. Valdría la pena leer estas memorias desde estas perspectivas críticas. Pero mi acercamiento al libro es algo distinto, no tan técnico, aunque mi comentario tiene presente estas importantes categorías literarias.
Alexandra nació niño, pero desde muy temprano supo que era niña. Esta condición es lo que los sicólogos llaman “disforia de género”, concepto problemático ya que convierte una situación natural en patología. Activistas como ella luchan por cambiar esta definición imperante todavía hoy en el mundo médico. Algo parecido pasó en el siglo pasado cuando la homosexualidad dejó de ser consideraba una enfermedad y, tras arduas luchas, hoy se clasifica como una condición natural. (Ojo: no perdamos de vista la diferencia entre lo natural, lo que se da en la naturaleza, y lo normal, lo que presupone una mayoría o una norma social.) Las activistas luchan hoy por la despatologización de la disforia de género. Alexandra es una experta en el tema y participa en foros internacionales en esa lucha. ¿Pero, cómo llegó a serlo?
Estas memorias afirman la identidad femenina de la autora. Por ello, nunca se nos dice cuál fue el nombre que le dieron al nacer. Ese ocultamiento sirve como excelente técnica de autoafirmación. Pero sí nos cuenta algunos detalles de su infancia y adolescencia. Nos dice cómo desde muy temprano en su vida y con el apoyo y respeto de su madre, Catalina, pudo adentrarse en el mundo gay del momento, particularmente el de la Zona Rosa de Ciudad de México, entonces un mundo de bares, cafés, clubes y galerías que propiciaba cierta libertad sexual, artística e ideológica, a pesar de la
represión policiaca encarnada por el brutal jefe de la policía del momento, el Negro Durazo (Arturo Durazo Moreno, 1918-2000).
Pero pronto Alexandra se dio cuenta de que tenía que salir de ese ambiente, que tenía que alcanzar mayor libertad y que tenía que transformar plenamente su identidad. Joven, inteligente y capaz, se valió de su talento como bailarina y a los quince años salió de la Ciudad de México y se fue al norte del país, a Baja California, primero a La Paz y, más tarde, a Tijuana, ciudad fronteriza con los Estados Unidos. Aunque Alexandra no nos da muchos detalles de su vida en ese periodo – siempre nos quedamos con deseos de saber más y más –, podríamos calificar la suya como una narración de tonos picarescos, especialmente este periodo de su vida.
En Tijuana, ciudad impactada por el bajo mundo, conoció a una mujer, también bailarina en el club donde trabajaba – no sabemos si era trans o no – que se convirtió en su segunda madre. La conocemos sólo como Payaya porque era sordomuda y esos eran los únicos sonidos que podía emitir.
Con esos y con múltiples gestos se comunicaba. Payaya – para mí el personaje más conmovedor del libro – conocía caminos escondidos en el monte fronterizo y guió por ellos a Alexandra hacia San Diego, California. Las aventuras de ese cruce son otro momento trans del libro en el sentido de tránsito y transgresión. Con la ayuda de Payaya y de una pareja de lesbianas que vivían al otro lado de la frontera, Alexandra llegó a Los Ángeles y finalmente – no contaré sus aventuras; quien quiera conocerlas debe leer el libro – logró su transformación a la mujer trans que es hoy. ¿Por qué cuenta Alexandra su historia? ¿Por qué creo que este libro es importante y vale la pena leerlo y comentarlo? Ella misma responde a esas preguntas: “… siento que escribo esto para narrar mi propia historia, por convicción propia y porque siento que es una obligación ser una voz para aquellas que no tuvieron la oportunidad” (118).
Al final del libro y como homenaje esas otras mujeres no tan afortunadas, Alexandra enumera los nombre de algunas de ellas. Esos magníficos nombres – la Chuchette, Angélica la Ventanales, Claudia la Chayota, Diana la Chocolata… – reflejan el mundo picaresco en que vivieron y en el que sobrevivieron sólo algunas de estas valientes mujeres trans.
Alexandra sobrevivió. Y hace en su libro muy claro que así fue gracias a la solidaridad de sus amigas y compañeras que crearon junto a ella una comunidad protectora y llena de esperanzas, a pesar de los momentos difíciles y hasta peligrosos por los que tuvieron que pasar. Ya decía que estas son memorias que intentan servir de ejemplo a otras personas, especialmente a otras mujeres trans, para que encuentren el camino a la sobrevivencia. En muchas formas, este libro me sirvió para internarme en un mundo y unas circunstancias ajenos a las mías. Que yo sepa, Alexandra es la primera mujer trans que he conocido.
Sé que soy afortunado por haberme topado con una persona extraordinaria. Y gracias a ese encuentro puedo reconocer que su mundo y sus circunstancias son parte del gran mundo en que vivimos todos y el que, por ello, tenemos que compartir con estas mujeres y con muchos otros seres distintos a nosotros. Las diferencias no pueden bloquear la empatía ni la solidaridad. Por ello mismo mi gran crítica a estas memorias es que Alexandra no nos aclara algunos puntos importantes de su vida y, sobre todo, que no nos dan más detalles sobre las peripecias que le tocaron vivir, que nos dejan con unas inmensas ganas de saber más y más sobre su vida y la de sus amigas, vidas a veces trágicas, a veces afortunadas, pero siempre solidarias.
Estoy seguro que hay muchos como yo que no conocen el mundo de las mujeres trans. Este libro definitivamente nos ayudará a conocerlo y también a conocer el de los y las emigrantes hispanos a los Estados Unidos quienes cruzan la frontera como Alexandra lo hizo, aunque no sea en tacones. Por ello mismo ella crea otro neologismo, “translatinas”; lo crea para denominar a esas mujeres que, como ella, cruzaron la frontera y se tuvieron que enfrentar a otros formas de opresión en el Norte para alcanzar sus metas.
Por todo ello, entre muchas otras razones, este es un libro importante y, por ello mismo, hay que agradecerle a su autora las puertas que nos abre a través de sus memorias para entender mejor esos mundos que también son nuestros aunque no seamos trans.
PRESENTACIÓN DE LA REVISTA MOMENTO CRÍTICO, VOL 2
ALEJANDRO CARPIO
El volumen 2 de momento crítico recoge artículos publicados entre el 2021 y el 2022, en ese periodo ligeramente postMaría y todavía no del todo postpandemia. El potpurrí de perspectivas recoge muchas de las preocupaciones políticas más apremiantes de la isla, siempre desde un ángulo de izquierda; por momentos más marxista, por momentos más ecológico, por momentos más feminista, aunque siempre marxista, ecológico y feminista.
EL LIBRO ESTÁ DIVIDIDO EN CUATRO SECCIONES
La primera abre con una recapitulación histórica, a cargo del Prof. Rafael Bernabe, sobre por qué acusar de vagos a los trabajadores más vulnerables es tanto incorrecto como abusivo. Continúa con un repaso de Manuel Rodríguez Banchs, más sucinto pero igualmente completo, de uno de los issues más impostergables de la política local: la crisis económica que el bipartidismo ha confeccionado gracias a una mezcla de corrupción, ineptitud y lo que solo puede describirse como “fundamen-
talismo capitalista”: esa fe (no sé si profesada con devoción o por conveniencia) de que realmente hay una mano todopoderosa —la mano invisible del mercado— que todo lo regula, todo lo dirige y todo lo resuelve. El tercer ensayo, también a cargo del Prof. Bernabe, termina con una amonestación certera: la denuncia sobre la “clase política” debe afinarse, ya que es preferible considerar que “los partidos políticos no dividen al país, el país está dividido en clases” (103). En el cuarto ensayo, con el que termina la primera sección, Verónika Banuchi y Randiel Negrón documentan la historia del sub-salario mínimo que cobran los trabajadores que ganan propinas; esta documentación considera, en uno que otro momento, la experiencia personal de los autores cuando trabajaron en la industria de la comida.
La segunda sección del libro comienza con una invitación a considerar un aspecto reaccionario de la era de la informática. Ángel Rodríguez plantea que, desde la seguridad incompleta de la pantalla, perdemos de vista la humanidad (en ocasiones, otreica) del interlocutor y apostamos por un victimismo despolitizado: “dejamos de ser subalternos para convertirnos en víctimas” (126). El segundo artículo de esta segunda sección anuncia una segunda entrega, que espero con ansias y que no está escrita todavía; Rodríguez Banchs y Jorge Lefevre resumen el modelo de propaganda de Chomsky, la “máquina de fango” de Umberto Eco y la politización del “lawfare” como arma política. En la anticipada continuación del ensayo, los autores aplicarán esas herramientas al caso puertorriqueño; insisto en que quedo a la espera, y con interés. Me provocan curiosidad dos cosas: los rasgos específicos que el modelo de propaganda cobra en el caso puertorriqueño y cómo se aplica —si es que se aplica— a las redes sociales.
La tercera sección del libro se titula “La encrucijada ambiental en Puerto Rico”, y contiene tres ensayos de Pablo Segarra y un relato vivencial de Josué R. “Wisin” Díaz Coss. Ambos autores apuntan al desarrollo de la industria agrícola puertorriqueña con sumo entusiasmo, y queda claro que su apuesta se centra en el desarrollo local y socializado de esta industria. En uno de sus artículos, Segarra les presta atención a los suministros de agua de la isla; en otro, a los efectos devastadores del cambio climático y a posibles vías de combatirlo; en otro, a varios proyectos fallidos de inversión extranjera para el desarrollo de la industria agrícola local.
La cuarta sección está delimitada por consideraciones de derechos civiles, principal pero no únicamente, feministas. Yanira Reyes Gil historia las estrategias anti-aborto que se han estado implementando desde la Corte Suprema federal hasta las legislaturas estatales, y que van desde reducir
el momento en que se puede realizar un aborto hasta requerir que se ausculten latidos de corazón del feto, entre otras. Vanessa Contreras Capó incluye un análisis comparativo entre la noción de la autodefensa feminista y la apuesta por un sistema de denuncia que no replique las políticas punitivas y carcelarias del estado. La justicia restaurativa, escribe Contreras Capó, reconoce que “el castigo tampoco logra cambiar las violencias sistémicas” (191), por lo que reclama replantearlo, sobre todo en lo relativo a las “cancelaciones”, que son una suerte de cadena perpetua. Maya Alejandra Rodríguez-Reyes aporta una nota sobre la labor de María Dolores “Tati” Fernós, la primera Procuradora de las Mujeres de la isla, quien a su vez reflexiona sobre la politización de ese puesto en administraciones recientes. Luego siguen dos artículos originalmente escritos en inglés por Shui-yin Sharon Yam y Dianne Feeley, respectivamente, que reaccionan a la revocación de Roe vs. Wade. La colección termina con la charla de agradecimiento de Reyes Gil de cuando ganó la Medalla Nilita Vientós Gastón y un epílogo a cargo de Gabriela Quijano en el que la autora evalúa los textos anteriores bajo una óptica que llama “posthumanismo multiespecista”. Debo decir que aunque los últimos ensayos versan específicamente sobre el aborto y la violencia machista, la perspectiva de género está aplicada a lo largo de las piezas de la colección, aunque no traten sobre temas reconocibles como “estrictamente femeninos” (por ejemplo, el “agravante” de ser mujer en el contexto de la industria de la comida, que comentan Banuchi y Negrón).
Los escritos de Ángel Rodríguez, Vanessa Contreras Capó, Jorge Lefevre y Manuel Rodríguez Banchs aluden a las “reproducciones ideológicas del liberalismo burgués y […] el empresarismo capitalista de los medios” (vi). La interesantísima discusión reclama que se le dé seguimiento, ya sea en el tercer volumen impreso (cuando salga) o en la página electrónica de momento crítico. La perspectiva de Ángel Rodríguez y Vanessa Contreras no me parece menos urgente que la de Lefevre y Rodríguez Banchs, que se refieren a la prensa principalmente: las cancelaciones horizontales que se efectúan en las redes sociales (sobre todo, por faltas de carácter lingüístico) son contraproducentes y lo opuesto de estratégicas, máxime cuando se dirigen a compañeros con los que uno difiere o que se han expresado con incorrección. Este punto, que subrayan Ángel y Vanessa, afortunadamente cada vez se expresa más.
Se trata, pues, de una compilación de artículos que abarca temáticamente una gama de inquietudes políticas de la izquierda puertorriqueña. Como “no man is an island”, quiero comentar rápidamente los “momentos críticos” en que los ensayos enlazan la discusión sobre la situación colonial con algunos de los eventos más apremiantes de la política in-
ternacional de los últimos cuatro años: Covid, la guerra contra Rusia y el calentamiento global.
Se mencionaron dos consecuencias de las políticas de Covid: por un lado, el Prof. Bernabe comenta la nefasta eliminación de los “programas de apoyo económico a las personas que perdieron su ingreso” en medio de los lockdowns; por otro, Banuchi y Negrón critican la responsabilidad que los patronos lanzaron a sus empleados de vigilar que se cumpliesen con las disposiciones de salud decretadas en la pandemia. Al día de hoy, discutir las políticas de Covid provoca bochorno a muchos niveles porque estas debieron improvisarse y, además, incitaron neurosis y apasionamiento partidista. No conviene ignorarlas, como el reciente avance de la derecha europea demuestra; plantea el New York Times del pasado 10 de junio, reflexionando sobre las elecciones en Europa: “Other factors contributing to the right’s rise include lingering anger over Covid-era policies, as well as the inflation that grew in the wake of the pandemic and as a consequence of the war in Ukraine”. Este factor pesa más en Estados Unidos y Europa que en la isla, pero un pequeño protagonismo tiene en nuestra clase política, considerando que en la Legislatura puertorriqueña la figura más vocal en contra de los excesos de la pandemia fue (lamentablemente) Joanne Rodríguez Veve. Otra consecuencia de las políticas de Covid es el actual estado de rezago en la comunidad estudiantil, que podemos atestiguar algunos de nosotros, que impartimos clases. El tema debería seguirse explorando y discutiendo para ver si damos con una explicación de estos fenómenos.
La colección recoge ensayos publicados entre 2021 y 2022, por lo que sus textos no han gozado del espacio para digerir cómo la invasión de Ucrania y la subsiguiente guerra contra Rusia afectan el día a día del 100 x 35; esto recién se está comenzando a entender y pensaría que solo tendremos una idea clara de aquí a un tiempo. Segarra menciona una importante consecuencia de la guerra: el aumento en el costo de los cereales. El Consejo Europeo estima que ha habido una disminución de 29% en la producción de granos y aceite de girasol en Ucrania entre 2022 y 2023, lo que encarece los precios a nivel global. El ensayo de Rodríguez Banchs y Lefevre, a su vez, revela la herramienta que debemos manejar para descifrar la causa del
enorme fracaso de la “izquierda” estadounidense (y parte de la colonial) a la hora de posicionarse en contra de la guerra de proxy contra Rusia. De mi parte, conozco gente que hace años denunciaba el rol de Estados Unidos como “policía del mundo” y a partir de la vehemente y efectiva manufactura del consenso producida por los medios, la publicidad y sectores importantes de la academia que hoy día se declaran partidarios de “ir a defender la democracia” y “luchar contra el fascista Putin”. Esta manifestación de jingoísmo enajenado de la geopolítica es una clara victoria de los mecanismos que describieron Chomsky y Herman en su libro y que resumieron Rodríguez Banchs y Lefevre.
Finalmente, fueron Segarra, Bernabe y Quijano quienes aportaron a la discusión ambiental en esta ocasión. Los autores abogan por un contraataque socialista a la amenaza del cambio climático; este privilegia la energía renovable y la disminución de emisiones de carbono por parte de las economías desarrolladas (el “primer mundo” o “norte global”). Por ejemplo, el Prof. Bernabe prescribe “reducir las emisiones de CO2, detener la deforestación, suprimir la energía fósil y remplazarla con energía renovable, reducir el consumo de energía […] en pocas palabras, […] abolir el capitalismo” (99). Se trata, por supuesto, de una receta prudente, pero si se me permite una dosis de pesimismo, no parece que se vaya a tomar en serio.
Esto que diré a continuación no es en absoluto una crítica a la solución que plantean los autores, sino una consideración, quizás motivada por la desesperanza, con la que pienso que en algún punto deberíamos lidiar. Les comparto mi pesimismo para ver si me pueden sacar de él.
Si uno observa con frialdad la prognosis del calentamiento global y la compara con la voluntad política que hay para atenderla de la manera que determina la izquierda, no llega a conclusiones muy entusiastas que digamos. Esto, no solo por el avance de negacionistas ambientales a nivel global (el caso más importante es Donald Trump, pero también hay una importante contrapartida europea), sino por la inutilidad de la “izquierda” hegemónica para atender el tema: por ejemplo, ¿cómo es posible que Bernie Sanders y el Squad (AOC, Ilhan Omar, etc.) hablen de reducir las emisiones de
carbono para proteger a las futuras generaciones a la vez que envían miles y miles de millones de dólares a una guerra suicida que además de haber devastado a Ucrania deja una terrible huella de carbono en el planeta? La semana pasada leí que la guerra ha emitido 175 millones de toneladas de CO2 (más que las emisiones anuales de Venezuela u Holanda y equivalente a poner 90 millones de carros en las calles), una posible subestimación que no incluye cosas como las 115,000 toneladas de gas natural que se soltaron luego del estallido de Nord Stream. Con todo, la “izquierda” institucional gringa insiste en financiar la guerra, un traspaso multibillonario a la industria de armas que se promociona como una “guerra justa”, y que empeora profundamente la situación climática. Esta contradicción es tan palmaria, que hasta los republicanos hacen chistes al respecto. De más está decir que si uno se posiciona delante del espectro político oficial estadounidense, en la medida en que uno se aleja de esta “izquierda”, el compromiso con la destrucción del medioambiente es cada vez más palpable hasta llegar a los negacionistas de la extrema derecha; procedo “a fortiori”.
Así que tenemos, de un lado, que Estados Unidos no va a reducir sus emisiones de carbono, eso no va a suceder; de otro lado, es injusto exigirles a India, Pakistán e Indonesia que adelgacen su desarrollo. La izquierda debería entender que nada de esto va a suceder, lo que pone la bola en la cancha del capitalismo, a fin de cuentas, y en la posibilidad de que sean tecnologías como la de captación de carbono las que de alguna manera amortigüen la catástrofe ambiental. El estado podría y debería tener un rol financiando el R&D de tecnologías para revertir el impacto de las emisiones de carbono, pero hasta ahora la contestación de la izquierda no parece tener la posibilidad de implementarse, porque lucha contra prioridades mayores: como la de hacer una guerra contra Rusia para degradar sus capacidades militares o destruir Gaza en venganza del ataque del 7-10.
Vuelvo a los tres temas que comentaba orita: las consecuencias de Covid, la guerra contra Rusia y el cambio climático están a la vanguardia de los desasosiegos políticos de este año, que la revista Time ha catalogado como “the ultimate election year”, ya que habrá habido 64 elecciones en total, en las que casi la mitad del planeta asiste a las urnas. Un cuarto asunto, el genocidio de Gaza, se abre espacio entre tanto dolor de cabeza mundial. En la isla atendemos pormenores de sabor local, incluida la posibilidad de que el Partido Popular haya recibido una estocada mortífera; no son todas malas noticias.
Los ensayos de este libro lanzan un constructivo llamado a la discusión. El momento en el que estamos reclama que se amplíen y enriquezcan los diálogos y continúen las conversaciones. El compromiso con que los autores de esta edición expresan sus posturas e ideas representa un paso en esta dirección.
Texto leído en la presentación del segundo volumen de momento crítico, celebrada el 19 de junio de 2024 en la Librería La Esquina.
PONCE CELEBRA EN GRANDE EL LEGADO DE LAVOE
ADRIÁN RODRÍGUEZ ALICEA EN ROJO
Hace 31 años, el mundo de la salsa sufrió una de sus más grandes pérdidas. Fue de las voces más emblemáticas del género musical, hasta el punto de que fue apodado “El Cantante de los Cantantes”. Su timbre se acomodaba, con una gracia espeluznante, al bolero, la salsa, el guaguancó, el son y, en muy pocas ocasiones, uno que otro merengue. Un funesto 29 de junio de 1993, Héctor Juan Pérez Martínez, indeleblemente conocido como Héctor Lavoe, partió a “la otra vida”, como presagió en el éxito Canto a Borinquen
Desde su ciudad natal, Ponce, la voz de Juana Peña recibió un homenaje los pasados 28 y 29 de junio con distintas presentaciones musicales, exposiciones artísticas y conversatorios sobre la vida enrevesada del cantante. El conjunto de las actividades llevó 31 años en el periódico de hoy como nombre, y fue promocionado por la página Visit Ponce.
“El evento especial de 31 años en el periódico de hoy une la cultura, la juventud, el arte y la música para conmemorar al legendario ponceño Héctor Lavoe y destacar su impacto en la cultura”, lee la invitación oficial de la página web.
El pasado viernes, 28 de junio, el homenaje a Lavoe comenzó con la participación del Instituto de Música Juan Morel Campos, en el Centro Cultural Carmen Solá Pereira. Asimismo, el día siguiente contó con la presentación de la Orquesta Morel, compuesta por jóvenes, en el mismo espacio. Una casa colonial pintada de rosa con una terraza interior amplia, de losas que parecen ladrillos.
No obstante, la conmemoración más emotiva se dio el día de la muerte del cantante, 29 de junio,
frente a la lápida del ponceño. Allí, donde las tumbas parecen casas de cemento, hay un panteón blanco cuya inscripción lee: “Aquí, en tierra ponceña, como fue su voluntad, descansan los restos de El Cantante de los Cantantes”. A eso de las 1:30 p.m., la Orquesta Creación, de Jorge Brown, tocó múltiples piezas conocidas de Lavoe, como “Mi Gente” (La Voz, 1975), “Aguanilé” (El Juicio, 1971) y “Periódico de ayer” (De ti depende, 1976).
Por la tarde, la Orquesta Morel atrajo a un sinnúmero de personas que aprovechó la pista. El Todopoderoso, Amor de la calle, La banda y otras piezas renombradas de Lavoe comprendieron la presentación del grupo juvenil, que incluye a 14 integrantes. El grupo, también, integra trombones, trompetas, saxofones, timbales, congas, bongó y hasta el remeneo de unas maracas.
El homenaje integró un área de información e historias de la carrera musical de El Jibarito de Ponce, un destaque de las canciones más famosas, fotos de sus espectáculos y carpas que vendían galletas, llaveros y calcomanías con el rostro y los lentes del celebérrimo salsero. “Los colombianos [o] peruanos, cuando llegan a la ciudad, se bajan del carro y celebran que están visitando la ciudad de Lavoe”, compartió el grupo Isla Caribe, organizador del evento.
Y es que Ponce trascendió los límites isleños con las canciones de Lavoe. Desde los tiempos en que estrenó su voz fañosa con la orquesta de Willie Colón, improvisaba cuanto soneo alusivo a la Perla del Sur en sus éxitos. Así lo hizo en Ah-Ah, OhNo, pieza en que canta sobre el barrio Bélgica y “la casa de doña Monse” de su entrañable ciudad. De hecho, el último álbum de Lavoe, Héctor Lavoe Strikes Back incluye una canción titulada “Ponce”, dedicada a la ciudad de la quenepa.
Además de las actividades dedicatorias, el centro comercial Plaza del Caribe, en Ponce, tendrá una sala con memorabilia de la vida de Lavoe. La exposición incluye discografía, ropa del fenecido sonero, lentes y, también, una aportación artística.
31 AÑOS NO SON NADA
Lavoe murió por complicaciones de salud en un hospital de Manhattan. En sus últimos momentos, sufrió múltiples azotes emocionales, físicos y económicos. Cinco años previo a su muerte, además de haber estado en un punto bajo de su carrera, tuvo que manejar la muerte de su hijo, quien murió por heridas de bala. A eso se le sumó la muerte de su querida suegra y la ya turbulenta relación con Nilda “Puchi” Román Pérez, su esposa.
Sin embargo, la gente le recuerda como un alma pueblerina, jocosa, divertida y espectacular. A puro baile, coro y aplauso, “su gente” se dio cita al Centro Cultural Carmen Solá de Pereira para acoger la noche en honor a un hijo querido de su país, pero especialmente de su Ciudad Señorial.
“Mañana por la mañana, me voy pa’ Borinquen, oye mi pana. Me voy en barco, me voy en avión o me zumbo nadando, ¡pero yo llego, señor!”.
—Héctor Lavoe
EL SILENCIO DE UNA CIUDAD INVADIDA EN A QUIET PLACE: DAY ONE
JUAN R. RECONDO ESPECIAL PARA EN ROJO
Uno de mis escenarios favoritos en el cine es la ciudad de Nueva York. No es tan solo porque viví en ella durante dieciséis años, sino porque nunca perdí la sensación de vivir dentro de una película. Desde mi espera en una estación de tren cubierta de nieve en el Bronx hasta caminar en una noche lluviosa por alguna de las calles cerca de Union Square, cada lugar me dejaba con una sensación de que alguien me observaba en una sala de cine. Inclusive, cada emoción o estado de ánimo que sentía en la ciudad conectaba con alguna imagen. Viví la poesía visual de la secuencia inicial de Manhattan (dir. Woody Allen, EE. UU., 1979), donde vemos un sinnúmero de localidades de Manhattan al ritmo de “Rhapsody in Blue” de George Gershwin mientras el personaje de Allen, a través de un voice-over, considera la manera de describir la ciudad. Distinguí el contraste entre la energía intensa urbana durante un día de semana y la oscuridad de los túneles del tren, claramente retratado en The Taking of Pelham One Two Three (dir. Joseph Sargent, EE. UU., 1974). Una noche, al salir de una obra de teatro, me perdí en Brooklyn tratando de encontrar la entrada de la estación del tren. Estaba desorientado en un área de la ciudad cuya surrealidad nocturna me transportó a After Hours (dir. Martin Scorsese, EE. UU., 1985). Coexisten varias ciudades, una encima de la otra, a manera de un palimpsesto. Y una versión no excluye la otra. Por esto, el Nueva York de vecinos que tocan a la puerta con una amabilidad que esconde un secreto satánico de Rosemary’s Baby (dir. Roman Polanski, EE. UU., 1968) se asoma por momentos en el Nue-
va York de una familia italiana que se sienta en la cocina a desayunar mientras cada uno revela sus romances en Moonstruck (dir. Norman Jewison, EE. UU., 1988).
En la reciente A Quiet Place: Day One (dir. Michael Sarnoski, EE. UU. y Reino Unido, 2024), los citadinos luchan por sobrevivir una invasión extraterrestre y la ciudad se transforma en una manifestación única de las dificultades que enfrentan los personajes. En A Quiet Place: Day One, la precuela de la serie de A Quiet Place, Samira (Lupita Nyong’o) es una paciente de cáncer con un gato entre sus brazos que reside en un hospital para enfermos terminales. Reuben (Alex Wolff), un enfermero, organiza una salida para llevar los pacientes a la ciudad de Nueva York. Aunque Samira se resiste al principio, ella accede a ir si puede comerse un pedazo de pizza.
Con esta escena algo triste, aunque bastante cotidiana, comienza una película donde los personajes tendrán que sobrevivir una invasión de extraterrestres monstruosos con una audición potente. La ciudad de Nueva York se torna en un infierno que hace referencia visual a los actos terroristas del 11 de septiembre de 2001. Muchas veces podemos ver manadas de personas de diversas etnias y razas moviéndose silenciosamente por las calles tratando de escapar de la ciudad, recordándonos cómo la ciudad se unificó después de la devastación de las Torres Gemelas.
Las primeras dos películas, A Quiet Place (EE. UU., 2018) y A Quiet Place II (EE. UU., 2021), dirigidas y coescritas por John Krasinski, se llevan a cabo en áreas rurales de Nueva York cuando ya los so-
brevivientes han aprendido a funcionar junto a la amenaza de los invasores. La primera película, en especial, usa el silencio de una manera fascinante para escalar la tensión. De hecho, recuerdo haberla visto en una sala de cine en el Bronx donde no se oyó ni un suspiro cuando los monstruos acechaban a los miembros de la familia. En la reciente precuela, los personajes no están preparados para la invasión y desconocen el ruido que puede ocasionar el rasgar de una camisa o un maletín atascado en una puerta.
A pesar de que pienso que las primeras dos películas usan mejor el silencio, A Quiet Place: Day One usa el espacio de una manera más interesante. Sarnoski, que también dirigió la excelente y oscura Pig (EE. UU. y Reino Unido, 2021) y colaboró en ambas con el mismo director de fotografía, Patrick Scola, retrata un Nueva York que parece un laberinto. La acción nos lleva por túneles oscuros y entre las calles sumergidas en humo por donde los sobrevivientes escapan de las sombras de los monstruos.
Como es evidente en Pig, Sarnoski también nos da una historia que gira alrededor de tres personajes, dos humanos y un animal. En Pig, el cerdo es tan solo el motivo para que Robin (Nicolas Cage) emprenda su búsqueda junto a Amir (Alex Wolff). Aunque el cerdo no tiene mucha participación, su ausencia se nota en la desesperación de Robin por encontrar al único ser con quien comparte su soledad. Sin embargo, en A Quiet Place: Day One, Samira siempre permanece cerca de su gato, que es su animal de apoyo emocional. Esa denominación es significativa porque cuando estos se separan por momentos, uno siente la tensión de Samira. El tercer personaje, Eric (Joseph Quinn), es un joven que Samira encuentra en el camino. Tanto Amir en Pig como Eric en A Quiet Place: Day One funcionan para devolverles un tipo de esperanza, por más mínima que sea, a los protagonistas a través de su compañía. La amenaza de los extraterrestres monstruosos es un obstáculo más para Samira ya que ella está muriendo de cáncer. Su determinación de encontrar un pedazo de pizza, independientemente de la catástrofe que la rodea, hace evidente el intento del personaje de salvar tan solo un detalle de su pasado que la haga sentir viva. La búsqueda de Samira transforma la ciudad de un sitio asediado a un espacio que se niega a morir.
A Quiet Place: Day One es una muy buena película que recomiendo que disfruten en la pantalla grande. Si pueden, traten de ver las dos primeras películas antes de ver la precuela.
EN RESERVA
UN NUEVO CORAZÓN PARA MI MADRE
ALEXANDRA RODRÍGUEZ BIRGOS ESPECIAL PARA EN ROJO
A mi madre, por su pronta recuperación.
Le tenía mucho miedo a ser madre. Cuando mis amigas imaginaban cómo serían sus futuros hijos, yo siempre huía de esa conversación. Nunca me vi embarazada y mucho menos dedicándole mi vida a otro ser humano. Me pensaba egoísta y, en una sociedad como la nuestra, de seguro muchos me verían también como inmerecedora de ser mujer. Años después, supe que mis razones se relacionaban más a un gran temor de no llenar expectativas. Mi referente me lo hacía muy complicado. Tengo una mamá con una nobleza extrema, rompecurvas, de las que se sacrifica, de las que se amanece, de las que todo lo sabe hacer, que lidera soluciones y, ante mis ojos, ha sabido siempre cómo proteger y cuidar. Mi madre me enseñó a desarrollar una gran autoestima, pero siempre del lado de la tierra. Por lo tanto, soy muy consciente de mis fortalezas, pero también de mis limitaciones. Por eso intuía que yo no estaba ni cerca de ese nivel de entrega; tampoco estaba segura de si quería experimentar esa sensación algún día.
Cuando mi mamá cumplió 49 años, su corazón comenzó a fallar. El médico le advirtió que, si bien tenía una enfermedad, su problema se empeoraba por la forma como enfrentaba la vida. En ese entonces, le aconsejó que debía tomar las cosas con mayor calma, que “bajara revoluciones”, le pidió, pues su colesterol estaba bien, su presión, igual; triglicéridos dentro de la escala adecuada. Mi mamá padecía de una arterosclerosis que, en buena medida, se exacerbaba bajo situaciones de estrés. Ese diagnóstico de obstrucción en una vena la llevó a tener que realizársele una angioplastia y luego otra, años después. Mis tías, criadas con la misma receta que mi mamá, también sufrieron los efectos de ese modo de encarar la vida. A ambas tías, al cumplir los setenta años o cerca, las operaron del corazón. Con ese panorama, mis expectativas de padecer de su misma condición son altas. Por lo tanto, también tengo que cuidarme de la misma manera.
Un poco después de cumplir mis 30 años, me embaracé y el temor más atroz, que nunca había sentido, apareció. Desde ese momento la vida despreocupada se fue. El amor, como lo conocía hasta entonces, creció de forma exponencial. Al sentir los primeros latidos de esa nueva vida, comencé a sentirme vulnera -
ble y expuesta, pero a la vez me llené de una ilusión inédita. Después de todo, es hartamente conocido que amar duele y que, a pesar de ello, los seres humanos nos seguimos arriesgando ante el amor. Sin intención de exponer mucho más allá, un día, cerca de la fecha del alumbramiento, mi hija falleció. No la llegué a conocer. Fue una noticia desgarradora que, poco a poco, pudimos sobrellevar. El cuadro me recordó el diagnóstico de mi madre y de lo absurdo que puede ser “bajar revoluciones” o tratar de que nos afecte menos la vida. Fue, a la vez, fácil de imaginar cómo puede perjudicarse el corazón luego de una emoción como aquella o con cualquier otra relacionada con un hijo. Albergar y criar vida es un desafío, de los más duros, uno que comprobé irremediablemente.
Con aquella muerte, el amor hacia mi madre alcanzó la exosfera. Entendí que aquella vocación de amor era alcanzable para muchas madres y que no debía sentirme culpable de que hubiese llegado, ante mis ojos, tarde. Se aprende a amar sin límites desde el amor y, desde el amor, se realizan los gestos más nobles y desinteresados. Poco tiempo después de aquella pérdida, llegó a mi vida un nuevo embarazo con un final feliz, con preocupaciones continuas sí, pero con grandes recompensas.
Hace unas semanas, recibimos la noticia de que tendrían que intervenir quirúrgicamente a mi madre. Esta vez, la temida operación de corazón abierto fue la alternativa a su cuadro médico. Varias noticias previas relacionadas o, quizá, las jugadas que la vida nos presenta, pudieron ser el detonante para estas nuevas obstrucciones. Enfrentar diagnósticos de forma ecuánime o sosegada es una habilidad que intentamos desarrollar en la familia, pero aún hay muchas piezas que apretar. ¿Cómo decirle a una mamá, con el corazón más noble que yo he conocido, que tiene que reparárselo? ¿Qué ajustes tendremos que hacer ahora?
Desde hace una semana, el corazón de mi mamá cambió. Los médicos alegan que este es mejor: más fuerte, con carriles despejados de sangre y mayor oxigenación. En su convalecencia, con el esternón partido y la nueva cicatriz que divide el torso medio superior, ha continuado preocupándose por los suyos: que si comimos, descansamos, que cómo están los demás. Por más que le hemos hecho entender que su recuperación es prioridad y la única de nuestra parte, mi madre sigue rompiendo curvas y superando expectativas. ¿Cómo se llega a ese nivel de entrega? Aunque comienzo a entender de amores, su bondad y desprendimiento nunca dejarán de emocionar. Como prevención, he comenzado a entrenar mi corazón. Es un trabajo arduo y, quizá, fútil, pero lucho con mis carencias a diario. Si los corazones más nobles y puros necesitan remiendos, ¿qué necesitará un corazón menos sublime, como el mío?
45,000 trabajadores en Puerto Rico son empleados exentos cuya compensación está en el umbral salarial, reveló en la regla propuesta. La agencia opinó que “es poco probable que muchos de estos trabajadores sean requeridos [de] trabajar horas extra regularmente”. Sin embargo, el titular del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) dijo carecer de datos suficientes para conocer el impacto preciso. Cuando los empleados dedican mucho tiempo al trabajo, “es tiempo que la gente deja de estar con la familia y es tiempo de ocio que se compromete en el trabajo”, comentó Rodríguez Banchs acerca de la importancia de controlar el trabajo en exceso del horario regular. Las mujeres jefas de familia son las más afectadas por este tipo de normas laborales.
DevTech calculó que el aumento propuesto hubiera sido tres veces la mediana de salario por hora de $11.29, mientras que en otros estados tendría un impacto menor, por la brecha salarial que existe. La mediana del salario anual del archipiélago ha crecido solo 0.3 % durante ese período, mientras que en los estados, incluso el más pobre, ha aumentado más de 1 % anual.
Maldonado González escribió, el 7 de noviembre, a la secretaria interina del Trabajo de Estados Unidos, Julie Su, y a la administradora de la División de Salarios y Horas, Jessica Looman, que le preocupaba el aumento propuesto del salario mínimo para empleados exentos del pago de horas extra, de $455 a $1,059 semanales.
En 2019, hubo un aumento de $684 semanales que aplicó a los estados y el Distrito de Columbia, pero el Gobierno de Estados Unidos excluyó a Puerto Rico citando dificultades económicas. Previo a eso, la Ley PROMESA excluyó explícitamente a Puerto Rico de la regla que trabajaba la administración de Barack Obama en 2015.
DevTech —que ha acumulado $8.4 millones en contratos desde finales de 2016— sugirió que el nivel salarial para Puerto Rico sea actualizado, pero en una porción menor: $590 semanales o lo equivalente a $30,680 anuales. Sin embargo, reconoce que estos factores no consideran el costo de vida.
“El costo de vida en Puerto Rico es carísimo. Si fuera por ese factor, habría que aumentar el umbral salarial”, comentó Rodríguez Banchs.
CABILDEO DE LOS PATRONOS
La carta del secretario del Trabajo solicitando la exclusión de Puerto Rico se emitió después de que el Gobierno de Pedro Pierluisi recibió acercamientos de organizaciones patronales. “Es importante señalar que el DTRH ha recibido comentarios de varias organizaciones patronales expresando sus preocupaciones con respecto a la Regla Propuesta. Su principal preocupación gira en torno a los posibles efectos adversos que este aumento salarial podría tener en sus planes de inversión en Puerto Rico”, admite Maldonado González en la misiva. A preguntas de CLARIDAD, el DTRH se limitó a decir que la Asociación de Industriales, la Asociación de Comercio al Detal, la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), la Asociación de Constructores, la Asociación de Hoteles y Turismo, la Asociación Hecho en Puerto Rico, la Asociación de Hospitales, la Cámara de Comercio, ASORE, la Asociación de Bancos y la Asociación de Contratistas Generales presentaron su posición, en conjunto, durante el periodo de
comentario público, pidiendo al DOL que excluyera a Puerto Rico.
Aunque originalmente se disponían a aumentar el nivel salarial para Puerto Rico, las Islas Vírgenes de EE.UU., Guam, las Islas Marianas del Norte y Samoa Americana, la norma final de 2024 no modificó los niveles salariales que se aplican actualmente en los territorios estadounidenses. “El Departamento abordará estos aspectos de su propuesta en una futura norma definitiva”, se limitó a contestar un portavoz del DOL, en declaraciones escritas a CLARIDAD. El portavoz evadió responder por qué decidieron excluir a los territorios, así como si existe una fecha para presentar una regla final que aplique a estos. Por su parte, el DTRH contestó que, al momento, no hay gestiones adicionales acordadas con el DOL sobre el nivel salarial que aplicaría a Puerto Rico, pero “la Comisión Evaluadora del Salario Mínimo puede aprobar un decreto mandatorio especial donde se establezca el nivel de salario semanal para los empleados exentos”.
HABLAN DE DYLCIA PAGÁN
La partida de la patriota Dylcia Noemí Pagán nos deja un legado de lección de una mujer luchadora, en todo el sentido de la palabra. Los testimonios sobre su persona de aquellos que la conocieron, que compartieron con ella sus afanes, tanto en la lucha por la liberación de la patria, como personalmente nos dan prueba de su grandeza.
Por Redacción CLARIDAD
DYLCIA CUMPLIÓ CON NUESTRA PATRIA
Edwin Cortés ex prisionero político
Conocí a Dylcia en el centro correccional de Chicago durante uno de sus tantos traslados de prisión a prisión. Nuestra abogada Jan logró reunirnos en un visita legal junto a Alberto Rodríguez y Alejandrina Torres. Fue un visita muy emotiva e inspiradora para nosotros porque estuvimos esperando juicio en ese entonces y pudimos tener un diálogo necesario e importante.
Volvimos a encontrarnos en nuestra patria amada después de nuestra excarcelación el 10 de septiembre de 1999. Siempre con chistes y regaños hacía sentir su presencia.
Dylcia cumplió con nuestra patria y el pensamiento Corretjeriano que los boricuas – no importa donde nazcan seguirán siendo puertorriqueños. Dylcia fue parte de la tercera generación de boricuas acusados de conspiración sediciosa. ¡Patriota, mujer ejemplar, ejemplo a emular! Te extrañaremos. Sé que Elizam te recibió con los brazos abiertos. Descansa en poder. Seguirás marchando a nuestro lado.
DYLCIA TRASCIENDE LA HISTORIA COMO COMBATIENTE REVOLUCIONARIA
Rita Zengotita
Activista del Comité
Pro Derechos Humanos
Decía don Pedro Albizu Campos, el Maestro, que allí donde reposa el mayor número de muertos ilustres radica la más vigorosa dignidad nacional. Dylcia trasciende la historia como una combatiente revolucionaria, que aceptó el legado que nos dejaran nuestras heroínas nacionalistas para darle continuidad a una lucha inconclusa pero irreversible, la de la independencia patria y de justicia social. Aportación de valor incalculable.
Hija de migrantes puertorriqueños obtuvo una exquisita preparación académica. Fue exitosa en su carrera profesional habiéndose destacado por sus significativas aportaciones al mundo de las comunicaciones y las artes. Aún siendo así, optó por poner su inteligencia al servicio de la lucha de liberación patria y se entregó sin reservas a las filas de las Fuerzas de Liberación Nacional (FALN) organismo independentista clandestino, de lucha armada. Fue amenazada de si encontraban a su hijo, casi bebé, lo reventarían contra el piso, lo que la obligó tener que lidiar con la drástica y dolorosa decisión de aceptar que este fuera sacado fuera de EU; que siempre había
sido el entorno de lucha de ésta y así proteger su vida. Poco más de una década, vivió bajo el temor y la incertidumbre de lo que le pudiera pasar; sin contacto alguno físico -visual. Pasaron más de diez años para que se diera el momento para tan ansiado encuentro. A pesar del dolor de madre, de las diferentes formas de tortura a la que fue sometida, incluyendo la larga sentencia a cumplir en prisión, Dylcia no claudicó. Nunca cedió un ápice y trascendió dejando el mayor ejemplo de valor, perseverancia y dignidad patriótica. Como mujer puertorriqueña y compañera de ideales y luchas de Dylcia, digo que trascenderá nuestra historia dejando una huella indeleble de entrega y sacrificio, los cuales vivió con alegría contagiosa y a su manera.
Como dice mi compañero José M. Martí Nieves (Cheo) en verso: La Muerte perseguidora// que aún no logra darme alcance// me golpea tantas veces// cuantas mata a un ser querido
GRACIAS POR TODO
LO QUE HAS DADO A LA PATRIA
Carlos Alberto Torres ex prisionero político
Siempre me encontraba a Dylcia en las ferias artesanales donde yo montaba mi cerámica. Era cuando yo aprovechaba dejar la mesa e irme a caminar con ella. Conversábamos de lo nuevo o recordábamos lo ya pasado. Podia ser una conversación seria, o nos perdíamos entre los chistes y descargas políticas. Todo dicho en son de humor y picarda. Quiero recordar siempre su humor y su forma cariñosa de ser. Pues, es imposible olvidarnos de su arte, su conciencia política y enorme sacrificio. Hoy, Dylcia está unida en espíritu a esos otros seres queridos que ya se han ido. Descansa en paz compañera, gracias por todo lo que has dado a la patria.
SU MILITANCIA LA DEFINIÓ SU AMOR INQUEBRANTABLE POR NUESTRA PATRIA
Lucy Rodriguez ex prisionera política
La lucha de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional me dio la oportunidad de vivir experiencias transformativas al lado de Dylcia. Su militancia la definió su amor inquebrantable por nuestra patria.
Fue evidente su capacidad de ganarse el cariño de muchas personas no sólo puertorriqueñas, sino de muchas culturas diferentes. Dylcia vivió libremente dentro de los principios claros de lo que es la libertad.
ERES PARTE INTEGRAL DE NUESTRA FAMILIA REVOLUCIONARIA
Alicia Rodríguez ex prisionera política
Querida Dylcia, tu fuerza, compromiso y devoción a la lucha por la independencia de nuestra nación Puerto Rico perdurarán para siempre. Eres parte integral de nuestra familia revolucionaria. Te extrañaremos. Que descanses en paz.
CON UN HOMBRO MENOS
Oscar López y Clarisa López Rivera Y esa noche la luna sonreía con su sonrisa amplia y vacía y las lágrimas se secaron en los más tristes ojos.
Así, que cuando yo muera la vida seguirá su tremenda algarabía de coquíes, de niños llenos de alegría que es la vida misma.
Donde me entierren, los coquíes cantarán contentos sobre mi tumba… – Consuelo Lee Tapia de Corretjer
Compañeros y Compañeras anoche me enteré de la partida física de una de mis camaradas de lucha, la compañera Dylcia Pagán. Inmediatamente recordé el poema de Doña Consuelo del cual cito unas estrofas para acompañar este breve mensaje lleno de amor y energías positivas para el Truki, su amado hijo (Ernesto) y sus amadas nietas. Dylcia fue y será una de las mujeres imprescindibles que dedicó su vida a la lucha de la independencia y soberanía de Puerto Rico.
Gracias compañera, VENCEREMOS! En Resistencia y Lucha,
¡QUÉ MUCHO ECHARÉ DE MENOS A ESA FUERZA DE LA
NATURALEZA QUE FUE DYLCIA!
Jan Susler Abogada de Dylcia
Una pequeña muestra de ese compromiso se desprende de sus acciones en la lectura de sentencia, cuando le dio la espalda al juez para dirigirse a las personas que acudieron para apoyarla, y luego se dirigió al juez para decirle:
“Usted intenta asustarnos con una sentencia de 80 años. Pues sepa que eso no nos asusta, no nos asusta porque los que estamos dispuestos a tomar las armas por una causa no tenemos por qué temer, porque sabemos el objetivo y sabemos que la causa es justa y acertada. Senténcieme a los 80 años, que los serviré con honor y dignidad, porque es un honor poder servir con dignidad a la causa en la cual tan firmemente creemos”.
Mientras el juez hablaba sobre su sentencia, ella cantaba en español. El juez le dijo: “Debo decir en su defensa que creo que William Morales es tan responsable por sus acciones [las de Dylcia] como el que más,” a lo que ella respondió, “Ay, por favor. Usted trata de decir que yo no tengo opiniones propias. Escuche bien, por favor, no siga poniendo en evidencia toda la ignorancia que ha demostrado hasta ahora.” El juez la condenó a 55 años de prisión, añadido a los
ocho años que ya cumplía en prisiones de Illinois.
Tanto en las prisiones estatales como en las federales, Dylcia luchó por mejorar las condiciones carcelarias de sus hermanas prisioneras y la de los niños que las visitaban, hizo todas las gestiones posibles para reconectarse con su querido hijo Ernesto, desarrolló sus destrezas como artesana, y se convirtió en mentora política de los y las jóvenes puertorriqueños/as que la visitaban… todo ello mientras seguía vistiendo a la moda y poniéndose su “lipstick” rojo furioso.
Luego de su excarcelación, adquirió su casa en Loíza, la cual convirtió casi en un museo, rodeada de arte y artesanía puertorriqueña, algunas piezas hechas por ella misma. En cada una de sus causas, fuese su participación en las campañas por la excarcelación de sus compañeros aún en prisión, su labor como documentalista, o su participación en organizaciones políticas, continuó siendo una fuerza de la naturaleza, llena de energía, pasión y entrega, a veces temeraria y hasta chabacana, siempre fiel a su profundo compromiso con la libertad de Puerto Rico, y siempre vestida a la moda y con su característico “lipstick”.
¡Qué mucho echaré de menos a esa fuerza de la naturaleza que fue Dylcia! No puedo evitar pensar que ahora Elizam y ella están bailando juntos, celebrando su encuentro, y sonriéndonos desde allá arriba.
LA HUELGA EN SUIZA DAIRY
Por Ricardo Santos Ortiz CLARIDAD
El conflicto huelgario en la empresa Suiza Dairy se ha prolongado desde el pasado 11 de junio y continúa hasta la fecha de esta publicación. Se trata de una huelga en la que en apariencia parecería ser una clásica disputa obrero patronal sobre encontrar un punto de acuerdo en cuanto a la aportación patronal al plan médico. Sin embargo, detrás de esta disputa existen varios niveles de análisis que ayudan a entender las acciones tanto de los trabajadores agrupados en la Central General de Trabajadores, como de la del patrono que aunque opera bajo el nombre que todos conocemos, se trata del Grupo Gloria, una empresa con sede en Perú que participa en la industria de productos lácteos en todo el continente sudamericano, además de tener ramificaciones internacionales en industrias del cemento y la construcción y fondos de inversión. En el centro de la controversia está sin duda el reclamo de los trabajadores de un aumento a la aportación patronal al plan médico. A inicios del 2013, las partes suscribieron un convenio colectivo en donde el único punto que quedó pendiente a negociar fue la aportación al plan médico para el segundo y tercer año del convenio. En vista de ello, el patrono solicitó tiempo para someter una propuesta. Por lo que el convenio dispuso para retomar este cabo suelto en marzo de este año. La unión procedió a someter su propuesta inicial consistente en un aumento a la aportación de $125. Sin embargo, a pesar de varias reuniones, el patrono nunca presentó una contraoferta. El momento en que más cerca estuvieron de presentarla fue el jueves 30 de junio cuando se comprometieron ante el Secretario del Trabajo a someter una oferta al siguiente día. Contrario a lo indicado, al siguiente día procedieron a informar del cierre de operaciones de manera parcial y temporera, dejando sin empleo a sobre 480 trabajadores principalmente del área de producción y ventas.
La contraofensiva del patrono de ejecutar un cierre patronal es muestra de la intensidad del conflicto. Lo cierto es que la huelga ha tenido el efecto desde el primer día de paralizar la totalidad de la producción de la principal planta de Suiza, localizada en
Río Piedras. Esto le ha provocado grandes pérdidas que ya sobrepasan por millones los reclamos de los trabajadores. Entonces, cabe preguntar las razones de la obstinación patronal de no ceder o al menos intentar encontrar un punto medio que permita la reanudación de la producción. Para responder a esto, debemos entrar a los demás niveles de análisis que explican el conflicto.
En primer lugar, se trata de una postura ideológica de clases. Sí. El patrono está muy conciente del impacto que una derrota patronal tendría en las mentes de los trabajadores y trabajadoras del sector privado si una huelga militante que logró paralizar la producción logra vencer. Ante este escenario, su conciencia de clase patronal y capitalista les obliga a “jugar pal equipo” y asumir la contraofensiva aunque le represente costos inmediatos. El 2 de julio se efectuó una primera prueba de fuego en ese conflicto ideológico. Y es que, a la vez que continúa la huelga, la CGT prevaleció en unas elecciones sindicales en Conwaste de Carolina con sobre el 75% de los votos. Esta elección estuvo matizada por la campaña de terror del patrono ayudada por el Municipio de Carolina en la que achacaban el cierre de Suiza a la huelga y militancia de la CGT. Los trabajadores de Conwaste superaron estos intentos de intimidación y abrazaron a la organización sindical. Por otra parte, se trata de un conflicto que lleva años dilucidándose en donde Suiza ha reclamado que la intervención de la Oficina de Reglamentación de la Industria Lechera (ORIL) ha impuesto costos de manera ilegal a la industria, afectando la capacidad de generar ganancias. Según Suiza, estos alegan públicamente que la razón del cierre se debe fundamentalmente a la intervención de ORIL y al alegado incumplimiento con una sentencia dictada por el Tribunal Federal en 2013. En este conflicto está en juego la capacidad de regulación del estado de esta industria y los controles de precio. Es una batalla que transcurre públicamente en el marco legal, pero que se mueve en el ámbito del cabildeo político para obtener mejores condiciones de negocio. Este lamento de Suiza ante los supuestos abusos de ORIL contrasta con el hecho de que Suiza ha sido por años la primera empresa de productos lácteos del País, controlando consistentemente sobre el 60% del mercado. Mercado, que cuenta con apenas otros dos competidores de importancia siendo estos Tres Monjitas y la Cooperativa de Productores de Leche de Puerto Rico, conocida comercialmente como Indulac. La importancia de la industria lechera
tanto para la economía como para el consumo del País, sumado a la realidad de un mercado dominado por solo tres empresas, requiere sin duda alguna una regulación especial por parte del estado. De lo contrario, tanto la calidad como los precios se verían afectados en detrimento de la gente.
La movida de Suiza es una manera de estremecer el mercado y presionar al gobierno para que cedan a sus reclamos. Esto se combina con la radicación de un nuevo pleito en el tribunal federal contra el gobierno y ORIL. El poder económico de Empresas Gloria le permite el lujo de realizar este tipo de movidas que de primera instancia parecería un golpe auto infligido, pero que a la larga apuestan a domesticar a sus empleados y amoldar las normas del mercado a su antojo.
Ciertamente, para los trabajadores el reto es sumamente grande. Hasta el momento, el ánimo en la huelga ha sido extraordinario y han asumido la respuesta patronal como un acto desesperado ante la efectividad de la huelga. Por lo que la calma y la disposición de mantener la presión se han convertido en su mayor virtud.
La movida del patrono no contó con la postura de voces de la CGT y del País que han levantado el reclamo de que la empresa pase al control del gobierno o directamente de los trabajadores. En el caso de los trabajadores, estos han aprendido en el proceso huelgario, la importancia crucial de su labor tanto material como intelectual y su potencial capacidad de correr la empresa con una visión de brindar un bien al pueblo a la vez que se reparten las ganancias de manera más justa. Si bien esta discusión aún está comenzando, la misma abre puertas a un abanico de posibilidades y de ensayos que nos permitan repensar una economía dirigida por los y las trabajadoras.
Finalmente, este conflicto debe enmarcarse en el contexto de la crisis inflacionaria en que vivimos. Por un lado, se aumenta el salario mínimo y por el otro aumentan todos los productos de la canasta básica, la luz y el agua, por mencionar algunos renglones. Este escenario históricamente se ha resuelto principalmente de dos maneras: pasándole la factura al pueblo, llevándoles a un mayor estado de empobrecimiento o, provocando una redistribución de las riquezas tanto en el renglón de los recaudos gubernamentales como en el del aumento de salarios y beneficios. Es por ello que la solidaridad con la CGT y los huelguistas es estratégica para alterar los objetivos de quienes pretenden resolver la crisis con más medicina amarga para el Pueblo.
ESTADISTAS INTENTAN “REDEFINIR” EL CASO DE PUERTO RICO COMO EL DE UNA MINORÍA EN EE.UU.
Por Juan A. Hernández Especial para Claridad
ONU, Nueva York – Tras reiterar que lenguaje utilizado hasta la fecha por el Comité de Descolonización (C-24) de las Naciones Unidas en sus resoluciones sobre el caso del estatus de Puerto Rico “no ha cambiado nada” desde que éstas se vienen emitiendo, el exgobernador de Puerto Rico Ricardo Rosselló retó al comité durante su pasada sesión a asumir una idea radical; arriesgarse y atreverse a cambiar el texto de su resolución este año.
“He aquí una idea radical... arriésguense y atrévanse a cambiar estos textos repetitivos que contradicen la voluntad del pueblo. Consideren el siguiente texto: el comité especial de descolonización aprobó hoy un proyecto de resolución que reafirma el derecho inalienable del pueblo de PR a la autodeterminación y apoyará la elección del pueblo de PR respecto a su futuro político,” dijo Rosselló a los miembros del C-24 el pasado 20 de julio.
La abierta intención de Rosselló era conseguir que el C-24 reconociera la fórmula de la estadidad, incluso la de la libre asociación, como alternativas de descolonización.
De acuerdo con Rosselló, el hecho de que el C-24 “prescriba la independencia” como finalidad en sus resoluciones “no es una opción” descolonizadora para Puerto Rico porque en los recientes plebiscitos de estatus la estadidad ha resultado favorecida.
En un tono marcadamente informal el exgobernador cuestionó el por qué el comité habría de “tenerle miedo a esta opción”. Rosselló justificó su propuesta aduciendo que “el Congreso [de EEUU] ya se ha embarcado en esta dirección y los miembros de esta delegación congresional han trabajado incansablemente para que este cambio se produzca”. Como cuestión de hecho, el proyecto presentado en el Congreso este año (“Puerto Rico Status Act”) no parece tener posibilidades de ser aprobado dado que la vista pautada para el día 19 de junio –un día antes de la sesión del C-24– fue cancelada y el calendario legislativo federal es más corto por ser este un año eleccionario.
La deposición de Rosselló confirmó los señalamientos que había hecho más tem-
prano en la sesión el abogado y profesor de derecho Steven Lausell, a los efectos de identificar “ciertos grupos dentro de las clases políticas puertorriqueña y norteamericana han intentado redefinir a Puerto Rico dentro del discurso del derecho internacional no como un pueblo con derecho a la libre determinación, sino como una minoría dentro de Estados Unidos”.
El comentario de Rosselló señalando que el Congreso de EEUU ya se encuentra atendiendo el estatus político de Puerto Rico puso en evidencia la estrategia del exgobernador y los grupos anexionistas que depusieron en la sesión de convertir el caso en un asunto doméstico de Estados Unidos.
Para Lausell las implicaciones de esto son claras.
“Una minoría se considera que ya es parte del estado, y solamente debe aspirar a tener participación equitativa en el gobierno nacional,” dijo el profesor de derecho, quien recalcó que Puerto Rico es un pueblo y así lo han reconocido las Naciones Unidas desde su creación.
Lausell se refirió a la inclusión de Puerto Rico en la primera lista de territorios no autónomos creada por la Asamblea General del organismo internacional, en virtud del Artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas.
“Desde los comienzos de esta organiza-
ción hace casi ocho décadas ha quedado firmemente establecido que Puerto Rico constituye un pueblo bajo el derecho internacional”, enfatizó Lausell.
“Los pueblos, como acreedores del derecho colectivo a la libre determinación, ocupan una posición altamente privilegiada dentro del derecho internacional. Ese derecho les permite formar parte de la comunidad internacional y tener su lugar en esa mesa en condiciones de absoluta igualdad y dignidad. Pero el primer paso para ello tiene que ser la descolonización y el ejercicio legitimo del pueblo puertorriqueño de su derecho a la libre determinación”, añadió el letrado.
Lausell denunció los esfuerzos para intentar reducir el problema colonial de Puerto Rico a una mera cuestión de derechos de minoría están dirigidos a evitar el proceso legítimo necesario de la descolonización y así inclinar la balanza a favor de la anexión.
Lausell exhortó al comité a no permitir que se cambie el discurso sobre Puerto Rico “ni que se diluya su resolución”.
Tras escuchar a más de 70 representantes de organizaciones cívicas y políticas, y personas privadas el Comité de Descolonización aprobó el pasado 20 de junio una nueva resolución reafirmando el derecho inalienable de Puerto Rico a su libre determinación e independencia.
EL LOGRO MÁS ESPERADO
Por Adrián Rodríguez Alicea CLARIDAD
Decenas de personas esperaban en los andenes del Tren Urbano (TU). Cada grupo giraba en torno de una persona vestida con togas de tricolores y birretes negros. Cuando el chirrido de los rieles advirtió la llegada de los vagones, que no acostumbran a cargar tanta gente, muchos debieron esperar hasta el siguiente viaje para llegar al Coliseo de Puerto Rico. Era la única parada con una muchedumbre a la espera de llegar: la de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Al apearse del vestigio rechinante en la parada indicada, Hato Rey, caminar hasta la entrada del “Choliseo” se sentía como escurrirse entre un mar de tertulias y calor. Un mar de 2,250 gotas por graduarse del primer centro docente del país.
La hora de llegada para los graduandos se pautó para las ocho de la mañana. No obstante, la parada de Hato Rey seguía pariendo familiares, amistades, gallitos y jerezanas a eso de las 8:45. En la calle- la Ciudad San Germán- el tráfico se estancó mientras otro gentío hacía su intento por llegar a la Centésima Decimonovena colación de grados de la IUPI. La advertencia
rumoreada era que, a las diez en punto, la ceremonia empezaría. Conozco a varios compañeres- ahora colegas- que, por el apuro, no recibieron sus fotos profesionales gratis. Parece que el ajetreo, también, les acomodó la muceta, que algunos llevaban con los colores de la universidad; otros con una paleta dispareja de tonos. Dentro del coliseo, múltiples almas voluntarias corrigieron el desajuste risible.
Después del primer desfile de graduandos, que ubicó a cada facultad en su respectiva zona, el bullicio creció en lo que cada estudiante divisaba a sus invitados en las gradas. Los estirones de brazo parecían banderas en asta, con uno que otro crujido de coyuntura. Así me pasó.
Los estudiantes de altos honores- Summa Cum Laude- se distinguen por vestir con una medalla dorada que tenía una inscripción de la torre la UPRRP. Quienes recibieron honores- Magna Cum Laude- contaron con
una medalla, también dorada, que tenía el sello oficial del recinto, que gradúa profesionales desde el año 1903.
En el proscenio, una fila de sillas de mimbre vacías, también, esperó por el inicio de la graduación. Al comenzar, un pelotón de decanos, docentes y altos funcionarios del sistema universitario se repantigó en los asientos de madera parda. Detrás de
aquella muestra imponente de la academia, la banda universitaria amenizó el ambiente mientras el tiempo, que también estaba esperando, transcurría con una languidez desesperante. Al fondo del escenario orlado, se erguía una foto de la emblemática torre de la IUPI rodeada de las palmas reales que cunden por la Plaza Antonia, frente al teatro del recinto de Río Piedras.
EL COMIENZO MÁS ESPERADO
Al final de la espera, la graduación comenzó. Angélica Varela Llavona, rectora del recinto de Río Piedras, ofreció unas palabras de bienvenida y felicitación acompañada por Gloria Díaz Urbina, decana de Asuntos Estudiantiles de la unidad riopedrense. Al saludo protocolar, se sumó el presidente del sistema universitario, Luis A. Ferrao Delgado, cuya presencia provocó que varios graduandos- incluyendo el autor de esta nota- se levantaran del asiento a darle la espalda. Desde 2022, Ferrao ha presidido la UPR entre críticas por su gestión administrativa y poco enfrentamiento a las medidas austeras de la Junta de Control Fiscal (JCF).
“¡Candela, candela! ¡La IUPI da candela!”, fue la consigna más notable entre un grupo de graduandos que, evidentemente, repudiaba la figura y permanencia de Ferrao en el cargo.
Luego de las arengas institucionales, la Tuna Bardos de la UPR presentó varias de sus piezas más conocidas, como “Amanecer borincano”. Los oyentes, mezclados entre conocidos orgullosos y alumnos emotivos, conmovió al espacio, que sirvió de alojo para el hito de los 2,250 graduandos. Durante la colación de grados, cada decano de facultad le presentó los estudiantes a Ferrao. Se reconocía, primero, el bachillerato
obtenido, seguido por las distinciones académicas. A los graduados con Summa Cum Laude- quienes obtuvieron un promedio de cuatro puntos- se les llamó por sus nombres, mientras que los Magna Cum Laude solo se pararon para el reconocimiento.
No obstante, cada estudiante doctoral subió al proscenio para recibir una distinción directa de los claustrales, acomodados en las sillas de mimbre. Al bajar del escenario, los estudiantes de Derecho fueron reconocidos por orden del título que adquirieron. De esa facultad, tres estudiantes se graduaron del programa de Doble Titulación entre la Universidad de Barcelona y la UPR. El grado de ambas instituciones comenzó a operar en el año 1996.
Tres cohortes de estudiantes por graduarse compusieron la arena del centro multitudinario. En medio de cada sección, una alfombra colorada recorría del proscenio hasta las salidas del Choliseo. En las esquinas, cada medio de comunicación desplegó a sus fotógrafos para encontrar “la foto” del evento, que también fue grabado y transmitido. Si bien cada decanato de facultad compartió un mensaje alentador, un decano sobresalió de los demás. La Facultad de Estudios Generales (FEG) felicitó, entre todo su alumnado, a Blanca Pabón Rivera por marcar historia y ser “la persona de mayor edad graduada de esta facultad”.
DECLARADOS GRADUADOS
Al final de las recomendaciones de graduandos, el presidente de la UPR compartió la declaración oficial de que cada estudiante, en efecto, podía recibir su grado correspondiente. Extrañamente, no causó el lanzamiento de birretes tan usual de las graduaciones. Quizás, como yo, temían perder la preciada prenda.
Ya declarados, los abrazos fraternales entre graduados cubrieron toda la arena del Coliseo de Puerto Rico. Padres y madres, agarrados de los parapetos de las gradas, fotografiaban a sus hijos con rostros enternecidos por la emoción. 2,250 individuos junto a sus más íntimas relaciones proliferó un aire de satisfacción y triunfo incontenible. Tan incontenible, dicho sea de paso, que otro pelotón de estudiantes ni siquiera desfiló por la alfombra roja. Parece que la pandemia, las averías eléctricas, las manifestaciones, el deterioro institucional habían hecho de este logro, el más esperado.
MANIFIESTAN APOYO POR LA LIBERTAD DE LOS PUEBLOS
Como parte de los mensajes ofrecidos, la presidenta interina del Consejo General de Estudiantes (CGE), Fabiola del Valle Marrero, dirigió unas palabras esperanzadoras a los ahora exalumnos de la UPRRP. Desde el podio oficial, Del Valle presagió los nuevos y nuevas profesionales con que cuenta el país. Como la nueva farmaceuta que atinará en las recetas médicas de una comunidad; el nuevo abogado que defenderá los derechos del trabajador o la maestra que, sin recursos del estado, procura que sus estudiantes reciban una educación confiable.
A esas verdades, la presidenta interina sumó su apoyo contundente por que Israel deje de exterminar al pueblo de Palestina, que ya cumplirá ocho meses de vivir bajo el asedio, yugo y abuso del Estado “regalado” de Israel. Desde la esquina oeste de la tarima, una bandera de Puerto Rico- de azules celestes- leía “Vivan Palestina y Puerto Rico libres”. La solidaridad, que cobró forma de aplausos y silbidos, se proliferó en todo el centro multitudinario más grande del país.
AUMENTO DE SALARIO
Por Cándida Cotto/CLARIDAD ccotto@claridadpuertorico.com
“Estamos hablando del mínimo, de lo mínimo para que una persona pueda vivir”.
Tan solo para equiparar el poder adquisitivo de un trabajador o trabajadora de hace 40 años, el salario mínimo actual tendría que ser de $13.20 la hora, no de $10.50, señaló el economista Iyaris Ríos, sobre el aumento del salario en Puerto Rico, decretado por la Comisión Evaluadora del Salario Mínimo.
CLARIDAD entrevistó al miembro de la Comisión respecto al mencionando aumento y sobre la radicación de un mandamus ante el Tribunal de Primera Instancia por
parte de un grupo organizaciones empresariales con el fin de detener el aumento que entró en vigor el 1.0 de julio. El día antes de entrar en vigor, la Cámara de Comercio, la Asociación Hecho en Puerto Rico, la Asociación de Comercio al Detal, la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), la Asociación de Restaurantes (ASORE) y la Asociación de Industriales radicaron un mandamus alegando, entre otros argumentos, que la Comisión no cumplió con procesos establecidos en la ley.
El representante de los trabajadores ante la Comisión expresó que era importante señalar que la Ley 47 del 2021 faculta esa entidad a hacer un estudio económico sobre las implicaciones que tendría el aumento del salario de $10.50, los elementos de juicio para el aumento del salario mínimo a los empleados no exentos, los exentos, los trabajadores que reciben propinas y trabajadores agrícolas. Vale aclarar que
...la ley sobre el salario mínimo establece en la Secc.1.02 que la política pública del Estado Libre Asociado a través de la Comisión es adecuar el salario mínimo al costo de vida de los trabajadores y trabajadoras, amparándose en el principio de que ningún trabajador ni trabajadora esté bajo el nivel de pobreza y que todo trabajador cuente con suficientes ingresos como para poder cubrir sus necesidades básicas para su calidad de vida.
un trabajador exento es el que no cobra por hora, tiene tareas de supervisión o no recibe un salario mensual fijo, a diferencia del trabajador no exento, que cobra por hora y recibe pago de horas extra.
Ríos puntualizó que la ley sobre el salario mínimo establece en la Secc.1.02 que la política pública del Estado Libre Asociado a través de la Comisión es adecuar el salario mínimo al costo de vida de los trabajadores y trabajadoras, amparándose en el principio de que ningún trabajador ni trabajadora esté bajo el nivel de pobreza y que todo trabajador cuente con suficientes ingresos como para poder cubrir sus necesidades básicas para su calidad de vida.
Subrayó que tomando en consideración lo que dice la ley y otros elementos que esta señala, como la situación de la economía y el impacto en los negocios, la Comisión determinó que no iba a emitir un decreto para un salario mínimo en Puerto Rico, sino que se estableciera lo que dice la ley de que el 1.0 de julio del 2024 se aumente el salario mínimo a $10.50 la hora. Esto desmiente el argumento de los empresarios de que la Comisión emitió un decreto para aumentar el salario mínimo. Lo que hizo la Comisión fue que tomó la decisión de que no iba a emitir un decreto, de que no iba a plantear nada distinto con respecto al salario de $10.50 ni tampoco a la fecha de vigencia, sino ejecutar la ley.
Para tomar su determinación, la Comisión encomendó un estudio sobre el aumento. Además, mediante convocatoria pública, solicitó comentarios tanto de trabajadores como de patronos. En este proceso, dijo, participaron más de 50 deponentes y se utilizaron datos oficiales del Gobierno de Puerto Rico y de Estados Unidos. Como economista, Ríos indicó que en el proceso de evaluación para avalar lo que dice la ley se tomó en consideración los siguientes factores sobre el nivel de pobreza que hay en Puerto Rico:
En estos momentos, más del 40 % de la población vive bajo el nivel de pobreza; sobre el 50 % de las familias con niños se encuentran viviendo bajo el nivel de pobreza y más del 70 % de las madres solteras jefas de familias también viven bajo el nivel de pobreza. Estos son datos de la Oficina del Censo de EE. UU.
Expuso que con el salario de $9.50, que es el que estuvo vigente entre el 1de julio del 2023 hasta el 30 de junio del 2024, una persona que trabaje a tiempo completo bajo salario mínimo no genera los ingresos suficientes para sostenerse a sí mismo y a un dependiente. “Así que, evidentemente, con
ese primer elemento era necesario que se aumentara el salario”.
El segundo elemento a tomar en consideración fue el costo de vida en el país. De acuerdo con el economista, en Puerto Rico, entre 1998, cuando se eliminó la Junta del Salario Mínimo, hasta el 2021, cuando se aprobó la Ley 47, que es la ley que creó la Comisión, el salario mínimo se aumentó en una sola ocasión, en el 2009, que aumentó a $7.25 la hora. Ese es el mayor periodo de tiempo en la historia del salario mínimo en Puerto Rico en que no se revisaba y, mientras el salario mínimo seguía siendo igual, el costo de vida seguía aumentando.
En esa línea, añadió que el salario mínimo ha perdido poder adquisitivo a través del tiempo, por lo que era evidente que era necesario que se aumentara. De acuerdo con el estudio encomendado por la Comisión, el salario mínimo de $7.25 en el 2009 sería al equivalente a $10.54 en este año. Apuntó que entonces este aumento que ordena la ley a $10.50 lo que hace fundamentalmente es retener casi la totalidad del poder adquisitivo que tenían las personas que ganaban el salario mínimo en el 2009. El estudio también hizo un análisis de cuánto sería el equivalente del salario mínimo de hace 40 años en la actualidad. Es interesante conocer que el salario mínimo vigente en la década de los 80, en la actualidad, equivaldría de $13 a $12.20 y que el salario mínimo que estaba vigente en la década del 90 y del 2000 en ese momento no era equiparable en la actualidad a $11.00. “Eso quiere decir que el poder adquisitivo del salario mínimo se ha ido perdiendo a través del tiempo, que si nosotros en Puerto Rico quisiéramos que los trabajadores y trabajadoras tuvieran el mismo poder adquisitivo que hace 40 años atrás el salario mínimo no tendría que ser $10.50 sino $13. 20”, aseguró.
El aumento para los trabajadores del sector privado, según el estudio de 50,00 a 200,00 mil trabajadores que devengan el salario mínimo, los que constituyen alrededor de 1/3 parte de los trabajadores en dicho sector.
Ríos señaló que cuando se observan los datos se ve que ciertamente el aumento va a tener un impacto sobre la operación de los negocios, pero aclaró que no es como señalan los opositores. Indicó que se estima que la cantidad de negocios que van a cerrar por el aumento alcanza aproximadamente a 2 mil negocios; sin embargo, cuando el salario mínimo aumentó a $9.50 en el 2023, el impacto sobre el cierre de negocios fue mayor. Esto quiere decir que lo que se estima que va a ocurrir es que con este aumento de $10.50 el cierre de negocios es uno menor. Prosiguió con que lo mismo ocurre con los trabajadores que posiblemente se vean
“Estamos hablando del mínimo, de lo mínimo para que una persona pueda vivir. Yo creo que tenemos que tener salarios justos, no mínimos”, manifestó José Rodríguez, presidente del Movimiento Solidario Sindical (MSS)
afectados con un desempleo temporero. Se estima que es una cifra inferior a la que hubo cuando aumentó a $9.50. Esto ocurre, expuso, porque la economía de Puerto Rico ha estado en un proceso de crecimiento en los últimos cinco años principalmente por los fondos provenientes del gobierno de EE. UU. Al igual, la tasa de participación laboral es la más alta en más de 10 años, con más de un millón de empleados. Eso no pasaba hace mucho tiempo y la tasa de baja participación es la más baja desde que se registra. “La economía se encuentra en un momento donde puede absorber ese impacto posible adverso que haya en algún sector de la economía y ser beneficioso en términos generales para el país”, defendió.
UN SALARIO JUSTO
“Estamos hablando del mínimo, de lo mínimo para que una persona pueda vivir. Yo creo que tenemos que tener salarios justos, no mínimos”, manifestó a CLARIDAD José Rodríguez, presidente del Movimiento Solidario Sindical (MSS), el cual acoge a trabajadores del sector privado.
El líder sindical defendió la determinación de la Comisión de adoptar lo que dice la Ley 47 que aumentó el salario mínimo de $7.25 a $8.50 y de $8.50 a $9.50 y que dispone que el último aumento, de $10.50 tenía que estar avalado por la Comisión.
Rodríguez también defendió que aunque la ley dice que la Comisión es de siete miembros, siempre estuvo compuesta por cinco miembros: el secretario del Trabajo, dos economistas, un representante del sector patronal y un representante de los intereses de los trabajadores.
El presidente del MSS indicó que aunque considera que el aumento de $10.50 es un adelanto que va por la ruta correcta, todavía entienden que está por debajo de ser un salario justo para un trabajador en Puerto Rico. “Una persona que esté cobrando $10.50, fácil, tiene que tener dos trabajos porque los costos de luz, vivienda, alimentos se han disparado demasiado en los últimos años”.
Respecto a la acción de las organizaciones empresariales, dijo que considera que es una tardía y que no tienen los argumentos necesarios para detener el aumento. Además, cuestionó la participación de ASORE, ya que el aumento no le aplica a los trabajadores de ese sector. En el caso de los industriales, ya llevan pagando más de eso hace tiempo.
“Aquí quien está poniendo las energías para que ese salario no suba es MIDA, que sí pagan un salario mínimo y entienden que encareciendo el salario del trabajador tienen que subir los costos de los alimentos; pero los precios de los alimentos ya han subido sin tener que subir los salarios”.
Por Jaime Córdova
DEPORTES
VIVA CEPEDA
Los senadores cantaban
En mi Viejo San Juan y los cangrejeros bailábamos con Cortijo. —Orlando
Cepeda
Estoy escuchando este apellido desde 1942. Estos son los tiempos en que los padres no se equivocaban y el mío decía que Cepeda era el mejor bateador de la pelota puertorriqueña. Por supuesto, se refería a Pedro Aníbal Cepeda, padre de Orlando, a quien vi jugar en 1943 y 1944. Para entonces ya tenía treinta y ocho años y cuando estaba de buen humor daba un salto mortal en el terreno, igual que lo haría Ozzie Smith décadas más tarde. Al batear, casi colocaba su hombro izquierdo sobre la esquina de adentro y luego agitaba su bate rojo en preparación para el lanzamiento estilo Garry Scheffield. Contar esto me hace sentir algo viejo; pero lo cierto es que yo observaba a los niños de la escuela Goyco en mi barrio de la calle Loíza imitar a Perucho Cepeda y hoy, 65 años más tarde, veo niños en las Pequeñas Ligas de Luquillo imitar a Scheffield sin saber ellos que esta forma de batear posiblemente se originó en Puerto Rico.
En los primeros tres torneos de beisbol que se celebraron en Puerto Rico, comenzando en 1938, hubo un solo líder en carreras empujadas: Perucho Cepeda. Y en esos años, su promedio al bate fue .465, .383 y .421. Ahora llegamos al Sixto Escobar de 1945. Es la inauguración de la temporada y San Juan derrotó a Santurce 10 a 5. Ganó el juego Johnny Davis y perdió Luis Raúl Cabrera. Nosotros los cangrejeros celebramos como si hubiéramos ganado porque en la séptima entrada Perucho Cepeda conectó un cuadrangular que se comentó en Santurce por varias semanas. El batazo fue sobre la verja del izquierdo, algo raro en Cepeda porque él dirigía la mayor parte de sus batazos por el derecho central. El viejo fue bateador de puntos muertos, pues como saben los mayores, las distancias en el Sixto Escobar de aquel tiempo no estaban marcadas, pero eran distantes al extremo de que había pinos dentro del terreno y no molestaban para jugar. En la calle Loíza medían la distancia de los batazos de otra manera y por allí decían que el jonrón de Perucho era un viaje en taxi de siete dólares.
La última vez que vi a Perucho Cepeda
fue en 1951, en el antiguo parque Nicolasa Rivera de Juncos. Él actuaba como dirigente de este equipo en el Torneo de Beisbol Superior. Luego de perder un doble juego contra Humacao, se quedó sentado en el banco, solo, asimilando su doble derrota. Me acerqué, tal vez algo irrespetuosamente, pero es que quería ver “al mejor bateador de Puerto Rico”, según lo aprendido de niño. Allí estaba recogiendo algunas cosas. El domingo de Juncos terminaba en su maletín y la piel chamuscada del viejo dejaba ver que luchaba contra algo más difícil que un juego de pelota. En este año de 2006 se cumple un siglo del natalicio de Perucho Cepeda. El deporte puertorriqueño no puede ignorar un acontecimiento de tal magnitud.
En el mismo parque Sixto Escobar donde vi a Perucho Cepeda por primera vez, una noche de 1955 miraba a un grupo de novatos correr desde el bosque central hasta el derecho en unos ejercicios prejuego. Entre ellos, el que siempre ganaba las carreras era uno que corría medio cojo, pero generaba velocidad con un braceo poderoso y gran determinación. Su nombre: Orlando Cepe-
da. Yo no sabía que hacía solamente dos o tres años había tenido que ser operado de ambas rodillas para poder caminar. No para correr o jugar pelota, sino para caminar. Hay más ejemplos que ilustran esta competitividad y determinación.
Orlando se hizo pelotero en Santurce. ¿Saben cuántas ligas o terrenos para jugar pelota había en Santurce desde la Parada 11 en Miramar hasta el puente de Martín Peña, incluyendo la 15, la 18, Barrio Hoare, Minillas, Calle Loíza, Villa Palmeras, Barrio Obrero y parte de Cantera? Ninguno. No había dónde jugar. El único lugar era El Canódromo en Puerta de Tierra, que tenía tres ligas, y aquí se acomodaban todos los peloteros de la Zona Metropolitana y se celebraban todos los torneos. Desde cualquier punto de El Canódromo se divisaba imponente, lejano, como un castillo en las nubes, el Parque Sixto Escobar, donde queríamos jugar los aspirantes a pelotero. El Sixto Escobar de Luis Rodríguez Olmo, de Juan Evangelista Venegas, de Rubén Gómez; el Sixto Escobar de Tetelo Vargas, Raúl Feliciano; el Sixto Escobar de Roberto Clemente, Fili-
En los primeros tres torneos de beisbol que se celebraron en Puerto Rico, comenzando en 1938, hubo un solo líder en carreras empujadas: Perucho Cepeda. Y en esos años, su promedio al bate fue .465, .383 y .421.
berto Correa y de tantos soldados soñadores sin nombre que forjaron el beisbol boricua y, que no se nos olvide, el Sixto Escobar que se llenó de puertorriqueños la tarde del 15 de diciembre de 1947 para recibir al maestro Pedro Albizu Campos.
Orlando Cepeda encontró la manera más rápida de llegar al Escobar. Sencillamente, saltó del beisbol Clase A al nivel profesional. Nadie más lo ha hecho. Lo comparo con empezar la escuela en tercer grado sin haber estado en primero y segundo. Vivía de reto en reto. Comenzó su carrera profesional en Estados Unidos, en lugares llamados Salem y Kokomo, áreas conocidas como la cuna del Ku Klux Klan. ¡Por lo que habrá pasado!
Cuatro años completos estuvo en las Ligas Menores. Cuando lo subieron, se estableció casi inmediatamente como el primer jonronero latino de la historia. Orlando cambió la percepción que prevalecía entonces de que los peloteros latinos solo podían desempeñarse en el juego rápido. En este sentido fue un revolucionario, porque transformó esa visión y abrió camino para quienes llegaron después. Mientras tanto, Puerto Rico contaba sus jonrones uno a uno. La noticia deportiva de todos los días era qué hizo Orlando anoche. Lo adoptamos, pero luego de adoptarlo comenzamos a exigirle. Si conectaba 25 jonrones, considerábamos que debieron haber sido 35. Si lograba 46, queríamos 56, y si bateaba menos de 46, entonces decíamos que “Orlando no está alcanzando su potencial”. Todavía estoy esperando que alguien explique cómo se fijan “los potenciales” La verdad es que lo evaluamos mal. Lo simplificamos a la mínima expresión. Fue convertido en algo así como “un niño con talento”. Todos sus apodos fueron descriptivos de precocidad juvenil: El Bambino Boricua, The Baby Bull, Cha Cha, Peruchín y, por supuesto, El hijo de Perucho. Con toda la fuerza que tiene la ignorancia, nunca fuimos capaces de reconocer sus mejores cualidades, entre otras, la nobleza y el afán por encontrar la verdad.
La primera vez que entrevisté a Orlando fue en 1974 cuando yo trabajaba para Claridad Diario. En aquella ocasión hablamos sobre beisbol, pero también sobre asuntos personales. Recuerdo que le llamaba la a atención mi trabajo y me comentó: “Tú has encontrado una dirección para tu vida”. Él estaba a punto de retirarse del beisbol. “No puedo más con estas rodillas”, nos dijo. Resultaba obvio que que Orlando se encontraba en un momento difícil, importante. Buscaba respuestas y, como sabemos todos, a la vida no le gusta contestar preguntas sin cobrar peaje.
Pasaron 32 años y tuvimos que hacerle una nueva entrevista publicada reciente-
DEPORTES
Orlando se hizo pelotero en Santurce. ¿Saben cuántas ligas o terrenos para jugar pelota había en Santurce desde la Parada 11 en Miramar hasta el puente de Martín Peña, incluyendo la 15, la 18, Barrio Hoare, Minillas, Calle Loíza, Villa Palmeras, Barrio Obrero y parte de Cantera? Ninguno.
mente. Nos sentimos contentos de ver que Orlando proyectaba aplomo y felicidad. Como dicen los creyentes en el budismo —y Orlando es uno de ellos—, había convertido el veneno en medicina. Poco faltó para que no pudiera estar con nosotros esa noche. Tuvo que reasignar un compromiso anterior para ayudar a un amigo. Después de la entrevista que le hicimos, fue al presidio a ofrecer apoyo y solidaridad a varios
grupos. Me enteré por una mutua amiga de que en estas Navidades visitó Manuel A. Pérez, Las Gladiolas, Quintana, López Sicardó y otros lugares.
Y este es Orlando Cepeda. Esta noche hemos querido que lo conozcan un poco mejor.
*Palabras para presentar a Orlando Peruchín Cepeda en la Cena de Gala del Semanario CLARIDAD en enero de 2006.
El autor junto a Peruchín Cepeda Foto suministrada
La enigmática personalidad de Josif Stalin
Mario A. Rodríguez León
$22.
Borrador de Auto-ayuda Queer y otros ensayos raritos
Lissette Rolón Collazo
$18.
Sentencia impuesta: 122 años de encarcelamiento por la independencia de Puerto Rico
Che Paralitici
$25.
Democracia y energía: Desafiando la economía de los combustibles fósiles por un país propio
Arturo Massol
$19.
Antología jurídica de Eugenio María de Hostos
Vol I Derecho penal Carmelo Campos Cruz
$30.
Pequeño manual ilustrado para el político corrupto
Kike Estrada
$12.