sábado 31 de agosto de 2019 año XX n° 419 (tercera edad) precio $ 50.-
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YASMÍN QUIROGA
MACRISIS AGUDA
Camila Arce vive hace 24 años con el virus del VIH y sueña con un mundo en el que nadie muera porque el Estado vulneró sus derechos. Conquistas, deseos y angustias de las y los jóvenes que todos los días la pelean contra el ajuste neoliberal. EL PADRE DEL DEFAULT
DE GABINO SOSA A MESSI
La culpa es del otro
Son de acá
419 - 31/08/2019
El gobierno insiste en acusar al ganador de las Paso por la debacle económica, pero su “reperfilamiento de la deuda” enciende todas las alarmas. Análisis y opiniones en medio de la tormenta.
El periodista Nicolás Galliari se lanzó a la aventura de bucear en la historia de jugadores y entrenadores que nacieron o se formaron en nuestra ciudad, y las condensó en el libro Rosario. Cuna de cracks. IVÁN JIMÉNEZ
Informe especial: Amazonia y ecoimperialismo Lo que hay detrás del humo y el fuego de los bosques. Escriben y opinan: Pablo Blisky, Horacio Çaró y Sergio Rossi
femimasa | el eslabón
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MACRISIS AGUDA
Vihva y deseante Camila Arce tiene 24 años y es activista por el VIH, el virus con el que convive desde que nació y a partir del cual construyó su mundo, lejos de los paradigmas médicos y biologicistas. Camila es también escritora, poeta, estudiante, se ríe mucho, se viste con colores y sueña con un mundo en el que pueda saber lo que es no tomar medicación todos los días y en el que nadie siga muriendo porque el Estado vulneró sus derechos. MAIA BASSO
Por Laura Hintze
C
AMILA ARCE TIENE UNA MARCA imperceptible en el ojo. “Una patita”, le dice ella, mientras la señala, entre un par de lentes y sus cejas prolijamente pobladas. Camila, de 24 años, tiene los ojos como dos almendras pequeñas. Todo en ella es chiquito, pero eso no impide que resalte. Tiene puesto un saco rojo, una camisa colorida, un jean tiro alto. Y habla. Y cuando habla, además, se ríe. Y cuando habla, también, va tumbando todos los paradigmas sobre los que una fue construyendo su mundo, su vida y su salud. La “patita” de Camila es una de las secuelas físicas que le dejó la alta carga viral de VIH que tuvo a los dos años. Todo lo demás se fue yendo con una medicación que todavía toma, todos los días. Las otras secuelas del virus son a las que ella no quiere renunciar: una forma de ver el mundo en la que la sanidad, la salud pública y la normalidad entran en jaque.
Un virus para cambiarlo todo La primera vez que Camila quiso cambiar las cosas fue cuando su papá estaba internado, algunas semanas antes de su fallecimiento a causa del Sida, el 2 de septiembre de 1999. El Día del Niño de ese año, Camila tenía cuatro y recibió más juguetes de lo normal. “Yo no entendía mucho, sabía que mi papá estaba internado”, cuenta. “Me acuerdo que me llevaron a una juguetería y me dieron a elegir lo que yo quería. Busqué un maletín de doctora, para ir a curar a mi papá. Ese es mi primer registro de querer transformar lo que estaba mal”, rememora. Unos quince años después, Camila viajó a Washington a una de las conferencias internacionales de Sida. Fue sola y sin saber hablar inglés. “Cuando llegué dije: «estoy acá por algo y ese algo tiene que ver con que yo necesito decir algo. No sé bien qué, pero ya lo voy a descubrir»”. Fue tal vez a los 17 cuando la activista empezó a tomar conciencia de su militancia, que ya desde los cuatro era una suerte de pulsión de vida. Hasta ese momento nunca se lo había preguntado. El VIH fluyó en su vida y su cotidianidad como por su cuerpo. Nunca lo ocultó, tampoco se lo preguntó. “Era algo muy natural –reconoce–, algo de lo que se hablaba en mi casa. Hasta ese momento, yo sólo sabía que había que hablar de esto porque nadie lo hablaba y porque se decían cosas que no eran. Yo miraba la televisión los primeros de diciembre (el Día Internacional de la Lucha contra el Sida) y no entendía lo que decían, porque ni yo, ni mi mamá, ni los amigos de mi mamá estaban enfermos. La pregunta era: ¿por qué la lástima? Es algo que no entendía. Y que sigo sin entender”. El tiempo, la madurez, la Universidad, las lecturas, las experiencias fueron sumando una perspectiva política a su forma de habitar el mundo con virus. Ahora habla de acti-
Periódico semanal fundado el 2 de septiembre de 1999 por Matías Ayastuy, Juan Emilio Basso Feresin, Julián Lafuente, Rodrigo Miró y Jerónimo Principiano. propietario: Asociación Civil Cadena Informativa Registro de Propiedad Intelectual Nº 234.810
“¿Cómo hace una persona por debajo de la línea de la pobreza que ni agua potable tiene? No busca su medicación. No la toma. Se enferma y se muere” vismo: activismo seropositivo, activismo por el VIH, un activismo que va más allá del diagnóstico. Es una cuestión política, social y económica. “El activismo es posicionarse frente a un montón de situaciones que hacen a la normalidad, a la sanidad”, señala. Y remarca: “Yo quiero tener la cura, quisiera no tener VIH, pero a la vez no quiero que se vaya todo lo que vengo construyendo por el VIH. Ya no se puede ir, hay una base que está y por eso es político, porque yo estoy bien de salud, y entonces me pregunto y cuestiono todo lo que ronda lo político, social, cultural, simbólico de vivir con virus”. La construcción por el virus a la que hace mención Camila es toda una vida, su vida; una historia que tiene como base la visibilidad, es decir, tomar la decisión de expresar y politizar las cosas que suelen suceder en el silencio, en el orden de lo privado. “Poder decir que tengo VIH, ya sea con amigos y amigas, la pareja o las redes sociales, es una manera de construir algo diferente”, explica, para luego añadir: “Por eso es tan importante para mí poder entender qué significa tenerlo, más allá de tener un virus o to-
producción periodística: Cooperativa de Trabajo La Masa directores: Ernesto Ávila y Laura Hintze editores: Juane Basso y Manolo Robles. corrección: Santiago Garat.
mar una medicación. Es poder entender el lugar que uno ocupa por tener VIH. Yo vine a este mundo y ya había un montón de construcciones sociales alrededor del virus que no cambiaron al día de hoy y eso no es inocente. Visibilizar eso es incomodar y mostrar todo ese silencio que viven las personas en general porque lo viven mal, porque no llegan a sentirse cómodos o cómodas en una sociedad que no te acepta por tener VIH”.
De esto sí que no se habla En 1995, la transmisión perinatal del VIH alcanzó un pico de 329 casos en Argentina. Esto es, que 329 personas nacieron con VIH por transmisión de su madre ya sea durante el embarazo, la lactancia o el parto. Camila Arce nació en febrero del ‘95 y fue una de esas personas. Las estadísticas de la transmisión vertical comenzaron a bajar desde ese año, con la implementación de llamado protocolo ACTG 076, que en Rosario comenzó a usarse en noviembre de 1994. En este momento, las estadísticas provinciales indican que la transmisión perinatal se redujo a casi cero.
redacción: Horacio Çaró, Guillermo Griecco, Pablo Bilsky, Luciano Couso, Eugenia Arpesella, Alfredo Montenegro, Facundo Paredes, Gabriel Zuzek, Silvia Carafa, Soledad Pascual, Jerónimo Principiano, Juan Pablo de la Vega y Marcelo Valenzuela.
Camila conoce bien ese dato. Sabe que de haber existido un Estado menos distraído, su mamá podría haber hecho un tratamiento que le garantice una mejor calidad de vida. Sabe que ella hoy podría no tener un virus. “Del ‘94 en adelante, la transmisión vertical es un problema del Estado, porque existe un protocolo. Si mi mamá no pudo acceder a ese tratamiento, se le pasó al Estado, o sea, a las obras sociales, a la salud pública, y eso es algo de lo que no se habla. No se habla de transmisión vertical porque es hablar de lo que le pasó al Estado”, subraya. “Pero además, cuesta hablar de niños y niñas con VIH porque es abrir una puerta que ni desde Unicef se quiere abrir”, suma. Y añade: “Es una historia relacionada a la lástima y al dolor”. Camila enumera: hablar de infancias con VIH es hablar de perder familiares a causa del Sida, de familias que abandonan a niños y niñas, de que nadie los quiera adoptar. Y suspira: “Siempre es muy delicado hablar de infancias en todo sentido. Sean trans, sean en situación de abuso, sean en relación al virus, sea todo lo que implique salirse de la norma”.
Miedo al miedo “Yo nunca tuve miedo. Tuve que aprender lo que era el miedo a raíz de otros”, dice, con seguridad. La joven está sentada en la mesa de su casa y toma mate. De fondo se escuchan los colectivos y autos que van y vienen,
diseño gráfico: Javier García Alfaro, Aníbal Pérez y Facundo Vitiello. fotografía: Manuel Costa, Andrés Macera, Paula Peña, Maia Basso y Yazmín Quiroga. cierre de edición: Viernes 30 de agosto de 2019.
el eslabón integra la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina (Fadiccra) y la cooperativa Diarios y Periódicos de Santa Fe (Dypsa). Mendoza 2836, depto. 4, Rosario
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el eslabón | femimasa
sábado 31 de agosto de 2019 | página 3 YAZMÍN QUIROGA
el sol cae mientras un calor inusual para agosto se filtra por todos los rincones. Camila viaja y vuelve a sus cuatro años. Esta vez no habla de transformar el mundo y curar a su papá. Esta vez habla del dolor y del miedo. Camila Arce toma medicamentos antirretrovirales desde los dos. No empezó antes porque no existían ni existen tratamientos pediátricos para el VIH. La medicación le llegó con la carga viral alta y las defensas bajas: tenía neumonía y un hongo alrededor de un ojo. De todo eso, sólo quedó una patita imperceptible. También el recuerdo de que las pastillas eran horribles. Su mamá aplicó, dos veces por día, todos los días, cada artilugio posible para que Camila las tome. Las mezclaba con el puré, con postrecitos. Ella dice que era más asqueroso aún. La primera vez que tuvo conciencia del VIH fue a esos cuatro años, luego del fallecimiento de su papá. Sabía que él había muerto a causa del Sida y que a ella le podía pasar lo mismo si no tomaba la medicación. “Todo eso implicaba mucho dolor para mí, mucho miedo –admite–, y así tomé conciencia. Yo sé que parece raro, que era muy chica, pero fue un poco así. Porque cuando mi mamá me contó lo de mi papá, tomé conciencia de que yo podía estar igual que él, sentir dolor e inclusive morirme. Eso es una cosa espantosa, porque el miedo a morirse tan temprano es horrible. Después lo vas resignificando”. La voz de Mariana, la mamá de Camila, aparece siempre, marcando el camino con claridad. La escuela primaria transcurrió con una lección clave: cómo lo vive, cómo lo piensa la gente, y que ella no tenía que hacerles caso. Camila aprendió a cuidarse del estigma contando algunas cosas y dejando otras para su casa, como la medicación. También aprendió a lidiar con que su papá haya muerto tan joven y que eso se note entre las familias de sus compañeros y compañeras. “Durante mucho tiempo decía que había muerto de cáncer”, recuerda. “Después empecé a decir la verdad: que se murió de tuberculosis, que tenía toxoplasmosis. Esa fue una forma de decir la verdad sin nombrar al Sida. Y yo me empecé a sentir mejor conmigo misma”, asegura. Camila recibió todo tipo de consejos de parte de su familia. Por ejemplo, que si alguien se enteraba que tenía VIH, que diga que fue por una transfusión porque quedaba mejor. Ella recuerda que se enojaba, que no quería mentir, pero también que percibía que había algo malo con el virus y que la gente lo vivía como algo malo. Del VIH no se hablaba, y si lo hacía, ella tenía que haber sido lo menos responsable. Sin embargo, en algunos lugares sí se hablaba y también se escuchaba. La fundación donde trabajaba Mariana, su mamá, fue uno de esos espacios. Y Camila iba siempre, a falta de alguien que la cuide después de la escuela. Entonces veía cómo se hace el test de detección del virus, escuchaba lo que hablaban los grandes, crecía a la par que muchos chicos hacían transición a ser mujeres trans. Y eso fue más natural para ella que las personas adultas marcándole qué está bien o mal en el mundo. Especialmente en el suyo.
La que se le vino Camila tuvo su primer novio a los 15. Él era más chico y vivía lejos de Rosario. A ella le gustaba soñar con una aventura. Viajar, chatear, verse cada tanto. Ella asegura todavía que tuvieron una relación posta, de
ocho meses, que para la edad era un montón. Era el año 2010. Las disidencias copaban la calle y conquistaban a pura libertad el matrimonio igualitario. Camila estaba rodeada de activistas y le quiso contar a su chico que tenía VIH. Dice que él no le dijo nada. Dice que eran tan chicos que probablemente no entendía nada. Si en la escuela, además, no se hablaba de eso. Pero la familia del pibe se enteró y nunca más lo volvió a ver. “Nunca más”, repite, como si todavía no lo pudiera creer. Le sacaron el celular y le prohibieron que se vean y se vuelvan a hablar. Camila lo cuenta y sonríe. Dice que ahí dijo “¡uy!”. Uy, la que se le venía con la adolescencia. “Fueron muchas preguntas. Pensar que yo tengo algo malo y darme cuenta que algo no estaba bien en todo esto. Sobre todo cuando se trata de la sexualidad”, explica. El punto de inflexión, dice, está ahí: todos y todas podemos tener una amiga con VIH pero el tema es cuando te pasa en tu intimidad y con tu pareja. “Cuando empecé a tener relaciones sexuales, a veces lo contaba y a veces no. Cuando lo contaba, no me querían volver a ver. Hace unos dos años un chabón me dijo que me iba a denunciar porque yo no le había contado antes de tener relaciones sexuales. Pasan esas cosas y si no estás informada, te agarra miedo”, indica. <Camila es sincera: el drama y la culpa le duraron poco tiempo. Dice que ya superó todos los rechazos y todas las veces que la pasó mal. La clave fue en haber aprendido a vivir con libertad y respeto su sexualidad desde chica. Reconoce, sin embargo, que siempre es complejo, que estar en la intimidad con una persona y tener que parar lo que esté pasando para “decirle algo” es feo. “¡Ay! Es tan feo”, exclama, de nuevo. “Una está ahí, en ese momento, decís que tenes VIH y tenes que sacar el power point. Explicar qué es el VIH, cómo se transmite, qué es el Sida. Yo no tengo ganas de eso, yo quiero garchar. Por suerte aprendí que mi rol no es educar. Siempre me piden que los cuide. Pero uno tiene que aprender a cuidarse por sí mismo. Y si no tuviste educación sexual en la escuela, exigila. No me la exijas a mí”, reclama.
Escribir e incomodar En 2017, se hizo el encuentro de la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos en Rosario. Camila era parte de la Red y estuvo en el panel de apertura, con funcio-
narios de todos los colores. Ella decidió no hablar y leer una poesía que había escrito: Qué hacemos con los que estamos vivos. No había terminado de leer y todo el público estaba llorando. “Llorando mal”, subraya. Y continúa, sorprendida: “Algunos se descompusieron, otros se tuvieron que ir, llamaron a una ambulancia”. Camila dice que todavía le piden que lea esa poesía. Cada tanto va por los ciclos de lectura de Rosario y lee. Ella no se define como lectora, o poeta, o escritora. Dice que es más una cuestión de catarsis. Que pone en palabras qué es ser una mujer con VIH, una mujer que se construyó como tal, que nació con el virus y que tiene más de un privilegio. Una mujer que vive en el centro, que es flaca, blanca, que va la Universidad, que vive a pleno su sensualidad y su sexualidad. “Me gusta incomodar”, dice, y se ríe. “Hablar desde el cuerpo, la sensualidad o sexualidad es amigarse con muchas cuestiones. A los chongos les encanta hasta que se enteran que tenés VIH y te bloquean”, cuenta. Y amplía: “Yo escribo sobre eso. Y cómo impacta la infancia, adolescencia y ahora juventud en alguien que quiere todo el tiempo amigarse con su cuerpo, con su VIH y su sexualidad, que cree que tiene que vivir libremente su sexualidad y placenteramente sus orgamos, pero que por algo tiene VIH. Y ahora que soy grande, si lo tengo es por por puta. Y no, pero si hubiera sido así, ¿qué? ¿Por qué la condena? Escribir para mí es poner en palabras esa situación”.
Ganas de vivir Si a lo largo de la entrevista se repite un deseo de Camila es saber cómo es vivir sin tener que tomar medicación todos los días. Desde los dos años, Camila toma pastillas. Durante mucho tiempo tomaba cada doce horas, ahora se le simplificó la vida: las toma una vez por día. Y a veces se olvida. Y a veces se toma dos por día. Y sabe que las tiene que tomar después de comer para que caiga mejor, pero no cerca de la hora de dormir porque sino le da insomnio, y también sabe que si va a tomar alcohol, mejor cuidar el hígado y por un día no tomarla. Los medicamentos que tomaba hace 15 años eran más fuertes. Le afectaban el hígado y el estómago. Le daban náuseas, dolor de cabeza. Tuvo una medicación que la dejaba amarilla: ojos y piel. Sean más o menos, los medicamentos antirretrovirales tienen
efectos secundarios: a corto y largo plazo. “Y hay gente que no resiste eso”, sentencia Camila. “Hay gente que sobrevive, que tiene otros recursos, que llega a la adherencia al tratamiento - es decir, lograr que se detenga la multiplicación del virus, permitiendo que se reconstruyan las defensas y disminuyendo la posibilidad de desarrollar enfermedades -. Pero también hay gente que vive en un pueblo y no tiene para ir a la ciudad a ver al infectólogo”, dice. Y remarca: “Hay gente que no tiene para comer y nosotros necesitamos comer bien, no harinas, sino bien, para poder tolerar las pastillas. ¿Cómo hace una persona por debajo de la línea de la pobreza que ni agua potable tiene? No busca su medicación. No la toma. Se enferma y se muere”. Tomar una medicación antirretroviral depende de muchas cosas. Este año, los medicamentos no llegan a tiempo a la farmacia. Aún así, tener acceso al tratamiento no es sinónimo de tener adherencia, o calidad de vida, o vida. “Hay otros factores: tener para comer bien, tener trabajo, sentirte bien y tener ganas de tomar las pastillas. Hay que tener ganas de vivir”, subraya Camila.
Sobrevivir al neoliberalismo El 19 de julio de 2019, Camila Arce recibió una carta desde Ansés que le notificaba que tiene un plazo de 60 días para presentar un certificado médico que valida un 85 por ciento de infección avanzada por VIH. Es decir, estar en etapa Sida. En caso de que no pueda notificarlo, van a proceder a suspenderle la pensión no contributiva que tiene desde el 2012. “Entiendo que la Dirección de Discapacidad lo único que quiere es hacernos sentir mal a todas las personas que recibimos la carta”, considera la activista. Y resume: “Fue una situación de mierda”. Ella encuentra una sola palabra para describir lo que eso significa: angustia. Dice que la angustia no se remite a su situación. Que hace meses, que hace cuatro años que vive con angustia. Y que hace más también, pero antes desde el activismo hablaban de la cura. Hoy se le suma a eso lo inmediato: que los medicamentos lleguen a las farmacias y nadie pierda su adherencia al tratamiento. Que nadie llegue a la etapa Sida. “La carta fue un golpe muy bajo que se suma a la fragmentación o faltante de medicamentos –confiesa–. Llegué a pensar que a mí, como persona, no me importa llegar al caso de dar mi medicación para otros. No me importa enfermarme o morir en este contexto, porque, como nos ven bien, nadie dimensiona nuestro reclamo. Lo que hay que entender es que no se trata de mí o de tener medicación garantizada. Se trata de que no haya más una persona que esté en una situación de vulnerabilidad con respeto a su adherencia y por ende termine internada o muera a causa del Sida. Eso sigue pasando hoy en Argentina y es algo de lo que no se habla”. Camila es contundente: “Yo no estoy en contra de la medicación, pero nos vino a silenciar”. El VIH estuvo en agenda en los ‘90 por falta de medicamentos. Después, por la democratización del acceso. “Pero cuando las personas empezaron a tener su medicación –plantea–, no es que dejaron de morir. Muchas dejaron de morir y muchas siguen muriendo o siguen sin tener acceso. De eso no se habló más, pero siguió pasando. Con o sin medicación, nos enfrentamos a esta situación. Si nos vamos a morir, que sea de cualquier cosa. Pero no de esto”.
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PLACA ROJA
Faltan 101 días Por Gabriel Fernández*
V
AMOS A REFORZAR UNA IDEA planteada hace algunos días. No por precepto, sino mediante el análisis de determinaciones prácticas. Esa noción es la siguiente: el gobierno macrista no ha modificado un ápice su orientación tras la derrota electoral en las elecciones PASO; y el camino hacia diciembre se ha tornado muy extenso. La tendencia desde aquél retorno del Fondo Monetario Internacional a nuestra vida político económica interior ha sido la utilización de los préstamos para financiar la fuga de divisas de nuestro país hacia firmas radicadas en el exterior. Como los indicadores paralelos no cambian, es presumible que el anhelado desembolso de 5.400 millones de dólares durante los próximos 15 días se dirija en igual dirección. Todo lo que el FMI plantea como condición para su intervención es negativo si se observa la realidad económico social desde este Sur. Lo cual genera una combinación de daño por el endeudamiento en sí mismo y daño por las medidas que se pretende adoptar para garantizar ese endeudamiento. Podríamos identificar la situación de este modo: Un transeúnte es abordado por varios ladrones. Estos le exigen que entregue su dinero. El transeúnte pregunta y si no se los doy ¿qué pasa? Los atracadores responden te molemos a palos. El ciudadano abordado les provee su billetera. Los maleantes la toman… y luego lo muelen a palos. Esta es una imagen relativamente adecuada de la relación entre el FMI y la República Argentina. ¿Alguien piensa que no es así? Veamos. Entre las exigencias fondomonetaristas, de común acuerdo con los gobernantes – que no se identifican con el transeúnte sino con los
En la mente de cada trabajador empleado o desempleado hay una placa roja que indica: Faltan 101 días para el 10 de diciembre de 2019. Y el remate: ¡Uy ¡cuánto tiempo! malvivientes-, se cuentan la erradicación y/o reprivatización del sistema previsional, la entrega de los bancos públicos a las corporaciones financieras privadas y la eliminación de la legislación laboral argentina. Por eso insistimos: cuando una gestión solicita sacrificios a un pueblo, está anun-
ciando que todo empeorará y que, próximamente, los sacrificios serán mayores. Es preciso anular de la mente colectiva la idea –razonable en el ámbito laboral personal- del esfuerzo y las privaciones como clave para avanzar hacia un país mejor. Para que el país crezca, debe crecer. Si se lo ajusta, si se lo
Lo que está en discusión Por G. F. Es perceptible, como nos avisan algunos compañeros, el tono devaluatorio de la gestión macrista por parte de los medios concentrados y sus satélites. Hoy resulta particularmente intenso. Pero el estilo de sus presentaciones bien valen comentarios que pueden ser equiparados con precauciones. En todos los casos se evidencian segmentadamente las secuelas, las consecuencias del programa aplicado desde comienzos del 2016. Nadie hace referencia a los ejes del mismo ni a las causas que derivaron en este presente. Es llamativa la elección de la foto Bajón con Pichetto, Macri y Vidal en La Nación. También la referencia a los dólares de los exportadores en Clarín. Los movimientos sociales, ignorados por las coberturas durante tres años y medio, han vuelto a las tapas. Dólar y riesgo país,
arriba como pocas veces, en letras de fuste. Perfil es oscilante pero guarda el tiro en la misma dirección: “Dejen de buscar culpables y afronten la crisis”. Sin embargo, Infobae, aunque en esa línea general, nos devuelve con melancolía al estúpido pasado reciente con su magnífico “Caos de tránsito generalizado en el centro porteño por una marcha de organizaciones sociales”. Ninguno señala que la operatoria de negocios para transferir recursos y hundir la industria en beneficio de los sectores parasitarios tenga algo que ver con lo que sucede. Esto no debe dejarse pasar por “obvio” como suponen algunos, porque ya no está en discusión el efecto del modelo sino su base misma, con el objetivo de construir otro, de rasgos contrastantes. Puede resultar aconsejable dejar de lado la reproducción seca de las “críticas” de los grandes medios al ma-
crismo -aunque las consideremos síntoma del debilitamiento acelerado del gobierno- y batallar sobre la interpretación de fondo, con datos certeros en mano, acerca de las razones hondas que condujeron a esta caída. El debate, en este tramo de campaña en ciernes, está en el nudo del problema, no en la epidermis de sus derivaciones. Ahora, cuando no hay que argumentar demasiado para mostrar los resultados, es preciso afirmar el diagnóstico profundo sobre la diferencia entre un Estado conducido por el interés y el concepto nacional popular que el regenteado por empresarios orientados a la obtención inmediata de beneficios particulares. Hemos ingresado en la etapa final del gobierno del PRO Cambiemos UCR (a no olvidar todos sus componentes) y es preciso impactar sobre su esencia para realzar los caminos futuros.
aplana productivamente, el país decrece. En pocos casos la ecuación resulta tan nítida. Ahora bien: en línea con el planteo original, es preciso indicar que desde hace tres años, pero también desde los comicios del domingo 11 de agosto en adelante la caída en las reservas nacionales persistió, la devaluación del peso se profundizó y el alza de los precios alcanzó nuevos picos que, por estas horas, continúan. Es decir, ningún indicador fue reorientado, a través de medidas populares, en dirección opuesta a la tendencia marcada desde la asunción macrera en 2015. Los resultados están a la vista, guste al medio que guste y aunque sean objetados por el politólogo Luis Brandoni. Continúan los cierres de empresas pequeñas y medianas, de cooperativas y la radicación en el exterior de las que cuentan con mayor envergadura. Todas ellas arrasadas por una nueva oleada de aumentos tarifarios a la que te criaste –esto es, según la voluntad de las empresas privatizadas de servicios públicos-, con una fuerte caída en un nivel de empleo ya deteriorado. La creciente en los precios, la pérdida de poder adquisitivo del peso y la desocupación elevada han generado una baja en las compras generales que damnifican la vida comercial, se asiente o no en la venta de productos locales o importados, y ha lanzado un golpe intenso a la actividad industrial tambaleante. Es que además de los datos ya ofrecidos en las líneas precedentes, es necesario recordar que las tasas de interés siguen siendo las más elevadas del mundo. Esas tasas, que hicieron el trabajo sucio durante los dos años recientes, se complementan hoy con la reducción de la actividad general, y derivan en la catástrofe palpable. Como ejemplo singular de la hipocresía narrada en el cuento realista del transeúnte y los ladrones, el gobierno oligárquico intentó dos medidas ¡presentadas como alivio a las capas medias pero diseñadas en beneficio de sus asociados! La reducción del IVA y el congelamiento en los precios de los combustibles. Aunque en su afán de perpetuidad el macrismo intente convocatorias, propagandas a través de sus medios o algún relevo ministerial, la naturaleza del escorpión lo define. Es tan potente y tan directo el interés de subclase que lo atraviesa, que está imposibilitado de realizar una acción diferenciada sin volatilizarse y negar su propio ser interior. Como su conducción no incluye la política como herramienta de negociación, sólo puede ofrecer más de lo mismo. Así están las cosas este fin de agosto de 2019. En la mente de cada trabajador empleado o desempleado hay una placa roja que indica: Faltan 101 días para el 10 de diciembre de 2019. Abajo, como graph analítico, emerge en diapo la expresión “Uy ¡cuánto tiempo!”. *Director La Señal Medios / Sindical Federal / Área Periodística Radio Gráfica
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sábado 31 de agosto de 2019 | página 5
ECONOMÍA EN STAND BY
El que se quema con Macri ve al FMI y llora En default político después de las Paso y en medio de agitadas jornadas financieras, el gobierno anunció que pateará pagos de la deuda (default “reperfilado”) y discutirá un nuevo acuerdo con el Fondo, mientras insiste en responsabilizar a la oposición por el agravamiento de la crisis económica y social que castiga a las mayorías desde mucho antes de las elecciones primarias, ajuste que abona el organismo internacional. Por Guillermo Griecco
O
TRA VEZ MALAVENTURAS DEL FMI, otra vez deuda externa en default, otra vez desmadre económico, financiero y sociolaboral en la Argentina. El desenlace de este nuevo capítulo del neoliberalismo argento, escrito por el macrismo y dictado por el Fondo Monetario Internacional, estaba cantado. No hubo enamoramiento ni con Madame Lagarde ni con las políticas ajustadoras del gobierno. El ciclo M llega al ocaso con resultados penosos para el conjunto de la ciudadanía: recesión, consumo popular en picada, derrumbe de la actividad productiva, cierre de empresas y comercios a diario, desempleo arriba de los dos dígitos, caída en el poder de compra de los ingresos, inflación récord, con casi el 40 por ciento de la población viviendo bajo la línea de pobreza y endeudados vorazmente hasta el Fondo. El FMI y su programa de ajuste, que estalla en la propia cara de los tecnoburócratas, vendrían a ser como los padres de la dura derrota electoral que el oficialismo, con “el mejor equipo de los últimos cincuenta años” y todo, sufrió en las Paso. El Fondo es corresponsable del desbarajuste económico y social que azota a la Argentina, resumido en “macrisis”. No hay un solo caso en el mundo que la intervención del FMI haya traído mejorías para las mayorías populares, más bien, todo lo contrario. Argentina, bajo un gobierno de derecha, vuelve a confirmar este postulado. Después de digitar la política económica del macrismo, conceder el mayor crédito en la historia del FMI, comprometiendo el 60 por ciento de su patrimonio, adelantar giros de dinero para financiar la campaña de la alianza Cambiemos y así dar “certidumbres”, el Fondo, controlado por Estados Unidos, vino a la Argentina a ver qué onda: primero tanteó el terreno político y después revisó la marcha del acuerdo stand by firmado con la Argentina el año pasado, por el récord de 57 mil millones de dólares, que ya quedó atrás por acumulación de incumplimientos, como el famoso “déficit cero”. Mientras tanto, el Banco Central quema reservas a lo pavote, la fuga de dólares se acelera, recrudece la tensión cambiaria con megadevaluación, y la debilidad política del oficialismo se acentúa. Macri quiso conmover a los del Fondo con una movilización en su respaldo. Mucha gente (bien) por tratarse de un gobierno de derecha y desgastado, poca gente si se la compara con marchas opositoras. Envalentonado y pisteando como un esquiador, a la espera del último desembolso pactado con el FMI de 5.400 millones de dólares, que indefectiblemente deberá renegociarse, Macri destacó como un mérito de su gobierno hacerse cargo de la deuda que él mismo contrajo, incluso emitiendo un bono a cien años, después de recibir un país desendeudado. El Presidente y el ministro de Economía Hernán Lacunza pidieron pedal al Fondo, anunciaron la reestructuración de los vencimientos de la deuda, sin quita y con pagos de intereses, con el único objetivo de estabilizar el mercado cambiario, tarea difícil ante la insolvencia económica y política que conlleva la fuerza gobernante. El anuncio de entrada en default, disfrazado en un “reperfila-
Volver al mundo La Confederación Sindical Internacional (CSI) convocó a las organizaciones mundiales afiliadas a dos jornadas internacionales de protesta y movilización “en solidaridad con los trabajadores argentinos” y bajo la consigna “fuera Macri”. Las protestas se realizarán el 12 de septiembre y el 16 de octubre próximos con manifestaciones frente a las embajadas y misiones argentinas en todo el mundo, según se indicó en una carta. Los Tigres Verones del planeta, dirían desde el gobierno, recordaron que la ges-
miento” de la deuda, llegó después de que el propio Fondo pusiera en duda el último pago del compromiso asumido antes de las elecciones de octubre, lo que representaría un corte para el respirador artificial que sostiene a Cambiemos. Alberto Fernández, candidato opositor más votado en las Paso, se reunió con la misión del Fondo que anduvo por Buenos Aires después del temblor electoral. Los delegados del organismo, con el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, a la cabeza, siguieron la misma estrategia de Cambiemos y quisieron asociar a la oposición a la crisis actual. Pero el Frente de Todos les cortó el rostro y ni bien concluyó ese encuentro con los hombres fondomonetaristas, emitió un comunicado donde aseguró que tanto el gobierno como el FMI son
tión Macri “aumentó la desigualdad en un 20 por ciento y llevó a la pobreza a 14,3 millones de argentinos”. También, indicaron que casi el 60 por ciento de los trabajadores con empleo formal en la Argentina no gana lo suficiente para mantener a su familia con dignidad”. “El salario mínimo fue congelado en 12.500 pesos (292 dólares) y no cubre la línea de indigencia, por lo que en las elecciones del 27 de octubre próximo el sindicalismo argentino se unirá detrás de la consigna fuera Macri”, indicaron desde la CSI.
“responsables de la catástrofe social y económica” que atraviesa la Argentina. El Fondo, después de deslizar un “vacío de poder” tras el resultado de las Paso, le dio un tibio apoyo al Gobierno y salió a reafirmar su compromiso con el país, cada vez más en riesgo, según el puntaje de calificadoras. “Argentina sufre la crisis del modelo Macri, que desreguló la entrada y salida de capitales especulativos y el mercado cambiario, por lo que salen muchos más dólares de los que entran, lo que se financió con deuda y un préstamo del FMI en un esquema totalmente insustentable”, opinó la diputada kirchnerista Fernanda Vallejos. Al revés de la idea que busca instalar Cambiemos, que la crisis económica se desató por el triunfo opositor en las Paso, “es innegable que el resultado de las elecciones primarias
tiene a la recesión económica como una de las principales causas de la debacle oficialista”, señalaron desde el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra). En su último informe de coyuntura, CifraCTA indicó que “la estrategia electoral del gobierno en materia económica se sustentó, en gran medida, en mantener la pax cambiaria que logró a partir de abril y que se le esfumó después de las elecciones”. Y continuó: “Eso le permitía generar mejores expectativas (con) respecto a la crítica situación económica. Para ello contaba con las divisas del agro, el apoyo del FMI, que le permitió intervenir en el mercado de cambios, y el sostenimiento tanto de las altas tasas de interés como del congelamiento de la base monetaria. De todos modos, tal como se puso de manifiesto con la corrida post electoral, se trataba de una situación cambiaria de elevada inestabilidad tanto por la posibilidad cierta de que estalle la burbuja financiera basada en las Leliq como por la pesada carga de los vencimientos de la deuda”. Según el reporte citado, “la valorización financiera que puso en marcha el gobierno de Cambiemos condujo a episodios recurrentes de fuga de capitales (...) A esta compleja situación se suman los abultados vencimientos de la deuda que, dadas las dificultades para refinanciar la deuda de corto plazo, tendieron a acumularse en los meses previos a las elecciones de octubre, lo cual eleva las presiones cambiarias”. A los pocos días de la aparición de este informe, el gobierno “reperfiló” y “reprogramó” vencimientos de deuda. Para los investigadores del centro Cifra, el macrismo dejará una verdadera pesada herencia en la economía argentina, por la profunda crisis económica y, principalmente, por el rescate que concedió el FMI: “Hasta el momento el inédito endeudamiento en moneda extranjera (107.525 millones de dólares entre diciembre de 2015 y junio de 2019) no generó ni obra pública ni crecimiento económico sino que sólo se ocupó de financiar la fuga de capitales y los intereses de la deuda que acumularon 106.779 millones en el mismo período. El propio FMI proyecta que los vencimientos de deuda pública para los primeros dos años del próximo gobierno alcanzan a 79.552 en 2020 y a 84.407 millones de dólares en 2021”. En el informe se subrayó que “uno de los activos que tiene el gobierno para desactivar corridas cambiarias son las reservas internacionales del Banco Central, que se engrosaron en buena medida fruto del endeudamiento público con fuerte impronta del FMI en los últimos meses, hasta que el propio organismo flexibilizó la intervención en el mercado de cambios”, apuntaron desde Cifra, y las reservas del Central comenzaron a evaporarse. Tras el cimbronazo de las Paso, la economía argentina parece funcionar en piloto automático, con efectos devastadores para el grueso de la población. Para tener en cuenta: poquito antes de las elecciones primarias, el director gerente interino del FMI, David Lipton, reemplazante de Christine Lagarde, había asegurado que el plan económico de la Argentina macrista en tándem con el Fondo estaba “dando sus frutos”. Al final, se pudrió todo.
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DISPUTA POR LAS MIGAS QUE QUEDAN SOBRE EL MANTEL
Corte y confección Trece gobernadores le pidieron a la Corte que frene el “plan alivio” de Macri, costeado en parte con recursos provinciales. Santa Fe estima que le ingresarán 4 mil millones menos. El dilema de la frazada corta. Por Luciano Couso
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RECE PROVINCIAS ACUDIERON finalmente a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que el máximo tribunal deje sin efecto parte del “plan alivio” lanzado por el repentino neopopulismo macrista, que afecta los ingresos fiscales coparticipables de los distritos subnacionales y, según la Constitución, sólo pueden ser modificados por una ley transitoria aprobada por el Congreso. En medio de la debacle económica y financiera autoinducida, el Estado nacional y los provinciales disputan judicialmente las migas que quedan sobre el mantel, con acusaciones cruzadas de egoísmo y preservación. El anuncio un día después de la moratoria del pago de la deuda interna y externa –defaultfriendly– provoca nuevos cambios en el vertiginoso escenario local y le da aire a la Corte para confeccionar una respuesta que procure una solución a un problema que es fundamentalmente político.
Frazada corta Lo que está en juego es el carácter corto de la frazada en un invierno crudo. Tras el resultado de las elecciones primarias que ubicaron al precandidato opositor Alberto Fernández 15 puntos por encima del actual presidente, Mauricio Macri, el gobierno advirtió que sus políticas causaban “dolor” a mucha gente y, tras la devaluación de 30 puntos de la moneda al día siguiente de esos comicios, anunció un plan de “alivio” para las víctimas de su proyecto económico. Entre otras medidas, Macri anunció la eliminación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a algunos productos de la canasta básica alimentaria y la eximición del pago de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias –la que abarca a trabajadores en relación de dependencia– por tres meses. Como se trata de dos impuestos que se coparticipan con las provincias, el impacto fiscal de la inusual primavera populista de Cambiemos será compartido con las provincias, que verán mermados sus ingresos de recursos coparticipables. Las medidas anunciadas por el presidente no fueron acordadas previamente con los gobernadores y tampoco fueron acompañadas de una compensación fiscal para el Estado mediante el aumento de la presión impositiva a otros sectores de la actividad. Pura erogación, cero ingresos. Al conocer los efectos que el “plan alivio” traería sobre las cuentas públicas de sus distritos, 19 gobernadores se reunieron en el Consejo Federal de Inversiones y decidieron rechazar la magnanimidad de la Casa Rosada con plata ajena (en rigor,
El impacto fiscal de la inusual primavera populista de Cambiemos será compartido con las provincias, que verán mermados sus ingresos de recursos coparticipables.
Quien intentó designar a dos jueces de la Corte a través de decretos, no le tiembla la lapicera para realizar modificaciones a la ley de coparticipación por el mismo medio. Dice la presentación: “Los decretos aquí cuestionados (que no sería exagerado calificar de vías de hecho administrativas) producen una detracción enorme de la masa coparticipable sin atender ni al principio de intangibilidad o integralidad de los recursos ni a los específicos procedimientos convencionales que deben llevarse a cabo entre las provincias y la Nación tal como establece la Ley–Convenio 23.548, esto es, la inderogabilidad o inmodificabilidad unilateral de sus disposiciones”. Además de Santa Fe, acudieron a la Corte con idéntico planteo Formosa, Tierra del Fuego, Catamarca, Chubut, La Pampa, La Rioja, San Luis, Santa Cruz, Tucumán, Salta, San Juan y Santiago del Estero. Otros distritos patagónicas que habían decidido iniciar el reclamo cambiaron de opinión a último momento. En sus casos, también se suma el reclamo contra el decreto que congeló el precio de los combustibles y afectas las regalías que perciben por su explotación.
Tiempos el Estado nacional también verá reducidos sus ingresos). Esta semana, a pesar del “ablande” intentando por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, con los díscolos mandatarios provinciales, 13 de ellos realizaron presentaciones particulares ante la Corte Suprema. En el caso de Santa Fe, una de las que judicializó el reclamo, señaló en su presentación que el plan del gobierno nacional “implica un valladar para la aplicación de los propios planes diseñados por el legislador santafesino para la atención de los cometidos públicos locales, que hacen a la salud y el bienestar de sus ciudadanos”. Además, dice el texto, “opera una sensible reducción por necesaria implicancia de la cobertura de sus gastos corrientes en materia del pago del salario de sus dependientes y desarrollo de los planes de obra pública en curso de ejecución”. Paralelamente, unos 30 municipios y comunas de Santa Fe enfrentan problemas para hacer frente al pago de salarios de los empleados públicos. Sin embargo, el gobierno provincial ratificó la aplicación de la cláusula gatillo de actualización salarial de docentes y estatales, para el mes de agosto. Pensar en la primavera, en este contexto, obliga a ejercer la futurología. Santa Fe planteó, a través de su gobernador, Miguel Lifschitz, que la provincia dejaría de recibir unos 4 mil millones de
pesos como consecuencias de las medidas fiscales nacionales que les permitan llegar a Macri a diciembre en la Presidencia de la Nación.
Decretitud El texto firmado por Lifschitz, el fiscal de Estado Pablo Saccone y el Procurador General Juan Carlos Carbone, solicita a la Corte que “declare la inconstitucionalidad de los decretos 561/19 567/19” y que “condene al Estado Nacional ha compensar económicamente a la provincia de Santa Fe en virtud de las sumas no percibidas en función de la reducción al cero por ciento del impuesto al valor agregado a los productos que se detallan en el anexo de dicho acto, y por el tiempo en que se ejecutó la medida inconstitucional, como en igual sentido por la reducción en el porcentaje que le corresponde, por el impacto del decreto 561/19 por la vía de la elevación del piso mínimo del impuesto a las ganancias”. La acción declarativa de inconstitucionalidad presentada por Santa Fe –similar a la impulsada por las otras doce provincias–, recuerda que el único modo de cambiar la ley de coparticipación es mediante la sanción de una nueva –una mora que la lleva 13 años–, o a través de una norma aprobada por mayoría especial del Congreso para “modificar asignaciones específicas de recursos coparticipables, por tiempo determinado”.
En su reunión habitual de los jueves, la Corte no trató la presentación de las provincias. Teniendo en cuenta los morosos tiempos judiciales y la celeridad del drama económico-financiero, es probable que la realidad y la negociación política resuelvan el entuerto ante que un fallo. Los cortesanos dejaron trascender que para analizar los casos resta el procedimiento ante la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo, que podría rechazar los decretos del presidente Mauricio Macri. Hasta que no se compélete ese trámite, nada ocurrirá. Efectivamente, los jueces del máximo tribunal entienden que el asunto se sienta sobre un problema político más que judicial. Así quedó expresado durante la semana, cuando la ministra Patricia Bullrich señaló que “lo que nosotros estamos planteando es pedirle a los gobernadores un esfuerzo compartido para aliviar el bolsillo de la gente”. En su paso por Rosario, el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Pichetto, acusó a los gobernadores de estar “en contra de la gente” al reclamar judicialmente por los fondos destinados al “plan alivio”. El vértigo que la crisis imprime a los sucesos cotidianos difícilmente altere las togas cortesanas, que ven en el 27 de octubre un lejano pero deseable mojón que comience a poner fin al presente de desasosiego.
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sábado 31 de agosto de 2019 | página 7
LA INCUMBENCIA LEGISLATIVA Y LOS ENDEUDAMIENTOS
Cuando Rosario no mordió el anzuelo y zafó En el marco nacional de la crónica de un “reperfilamiento de deuda” anunciada, los ediles locales recordaron que hace dos años el Palacio Vasallo ayudó al municipio a evitar caer en una trampa millonaria en dólares. Por Sivia Carafa
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L GOBIERNO NACIONAL DESCUbrió que el poder es tripartito y, siguiendo el conocido apotegma de que la mejor manera de distribuir una carga es extender la superficie, convocó al Congreso para sostenerla. El encargado de hacer llegar el convite al Legislativo fue el flamante ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y la misión a compartir será el proyecto de ley que difiere los pagos de la deuda. Mochila lítica, botas de goma en el río y fierro caliente abarajado. Las bancas de la Nación anticiparon que los días por venir serán aciagos. Dos años atrás, el Concejo de Rosario abordó una situación similar, cuando en un debate extenso y áspero, no convalidó el pedido del Ejecutivo Municipal de tomar deuda en dólares, con Tribunales de Estados Unidos, en eventual litigio. el eslabón articuló ese recuerdo y la actual coyuntura; distintas en envergadura, pero la misma incumbencia. La edila del Frente para la Victoria, Norma López, evocó: “Creo que la intendenta Mónica Fein debe estar agradeciendo al interbloque Nacional y Popular, no sólo en términos personales sino también políticos, porque no acompañamos ese endeudamiento insólito que pedían, más de 200 millones, que no se sabía para qué eran”, evocó la edila. Y dijo que ya en 2017, la discusión concluyó un año después, habían advertido “que el dólar iba a tener una disparada increíble y que iba a terminar sojuzgando todo”. La incumbencia legislativa está a la vista, señaló. Para López, el mensaje de Lancuza, en forma y fondo, “fue de una provocación absoluta a las economías regionales y a los ciudadanos que con tanto esfuerzo tienen que sostener su canasta familiar, sólo por mencionar alguna de las situaciones”. Y detalló. “Lo que hizo fue burlar permanentemente, hacer de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), no una excepción sino algo permanente, porque no le gusta el debate político, que es justamente para no llegar a estas situaciones”. “Existe un andamiaje legal como para poder sostener las estructuras económicas, políticas y jurídicas, pero permanentemente ha sorteado todo lo que signifique institucionalidad, constitucionalidad y transparencia del Estado, ahora bien, dicho esto, los diputados y senadores nacionales verán cómo analizan el paquete que envía el Gobierno”, sostuvo López.
La edila del Frente para la Victoria, Norma López, evocó: “Creo que la intendenta Mónica Fein debe estar agradeciendo al interbloque Nacional y Popular porque no acompañamos ese endeudamiento”. A la incumbencia legislativa también aludió la concejala María Fernanda Gigliani. “Si es una atribución. En la ciudad de Rosario la intendenta Mónica Fein hizo lo correcto, deseaba endeudar la ciudad y envió un mensaje al Legislativo local, no tuvo el consentimiento y por lo tanto no tomó la deuda”, evocó. Y fue por la coyuntura: “La tomada de pelo del gobierno de Macri, es que endeudó a todos los argentinos de manera descomunal, sin consultar con el Congreso y ahora que las papas queman le piden a la oposición que ayude a pilotear la situación en la que está el país, lo que me parece absolutamente irresponsable, no cree en la democracia ni en las instituciones, lo que quiere ahora es repartir culpas”. Desde Ciudad Futura, la concejala Caren Tepp fue categórica. “Claramente los po-
deres legislativos, que tenemos una instancia de contralor, tenemos competencia para cualquier tipo de endeudamiento por parte de los Estados, lo que estuvo mal por parte del Gobierno Nacional es haber tomado una deuda que compromete a generaciones de argentinos”. Según la edila, cuando el Palacio Vasallo abortó el proyecto de endeudamiento local, su posición fue: “No queríamos que, como venía sucediendo siempre en todos los temas estructurales el oficialismo y el PRO, acuerden así que nos metimos en la discusión y planteamos dos debates, por un lado el para qué un Estado toma deuda, la propuesta del Ejecutivo era para pagar deuda, y el otro planteo era que se aplicara a la deuda social que Rosario tenía con los barrios populares y también planteamos con qué mecanismo se iba a tomar, no es lo mismo el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, relató. Y calificó como “muy preocupante lo que pasó a nivel preocupante porque ahora, que se le están quemando todos los papeles al Gobierno, quieren pedir el salvavidas al Legislativo”. El concejal del PJ, Osvaldo Miatello, consideró muy difícil analizar medidas que se toman en una “situación de desesperación y diría casi terminal, es un proceso de años de desmanejo de la economía, entre otras cosas, que condujeron a esta situación; en otro contexto quizás podría haber sido, porque plantear extender los plazos es razonable pero es muy difícil en esta situación y sobre todo con la pérdida de poder político impresionante que tuvo Macri, veo difícil poder enderezar el barco”. Con respecto a las medidas anunciadas por el gobierno de Macri, Miatello dijo: “A dos meses vista de las elecciones generales y de finalización de mandato, tienen que hacerse cargo ellos mismos de lo que proponen y ojalá acierten porque la verdad que en esta situación se hace muy difícil convivir”. Aunque no pasó por alto otra lectura: “Me da la impresión que la maniobra de tirar el tema al Congreso, tiene que ver con buscar un grado de complicidad, por decirlo así”. En tanto, desde el bloque Cambiemos, Renata Ghilotti, avaló la decisión del gobierno nacional. “No es necesario haber ido antes al Congreso, el presidente tomó la deuda dentro de las funciones que le da la Constitución, ahora lo que está sucediendo es una instancia extraordinaria, en un momento muy complicado del país y también dentro de un proceso electoral que se está dando y por situaciones macroeconómica que estamos conociendo”. Para la edila, lo que hace el gobierno nacional es “tomar decisiones para poder paliar la situación y lleva estabilidad a todos los argentinos y a los mercados para generar una estabilidad cambiaria principalmente y también de confiabilidad, para poder transitar los meses que quedan hasta la elección o el presidente que sea reelecto”. Además dijo que el Congreso debe participar “para que todos estemos en un marco de discusión”. El Titanic parece haber escorado. En la cubierta sigue habiendo cotillón y mientras bajan los botes no son pocos los que creen percibir un atajo del calendario. Quién lo hubiera dicho. Estamos en el segundo semestre.
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la bola |
LITERATURA Y DEPORTE
La capital del fútbol mu
El periodista Nicolás Galliari, oriundo de Roldán e hincha de River, publicó Rosario. Cuna de cracks, libro que intenta abarcar la historia de jugadores y entrenad IVÁN JIMÉNEZ
Por Santiago Garat y Facundo Paredes
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OSARIO FUE Y ES UNA CANTERA inagotable de grandes futbolistas y directores técnicos o formadores. De Gabino Sosa a Messi, pasando por Ángel Tulio Zof, César Luis Menotti, Marcelo Bielsa, el Trinche Tomás Felipe Carlovich y Jorge Griffa, todos tienen como denominador común a la cuna de la Bandera como el lugar en que comenzaron a dar sus primeros pasos en el planeta de la redonda. El joven periodista Nicolás Galliari, fanático de ese deporte desde que tiene uso de razón, se lanzó a la aventura de condensar esa inmensa cantidad de nombres que se ganaron un lugar en la historia y los volcó en un libro, al que decidió bautizar: Rosario. Cuna de cracks.
Soy de la orilla brava Nicolás se recibió de periodista en el Iset 18, de Moreno y San Luis, y después hizo la licenciatura en la UAI, aunque aclara que le falta la tesis. Su pasión por el fútbol lo llevó a escribir textos relacionados al juego más lindo del mundo y, pese a sus jóvenes 27 años, se animó a enfrentar el enorme desafío de repasar la historia de jugadores y DTs que nacieron o surgieron en Rosario. “Yo escribo sobre fútbol en la página Cultura Redonda”, cuenta de entrada este roldanense fana de River, y agrega: “Durante el Mundial de Rusia escribía una nota por día, y la gente de la editorial Libro Fútbol, que ya de antes me seguían en las redes, se interesó en esas publicaciones y creo que a partir de ver lo que hacía, me contactaron”. Entre todas las ideas que le propusieron a Galliari –hacer la biografía de su coterráneo Diego Mateo, ex futbolista de Newell’s, por ejemplo–, se terminó quedando con la más atrayente pero a la vez más difícil de encarar. “De la editorial me llamaron para hacer un laburo sobre proyectos que ellos ya tienen bocetados, cosas en borrador. Y cuando les dije que era de la zona de Rosario, me dijeron que existía la posibilidad de hacer este tema, que me pareció muy interesante porque hay mucho para abarcar, dada la cantidad de jugadores que salieron, así que le di para adelante con eso”, rememora el autor, y continúa: “Ellos me dieron el tema y yo lo fui ordenando. Lo que me propusieron, además, fue hacer un capítulo sobre aquellos futbolistas que no llegaron, de esos jugadores que pintaban con una alta expectativa y no terminaron siendo por ahí todo lo que se esperaba, por diferentes motivos, como Pablo Vitti, Cristian Colusso, Gustavo Billy Rodas y Kurt Lutman, entre otros”. Lanzado a la descomunal tarea, Nicolás se sumergió en archivos, revistas, recuerdos, testimonios, y le empezó a dar forma al libro que se presentó días atrás en la librería Paradoxa, de Mendoza 923.
“La idea también fue encontrarle una explicación a porqué han salido tantos talentos de esta ciudad. Esa es la respuesta que busca el libro” “Muchos nombres uno los conoce porque son contemporáneos, pero yendo para atrás en el tiempo hay cosas de Gabino Sosa, que es de principios del siglo pasado; de Vicente de la Mata, que fue después de Gabino en Central Córdoba, y otros como Poy, Gallego, Valdano, de la década del 70 u 80, hasta hoy con Icardi, Correa, Di María, Messi. Creo que abarqué bastante, porque entre jugadores y entrenadores son como 50 nombres”, detalla Galliari, y aclara: “Algunos, como Juan Simón o Harry Hayes, que fue un goleador de Central en la época del amateurismo, me quedaron afuera. Pero los más destacados los incluí”. “La idea fue contar la historia de cada uno, trazando perfiles con formas de contarlo diferentes, para que no sea muy monótono –sigue–. Hay varios testimonios: el Indio Jorge Solari, Griffa, Poy, Bauza, Giusti, Mateo,
Colusso. Hay periodistas también, como Sergio Faletto, Ariel Gómez, Pablo Montenegro. En total hay entre 20 y 30 testimonios, y hay algunos que me quedé con ganas de entrevistar, porque son inalcanzables, como Bielsa o Menotti, que uno insiste pero no tiene respuesta”.
El mundo es redondo Nicolás admite que es un apasionado del fútbol, al punto de confesar que es lo único que mira en la tele y que el libro es una consecuencia lógica de su andar por la vida. “De chico jugué mucho al fútbol, incluso jugué en el club San Lorenzo de Roldán, pero sólo hasta los 12 ó 13 años en cancha de 7”, repasa este hincha del Millonario por mandato familiar, y añade: “Cuando terminé la secundaria empecé a estudiar periodismo y aunque me dediqué al periodis-
mo integral, a la hora de escribir siempre voy para el lado del deporte. Y cuando ingresé a Cultura Redonda, que no es una página de noticias sino de análisis, de historias, de perfiles, me contagie bastante de la gente que trabaja ahí”. Desde la infancia, además, le interesó leer todo lo que tenga que ver con el fútbol y “era de tener recortes, de coleccionar revistas viejas. Tengo una buena colección de El Gráfico y de las revistas de Olé, como las guías que salían de los torneos”, fundamenta, y concluye: “Todo eso me sirvió de material de archivo para hacer el libro, como fuente. En internet también encontré muchas notas referidas a las distintas épocas y conocí a Julio Rodríguez, el historiador de Central Córdoba, al que cito mucho en mi libro”. Además de recorrer las historias de aquellos futbolistas y entrenadores que se iniciaron en Rosario, Nicolás se propuso otro desafío. “La idea también fue encontrarle una explicación a porqué han salido tantos talentos de esta ciudad, ya que esa es la respuesta que busca el libro, no sólo la de ir nombre por nombre. La respuesta queda un tanto abierta porque el fútbol también tiene algo de azar, pero hay 3 o 4 factores, a los que
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dores que nacieron o se formaron en la ciudad. pude llegar como conclusión en la parte final, que podrían develar la incógnita”, indica, y enumera: “Por un lado la alta competencia que tienen los pibes desde muy chicos, ya que en Rosario hay cerca de 62 clubes y unos 1500 equipos entre todas las categorías, que cada año se va renovando. Es decir, que muchísimos pibes empiezan a competir a los 4 años, por lo que van adquiriendo esa dinámica desde muy chicos. Otra es por los grandes formadores que hubo acá, desde Renato Cesarini o Griffa en la década del 70, hasta hoy, con sus nuevas metodologías. Además, hay algo en esta zona de la pampa gringa –que ya se lo había escuchado decir al Tata Martino y también muchos entrevistados me lo dijeron– en la que salen chicos bien formados físicamente. Después el talento se va perfeccionando durante la trayectoria, pero ya tienen esa base. Y por último, todo esto sumado a la pasión con la que se vive el fútbol acá”.
Veo cucarachas en la pared Entre las más de 300 páginas que le dan vida a Rosario. Cuna de cracks, está la historia de Cristian Colusso, el Chiri Colusso, bah. El relato del ex Central, volante habilidoso que se atrevió en plena Bombonera a tirarle un caño al aguerrido defensor Néstor la Tota Fabbri y que luego fue saludado y felicitado –nada menos– que por Diego Armando Maradona, es uno de aquellos enmarcados jugadores que
“Hay varios testimonios: el Indio Jorge Solari, Griffa, Poy, Bauza, Giusti, Mateo, Colusso. Y periodistas también, como Sergio Faletto, Ariel Gómez, Pablo Montenegro” pintaban para mucho más de lo que terminaron siendo. “La historia de Colusso fue muy interesante, una de las que más me gustó porque había salido de acá como el nuevo Maradona, porque era un zurdo con mucho talento”, arranca contando el escritor, que entrevistó al ex futbolista en Funes. “Sale de Central y lo compra el Sevilla, por dos millones, pero acá se decía que era por uno y medio, así que nunca se supo nada de ese medio millón restante y quedó colgado. El tipo terminó volviendo a la ciudad, después se fue a México, jugó acá cuando estuvo el Patón Bauza en el 99, y no pudo ser más ese pibe que tanto prometía”. Pero la trayectoria de este ex Canaya que hoy sigue despuntando el vicio en torneos de veteranos, no termina ahí: “Después tuvo una lesión de rodilla –sigue relatando Nicolás– vuelve a jugar y se va a Sevilla a entrenar con los pibes cuando ya era profesional y no le dan lugar. Luego empezó a deambular por varios clubes de sudamérica y después se va a Argelia, donde comió pan con cucaracha, le apuntaron con un arma, una historia linda para
contar aunque no tanto para vivirla. Y el loco se retiró bastante temprano”. Entre los testimonios de este manual de jugadorazos y grandes entrenadores, también se destacan figuras de la talla de Jorge Bernardo Griffa, formador y captador de futbolistas como nadie, y que brilló por esa tarea en la Lepra y en Boca. “Con Griffa intenté profundizar con lo que hizo en Newell’s en la década del 70. Priorizó buscar a los jugadores a las provincias, porque en esa época (y mucho más ahora) era imposible competir con los grandes de Buenos Aires. Después lo que hizo con Bielsa a mediados del 80, que salieron por el país a buscar jugadores, previamente se comunicaban con cada municipio para ver quién sabía de fútbol y así ver algún jugador interesante”, señala sobre el Maestro, nacido en Casilda. Y aclara: “Hay muchos de los que están en el libro que no son rosarinos pero surgieron o se formaron acá”. Por último, Galliari se refiere al fragmento que le toca a la Agrupación Deportiva Infantil Unión Rosario, muchísimo más conocida como Adiur, ubicada a unos 500 metros del Cru-
ce Alberdi: “La editorial también me propuso tratar ese tema, porque el club tiene un convenio con el Villarreal y les interesó. Además, poder hablar sobre la formación de jugadores, la metodología que tienen, la gran infraestructura, con canchas de césped sintético. Tienen la contra de que no compiten en AFA, y muchos chicos se les van porque quieren cumplir otra etapa de su formación, y ahí no pueden dar ese salto”.
A la cancha Este libro que ya circula entre los amantes de la redonda, jugó de local el pasado viernes 23 cuando fue presentado en Paradoxa Libro. En la librería, el autor estuvo acompañado por el periodista Ariel Gómez, que labura en las transmisiones de Rosario Deportes. “Creo que haremos otra en diciembre porque viene Libro Fútbol, que es la editorial y hace presencia en algunas clínicas de fútbol, pero todavía no está confirmado”, avisa el autor, e indica que ejemplares de su obra pueden conseguirse a través de la página de la editorial. Por último, este periodista que escribe en las webs Cultura Redonda y en el portal de noticias Roldan Digital, admite las bondades de ser extrapartidario respecto de los dos equipos grandes de la ciudad. “Creo que sí, que me beneficia no ser de Newell’s ni de Central porque me permitió correrme de ese lugar y hacerlo bien equitativo y cuidando el mensaje”.
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GEOPOLÍTICA Y ECOIMPERIALISMO
Detrás del fuego y el humo de la Amazonia Factores de poder internos y externos convergen como máximos responsables de los incendios en un área que suministra el 20 por ciento del oxígeno al planeta. El objetivo: dominar el corazón verde de Sudamérica y partir Brasil. Por Horacio Çaró
A
UNQUE NO SEA PERCEPTIBLE, porque está hábilmente insertado en los movimientos progresistas, es necesario advertir que existe un consolidado dispositivo ecoimperialista camuflado tras nobles intenciones medioambientales y preservacionistas, imponiendo una agenda que se escribe en los despachos de mayor poder de los países centrales, aquellos que forman parte del bloque de poder dominante y de la potencia hegemónica occidental, los EEUU. En la Amazonia está en peligro un porcentaje dramático de la superficie total de ese biosistema, pero el marco geopolítico es toda Sudamérica.
Peligros que acechan En un breve pero consistente artículo –“Cuidado con la geopolítica de las quemazones”–, publicado en las redes sociales, el periodista Néstor Gorojovsky advierte: “Los incendios intencionales en campos del reborde sudoeste de la Amazonia son un alerta que no debemos desatender”. El autor no desaira los aspectos ecológicos y humanitarios, pero los relativiza, en pos de abrir el foco “más allá de (y no tanto por) las cuestiones ambientales básicas y los ataques que significan estas quemazones a las poblaciones más humildes de esa región”. Gorojovsky intenta dar un contexto geopolítico al fenómeno del que muchos hablan y pocos clarifican: “Ante todo, tengamos en cuenta que forman parte (las cuestiones ambientales y los ataques a la población amazónica) de una lucha para saber quién domina el corazón verde de Sudamérica”. Acto seguido, recuerda: “Con la formación del eje Buenos Aires-Brasilia-Caracas durante los primeros quince años del siglo XXI, los sudamericanos le dimos un susto enorme al imperialismo y sus aliados locales, que expresan en su conjunto el orden mundial basado en la acumulación de riqueza en las sociedades de capitalismo avanzado con hegemonía de la acumulación de capital financiero”. Cambió la relación de fuerzas entre los movimientos nacionales y populares y la potencia hegemónica, que volvió a posar su mirada, sus garras y sus instrumentos de dominación en Sudamérica, y los gobiernos neo coloniales de Colombia, Brasil y la Argentina representan un factor de acumulación para el establishment local y una avanzada contra todo ese poder construido con esfuerzo en esos tres lustros de los que habla Gorojovsky. Así lo describe en su artículo: “La geopolítica sudamericana pasó en ese momento a formar parte de la lucha por el mundo entero. Romper ese eje se convirtió en objetivo no explicitado, pero evidente apenas se observa lo ocurrido a partir de los golpes de Estado contra (Manuel) Zelaya y (Fernando) Lugo”. Todo ese mapa, a la vez, tiene como marco una disputa global que el periodista describe como “un combate entre el bloque donde la población está dominada por el capital financiero –centrado en EEUU y sus dependencias de Europa Occidental, Japón y el Suroeste del Pacífico– y el bloque donde el capital financiero está sometido a las necesidades de la población –centrado esencialmente en el vasto subcontinente que constituyen por sí mismas China y Rusia–, pero que in-
cluye también importantes áreas del Sudeste asiático y la India, así como Irán y Siria”. Gorojovsky señala que “el bloque del capital financiero, en América del Sur, se lanzó a romper la unidad de los latinoamericanos y al mismo tiempo a imponer su ley con exclusión del otro bloque, que podríamos llamar popular. En cumplimiento de ambos objetivos se ha lanzado sobre la Amazonia desde dentro mismo del Brasil y, si lo logra, desde Colombia”. El autor del artículo cifra sus esperanzas en la fortaleza del bloque popular de Venezuela y Bolivia, y anhela que eso ocurra en la Argentina, en función de conseguir un vuelco en favor de ese espacio geopolítico liderado por Moscú y Beijing, al que considera “el único que está dispuesto no sólo a aceptar sino a fomentar la unificación de los latinoamericanos”. Luego de los profundos avances alcanzados por Néstor Kirchner, Hugo Chávez y Lula da Silva en aquel sentido de unidad, se “está generando ahora una embestida recolonizadora que pretende encerrar a Sudamérica en un tridente al que por ahora le falta el diente del medio. La Amazonia y la nunca totalmente alejada balcanización del Brasil”, argumenta Gorojovsky. Las amenazas son claras: la Otán, desde las Malvinas, por el Sur, y por el Norte “las que vienen desde las diversas bases norteamericanas extendidas desde Colombia hasta Miami y San Diego”, advierte el especialista en política internacional. Sin pretender ser alarmista, Gorojovsky pone el acento en la región que ocupa el centro informativo en estas últimas semanas: “El objetivo fundamental del tercer diente, el del medio, es separar al Brasil de sí mismo y descoyuntar así el principal componente de la unidad sudamericana. Las proclamas de
los neoliberales Emmanuel Macron (Francia) y Leo Vardakar (Irlanda) nos benefician en el sentido de que en nombre de las quemazones detienen el supuesto (pero muerto al nacer) acuerdo UE-Mercosur... pero abren la puerta a la aplicación del «derecho a proteger» en América del Sur”. Finalmente, Gorojovsky recuerda que ese "derecho" se lo arrogan “en exclusividad las grandes potencias del bloque financiero, y ha tenido efectos devastadores en Yugoslavia, Libia, Siria y buena parte del resto de África”.
Causas varias e inmediatas, intereses únicos y permanentes En un informe titulado “¿Cómo afectaría al mundo la destrucción de la Amazonía?”, publicado por la cadena Telesur, se cita a la directora de ciencias del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (Ipam, por sus siglas en inglés), Ane Alencar, quien dijo que “los incendios se deben al aumento en la deforestación, provocada por granjeros para obtener tierras de cultivo. A esto se le suma la expansión de infraestructura vial y de la frontera agrícola y ganadera, el aumento de cultivos ilícitos y el tráfico de madera. Un negocio de bandas criminales, así como de gobernantes locales y nacionales”. El poderosísimo núcleo de poder fazendeiro de Brasil pretende ampliar el área cultivable de soja a niveles suicidas para la Humanidad. De allí que el atroz incendio de las regiones del Amazonas que coinciden con ese mapa de la angurria irracional no sea un drama, como muchos lo califican sino una clásica tragedia griega, en la que desde el principio se espera la destrucción del protagonista, su eliminación, física o simbólica. La Amazonia, en tiempos de globalización financiera y reprimarización extractiva de recursos naturales está destinada a perecer.
El frágil e insuficiente límite puesto por el “populismo” de Luiz Inacio Lula Da Silva al corrimiento criminal de esa frontera agrodepredadora, y las perspectivas que surgieron para Brasil tras el descubrimiento de la reserva petrolífera Libra, ubicada en la cuenca marina de Santos –entre los ocho mayores yacimientos del mundo–, están detrás de la maniobra judicial que mantiene entre rejas al ex presidente brasileño. Pero la caja de Pandora abierta por el primitivo capitán retirado Jair Bolsonaro no se circunscribe tan sólo a haber dado vía libre a los latifundistas para se abran paso con látigos de fuego hacia la mayor productora de oxígeno del planeta. Su papel más ramplón radica en ser funcional a las estrategias imperiales que desde siempre pusieron su foco en ese gigantesco pulmón planetario. Se ve por estos días el interés “ambiental”, “ecológico” y “humanitario” de potencias como Francia y países periféricos de Europa, como Irlanda, la interesada indiferencia de España y Alemania, que no se pliegan a ese ímpetu “ecologista” de París y Dublín de oponerse a firmar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur a causa de las “mentiras” de Bolsonaro. Detrás de todo eso subyace la vieja estrategia imperial de definir a la Amazonia como un área protegida de interés universal, palabra más, palabra menos, pero con el sentido clásico de todo intervencionismo, en desmedro de la soberanía territorial no sólo de Brasil sino del resto de las naciones en que se reparten los siete millones de kilómetros cuadrados que la componen. Brasil y Perú poseen la mayor parte, y los siguen Bolivia, Colombia, Venezuela, Ecuador, Guyana, la Guayana Francesa y Surinam, la ex colonia holandesa. El 9 de abril pasado, la cadena internacio-
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nal Deutsche Welle despachó un cable que el Instituto de Estrategia publicó con el título “Brasil: Bolsonaro quiere explotar la Amazonia junto a EEUU”, que puso especial énfasis en los dichos del mandatario, quien aseguró en una entrevista su deseo de “explotar” la Amazonia brasileña junto a EEUU, y su intención de “revisar” la demarcación de reservas indígenas. Precisamente, una de las primeras medidas que tomó Bolsonaro al asumir fue disponer que la delimitación de las reservas indígenas fuera responsabilidad del Ministerio de Agricultura, que es el que representa y defiende los intereses de los grandes propietarios rurales. La periodista, escritora y documentalista brasileña Eliane Brum explica este proceso con claridad meridiana en una columna publicada por el diario El País, de España, titulada “Bolsonaro quiere entregar la Amazonia”, casi dos meses antes de la asunción de Bolsonaro. La especialista adolece del problema de casi todos los ambientalistas, para quienes incluso aquellos gobiernos que dieron pasos significativos al lograr una sociedad más igualitaria, reduciendo el hambre y la pobreza, son evaluados a través de una escala muy rígida, pero su crítica a Bolsonaro es inatacable. Brum desarrolla y analiza las intenciones de quienes llevaron al poder al actual mandatario de su país: “Bolsonaro puede pregonar que no se ha comprometido con ningún partido, pero es sólo una fanfarronada más. Los hechos muestran que gran parte del éxito de su candidatura se lo debe a dos grandes «partidos» no formales y poderosos, que actúan fuera y dentro del Congreso: los ruralistas y los evangélicos. Tendrá que pagarles la cuenta. Y, por su perfil, la pagará con gusto. La cuenta de los ruralistas es la Amazonia”.
Orgas políticamente correctas, progresistas y coso El intervencionismo imperial es engañoso, no va de frente. Las grandes y justas causas, como la ecología, los derechos civiles individuales, de género, la libertad en estado sospechosamente puro, y las catástrofes sociales que no parecen tener otro origen que el “populismo” preocupan, y mucho, a organizaciones que se encargan de promover agendas curiosamente funcionales al bloque de poder dominante. Una de esas organizaciones es Change.org. El blogger especialista en redes sociales e informática Nico Varonas publicó en el sitio NeoTeo un informe titulado “El lado «oscuro» de Change.org”, en el que la define como “una excelente y muy moderna herramienta de lucha social en donde se pueden crear peticiones sobre diferentes tópicos para que sean firmadas vía internet, dándole visibilidad a problemáticas individuales o colectivas que de otra manera no se conocerían”. Al mismo tiempo, advierte que “al ser una herramienta hija pródiga de los tiempos del Big Data, Change.org tiene un costado lucrativo que hay que transparentar para cimentar nuestra confianza en ella, especialmente porque se trata de nuestra privacidad”. Hace ya seis años, en la web de la revista española La Marea, en el artículo “¿Chan-
dispositivo móvil. * La imagen de su perfil. * Otra información que envíe usted voluntariamente (por ejemplo: fotos). * El número de identificación único de su dispositivo móvil si accede a nuestros servicios a través de una aplicación móvil. * La identificación de su cuenta de medio de comunicación social y la información compartida con nosotros a través de su cuenta de medio de comunicación social. * Sus actividades específicas en la plataforma de Change.org –por ejemplo, peticiones que usted ha iniciado o firmado, peticiones patrocinadas que usted ha firmado, o campañas que ha compartido o promocionado.
La Amazonia, en tiempos de globalización financiera y reprimarización extractiva de recursos naturales está destinada a perecer. ge.org o en la boca del lobo?”, Jorge Izquierdo ilustraba con precisión qué tipo de organización constituye esa plataforma de peticiones, y daba cuenta de que “es un sitio web operado por Change.org Inc., una corporación estadounidense con fines lucrativos… constituida en el estado de Delaware (uno de los tres estados norteamericanos, junto a Wyoming y Nevada, que de facto permiten una exención de impuestos para sociedades limitadas)”. Organizaciones como Amnistía Internacional –y otras 300 más, según la propia Change.org– pagan por alojar y poder patrocinar sus peticiones y campañas, pero más allá de los dineros que pueden ir a parar a sus arcas, el problema es el tipo de participación que postula, la manipulación de que puede ser objeto una petición masiva y las consecuencias en términos políticos de todo ese entramado. En el caso de los incendios en la Amazonia, en estos días surgió una denominada “Petición Amazonia”, que plantea un abogado, Gabriel Santos, quien –dice Change.org– “pide al Gobierno de Brasil y a todos los de Sudamérica que colaboren para detener el incendio del Amazonas. ¿Lo apoyás con tu firma?”. Entre otros conceptos atribuidos a Gabriel, Change.org manifiesta que el abogado en cuestión “creó esta petición dirigida a Gobierno Federal de Brasil y consiguió 1.640.087 firmas”, invita a rubricar la misma, y reclama “a las autoridades que inicien una investigación a fondo sobre las causas del aumento de las quemas en esta región de Brasil y que apunten los culpables”. ¿A qué autoridades se refiere Gabriel? La genérica petición dirigida al Gobierno Federal de Brasil no especifica área alguna. Es más, en otro párrafo el peticionante señala: “¡Estoy aquí porque necesitamos pedir a todos los niveles
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del Gobierno de Brasil y Suramérica que actúen y nos ayuden a poner fin a los incendios de la selva amazónica!”. La petición conmueve a millones de personas, pero también –no huelga decirlo– resulta funcional a un poder que con especiales intereses en inmiscuirse en los asuntos internos de otros países con la excusa de que sus autoridades no lo hacen o lo hacen en forma ineficaz... y con casi dos millones de firmas que los avalan. El accionar de Change.org exhibe otras acechanzas para el público que peticiona masivamente. En un artículo publicado por la web El Disenso el 25 abril de 2018, se reveló que Aisha Lebron, directora de Change.org Argentina, fue nombrada en el Ministerio de Desarrollo Social, de acuerdo a una Decisión Administrativa firmada por la ministra del área, Carolina Stanley, y el jefe de Gabinete Marcos Peña. Así, la directora de Change.org Argentina se transformó en la nueva “Coordinadora de Acompañamiento a los Actores de la Economía Social de la Dirección de Seguimiento y Abordaje Territorial”. Mariana Escalada y Agustín Ronconi, autores de la nota y editores de El Disenso, señalaron que “desde Change.org han surgido propuestas muy convenientes al «Cambio», como fue el caso de la juntada de firmas a favor del voto electrónico, que luego fueron entregadas a diputados del PRO en el Congreso”. El Disenso hizo particular foco en que Change.org obtiene numerosos y variados datos de sus asociados: * Su nombre. * Su dirección postal. * Su número de teléfono. * Su dirección de correo electrónico, o autenticación distinta al correo electrónico si usted usa un
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Una data que no termina allí, porque El Disenso señala que “al autorizar la aplicación de Facebook, por ejemplo, se le da acceso hasta al servicio de chat, algo que Change.org lo menciona al pasar cuando indica que «Ten en cuenta que la opción para compartir a través de Facebook requerirá acceso a la función Chat, ya que lo compartido a través de Facebook es enviado como mensaje/chat»”. Pasando en limpio, la directora de Change.org en Argentina, que como indica El Disenso “se encargó de hacer crecer una de las plataformas que más datos personales recopilan en el país”, desde abril de 2018 trabaja para Macri y analiza la sensible y extensa base de datos con centenares de miles de trabajadores de la Economía Social y Popular que perciben el Salario Social Complementario (SSC) que sale del ministerio conducido por Stanley. Como es más conocido, el caso de Greenpeace, la organización defensora del medio ambiente más famosa del mundo, en pocos párrafos se puede dejar constancia de que muchas organizaciones no son sólo lo que muestran. Greenpeace recibe donaciones de grandes magnates del petróleo, uno de los sectores contra los que dice luchar. El sitio Libertad Digital publicó en mayo de 2010 que “el caso más llamativo es el de los Rockefeller –accionistas y fundadores de petroleras como Exxon Mobil–. (cuya) fundación ha financiado a Greenpeace con más de un millón de dólares”. Otra fuente, Desde el Exilio, publicó: “A lo largo de varios años, la Turner Foundation ha financiado a Greenpeace. Pero ¿qué o quién es esta fundación?. Fue creada por Robert Edward Turner en 1990. Ted Turner es uno de los grandes magnates de la comunicación en EEUU, dueño de conocidas cadenas de TV como CNN, TNT y AOL Time Warner, entre otras muchas”. Desde el Exilio agrega a la General Motors como uno de los conglomerados que financia a Greenpeace: “Este grupo fabrica sus vehículos bajo las siguientes marcas: Buick, Cadillac, Chevrolet, GMC, GM Daewoo, Holden, Opel, Vauxhall o el ecológico y nada contaminante Hummer”. Y otro “auspiciante” de la organización ecoimperialista es, por ejemplo la petrolera Getty Oil, ahora en manos de la rusa Lukoil. Como en el caso de Change.org, nada es casual. El fundador, en Rosario, del Taller Ecologista, y quien fuera director Político y de Campañas de Greenpeace Argentina, Cali Villalonga, hoy es diputado nacional del macrismo. No se equivocan nunca.
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OPINIÓN: ¿QUIÉN Y PARA QUÉ MONITOREA EL AMBIENTE?
Hasta que el bosque cortado se te venga encima Por Sergio A. Rossi*
“
¡EXTÍNGUETE, EXTÍNGUETE, fugaz antorcha! ¡La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre cómico que se pavonea y agita una hora sobre la escena, y después no se le oye más; un cuento narrado por un idiota con gran aparato, y que nada significa!”. Seguramente Shakespeare escribió esas palabras sin pensar en Mauricio Macri o en Jair Bolsonaro, pero allí están, al cierre de la tragedia de Macbeth. En medio del clima de alarma muchas veces se entremezclan los roles y se confunden voces y silencios. No falta quien hasta ayer menospreciaba el cambio climático y hoy clama al cielo por soluciones categóricas, ni quien descubre ahora lo evidente y grita como nadie lo callado hasta la víspera. Entre la alarma por el daño ambiental se deslizan discusiones geopolíticas y pugnas entre potencias extra regionales. Esas pugnas no se originan sólo en el cuidado ambiental, y quizás no tengan allí su principal motor. Lo que sí está claro es que desde hace décadas las grandes potencias ponen en duda la capacidad y la responsabilidad de los países sudamericanos, y principalmente Brasil, de cuidar la selva amazónica, gran pulmón del planeta. Último gran pulmón del planeta, sería más preciso decir, aclarando que aquellos cuestionamientos no siempre gozan de credibilidad, por cuanto provienen de las mismas potencias que no sólo no cuidaron sus propios recursos y ambientes, sino que han promovido un extractivismo desmesurado que degrada áreas enteras del planeta. Cierto ambientalismo imperial promueve la internacionalización de vastas regiones, alegando esa debilidad de los estados soberanos, y postula la existencia de bienes públicos globales, quizás para establecer zonas ambientales reservadas para la exclusiva ambición del capital trasnacional. Todos sabemos que Avengers: Infinity War, la película de Disney, no es más que un sano entretenimiento de superhéroes Marvel; pero Thanos, el más malo de los malos, justifica sus planes de exterminio poblacional afirmando que es necesario preservar ambientes planetarios para salvar un universo amenazado por la superpoblación. Tras la caída del Muro de Berlín, la cooperación ante emergencias y catástrofes ha sido una de las políticas estadounidenses de softpower, una de las líneas de sustitución de la doctrina de la seguridad nacional, para influenciar sobre las FFAA latinoamericanas. El modelo exportable de la Fema (su agencia estatal para emergencias) mostró debilidades cuando las inundaciones de Nueva Orleans, y rasgos injerencistas cuan-
do desembarcaron en Haití, unilateralmente, tras el terremoto. Seguramente todo esto estuvo en consideración cuando se analizó en el seno del Consejo de Defensa de Unasur el objetivo de establecer un sistema de cooperación entre sus miembros para intervenir ante catástrofes y emergencias. Había un objetivo humanitario, y al mismo tiempo de afirmación soberana. En agosto de 2013 se hizo en Manaos el Seminario Sud Americano de monitoreo de áreas especiales. El encuentro fue un hito más en la dinámica del Consejo de Defensa de Unasur, con la participación y el trabajo integrado de militares y funcionarios de defensa de Venezuela y Colombia, Perú y Ecuador, Bolivia y Chile, Brasil y Argentina, Uruguay, Surinam y Paraguay. El Ministerio de Defensa de Brasil organizó aquel encuentro en la sede del Centro de Protección del Amazonas (Censipam). Su exposición giró en torno al funcionamiento de aquel organismo, y explicaron el trabajo integrado de las Fuerzas Armadas en el estudio y monitoreo de clima y régimen hídrico, su tarea de procesamiento e interpretación de imágenes aéreas y satelitales, y su accionar de inteligencia contra ilícitos que afectan a la región: minería ilegal, deforestación, contrabando, ocupaciones de tierras indias, narcotráfico. Brasil trabajaba, buscaba presentarse y se posicionaba como país líder en la protección de la Amazonia y la prevención del calentamiento global. Durante las presidencias de Lula y Dilma se crearon nuevas áreas de conservación y lograron los niveles más bajos de deforestación de que se tuviera registro. El fortalecimiento de la presencia estatal, de sus
capacidades militares y de la investigación científica en la Amazonia, se planteaba en cooperación con el resto de los países de la Unasur en el marco de lo que Celso Amorim llamaba política de defensa regional disuasiva y cooperativa. El cuidado ambiental y el ejercicio de la soberanía nacional iban de la mano. Además del cuidado de la biósfera había una clara política de mostrarse como un estado capaz de cuidar su propio territorio, Bolsonaro, que junto con Macri ha promovido la destrucción de la Unasur y el alineamiento bobo con los EEUU, está en llamas por la cuestión ambiental, pero también amenaza hacer humo la soberanía de Brasil, arrastrando con su ruinosa política a toda la región. Las bravuconadas patrioteras y autoritarias son máscara y contracara de la resignación nacional y la balcanización sudamericana. Macbeth, traicionero general del católico Duncan, Rey de Escocia, hace un pacto endemoniado con unas brujas –herejes– que le auguran éxito a su ambición, pero le advierten: “¡No temas a nada hasta que el bosque de Birnam venga a Dussinane!”, y que sólo podría ser derrotado por “alguien que no haya nacido de mujer” (lo que en aquel siglo XVII no buscaba introducir discusiones de género ni dilemas bioéticos). Macduff, que había sido sacado del vientre de su madre ya muerta, avanza con su ejército contra el castillo de Macbeth, y al pasar por el bosque de Birnam corta cada soldado una rama para camuflarse, y la visión del bosque talado agobia a Macbeth, que cae castigado como el traidor pérfido que fue. Un buen gesto del presidente Macri ha sido ofrecer colaboración ante los incendios forestales. Contrasta un poco con lo que ha hecho fronteras adentro, las ausencias de su ministro de Ambiente, su irrelevancia grotesca y las invitaciones a rezar ante las catástrofes. Apenas asumió trasladó las competencias de intervención ante emergencias a la órbita del Ministerio de Seguridad. El 28 de diciembre de 2015, Día de los Santos Inocentes, anunció que la coordinación del Sistema Federal de Emergencias (Sifem) pasaría del Jefe de Gabinete también a la ministra Patricia Bullrich. En paralelo a sus anuncios, Macri ha desfinanciado –como no se recuerda– al Servicio de Hidrografía Naval, al Instituto Geográfico Nacional y al Servicio Meteorológico Nacional, esenciales para conocer, relevar y monitorear el territorio. Trasladó desatinadamente a Seguridad la responsabilidad en Emergencias, con desmedro de competen-
cias, recursos y capacidades de las Fuerzas Armadas. Como refutación a su propia decisión, como para mostrar que sería mejor que estuviera en la órbita de Defensa, tuvo que poner al frente de la Secretaría a un militar retirado, hombre con preparación y prestigio. Las fuerzas policiales no están diseñadas, equipadas ni entrenadas para ese escalón de intervenciones, por lo que el sistema sigue descansando en los recursos humanos y medios militares, que tienen equipos, probada preparación y larga intervención en catástrofes y emergencias. La medida de Macri parece haber sido una más de las orientadas al vaciamiento de competencias de las Fuerzas Armadas, de goteo de recursos hacia el Ministerio de Seguridad, para alinearse de ese modo con los dictados norteamericanos de las nuevas amenazas, eludiendo un debate con la sociedad y actores sectoriales, políticos y académicos, que torciera los acuerdos que dieron sostén a las leyes de defensa, seguridad e inteligencia. Así como entre los ambientalistas hay algunos disfrazados que buscan diferir la depredación reservándose la exclusividad a futuro, así entre los deforestadores los hay que se visten de gente preocupada por solucionar el problema del hambre en el mundo. Sumar tierras a la producción y expandir la frontera agropecuaria, incendiar para ahorrarse trabajo de tala, quemar para que la ceniza fertilice y la cosecha venga con más fuerza, son consignas que recogen y entremezclan saberes de subsistencia que vienen del neolítico, tecnologías y modos de producción superados, con la nueva pugna del agronegocio que busca hacer en América lo que no se permite en Europa. La deforestación sudamericana no busca resolver el hambre ni la desigualdad de los sudamericanos, sino abrir más, en favor de multinacionales de comercialización de commodities, una nueva sangría de recursos naturales, como agua dulce, suelo y biodiversidad. Nuestro país conoció experiencias de otorgar tierras en la Patagonia imponiendo la necesidad de terminar con el monte para que vinieran pasturas para fomento de la ganadería, lo que terminó en degradar árboles primero y pastos después. Hoy vemos todavía, en algunos parques nacionales, viejos troncos de lenga tiznados junto a renovales que, cien años después, no han podido alcanzar el porte del bosque quemado. En la llanura chaqueña son conocidas las consecuencias del extractivismo maderero y la tala posterior del bosque degradado, con ciclos de sequía y de inundaciones. La quema de pastos en las islas del Paraná para hacer lugar a la ganadería, también ha sido consecuencia de la puja por tierras para soja, con su carga de agroquímicos asociada. No está claro que sea productivamente sostenible, y sí está claro el impacto ambiental. Salud y hábitat, seguridad y soberanía alimentarias, se entrelazan con nuestra política exterior y de defensa. Como ha dicho el poeta, no hay destino para los que no andan unidos, ni se pueden resolver aspiraciones sectoriales sin estrategias comunes y nacionales. El diálogo entre las brujas perseguidas, en el comienzo de la tragedia de Macbeth, también se podría leer en clave de unidad y de regreso: “¿Cuándo volveremos a encontrarnos las tres en el trueno, los relámpagos o la lluvia? Cuando finalice el estruendo, cuando la batalla esté ganada y perdida. Eso será antes de ponerse el sol”. * Ex Jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Defensa de la Nación.
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PRESIDENTE Y LOBISTA DECLARADO DEL AGRONEGOCIO
Pueblos originarios bajo fuego Los indígenas del Brasil pidieron frenar “las violaciones de sus derechos” que “se incrementaron con la presidencia de Bolsonaro”. Se presentarán ante tribunales internacionales y la Unión Europea. Acusan a madereros, mineros, propietarios agroindustriales y al bloque parlamentario “ruralista”. Por Pablo Bilsky
E
L CUERPO SIN VIDA DEL CACIQUE Emyra Waiapi fue encontrado el 23 de julio a las afueras del poblado de Mariry, en el estado brasileño de Amapá. Fuerzas policiales y judiciales intentaron cerrar la causa, alegando que no había elementos suficientes para establecer que se trató de un asesinato. Pero los integrantes de los pueblos originarios señalan que todo apunta a que fue asesinado. Fue un crimen más en un país donde cada vez más defensores del medio ambiente son asesinados cada año. El acoso y las amenazas por parte de ejércitos privados de los grandes terratenientes son permanentes, y se incrementaron con la asunción de Jair Bolsonaro, que explícitamente llamó al exterminio. Días después de la muerte del cacique, la reserva fue invadida por mineros ilegales armados. La Amazonia es una de las joyas más codiciadas por los imperios y las corporaciones. Además de poseer las mayores reservas de agua dulce del planeta y cientos de miles de especies de plantas y animales, también hay seres humanos. Más de 34 millones de personas habitan la Amazonía, que incluye Brasil, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Guyana y Surinam. Hay 420 pueblos originarios (más de 300 en la Amazonia brasileña), con 86 lenguas. Y tanto las plantas, como los animales, como los pueblos originarios, son un impedimento para la explotación voraz que pretenden seguir realizando las corporaciones. Los incendios que ganaron las primeras planas de los medios son apenas una parte de este proceso de depredación criminal. La Organización de los Pueblos Indígenas del Brasil (APIB) volvió a pedir este lunes 26 ayuda para frenar “las violaciones de sus derechos” que, aseguran, “se incrementaron con la presidencia de Bolsonaro”. En la reunión del miércoles 28 con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, Bolsonaro acusó a los anteriores mandatarios brasileños por permitir reservas indígenas “que volvieron al país inviable” y, una vez más, arremetió contra las reservas, previstas en la Constitución Federal de 1988. Durante el encuentro convocó a una reunión de presidentes de países amazónicos y se declaró abiertamente como lobista del agronegocio. El mandatario de Brasil aseguró que “no se debe demarcar ninguna reserva indígena más”, e insistió en trabajar para que en las existentes se pueda ejercer la minería comercial. “Yo digo que si seguimos con áreas protegidas y regiones indígenas se termina el agronegocio en Brasil, y si se acaba el agronegocio, se acaba nuestra economía”, señaló marcando con toda claridad qué intereses defiende. En este marco, APIB reiteró sus denuncias y sus pedidos de apoyo a los brasileños y sus instituciones, a la comunidad internacional y a los tribunales internacionales, y anunció que viajarán en pocas semanas a la Unión Europea (UE) para informar de esta situación. “Estamos siendo empujados a una guerra que tiene un punto final, experimentamos más recientemente con el asesinato del jefe Emira Wajãpi en Amapá, Brasil”, manifestó
la organización en un comunicado que reproduce Europa Press. La coordinadora ejecutiva de APIB, Sonia Guajajara, señaló que “como la Amazonía arde, ahora somos escuchados los pueblos indígenas de Brasil, después de décadas de violaciones a sus derechos, que han provocado tanto sufrimiento”. La organización acusa a madereros, mineros, propietarios agroindustriales de estar apoyados por un “poderoso” grupo de influencia en el Congreso Nacional, donde cuentan con más de 200 representantes. También acusan a grandes empresarios de plantear “nuevas y terribles amenazas” que se intensificaron por políticas “anti-indígenas” y “anti-ambientalistas” de Bolsonaro. Con relación a la retórica del mandatario, los representantes de los pueblos originarios consideraron que “parece normalizar e inspirar a la violencia” contra el medio ambiente y en contra de sus territorios y los pueblos indígenas. La coordinadora ejecutiva de APIB señaló que los diez estados brasileños de la Amazonía sufrieron el 43 por ciento de la deforestación en lo que va del año en todo el país y, precisamente, las tasas son más altas en los estados de Acre, Amazonas, Mato Grosso, Rondonia y Roraima, las áreas con mayor proporción significativa de población indígena, de acuerdo con los registros mantenidos por la Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña (COIAB).
Las mujeres originarias vienen reclamando en la calle Antes de que comenzaran los incendios en la Amazonía, el 14 de agosto, unas tres
mil mujeres (pertenecientes a más de 300 grupos étnicos originarios) salieron a las calles de Brasilia para protestar contra Bolsonaro y sus políticas, que consideran una declaración de guerra contra sus pueblos. “Dado que Bolsonaro dijo que no iba a ver ni un centímetro más de tierra demarcada para los pueblos indígenas, nos manifestamos porque, con esas declaraciones, declaró una guerra no solo a los pueblos indígenas, sino también a las mujeres indígenas”, señaló Guajajara. “Necesitamos garantizar que nuestros territorios sean respetados. Están invadiendo nuestros bosques, acabando con los ríos, envenenando tierras”, afirmó otra participante de la protesta. Las denuncias y las movilizaciones de los originarios se iniciaron con el primer día del gobierno de Bolsonaro. Es que ese mismo día comenzó también la embesti-
da del ultraderechista contra sus derechos. El mandatario, cumpliendo las promesas y las amenazas que expresó durante su campaña electoral, comenzó a desmantelar todos los avances logrados durante las tres últimas décadas a favor de los 305 pueblos originarios registrados en este país. En uno de sus primeros actos oficiales, Bolsonaro transfirió al Ministerio de Agricultura, que está controlado por los terratenientes, la jurisdicción para identificar, delimitar y demarcar las tierras indígenas y “quilombolas” (comunidades que surgieron a partir de africanos que huyeron en el periodo de la esclavitud y quienes reconstruyeron sus comunidades). El decreto satisface una demanda de antaño del sector de la industria agropecuaria, de la soja, eucalipto y de la minería, representada por la fracción parlamentaria conocida como los “ruralistas”, uno de los sectores que apoyó la candidatura del ex militar. El Ministerio de Agricultura está encabezado por Tereza Correa, líder de los ruralistas y ex diputada federal por el estado Mato Grosso del Sur, un estado donde el Consejo Indigenista Misionero (CIMI) denunció que desde el año 2013 fueron asesinados más de 400 indígenas. En enero de este año, las organizaciones indígenas se movilizaron hasta Río de Janeiro y dieron a conocer una carta abierta que hoy, ocho meses después, resulta un diagnóstico preciso que sirve de contexto a lo que sucede en la Amazonia. “Luchamos por la demarcación de nuestro territorio. Ya fuimos diezmados, tutelados y víctimas de la política integracionista de gobiernos y el Estado Nacional”, señalaron por entonces los pueblos originarios. Asimismo, en el texto de la misiva dirigida al mandatario, líderes de los pueblos aruak baniwa y apurinã, que viven en las cuencas de los ríos Negro y Purus, en el noroeste amazónico de Brasil, protestaron contra el decreto que, en ese momento, dispuso que las tierras indígenas serían manejadas por el Ministerio de Agricultura, gestor de intereses contrarios a los de pobladores originarios. Los pueblos originarios señalan que el artículo 231 de la Constitución brasileña, vigente desde 1988, les asegura “derechos originarios sobre las tierras que tradicionalmente ocupan”, además de reconocerles “su organización social, costumbres, lenguas, creencias y tradiciones”. Existen, además, reglas internacionales ratificadas por Brasil, como el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que defiende derechos indígenas y condiciona proyectos que los afectan a consulta previa, libre e informada a las comunidades amenazadas. Bolsonaro viene planteando la “integración” de los indígenas, con referencia a la destrucción de su propia cultura y forma de vida, y la asimilación a la sociedad blanca. El mandatario llegó a decir que los originarios viven “como en zoológicos”. Según los dirigentes de los pueblos originarios, además del propio presidente las mayores amenazas son los ruralistas, que codician tierras de indígenas, y los dirigentes de iglesias evangélicas, que utilizan una retórica contra sus derechos.
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página 14 | sábado 31 de agosto de 2019
VEINTE AÑOS NO ES NADA
“El Eslabón nació contra el emporio mediático” Vanina Lanati fue parte de este periódico en sus primeros años y recuerda cómo se tejió una amplia red espontánea y solidaria a su alrededor, que le dio identidad y visibilidad en el marco de una ciudad amordazada por el monopolio informativo. JAVIER GARCÍA ALFARO
Por la Redacción (entrevista Juan Pablo de la Vega)
chata para pegar afiches por toda la ciudad para darnos a conocer en algunas de las campañas que hicimos, ayudar en las fiestas o poner sus autos para buscar el periódico a la imprenta”, dice Vanina. Y subraya: “Además, tuvieron mucho que ver los mismos trabajadores de los grandes medios locales que muchas veces nos ofrecían información que no podían publicar (por el cerco y la censura), lo que nos permitía a nosotros tener una tapa sólida y que hiciera un poco de ruido. Sin todo ese acompañamiento y esa solidaridad, hubiera sido otra cosa”.
D
OCENTE E INVESTIGADORA DE la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, tutora en la Maestría en Comunicación Digital Interactiva, Vanina Lanati, conocida como La Vachu, quién también se desempeña en la Dirección General de Programación de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad, fue una de las protagonistas de los primeros años de el eslabón. En el marco de las conmemoraciones por los 20 años de este periódico –y en otra entrega de una serie de notas especiales a dos décadas de su primer número–, recuerda el contexto de monopolio periodístico de aquellos años en los que asomó esta propuesta. Y destaca cómo a su alrededor se forjó una red solidaria muy amplia que le dio una impronta periodística y una mística que aún son su sello característico. “No me acuerdo muy bien cuando me sumé, pero estimo que fue a finales del 2001 principios del 2002, con la recordada tapa «Operación Masacre», post represión de diciembre de 2001. Yo trabajaba en la radio comunitaria Aire Libre con algún ex compañere que ya estaba en El Eslabón. Algunos como Rodrigo (Miró) o Matías (Ayastuy) [ambos del grupo de fundadores] formaban parte de un espacio de militancia en la universidad que compartíamos, junto a la cátedra libre Rodolfo Walsh. Con lo cual, había una circulación de gente que más o menos andábamos por los mismos espacios”, rememora Lanati. “Por ese entonces, estaban los compañeros que gestaron el proyecto Matías, Julián (Lafuente), Rodrigo, Peco (Jerónimo Principiano), Juane (Basso) y los que colaboraban en algunos suplementos o con algunas notas, como Ivana Romero, Virgina Giacosa; estaba también Leandro Arteaga. Todos veníamos de cruzarnos en distintos espacios de comunicación y en otros lugares. Con Virgina, por ejemplo, hacíamos una revista en el espacio cultural La Grieta. Pero en El Eslabón empezamos a confluir con más gente”, cuenta. “En cuanto a la propuesta periodística, tenía que ver, por un lado, con dar cuenta de lo
Periodismo y mística
que hacían un montón de organizaciones con las que teníamos vinculación por trabajo barrial, por militancia y por la militancia de otros compañeros y compañeras. Y le dábamos lugar a hechos que no salían en ningún medio en la ciudad. Hay que tener en cuenta que hasta 1998, cuando se creó el diario El Ciudadano, el único medio gráfico de la ciudad era La Capital”, destaca la investigadora y docente en comunicación y educación. “Por otro lado, la idea era poder contar aquello que el emporio mediático no contaba, es decir, de alguna manera El Eslabón nació contra el emporio mediático. Entonces, el slogan que usábamos era «Periodismo autónomo, hecho en Rosario», y tenía que ver con la idea de contar las cuestiones locales y regionales, pero con la autonomía de no tener que responder a ninguna empresa ni a ningún patrón”, subraya.
Las tapas como sello “De las tapas que más me acuerdo, por haber puesto el cuerpo, literalmente, fue de una que se llamaba «Disputa», en vinculación a
una serie de aquella época y que hicimos con Vane Cánepa en la puerta de tribunales una madrugada, esperando que no haya demasiada gente alrededor y en la que después fuimos fotoshopeadas como (Daniel) Vila y (José Luis Manzano (ex dueños del multimedios La Capital) disputándose los medios en Rosario. Me acuerdo de otra que se llamó «El silencio no es salud», en la que también habíamos hecho una nota con Florencia Coll, otra compañera. Algo que caracterizaba a El Eslabón era el diseño de sus tapas y los títulos que se utilizaban. Me acuerdo de algunas que tuvieron mucha repercusión, como la del padre Ignacio o como la de la hermana Jordán que hasta tuvieron rebote en los llamados grandes medios, y eso nos daba visibilidad”, valoró Lanati.
Acompañamiento y solidaridad “Algo que quiero destacar de aquellos años es que fue posible por una red de gente que no estaba relacionada directamente con el quehacer periodístico, pero que lo sostenía desde muchos lugares, desde poner una
“Creo que lo que El Eslabón me dejó como aprendizaje fue en relación al periodismo autogestivo, que es la posibilidad y la libertad de poder elegir qué contar”, reseña la Vachu, como se la conoce cariñosamente. “Por aquel entonces, todavía no había tantas discusiones al calor del feminismo, eso también hubiera sido otra cosa, sobre todo para las compañeras, pero también para los compañeros”, reflexiona. “Recuerdo con mucha alegría aquellos momentos muy divertidos que tenían que ver con sostener el periódico, y que iban desde ir a comprar cantidades de pollos para hacer un almuerzo para juntar plata, organizar fiestas, a pasar noches sin dormir en los cierres –en donde siempre fallaba algo, o una computadora o internet–, los escasos recursos económicos que teníamos, el levantarnos muy temprano para recibir los repartidores, que salían en sus bicicletas a llevar el periódico a todos los puntos de la ciudad. Y los recibían los canillitas de los cuales teníamos muchos como aliados porque también ellos intentaban convencer a los que iban a buscar su diario a que se llevaran El Eslabón”, comenta la ex integrante de este periódico. Y culmina: “Creo que sin toda esa mística, El Eslabón no sería lo que fue y lo que es. Es una experiencia que va más allá de hacer periodismo, es poder estar en un espacio compartido con compañeras y compañeros que generaban un sentimiento a lo que se hacía, muy profundo. Por eso, 20 años son muy importantes. ¡Larga vida a El Eslabón!”.
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sábado 31 de agosto de 2019 | página 15
A CUMPLIR CON LA LEY
“Todas las pibas y los pibes tienen que ir a la escuela” Alberto Sileoni asegura que ese es un principio irrenunciable para el gobierno que viene. El ex ministro participará junto a Sonia Alesso (Ctera/Amsafé) y Martín Lucero (Sadop Rosario) de la charla La educación que queremos, organizada por el 20° aniversario de el eslabón. Por Marcela Isaías
“
UN GRAN PROGRAMA DE gobiernos es hacer cumplir la ley”, dice el ex ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, sobre las primeras medidas que analiza debe tomar el Estado nacional desde el próximo 10 de diciembre. Afirma que en estos casi cuatro años de Cambiemos no se cumplió ni con la ley de educación nacional, ni con la de financiamiento educativo, ni de educación técnica profesional ni con la ley de educación sexual integral. Tampoco con la sala de 4 años de jardín de infantes. Habla de un plan urgente y una especie de tregua para los primeros meses de gobierno, además de un gran debate educativo. Y dice que una meta irrenunciable es que “todas las pibas y los pibes tienen que ir a la escuela”. Es un adelanto de la charla “La educación que queremos”, organizada por la Cooperativa La Masa en el 20° aniversario de el eslabón. Junto a Sileoni, participarán la secretaria general de Ctera y Amsafé, Sonia Alesso, y el secretario general de Sadop Rosario, Martín Lucero. El encuentro es el lunes 23 de
septiembre, a las 18, en el Complejo Cultural Atlas de Mitre 549, con entrada libre y gratuita. “Nosotros pensamos que se viene una Argentina muy esperanzadora pero también muy difícil”, arranca Sileoni, también profesor de la Universidad de Hurlingham y titular de la Comisión de Educación del Instituto Patria. Esa dificultad a la que alude, “exige seguir ampliando las bases políticas de nuestro frente porque hay un núcleo duro, resistente, expuesto en las plazas del sábado (de apoyo a Macri), que va a continuar y va a trabajar en contra de cualquier gobierno nacional y popular”, sostiene el ex ministro. Una situación que “traducida a la vida política exige una Argentina que pueda pensar alguna suerte de tregua o de pacto” a largo plazo, que también alcance a la educación. Es en ese contexto nombra una serie de “medidas urgentísimas” a encarar desde el próximo 10 de diciembre. “Quizás lo primero es reposicionar al Estado nacional que desde la Declaración de Purmamarca se fue deshilachando y hoy es una vergüenza”, menciona en relación al pacto educativo firmado en febrero de 2016 entre los ministros y ministras de Educación del país, y que no se cumplió. Entre esas medidas
urgentes también están lo que llama “emergencia alimentaria” y “emergencia de infraestructura”. Asegura que, además, están en un orden de atención primaria, la recuperación de la mesa paritaria nacional (un reclamo permanente de la Ctera) para discutir salarios y condiciones de trabajo. Y para el ex ministro, “lo que viene es mejorar, apostar mucho y de nuevo, profundizar en primera infancia; hacer algo decisivo con aquellos que no tuvieron la oportunidad de trabajar o estudiar, y trabajar mucho con los aprendizajes”. La enumeración de lo que hay por hacer y recuperar en materia de políticas educativas se extiende –entre otras necesidades– a la formación docente y los institutos, que afirma han sido uno de los más golpeados por las políticas de Cambiemos. Junto al salarial es uno de los reclamos más escuchados en los encuentros en los que viene participando en diferentes ciudades para debatir sobre un proyecto educativo posible para el nuevo gobierno. “Algo muy necesario que nos pide la sociedad es que haya clases en la escuela pública todos los días. Eso lo escucho como una demanda y lo tenemos que poner en discusión para lo que
viene”, expresa Sileoni en relación a cumplir con el piso de los 180 días. Y aclara que este pedido no está atado solo a cuestiones gremiales, sino también a la responsabilidad que tiene el Estado al respecto. También habla de la necesidad de abrirse a una suerte de autocrítica, “a revisar algunas cosas”, siempre con límites éticos. “Yo estoy dispuesto a discutir qué hicimos mal en aquellos doce años, pero no estoy dispuesto a negociar con la educación emocional. Eso no. Ahí hay que poner límites, discutamos en todo caso por qué prende la educación emocional…”, dice como ejemplo de los temas que ganaron los programas del gobierno neoliberal de Cambiemos, donde la moda de las emociones y las neurociencias ocuparon el primer lugar. “La educación que queremos” es el debate que se viene, que implica discutir a la par “la sociedad que queremos”. Para eso habla de tomarse el 2020 para organizar jornadas, encuentros, donde esto se ponga en discusión. Dice que se trata de ir “al corazón” de la educación, donde hay “muchos irrenunciables”. Uno principal es “que todas las pibas y los pibes tienen que ir a la escuela”.
página 16 | sábado 31 de agosto de 2019
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Ponga huevo, Tota, ponga huevo Por Hilo Negro (desde Cancha Rayada)
Y
o no sé, no. Con Pedro nos acordamos que pasando la Vía Honda íbamos hasta un lugar que parecía casi un polideportivo, ya que pegadito a la quinta había una lagunita (con ranas), un campito como para una cancha de 5, un pedazo de tierra de 2 x 2 para la boli, y a metros otra vía, con sus señales de chapa que no servían de blanco para afinar la puntería con la gomera. Al lugar se llegaba pasando un cañaveral. El segundo gran poste del tendido eléctrico estaba repleto de nidos, a los que nunca tocamos, un poco porque nos servía como señal, y otro poco por admiración y respeto, por lo que resistían los agostos de fuertes vientos. Una vez elegimos ese lugar para jugar un partido contra unos de Barrios Moderno que se la daban de ásperos, y como no llegábamos a 11 elegimos ese lugar, que entre nosotros lo nombrábamos como “el de los nidos”, porque al mirarlos nos llenaban de fortaleza, según decía Pedro. Además, en ese partido, por más que era un amistoso, no iban a aceptar el resultado por más goleada que le metiéramos. Lo cierto es que a las piernas fuertes de ellos, más fuerte metíamos nosotros. Ya en el segundo tiempo, con una amplia ventaja a nuestro favor, no los perdonamos y terminamos goleándolos. Ellos le habían puesto de nombre a su equipo: El ventarrón de Moderno.
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Cuando empezamos a noviar, ese ese era un lugar preferido, sobre todo los días de mucho viento, ya que al mirar esos nidos presentíamos que muchas cosas buenas se venían. Un agosto, en tiempos de dictadura, vimos que a ese gran poste le faltaban unos cuantos nidos, otros estaban semi destruidos, casi sin habitantes, como si hubieran desaparecido todos. Pedro, cuando los vio, recuerdo que me dijo: La cosa debe estar fulera, que ni los nidos abundan. Para colmo, al tiempo el tren dejó de pasar y ya ni daban ganas de tirarle a las señales de chapas. La quinta se transformó en un yuyal, y al Cañaveral lo destruyeron. Otro día vimos con Pedro, en pleno agosto, que a pesar de los vientos había un árbol colmado de nidos. Yo pensé: si a pesar del clima estos se animan, puede ser que los vientos están cambiando, que le encontramos la vuelta para que se empiece pronto a recuperar Pan y Trabajo para TODOS, a recuperar trenes, quintas, canchitas, cañaverales, amores. Y sin olvidarnos de aquellos miles de nidos desaparecidos, podremos recuperar el vuelo de aquellos sueños, de aquellos nidos. Llegando a casa, escucho lo agresivos que están los que manejan "los mercados". Y veo que por abajo, en un rincón, hay un nuevo nido, y que la Tota (la ganza) puso lo que hay que poner para garantizar la felicidad y el triunfo de TODOS.