El Eslabón 420

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sábado 7 de septiembre de 2019 año XX n° 420 (de antes) precio $ 50.-

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Organizaciones populares, sindicatos y la Iglesia reclaman al gobierno nacional la urgente declaración de la emergencia social y nutricional, y comparan la situación con la de 2001. En los centros comunitarios rosarinos hay listas de espera para recibir alimentos.

UN SERVILLETA Y REPRESOR QUE SE FUE SIN SER CONDENADO

LARGA VIDA AL PERIODISMO AUTOGESTIONADO

Gato enterrado

Veinte años no es nada

420 - 07/09/2019

El fallecimiento del ex arquero de Central Edgardo Andrada volvió a poner bajo la lupa su desempeño como agente de inteligencia de la dictadura militar y su rol en crímenes de lesa humanidad.

Comenzaron los festejos por las dos décadas de El Eslabón con una gran convocatoria en el Atlas. Lo que dejó el encuentro, fieles lectores, colegas, visitantes ilustres, recuerdos y reflexiones de cara al futuro. MANUEL COSTA

La otra historia

México: sigue la impunidad

En nombre de Evo

La particular vida de Telmo, el hijo del brigadier Estanislao López. Combatió en las guerras civiles y fue acusado por traición a la patria por alistarse en el ejército paraguayo, durante la guerra de la Triple Alianza.

Cuando asumió López Obrador reabrió la investigación sobre los 43 estudiantes desaparecidos, luego de una feroz represión en Iguala. La semana pasada, la Justicia absolvió a uno de los principales sospechosos.

El ex periodista y diplomático boliviano Sixto Valdez, ex cónsul del Estado Plurinacional de Bolivia con sede en Rosario, culminó su función en Argentina y repasó, no sin emoción y con agradecimiento, su paso por el país.


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EDITORIAL

MÁS HAMBRE EN LA ERA CAMBIEMOS

20 años

La emergencia es comer

E

n el eslabón estamos de fiesta. La puesta en marcha de las conmemoraciones por los 20 años del primer número de este periódico tiene a toda la cooperativa muy emocionada y sorprendida por tanto afecto recibido. En los últimos días pudimos celebrar con ustedes, queridos lectores y lectoras, que seguimos adelante, en papel, en las redes sociales y en la calle, haciendo lo que nos apasiona y moviliza: periodismo autogestivo con un enfoque nacional, popular, feminista y latinoamericano. Cumplir 20 años en este contexto de ajuste neoliberal, no es poca cosa. Los últimos cuatro años fueron de resistencia. Y estamos seguros y seguras que salimos del ojo de la tormenta más fortalecidos que nunca. Por eso, les adelantamos: vamos a seguir festejando e incomodando. El neoliberalismo, sin embargo, no es lo único que nos pasó en las 420 ediciones que llevamos escritas y discutidas. Pasaron decenas de cumpas que dejaron impresa su forma de ver el mundo y la ciudad que habitamos todos los días. En estas últimas semanas, los y las buscamos y les preguntamos cómo fue ser parte de este colectivo. Fue en ese contexto que una querida compañera y amiga de este semanario recibió un comentario misógino desde una de las redes sociales de Rosario|12, un medio local donde trabajan otros tantos queridos compañeros, compañeras, amigos y amigas de el eslabón. Que valga la redundancia: cumplir 20 años no es poca cosa. Y en todo este tiempo caminado en la calle aprendimos que hay cosas que no pueden ni deben suceder más. El abuso de poder es una de ellas. Es necesario, fundamental para reconstruir la Patria después de Macri, dejar atrás ironías que esconden desprecio por el otro, la otra, le otre, y entender que el respeto y la igualdad son las bases de la convivencia de una sociedad que empieza desde lo más pequeño, como, en este caso, en el lugar de trabajo. Las compañeras periodistas, como las trabajadoras de tantos otros gremios, han sido durante décadas menospreciadas y ninguneadas como para que toleremos que persistan estas formas discursivas que atrasan. Estamos aprendiendo todos los días a pensar, escribir y editar un semanario que decidió ser, además de nacional, popular y democrático, feminista, como dijera Cristina. Este editorial es fruto de esas discusiones y de una decisión colectiva de que nuestra posición y nuestra solidaridad con la compañera agraviada se exprese en este lugar, como cada semana. Insistimos: todos los días nos hacemos preguntas en nuestra redacción porque leemos a estos debates públicos como parte de un proceso social muy profundo. No somos jueces ni juezas para condenar a otros. Pero tampoco podemos dejar pasar por alto violencias verbales gratuitas. Veinte años no se cumplen todos los días, y no podemos cerrar este editorial sin avisar que las celebraciones eslabonianas seguirán. Enmarcado en nuestro aniversario, el sábado que viene salimos con el tercero de los cuentos de la colección Tarumba; el 23 de setiembre en el Complejo Cultural Atlas realizaremos un encuentro para pensar la Educación en tiempos macristas, y a mediados de noviembre se viene la gran fiesta interminable de nuestro querido pasquín. Y ahí sí, agarrensé fuerte, queridos lectores y lectoras, que la casa saldrá eyectada por la ventana.

Periódico semanal fundado el 2 de septiembre de 1999 por Matías Ayastuy, Juan Emilio Basso Feresin, Julián Lafuente, Rodrigo Miró y Jerónimo Principiano. propietario: Asociación Civil Cadena Informativa Registro de Propiedad Intelectual Nº 234.810

Las organizaciones sociales enfrentan la peor de las crisis: los alimentos no alcanzan para los más chicos y las más chicas, tampoco para familias enteras. La realidad concreta frente a un reclamo nacional. MANUEL COSTA

Por Laura Hintze y Soledad Pascual

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A MUNICIPALIDAD DE ROSARIO informó que el presupuesto destinado para ayuda a comedores y copa de leche de este año va a llegar a ser de 59 millones de pesos, casi un 40 por ciento más que el año pasado. El incremento tiene dos causales: la inflación y el incremento de raciones en cada barrio de Rosario. También remarcan que el escenario cambió: todas las políticas barriales están atravesadas por la comida y a cada actividad los chicos y chicas llegan con hambre. Las organizaciones sociales, mientras tanto, sostienen a pulmón cada trinchera y hacen malabares para que familias enteras tengan al menos un plato de comida por día. Algunos hablan de angustia. Otras remarcan: “Lo que queremos es darle de comer a los pibes y las pibas”. Dicen que hay incertidumbre y que falta plata para platos de comida que tienen lista de espera. Que mientras tanto las familias no comen. Y que el Estado se queda a mitad de camino. Todos y todas coinciden: el ajuste es brutal y el pedido de declaración de la emergencia alimentaria no es un capricho. Es porque hay hambre. El pedido para que se declare la Emergencia Alimentaria ocupó los canales nacionales. Mientras algunos discuten qué es peor,

producción periodística: Cooperativa de Trabajo La Masa directores: Ernesto Ávila y Laura Hintze editores: Juane Basso y Manolo Robles. corrección: Santiago Garat.

si acampar por comida o interrumpir el tránsito, en cada rincón del país se hace manifiesta la urgencia. No hay que discutir ni dar explicaciones porque es la realidad concreta de las familias. Los rosarinos y rosarinas no están exentos de este escenario. Es imposible saber cuántos comedores y copas de leche funcionan en Rosario. La Municipalidad le da ayuda económica a unos 220 espacios. Se sabe, sin embargo, que son más. A lo largo de este año, las páginas de el eslabón lo han retratado: docentes que preparan una olla los fines de semana en las casas de sus alumnos, vecinos que abren las puertas de sus casas los domingos, pibes y pibas que golpean la puerta de cooperativas para manguear un yogurt, un alfajor o una taza de leche. La pobreza crece a pasos agigantados y los lazos de solidaridad no se quedan atrás. Pero no alcanza. Los bolsones tienen lista de espera y las organizaciones sociales no quieren administrar la miseria generada por el gobierno nacional. “Es importante marcar el trabajo de las organizaciones sociales”, destacó Laura Capilla, secretaria de Promoción Social de la Municipalidad de Rosario. “Y todas las organizaciones muestran muchísima preocupación. Hay nuevas familias en los comedores, que no dan a basto, y hablan de listas de espera

redacción: Horacio Çaró, Guillermo Griecco, Pablo Bilsky, Luciano Couso, Eugenia Arpesella, Alfredo Montenegro, Facundo Paredes, Gabriel Zuzek, Silvia Carafa, Soledad Pascual, Jerónimo Principiano, Juan Pablo de la Vega y Marcelo Valenzuela.

para los bolsones”. Capilla explicó que los comedores y las copas de leche no dependen la Municipalidad de Rosario, pero sí que el estado local tiene políticas alimentarias para subsidiar a estos espacios. La principal ayuda es un subsidio mensual que se le da a unos 220 comedores, copas de leche y bolsones y cuyo monto se modifica en relación a la cantidad de raciones que maneja el lugar. Este año, el monto destinado para ese subsidio, aseguró Capilla, llegará los 59 millones de pesos. Un número que todos los años aumenta entre un 35 y 40 por ciento, por la inflación y la demanda creciente. Capilla destacó también que las cajas de alimentos que Promoción Social entrega en los Centros de Convivencia Barrial (CCB) cuadruplicaron su costo. Y que todas las actividades que se realizan en los CCB están atravesadas por lo alimentario: los chicos llegan con hambre y si no es un plato de comida, al menos una colación tienen que recibir. “Esa es la realidad en todos los centros de convivencia, en todas las actividades. Y eso es lo que muestra las características de esta época”, concluyó.

La incertidumbre de cada día “La solución a esta crisis necesita, más que parches y medidas para la tribuna, de un gran sentido de la responsabilidad por parte de to-

diseño gráfico: Javier García Alfaro, Aníbal Pérez y Facundo Vitiello. fotografía: Manuel Costa, Andrés Macera, Paula Peña, Maia Basso y Yazmín Quiroga. cierre de edición: Viernes 6 de septiembre de 2019.

el eslabón integra la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina (Fadiccra) y la cooperativa Diarios y Periódicos de Santa Fe (Dypsa). Mendoza 2836, depto. 4, Rosario

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das y todos los argentinos, para poder frenar el hambre que castiga a millones de hermanos y hermanas”, sostuvo Ignacio Rico, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) de Rosario. Y agregó: “Se necesita que la clase política reaccione, y sobre todo que el gobierno se haga cargo del caos que produjo en la economía familiar de los trabajadores”. Rico apuntó que los números abstractos de las acciones de la Bolsa y del Riesgo País “no son nada comparado con la realidad concreta de nuestros compañeros, con la angustia y la incertidumbre de los argentinos que ya no saben cómo hacer para poner un plato de comida arriba de la mesa”. Y en ese sentido, explicó que las medidas que implican la Emergencia Alimentaria “no saldan la gran deuda interna argentina que es la pobreza estructural en la que viven millones de compatriotas, pero entendemos que lo urgente hoy es parar con el hambre y la desesperación, para poder sentarnos a discutir cuál es el país que queremos”.

La prioridad, los pibes y las pibas Beatriz Borda milita en Barrios de Pie Libres

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del Sur y participó del acampe que este miércoles se realizó frente a la sede local del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. “Justo los días del acampe estaban vacías las oficinas, por fumigación. Así que ni siquiera vimos alguna cara para hacerle llegar el reclamo. De todos modos, les damos tiempo hasta el martes. Tienen sus días para buscar una solución y acercárnosla”, contó a este semanario después de la fría noche. La organización en la que milita Beatriz tiene cerca de unas 46 copas de leche en Rosario y asisten unos dos mil chicos y chicas desde los 6 meses hasta los 18 años, y también más. “Muchos vienen con el tuper y se llevan comida para los que se quedaron en la casa. El problema es que la comida no alcanza porque no llegan las partidas. Hace unos cuatro meses que no mandan leche, tuvimos que reducir la cantidad de meriendas a dos por semana en algunos merenderos y estamos haciendo malabares. Mandan mucha harina, choclo en latas tenemos de a montones y nada de carne. Los niños necesitan una alimentación variada y no se la podemos brindar”, contó. E hizo hincapié en la falta de mercadería y la mala calidad de

los alimentos que desde Nación les hacen llegar a comederos y copas de leche. “Es urgente la necesidad de que el gobierno de Mauricio Macri declare la Emergencia Alimentaria. Nosotros siempre fuimos al diálogo, no queremos fuertes discusiones. Sabemos que los acampes y movilizaciones son molestos para los vecinos, pero nosotros también somos laburantes y queremos darles de comer a los pibes y las pibas”, concluyó la militante.

Terrenos inciertos La Corriente Clasista y Combativa (CCC) se concentró el jueves a las 10 en la puerta de la Municipalidad de Rosario. El reclamo fue por el cobro de los contratos de las cooperativas de trabajo. Eduardo Delmonte, referente de la CCC, explicó a este semanario que hay un retraso en el pago de esos 1.300 pesos que cada persona cobra por su trabajo. Son unos 350 trabajadores implicados, de los cuales 300 son mujeres. “Estamos en un terreno incierto”, resumió Delmonte respecto al panorama actual. “Entendemos que hay un ajuste brutal que viene aplicando el gobierno nacional a los tra-

ENTREVISTA CON EL CURA DE LA PASTORAL SOCIAL FABIÁN BLAY

“Tenemos lista de espera para la distribución de alimentos” Por Juane Basso

Yo de economía sé poco y nada, pero la realidad, lo que nosotros vemos, es lo que ocurre en el tejido social, y cada vez se nos presentan más personas que vienen en busca de alimento, hay cada vez más gente joven en situación de calle”, dice el presbítero de la Pastoral Social de Rosario, Fabián Belay. El viernes pasado la Iglesia sumó su pedido formal al presidente Mauricio Macri para que declare la “Emergencia Alimentaria y Nutricional”, ante lo que definió como un “severo aumento de la indigencia, la pobreza, la desocupación” y “los alimentos de la canasta básica”. Consultado sobre cómo impacta la situación en la ciudad, el cura fue gráfico: “En los barrios, en los centros nuestros hoy se están dando almuerzos, meriendas y cenas”. Para Belay la cuestión se profundizó desde “fines del año pasado y a comienzos de este”. “Crece cada vez más la demanda, nos empezamos a encontrar con chicos que no tenían una comida en el día”, remarcó el sacerdote. —¿Se está logrando responder a esa demanda? —Depende los barrios y los centros, tenemos en general lista de espera en el tema distribución de alimentos. Con la inflación, la gente tiene un ingreso que no llega a cubrir la demanda que venían teniendo, y a nosotros nos pasa lo mismo. La demanda de alimentos es muy fuerte. —¿Por qué es tan importante la declaración de la emergencia alimentaria que están reclamando los movimientos sociales, sindicatos e incluso la Pastoral Social?

—Es totalmente necesaria. Es una realidad, primero tenemos que plantear las necesidades básicas. Al desaparecer muchos puestos de trabajo, las changas, que de hace un tiempo a esta parte fueron disminuyendo. El que cobra el plan ya no le alcanza para sostener lo mínimo para una familia de cuatro, cinco o seis miembros, y sostener lo básico que es el alimento. Con la inflación cada vez se les hace más difícil llegar a fin de mes, o terminar la primera quincena. Estamos ante un momento de tal crisis, que es super necesario sentarnos a dialogar, que se sienten todos los sectores políticos y

ver cómo se soluciona este tema. Si bien hay un gobierno de turno que es responsable de todo esto, creo que la solución sólo se da si hay un gran acuerdo de todos los sectores a nivel nacional. Justamente el fin de semana pasado se organizó el Congreso «Francisco y el Diálogo Social» en Rosario, y un poco la propuesta fue sentar tal vez a aquellos que nunca se habían sentado a dialogar y empezar a ver cómo entre todos aportamos a la solución. —¿Y qué balance hacen del encuentro? —Para nosotros fue una muy buena la ex-

bajadores, pero también a las provincias y a las municipalidades, que termina siendo el eslabón más débil. Nosotros lo entendemos, pero no acordamos con la política municipal de descargar la crisis sobre los laburantes. Planteamos que busquen otra forma de resolver los recursos, pero que no sea sacarle al ciudadano de a pie más plata, ni achicarle los trabajos o sueldos. No aceptamos que nos digan «no, mirá, estamos mal así que bánquensela»”, consideró el militante. Delmonte señaló también que, en un año y medio su organización duplicó la cantidad de grupos barriales. Y dijo que de esos grupos, algunos comedores reciben subsidios de unos 10 mil pesos mensuales que sirven para resolver dos o tres comidas por mes. Otros funcionan a pulmón: la gente se organiza y colecta la comida que necesita. “La gente nos busca porque el Estado no resuelve. Ven que luchamos y conquistamos cosas, pero una cosa es repartirlo entre 2.500 y otra entre 5 mil. No estamos de acuerdo con ser los que administran la miseria. Aumentó la crisis y salimos a pelear más, y tratamos de dar cuenta de eso en la calle”.

periencia. Lo más rico fue la diversidad de voces y la escucha respetuosa que hubo, aún de sectores muy antagónicos entre sí. Rescato la buena disponibilidad, sobre todo de los sindicatos que fueron protagonistas en el armado del congreso. Los datos que se fueron aportando allí lamentablemente nos auguran un futuro bastante crítico. El pronóstico que se dio es muy claro en que de esto se va a salir si hay un gran acuerdo nacional, que la solución no va a depender de uno u otro gobierno sino de la sociedad en su conjunto. Lamentablemente los problemas muchas veces los generan sectores determinados, pero las soluciones se deben dar entre todos los que componemos la sociedad o no se sale. —Como persona de fe, que tiene una sensibilidad social, al igual que muchas que abrazan una filosofía de compromiso con el otro como plantea la palabra de Jesús, ¿qué le dice a quienes no comprenden el nivel de urgencias que existen? —Que la realidad es la mejor evidencia y la mejor renuncia. La realidad es lo que más nos tiene que generar sensibilidad. Mi vivencia de la fe y la esperanza está en apostar todos los días en que yo creo que los cambios son posibles. Pero creo que mesías ya tengo uno y es Jesús, después creo que las soluciones se generan desde lo personal, lo comunitario, desde el compromiso con el otro, superar el individualismo y el consumismo que nos está destruyendo como seres humanos. Nos falta madurez humana, política, espiritual para salir de la defensa de lo sectorial e ir a la construcción de algo colectivo que genere un cambio real en el país. Creo que estamos lejos de alcanzarlo. Pero hay un montón de gente en los territorios que está apostando a ese cambio, que está dispuesta a sentarse, que es afín al diálogo y al compromiso y al trabajo juntos. Lamentablemente los que están más arriba muchas veces eso no lo asumen. Mi esperanza está en ese camino que se va haciendo desde las bases y donde se va construyendo cosas distintas. Desde ahí uno ve muy buena gente con muy buena voluntad y mucho compromiso cotidiano.


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EL CONCEJO Y LA CRISIS

Se juntaron el hambre y las ganas de comer Ediles se hacen eco de la demanda alimentaria y recuerdan que en 2018 el cuerpo legislativo local puso en debate el tema y votó una ordenanza de emergencia social. ¿Qué pasó desde entonces hasta hoy? MANUEL COSTA

Por Silvia Carafa

H

ACE UN RATO LARGO QUE MIllones de personas en el país vienen comiendo salteado. O a los saltos. En ayuno forzado o rascando ollas comunitarias. Impostergable como pocos, el alimento viene raleando feo empezando por abajo, por el pie, como siempre comienzan padeceres y triunfos. Alfredo Zitarrosa le puso música a esa epopeya y la convirtió en un himno. En las últimas semanas la situación entró en los títulos con nombre propio: emergencia alimentaria. ¿Cómo metaboliza la crisis social en el Palacio Vasallo? Por lo pronto el Concejo está analizando en sus distintas comisiones, el combo de medidas anticíclicas que días atrás presentó el Interbloque Nacional y Popular, para hacer frente al momento. Entre ellas, la emergencia alimentaria. Otra vez la coyuntura, la noria trajo de regreso políticas que atenazan sin miramiento y hay que imaginar soluciones. “Ante la crisis que atraviesa el país y particularmente en Rosario, las y los concejales del Interbloque Nacional y Popular, junto a economistas y representantes de asociaciones presentaron una batería de proyectos para aportar soluciones inmediatas que colaboren a paliar este crítico momento que atraviesan las familias rosarinas”, enunciaron los ediles al momento de la presentación. “Las iniciativas, con fuerte anclaje local, establecen políticas concretas para la ampliación de coberturas sociales para sectores vulnerables y para la ciudadanía en general”, expresaron desde el Interbloque. Varias de las medidas ya habían sido presentadas. Acceso de productores de la economía popular a las grandes superficies de ventas, la creación de una Secretaría de Trabajo en el ámbito local y el aumento excepcional de la Tarjeta Única de Ciudadanía, entre otras medidas.

Emergencia en carreta El pasado mes de abril, la concejala Marina Magnani, de Unidad Ciudadana, pidió informes sobre “cumplimiento de la ordenanza votada en septiembre de 2018, sobre la emergencia alimentaria” y habló de “una preocupación que todos estamos percibiendo en las recorridas por los distintos barrios, de parte de quienes están fuera del mercado laboral y de quienes atienden comedores y merendero, la demanda se duplicó”.

Monteverde vs. Blanco La comisión de Planeamiento suele ser escenario de disputas fuertes, los pedidos de excepción en la construcción de inmuebles de alto costo, encabezan el rating de los debates. Una discusión sobre la idoneidad e incumbencia de los ediles que la integran volvió a encenderse. Los concejales Juan Mon-

En la misma sesión el concejal del PJ Eduardo Toniolli, preguntó “¿por qué no se habilitan nuevos comedores, por qué hay padres que se reúnen para abrir nuevos lugares ante el crecimiento de la pobreza?”. Más atrás en el tiempo, cuando finalizaba agosto de 2018, la concejala María Fernanda Gigliani decía en el recinto: “Hay proyectos que quizás no imaginábamos que se iban a tratar en este Cuerpo, como la emergencia alimentaria”. Un mes después, en septiembre de 2018, la ciudad entraba en Emergencia Social, según votaba el Legislativo local. ¿Qué pasó con esa emergencia social declarada el año pasado? “El año pasado, después de una larga discusión, en este Cuerpo Legislativo aprobamos la emergencia entendiendo que había una situación apre-

teverde y Agapito Blanco vienen cruzando verba encendida. El jueves pasado, el último invitó a dirimir diferencias a los golpes, aunque con encuadre deportivo, en un ring. “Lo digo en serio”, insistió Blanco sobre el final de la sesión, aunque al día siguiente pidió disculpas, menos al propio Monteverde.

miante, hay cada vez más empujados a la pobreza o la indigencia, es un reclamo que no cesa porque está atado a la política de estado que lleva adelante el Gobierno Nacional”, dijo el Toniolli. Según el edil, a partir de esa declaración, “el Municipio volcó algunos recursos extras a la atención de esa situación que es similar a la de los años 2001, ya que frente a políticas de ajuste, muchas veces son los Estados locales quienes tienen que salir”, explicó. Y dijo que el Ejecutivo cumplió “parcialmente”, y citó la decisión de “no habilitar más comedores oficiales en los barrios o clubes, en organizaciones casi espontáneas ante la necesidad”. “A pesar de las enunciaciones de buena voluntad, algunas medidas tomadas en el marco de los recortes que anunció el Municipio, alguna consecuencia social tienen, ejemplo concreto, la obra pública y el servicio que prestan algunas cooperativas en un marco de contención social, que no se le pague hace dos meses, genera la alteración de esa contención social”, argumentó Toniolli. Para el edil, Roberto Sukerman (FpV) “el tema está en la falta de voluntad del Ejecutivo, tanto la Provincia como la Municipalidad, además de haber sido cómplice del gobierno de Macri”, señaló. Y añadió que ambos niveles del Estado santafesino “malgastaron el dinero en la campaña electoral”. “Dilapidaron recursos y ahora nos encontramos que están en dificultad para pagar sueldos, bienvenida sean las partidas que apliquen a la emergencia social, el tema es que si no hubiesen dilapidado recur-

sos, hoy habría muchos más para darle de comer a quien ni siquiera tiene para comer”, destacó Sukerman. Por su parte, el concejal Andrés Giménez, señaló que la mañana del jueves 5 de septiembre “fue un día clave en movilizaciones por reclamos que se vienen dando desde hace tres años, la falta de trabajo y plata en la población, por lo tanto era inevitable lo de la emergencia alimentaria”. En su opinión, la ciudad puede “dar un parche, lo más importante es una vuelta de timón a estas economías desde lo macro, porque algún día el parche dejará de ser salvador porque estamos con datos terroríficos en materia social”. Desde Ciudad Futura, Juan Monteverde, dio cuenta de la realidad en los territorios “como pibitas que se desmayan en el taller de danzas porque no comió, o la gente de las escuelas que dicen que cada vez más chicos sólo a comer, son relatos desgarradores día tras día”. “No sólo es urgente, atacar la cuestión alimentaria sino dar debates de fondo para ver cómo hacemos que en este país los alimentos sean un derecho y no un bien más del mercado”, sostuvo. Y anticipó que su bloque ingresó un proyecto “fundamental que en el marco de la emergencia social, se otorgue un permiso provisorio, de venta ambulante a un montón de gente que se quedó sin trabajo, se aprobó en la Comisión de Gobierno, ahora está en la de Salud, es una ayuda concreta”. Desde el bloque Cambiemos, Agapito Blanco, expresó: “La situación está difícil, hay problemas en todos los barrios, sobre todo en la Rosario profunda y con respecto a la emergencia alimentaria, hay que tener cuidado porque muchas veces bajo pretexto de una situación que realmente salta a la vista, estas declaraciones son utilizadas para desviar fondos indiscriminadamente de Partidas que figura para determinado fin social y después terminan en Rentas Generales”. También de Cambiemos, Roy López Molina consideró que “la realidad de los barrios en Rosario no es nueva, hay abandono de todo tipo por parte de la Municipalidad, sobre todo en lo que tiene que ver con la pobreza estructural”. Además dijo que el Gobierno Nacional fortaleció las ayudas económicas y las provisiones para comedores y merenderos, pero “aparecen situaciones que no se entienden, por ejemplo, la inauguración del Museo del Deporte, de 900 millones de pesos, cuando alrededor del lugar de ese museo, falta lo que tiene que ver con lo más básico de lo cotidiano, las prioridades están alteradas”. Y cuestionó que la declaración de emergencia social “no mostró avances, fue un slogan”.

Reunión con Asegurado Representantes de todos los bloques del Concejo se reunieron con secretario de Hacienda, Santiago Asegurado para conocer de primera mano, el alcance de las medidas tomadas por la Municipalidad frente a la crisis social. "En momentos de crisis las demandas se incrementan, por lo tanto vamos a priorizar las urgencias, como el sistema sanitario, especialmente las solicitudes alimenticias, el transporte y los programas educativo”, explicaron los responsables del Palacio de Los Leones.


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MÁS HAMBRE EN LA ERA CAMBIEMOS

Cepo a la comida Se profundiza la macrisis. Con default y restricciones cambiarias de fondo, organizaciones populares salen a la calle en emergencia frente al deterioro de la situación social, derivada de la megadevaluación post Paso que promovió el gobierno y tuvo correlato en la disparada de precios. Según Naciones Unidas, unas 14 millones de personas sufren inseguridad alimentaria en el país. MANUEL COSTA

Por Guillermo Griecco

E

L CRECIMIENTO DE LA INSEGURIdad alimentaria en la Argentina es una de las tantas herencias bien pesadas que dejará el neoliberalismo macrista. El recrudecimiento de la crisis económica y financiera en el último tramo de la gestión Macri, tiene como cara de la misma moneda el acelerado deterioro del tejido sociolaboral. El oficialismo hace foco en el dólar, busca domesticar el mercado de cambios después de promover una megadevaluación, mientras se acrecientan las necesidades entre los sectores populares, a raíz de los excesivos aumentos de precios en productos de la canasta básica. Esta situación deriva en que haya cada vez más asistentes a comedores y merenderos. ¡No se aguanta maaasss!, se grita en los barrios. Unos 14 millones de personas padecen inseguridad alimentaria moderada o grave en la Argentina, según datos estadísticos elaborados por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, más conocida como FAO, correspondientes al período 2016-2018, contra los 8 millones de personas que había arrojado el período 2014-2016: seis millones más, un aumento del 70 por ciento en el universo de personas al que le falta acceso continuado a los alimentos, un índice que está entre los más altos del mundo. Estos datos conjuntos que publicó Naciones Unidas, y que reprodujo el Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior (Ocipex), refieren a que las personas que experimentan una inseguridad alimentaria moderada afrontan incertidumbre sobre su capacidad para obtener alimentos y se ven obligadas a reducir, en ocasiones durante el año, la calidad o la cantidad de alimentos que consumen debido a la falta de dinero u otros recursos. Esta falta de acceso continuado a los alimentos disminuye la calidad de la dieta, altera los hábitos alimentarios normales y puede tener consecuencias negativas para la nutrición, la salud y el bienestar. En tanto, siempre de acuerdo al informe mencionado, las personas que afrontan una inseguridad alimentaria grave presentan una alta probabilidad de haberse quedado sin alimentos, haber experimentado hambre y, en las situaciones más extremas, haber pasado varios días sin comer, lo cual pone su salud y bienestar en grave riesgo. Según datos del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), más de cinco millones de argentinos hoy no pueden acceder a una alimentación básica, es decir, comen poco y mal. La cifra duplica a la de 2016. El último año la leche aumentó 88,7 por ciento, la

manteca 88,3; salchichas 84, fideos 74, arroz 70,9; pollo 70,3 por ciento. La ayuda económica que el gobierno dio después del daño que ocasionó con la megadevaluación, donde hubo aumentos promedio del 30 por ciento en bienes de consumo masivo, no alcanzó para superar los valores que marcan las líneas de pobreza e indigencia. También quedó lejos el salario social complementario que otorga el Estado y cobran por mes integrantes de cooperativas de trabajo (7.500 pesos). La asignación universal por hijo, según el Centro de Economía Política (Cepa), alcanza para cubrir necesidades alimentarias de chicos menores a cuatro años y no más. “La situación cotidiana de que no te alcance la plata para comprar alimentos necesarios es angustiante y contra eso nos rebelamos”, repiten dirigentes de organizaciones sociales que batallan a diario y en el terreno contra el ajuste macrista. Los más vulnerables, los sectores de bajos ingresos, quedan al margen de los anuncios oficiales sobre medidas de control cambiario, un mecanismo necesario para el país y su histórico gran problema de falta de billetes verdes, en buena medida por tener una economía altamente dolarizada. No

obstante, las medidas llegan tarde, después de una fuga de capitales a chorro y timba financiera a rolete. Mientras, se degrada más todavía las condiciones de vida de buena parte de la población. Crece el hambre en un país con 45 millones de habitantes que produce alimentos para 300 millones. La torta se reparte en porciones mucho más desiguales desde que Macri tiró pasitos de baile en el balcón de la Casa Rosada para celebrar su triunfo en 2015. La desigualdad, al revés de lo que postula el neoliberalismo, no se da por obra de la naturaleza. La orientación neoliberal del plan económico de la alianza Cambiemos, con la actuación estelar del Fondo Monetario Internacional, fabricó más pobres e indigentes. Los precios de los alimentos están por las nubes y cada vez son más argentinos y argentinas a los que les cuesta tener enfrente un plato de comida, ni hablar de que esté caliente y sea nutritiva. La inflación supermercado está unos diez puntos por encima de la inflación general, que se estima este año superará el 50 por ciento. Desde mediados de agosto hubo aumentos desproporcionados en productos básicos que encarecieron el costo de vida, en un mercado oligopólico. En la Argentina de Macri, hasta el puchero está dolarizado. Frente a la grave crisis que afronta el país, se acentúa la vulnerabilidad social en vastos sectores de la población. El gobierno de la “pobreza cero” generó, según estadísticas oficiales, cuatro millones de pobres nuevos, en un contexto de aumento del desempleo y caída en el poder adquisitivo de los ingresos. Movimientos sociales le reclaman al gobierno que declare la emergencia alimentaria. Si bien las protestas se iniciaron poco después de que Macri asumiera el gobierno, frente a la primera vuelta de quita de derechos y espiral inflacionaria, organizaciones populares hicieron el último año un frente común en el reclamo, ante el agravamiento de la situación sociolaboral. En rigor, la unidad opositora en la protesta

callejera (hambre, despidos, tarifazos) se dio antes que la unidad opositora en el terreno político partidario. Haciéndose eco de las demandas de las organizaciones, ocho provincias hasta el momento exigieron al gobierno nacional que declare la emergencia alimentaria. En el Congreso hay ocho proyectos de ley que esperan tratamiento parlamentario. El oficialismo, en campaña rabiosa, se opuso al debate. Es más, el pedido de emergencia alimentaria, al macrismo, especialista en inflar globos, le parece un “eslogan de campaña”. También la Iglesia Católica le exigió al gobierno nacional que, de manera “urgente”, declare al país en estado de “emergencia alimentaria y nutricional” debido al “severo aumento de la indigencia y la pobreza, y el aumento indiscriminado de los alimentos”. El pedido llegó después de un encuentro de la cúpula eclesial con el presidente Macri. Según la carta con firma religiosa, las medidas de ayuda económica anunciadas por el gobierno después de la devalueta, como la eliminación temporaria del IVA en alimentos básicos, “no serían suficientes” para paliar los retrocesos que generó el programa económico de Cambiemos. La CGT, las CTA, y varios gremios del Movimiento Sindical acompañan el reclamo de las organizaciones populares. Hay un malestar creciente que se refleja en las movilizaciones. La descomposición política del gobierno de Macri agravó la crisis económica y agigantó el drama social que se vive en la Argentina. Días atrás, organizaciones populares protagonizaron la primera gran marcha de protesta después de las Paso. No hay “reperfilamiento” de la deuda externa ni restricciones a la venta y salida de dólares de la economía doméstica que logre revertir lo que podría denominarse “cepo” a la comida, una injusticia social, política e ideológica que instaló con fuerza el gobierno macrista desde el vamos y que hoy la sufre buena parte de la ciudadanía argentina.


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HAMBRE. ¿SE LLEGA O NO SE LLEGA?

Los costos de la retirada La desesperación social que cubre a vastos sectores que ya no comen todos los días pone en crisis la necesidad política de que se cumplan los plazos institucionales. Esa tensión entre la democracia formal y el acuciante escenario social tiene mecha corta. MANUEL COSTA

Por Horacio Çaró

L

A AGENDA DEL HAMBRE CORRE desde atrás a la política. Los movimientos sociales, algunos sectores de la Iglesia y en particular los intendentes del conurbano bonaerense fueron los primeros en alertar, hace más de dos años, que las políticas criminales del gobierno de Mauricio Macri ya comenzaban a hacer estragos en las barriadas más populares y que ya faltaba el plato de comida en las mesas de los sectores más vulnerables. Cierta clase media progresista se preguntaba por entonces cómo era posible que no estallara todo por los aires, e incluso algunas opiniones daban cuenta de la “excesiva pasividad” de esos referentes sociales que trabajaban –y siguen haciéndolo– en los territorios. Con la misma desincronización entre los tiempos de la política y los del estómago, a determinados sectores y a mucha dirigencia le resulta más fácil postular que es necesario que se cumplan los plazos que dicta la Constitución, tanto para que se lleve adelante la elección presidencial como el virtual traspaso de mando en diciembre. Esa premisa, deseable en términos teóricos, en la presente coyuntura es intervenida por una realidad dolorosa, para nada invisible, y exhibida ya sin pudor por el dispositivo hegemónico de medios que operaron como cómplices y partíci-

El incremento exponencial de los asistentes a los comedores comunitarios y escolares, los merenderos y las ollas populares es una realidad que excede a la descripción estadística o al análisis sociológico. pes necesarios del crimen social pergeñado y ejecutado por la administración política más cruel desde la dictadura cívico militar de 1976-1983 a esta parte. El incremento exponencial de los asistentes a los comedores comunitarios y escolares, los merenderos y las ollas populares es una realidad que excede a la descripción estadística o al análisis sociológico. Personas que se desmayan por efecto de la subalimentación, chicos con alarmantes niveles de desnutrición, ancianas y ancianos enfermos y mal alimentados que se mueren en sus casas, en las que ni siquiera tienen la posibilidad de calentarse a causa de las tarifas prohibitivas del gas o la electricidad son la trágica postal de un tiempo de asesinos sociales, que incluso apañan a otros homicidas para nada virtuales o simbólicos, que son capaces de matar a alguien por llevarse entre sus prendas un pedazo de queso hurtado de la góndola de un hipermercado. ¿Se llega al 27 de octubre en estas condiciones? La pregunta no requiere de respuesta, porque en cualquier caso lo que debe preocupar es cómo se llega, y está

claro que será en condiciones de extrema vulnerabilidad social, con la necesidad más urgente, la de la sobrevivencia, apurando la llegada del futuro.

Un Gobierno sin respuestas Basta con repasar los reclamos con que los movimientos sociales acompañan el pedido de declaración de la emergencia alimentaria para tomar debida nota del acuciante presente de niñas y niños, ancianas y ancianos, en primer lugar, y del resto de las millones de personas en situación de crisis alimentaria y sanitaria. Desde las organizaciones territoriales se propone fortalecer una canasta básica de primera infancia y de mujeres embarazadas o en período de lactancia, el incremento de la AUH para que se ponga en línea con el valor de una canasta básica total para un menor de 18 años, que durante el primer trimestre de este año ya se estimaba en casi seis mil pesos (5.834, para ser más exactos). Pero además se plantea que se establezca un aumento en el presupuesto de comedores y huertas escolares y comuni-

tarias, con el objetivo de mejorar la cantidad de raciones y la calidad nutricional de las mismas, y ello acompañado del fomento de la agricultura familiar y social en cada uno de los territorios. Se pide la actualización de los montos del Programa Pro Bienestar del Pami, que a la fecha están totalmente desactualizados a causa de la inflación, y el aumento de la cobertura de los medicamentos para jubilados y pensionados. Cuando esta semana se realizaron la movilización y el acampe frente a Desarrollo Social en demanda de estos instrumentos básicos para paliar el hambre y la enfermedad de los eslabones más débiles de la sociedad, la ministra Carolina Stanley no fue capaz de enviar al menos a un funcionario de rango intermedio a recibir o escuchar a los referentes sociales. Se trata de una administración en retirada, tan insensible como al inicio de una gestión que provocó todas estas calamidades y no tiene pensado dar respuestas que ayuden al menos a morigerarlas. Lo cierto es que los movimientos sociales terminaron levantando el acampe, no sin antes advertir que volverán si no tienen respuesta, y que la nueva protesta sería la semana próxima.

Dos lógicas superpuestas La perversión del régimen macrista no se circunscribe a su programa de transferencia de recursos de las grandes mayorías a la elite financiera, agroexportadora, de


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conglomerados energéticos y de extracción minera. Un aspecto de ese entramado de negocios, coronado por las fenomenales deudas externa e interna, está dado por un relato que va mutando de acuerdo a las fases de ese plan criminal. Lo que comenzó siendo la “pesada herencia”, que pretendió justificar tarifazos, ajustes en los salarios y jubilaciones, desinversión en el área social –pese a la proliferación de planes más “baratos” y el mantenimiento de la AUH– y negociados en todos los estamentos donde tallaran la familia presidencial y los amigos, prosiguió con el verso del “gradualismo”, que consideraron un “error” a causa de no haber dimensionado del todo el “caos” heredado de la gestión kirchnerista. Todos esos señuelos, destinados a un público propenso a ser presa de ellos, o incluso demandante de tamañas argucias, fueron apuntalados por el sistema de oligopolios mediáticos, que los complementaban con la novela de la “Corrupción K”. En la última etapa, tras la estrepitosa derrota en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso), Macri puso en valor otro engaño tan vil como ingenioso, aunque para nada original: los “mercados” le soltaron la mano a la Argentina –no a él– porque venció el “populismo” que, como ya se sabe, perturba todo, desde la cotización del dólar hasta la inflación, desde el valor de las acciones hasta el riesgo país. Pero existe una sanata que precede por mucho a Macri y su banda de asaltantes: “El peronismo, si es oposición, no deja gobernar”. De nada vale que la historia argentina demuestre en forma inobjetable que todos los default se produjeron con gobiernos liberales, desde 1957 hasta la fecha. El peronismo tuvo un Rodrigazo, pero jamás una gestión peronista entró

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en cesación de pagos, ni siquiera cuando Adolfo Rodríguez Saá la declaró, pero la paternidad de ese engendro, sin necesidad de muestra de ADN, le correspondía a Fernando de la Rúa. Así las cosas, el Frente de Todos, esperado ganador, pero por un margen que pocos previeron, se encuentra entre la espada y la pared: si apura los tiempos en que reinan el hambre y la miseria, será acusado de golpista, de poner palos en la rueda, de adelantar su ingreso al Gobierno sólo para saciar su angurria de poder. Ese discurso gorila y soberbio explica la moderación, la actitud responsable de Alberto Fernández, de su compañera de fórmula, Cristina Kirchner, y de casi todos los actores que acompañan al peronismo unificado, y aún de aquellos que abrevan en otras vertientes, pero que enfrentan al macrismo, como el espacio de Roberto Lavagna. Nadie quiere ser acusado de golpista. Lo prueba el discurso de la máxima dirigencia del movimiento obrero organizado, blanco habitual del cipayaje gorila en cuanto a quiénes son los responsables del caos actual. Un ejemplo de ellos es el secretario adjunto del Sindicato de Choferes de Camiones, Pablo Moyano, quien el jueves ratificó que el movimiento obrero no realizará medidas de fuerza para evitar ser calificados de “golpistas”. El propio Fernández, el miércoles de esta semana que se está yendo, sostuvo, desde España: “El Presidente sabe que cuenta con mi ayuda para que termine su mandato. Debe terminarlo y no debe estar puesto en duda”. En el medio del chantaje del Gobierno, que presiona al peronismo para que lo acompañe en su salto al precipicio están los operadores del establishment mediático,

que fogonean dos escenarios: uno que pretende crear una cuña entre Alberto y Cristina, y otra que instala la peligrosidad del retorno del peronismo a la Casa Rosada. El delincuente periodístico Alfredo Leuco, el miércoles 28 de agosto, se despachó en el programa de Marcelo Longobardi en Radio Mitre, luego del acting de Macri en el balcón de la casa de gobierno frente a su público geronte: “Dicen que hubo dos elementos que sacaron de quicio a Cristina. Primero lo que tiene que ver con una movilización en apoyo al gobierno de Macri, es un tema cultural del peronismo, se sienten dueños de la calle, creen que la calle es de ellos igual que la patria. Eso lo consideran amenazante”. Para dar sustento al primer ítem mencionado, el calvo ex secretario de prensa del Movimiento Todos por la Patria vomitó: “El otro elemento que ha complicado muchísimo a Cristina y compañía es esto que ellos denominan cierto desvío ideológico de Alberto Fernández. No es gratis para Zannini, para Máximo Kirchner, para Larroque, para Cristina, que Alberto Fernández haya hablado con tanta familiaridad de Héctor Magnetto, que haya estado presente en una actividad a favor de la democracia y del desarrollo junto al presidente Macri y de Fernando Cardoso”. Con esa maniobra de pinzas se enfrenta el movimiento nacional y popular camino a las presidenciales de octubre. Por un lado, el estigma del peronismo antidemocrático, decretado por los bombardeadores de Plaza de Mayo, los partidos proveedores de embajadores, gobernadores e intendentes a cuanta dictadura llegó a apoderarse del sillón de Rivadavia, los que mataron peones en el sur, esclavizaron trabajadores rurales en La Forestal, salieron a cazar peronistas como comandos civiles en la Fusiladora, pusieron

bombas en los subterráneos y realizaron tantas otras actividades republicanas a lo largo de la historia argentina. Por el otro, el chantaje a que se somete al próximo Gobierno instándolo a no sacar los pies del plato preparado para la gula oligárquica, condicionando todo programa restaurador de derechos arrebatados por una piara de jabalíes rabiosos y ladrones que en el final de su latrocinio le echan la culpa a los despojos que quedan tras su hedionda depredación. No ayuda mucho la tardía reacción de una porción genuflexa de la clase política, como es el caso del gobernador saliente Miguel Lifschitz, quien advirtió que “se necesitan acciones urgentes, no sólo en lo alimentario sino también en salud”, porque –por fin se dio cuenta– “el país está entrando en una espiral muy negativa y crítica”. El seguidor de Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey, luego de cuatro años de silencioso servilismo, de fotos y abrazos, de sonrisas ante el baile del desorejado de Cardenal Newman, salió la última semana a indicar, con el dedo en alto y la vergüenza ausente: “Aparece como urgente la necesidad de realizar acciones concretas para atender la demanda social, la situación grave en la han caído millones de argentinos que no están accediendo a los elementos básicos”. Un referente que no quiso ser mencionado para que no se confunda su intención de aportar al triunfo del peronismo en octubre próximo, confió su parecer a este semanario: “Nadie sabe si llegamos, quisiéramos llegar, pero no escuchando el ruido de las pancitas de las pibas y los pibes que cada atardecer llegan a los comedores con sus padres atrás, llenos de vergüenza. Los que tienen que tener vergüenza son los que provocaron esto”.


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VEINTE AÑOS NO ES NADA

Con espíritu veinteañer

MANUEL COSTA

el eslabón dio inicio a las celebraciones por sus 20 años, el pasado 2 de setiembre en el Complejo Cultural Atlas, en el mismo día que hace dos décadas atrá

PAULA PEÑA

Anita Luna fue la encargada de hacer los sorteos junto a Laura Hintze.

El Complejo Cultural Atlas se rebalsó de amigos y amigas de el eslabón.

I

NTEGRANTES DEL PROYECTO DE TODAS las épocas, lectores, anunciantes, referentes sindicales, sociales, del cooperativismo, feministas, de pueblos originarios, de la política local, provincial y del movimiento derechos humanos fueron parte de la convocatoria y brindaron el lunes pasado en el Complejo Cultural Atlas por los próximos 20 años de vida del “ignoto pasquín”, como bautizó a el eslabón el emporio mediático de La Capital en el año 2000.

En el evento hubo diversas distinciones. El diputado del Frente Social y Popular (FSP) y ex periodista y colaborador de este periódico, Carlos Del Frade, (quien publicó numerosos artículos e investigaciones), hizo entrega de una declaración de la Cámara baja provincial. Otro legislador, que también fuera parte de El Eslabón en sus inicios, el concejal del PJ Eduardo Toniolli, subió al escenario y entregó una placa en nombre del Concejo Municipal, acompañado

por los ediles de Ciudad Futura, Pedro Salinas y Jesica Pellegrini. También este semanario recibió la salutación personal de la vicegobernadora electa de la provincia de Santa Fe, Alejandra Rodenas, quien se hizo presente en el Atlas. En tanto, el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci, hizo entrega de un cuadro de reconocimiento al periódico surgido, en sus inicios, en el ámbito universitario.

Más tarde, Julio Delgado, presidente de la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos (Fadiccra) y titular de la cooperativa que edita el diario El Independiente de La Rioja, también subió al escenario con obsequios. Por su lado, Francisco Martínez, presidente de la Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé (CTTP) se sumó con otra distinción recibida por los integrantes del grupo fundador Julián Lafuente, Jerónimo Principiano y Juane Basso, junto los ac-


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ro

ás salía su primer número. La convocatoria superó las expectativas y la sala se desbordó de público.

PAULA PEÑA

SILVIO MORICONI

GENTILEZA UNR / PABLO CORREA

El diputado provincial Carlos del Frade entregó la declaración de interés por los 20 años del semanario.

El rector de Universaidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci entregó una distinción al periódico. tuales directores del semanario Laura Hintze y Ernesto Ávila, y al presidente de La Masa, Manolo Robles. Un momento muy emotivo fue cuando el profesor y periodista Alfredo Montenegro, recibió una distinción en nombre de su compañera Laura Medina, una recordada y querida integrante del periódico. “Fue una de las imprescindibles, que sin aparecer firmando notas o en el staff del periódico, bancó el sostenimiento del proyecto, como lo han hecho

tantas y tantos de los que están esta noche acá”, destacó Principiano. Luego los integrantes de La Masa recorrieron mesa por mesa del Atlas para entregar un diploma y “agradecer el aguante de todos estos años” a todos los presentes, entre ellos los referentes sindicales como Edgardo Carmona y Stella Hernández, del Sindicato de Prensa; Javier Almirón y Paulo Juncos de Amsafé, Victorio Paulón de la CTA, Carlos Martínez del Sindicato de Canillitas, el fiscal federal Adolfo Vi-

llate, dirigentes sociales como Oscar Talero de los pueblos originarios, Ignacio Rico, de la Ctep y candidato a diputado nacional, legisladoras como Alicia Gutiérrez (diputada provincial SI-Frente Progresista) y referentes de derechos humanos como Ana Moro (Ronda de Madres) y Norma Ríos (APDH), entre tantos. Como regalos a los lectores hubo sorteos de órdenes de compras para la distribuidora de golosinas Sagitario y entradas para ver a Andrés Calamaro en noviembre, gentileza por Juan Pa-

blo Saint Girons, de Límite Producciones. En el plano musical, primero tocó Maia Basso, la integrante del trío Aguaviva, además colaboradora del proyecto Femimasa. Luego fue el turno de Juanma Robles, voz y líder de los Gay Gay Guys, Los Commoners y Los Robles, también integrante del área audiovisual de La Masa. El cierre estuvo a cargo de Eugenia Craviotto Caraffa, quien preparó un breve y contundente show junto a parte de su multipremiada banda Mamita Peyote.


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VEINTE AÑOS NO ES NADA

“El Eslabón se acostumbró a superar los obstáculos” Uno de los fundadores de este periódico, hoy director general de Comunicaciones de la Municipalidad de Posadas, resalta la persistencia de un proyecto “con posicionamiento político” y “alejado de las fake news y de las operaciones”. MANUEL COSTA

Por la Redacción (entrevista Juan Pablo de la Vega)

J

ULIÁN LAFUENTE ES DIRECTOR GENEral de Comunicaciones de la Municipalidad de Posadas, Misiones, y fue uno de los integrantes del grupo fundador de el eslabón. En el marco de las notas especiales por los 20 años de la aparición del primer número de este periódico, y de paso por Rosario para sumarse al inicio de los festejos que tuvieron lugar el lunes pasado en el Complejo Cultural Atlas, considera ineludible subrayar las dificultades de aquellos tiempos iniciales, a finales de 1999. Quizá –reflexiona–, ese signo de los tiempos marcó a fuego esta propuesta de periodismo autogestionado y la hizo fuerte para superar a lo largo de dos décadas, todos los escollos del camino. “Nosotros nos propusimos hacer un periódico contrahegemónico, y también una salida laboral propia en un momento muy difícil, era 1999, final del menemismo, y después sabemos que pasó en 2001”, dice Lafuente, quien considera que de esa manera, desde un principio, “El Eslabón se acostumbró a superar los obstáculos”. “Todo el mundo que conoce el proyecto sabe que tuvimos un origen universitario. Nos juntabamos con la incipiente idea de hacer un periódico contracultural, contra la agenda que se instalaba en ese momento”, dice uno de los iniciadores del periódico, y destaca como “un hecho central para la ciudad”, la concentración de medios que emergió luego de la llegada de Daniel Vila y José Luis Manzano al multimedios del diario La Capital, y marcó una época. “Recorriendo las páginas de El Eslabón de entonces, se sabe todo lo que pasó en ese proceso [que impactó en todos los ámbitos, políticos, culturales y hasta deportivos] como los desmanejos que se dieron en Newell’s y Central, de los que también se dio cuenta y que quedaron registrados en El Eslabón”, puntualiza. Pasó mucha agua bajo el puente. Lafuente trabajó en este periódico hasta 2004, y en 2006 se mudó a Misiones para desarrollar tareas periodísticas y de comunicación institucional. Pero siempre se mantuvo al tanto de la actualidad eslaboniana, incluso enviando algunas colaboraciones, y cada vez que visitaba Rosario retomaba su vínculo con los viejos compañeros. Hoy, revela que ve “con orgullo” que el proyecto vence al tiempo “más allá de los nombres, más allá de las características persona-

Lafuente (derecha) en la fiesta de El Eslabón con la placa del Concejo que entregaron Eduardo Toniolli, Jésica Pellegrini, Alejandra Rodenas y Pedro Salinas. les”. “El Eslabón continúa porque hay un colectivo que entendió el concepto”, define.

Las tapas “Me acuerdo mucho de aquellas tapas, primero eran conceptuales en torno a las miserias que repartía el neoliberalismo, pero después fueron avanzando más periodísticas, como la emblemática del entonces ministro (de gobierno de la provincia de Santa Fe) (Ángel) Baltuzzi, que había vertido palabras en contra de la organización Hijos”, rememora el ex director el eslabón. “Creo que a partir de ahí, hubo trabajos muy buenos que tuvieron que ver con algunos informes sobre el Padre Ignacio (y su relación con Alberto Gollán, el entonces dueño dueño de Canal 3), y sobre la concentración de medios. Me parece que el periódico aportó información precisa, y con data que nos ofrecían compañeros que no la podían contar en sus propios medios. Esa vidriera, esa libertad, potenció mucho al medio”, agrega.

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Cambios de época En cuanto a los grandes cambios tecnológicos, en perspectiva, si se mira dos décadas para atrás, avizora: “Aquellos fundadores no éramos millennials, fuimos de la última ola del siglo XX, fuimos criados en papel. Ahora, vamos rumbo a trabajar de otra manera, todo el mundo tiene un celular y está conectado permanentemente, la información de primera mano viene así. En ese marco, creo que lo diferencial de El Eslabón es que en las redes ya tiene un nombre, un nombre de prestigio, porque es una marca alejada de las fake news, de las operaciones, y contiene información trabajada por gente que tiene oficio”.

El mismo compromiso “Creo que se mantiene lo que nos planteamos en los comienzos, esto de ser un medio contrahegemónico que pelea por la justicia social y que más allá de lo pe-

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NOTA DE EDICIÓN. La semana pasada en esta misma página se refirió a los medios gráficos que se imprimían en la ciudad a fines de los noventa y omitimos mencionar al diario Rosario/12.

riodístico tiene que ver con un posicionamiento político”, analiza. “Además, veo las producciones que hacen por fuera de lo que es el periódico, como cooperativa, y veo que se la rebuscan para sobrevivir”, valora, y añade: “Teniendo en cuenta que nos comimos cuatro años del macrismo que nos fueron adormeciendo, porque hasta nosotros mismos dudamos de que los call center y la big data de Marquitos Peña y Durán Barba era invencibles. Por eso, y por tantas cosas, el legado está en buenas manos. ¡Hay El Eslabón para rato!”.

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LECTURAS

La pluma en las tinieblas del presente SELLO CASAGRANDE

Por Eugenia Arpesella

H

ACE APENAS ALGUNAS SEmanas salió de imprenta el último libro de Federico Ferrogiaro (Rosario, 1976) y como viene sucediendo en los últimos tiempos, cuando Federico saca una nueva obra, el mundillo, como gusta decir al ámbito literario de la pequeña aldea, se pone en alerta, expectante. Y no es para menos, FF es uno de los escritores más prolíficos de su generación, un laburante de la escritura que viene marcando el paso de nuestra producción literaria. A todo ritmo, o con prepotencia de trabajo. Sin apuro, ya que el libro será presentado en los próximos meses, pero con entusiasmo, nos zambullimos en la lectura de los nueve cuentos reunidos en Punto de fuga, publicado por el sello local Casagrande. Como dice la contratapa, en estos relatos el lector “encontrará una actualización de los modos en que la política también está en los detalles”. En los detalles pero también en los fondos, en los subtextos. Sin dudas Punto de fuga es un libro bien amarrado a los tiempos en los que fue escrito, parafraseando a Giorgio Agamben, mojando la pluma en las tinieblas del presente, en la oscuridad de lo contemporáneo. Porque además de su no-

table producción (ha publicado seis libros en 10 años) Ferrogiaro es un observador meticuloso, y en sus narraciones pone la mirada en los resquicios del tejido social, en las filigranas, los nudos y las tensiones de los frágiles lazos primeros: la familia, los amigos, el trabajo. Los conflictos que se narran siempre están situados en las realidades sociales de las que emergen, como si los entornos fueran (porque de alguna manera, lo son) una condición principal, aunque no la única. De este modo, el autor logra en la brevedad de un cuento superponer escenas, y en los distintos niveles de significación, los verdaderos dramas de la existencia de acuerdo a su época. Por caso, la paternidad y sus pequeñas faltas en El bonete rojo y su reverso argumental, la condición de hijo adulto de clase media trabajadora, que debe cumplir con las voluntades del padre en La última jugada. Y si de la descendencia se trata, Ferrogiaro insiste en el cuento Retirado, una historia sobre los privilegios del hijo de un político en problemas. Y, en la misma línea, el cuento Un asunto familiar, en el que autor indaga en clave de sátira la hipocresía de las familias de clases acomodadas. En Graciano el nuevo empleado, surge la figura del bastardo que se restituye como hijo, a su vez, en un escenario

de precarización laboral. Y en El incendio, como un fresco de la crisis social, Ferrogiaro describe las humillaciones que en la pobreza se soportan. Tampoco falta la autoparodia del intelectual en La chica reef del 97 y Humbert Humbert (en alusión al cuarentón de Nabocov) en el que un hombre de mediana edad sufre por un amor no correspondido dentro de una oficina, dando lugar a la fantasía, al malentendido, y al orgullo, en suma, las afecciones de todo sujeto enamorado. Por último, en Desamor entra en juego el vividor, ya que lo aludimos antes, el más arltiano de los cuentos. El filo de los temas en Punto de fuga varían en las pasiones tristes, el odio de clase, la moral burguesa, el interés, los terrores íntimos y las pequeñas mezquindades que agujerean estas historias de hombre y mujeres comunes, personajes que con sus dobleces se encuentran envueltos en dilemas que deben resolver ya sea obrando mal, o peor. Sin embargo algunos desenlaces dan cierto aire de justicia. Ferrogiaro ha publicado los libros de cuentos El pintor de delirios (EMR, 2009), Cuentos que soñaron con tapas (El ombú bonsái, 2011; Casagrande 2018) La niña de mis ojos (El ombú bonsái 2013) Par de seis de Baltasara (2017) y la novela Tetris (Editorial UNR, 2016). Punto de fuga es su sexto libro de relatos.


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DIPLOMACIA Y PATRIA GRANDE

Tomando mate en La Paz Reconocido por su capacidad de trabajo y su compromiso con la revolución que lidera Evo, Sixto Valdez Cueto culminó su función consular y repasó, no sin emoción y con agradecimiento, lo hecho desde la Argentina. ANDRÉS MACERA

Por Manolo Robles

¿CÓMO QUE SE VA SIXTO? ¿A dónde? ¿Por qué?”. Esas preguntas amontonadas, pronunciadas con aire de asombro y dejo de tristeza, fue lo que se encontró el cronista cada vez que se cruzó con gente que conoce a Sixto Valdez Cueto y le contó que el periodista y diplomático boliviano que así se llama regresó a su país después de casi doce años de labor en la Argentina, cuatro de ellos en el Consulado del Estado Plurinacional de Bolivia con sede en Rosario. Asombro y tristeza son entendibles por venir de argentinas y argentinos vinculados a organizaciones políticas, sociales, sindicales y de defensa de los derechos humanos que tienen una mirada solidaria, humana, respecto de las migraciones. Con referentes de esos espacios Valdez Cueto supo construir lazos sólidos y sentidos en el marco de su accionar, al que reivindica como expresión de la llamada “diplomacia de los pueblos”, con rasgos distintos a la mucho más extendida y tradicional, de palacio, siempre muy formal y protocolar, no exenta de intrigas y secretos, casi nunca vinculada a las necesidades y realidades de las trabajadoras y trabajadores, de las familias más humildes. Por supuesto que los principales destinatarios del trabajo y la militancia de este hombre de 56 años, nacido en Sucre, fueron sus compatriotas radicados en la Argentina, en condiciones la mayoría de las veces adversas, llegados con equipajes con más angustias y anhelo de progreso que otras cosas y recibidos por muchos con frialdad, recelo y hasta desprecio. Pero la concepción de Valdez Cueto –que es la que definió y pide el presidente y líder de su país Evo Morales, según destaca siempre– es la de defender y promover la construcción de la “Patria Grande”, es decir una América Latina unida para enfrentar ansias colonialistas y erigir modelos de desarrollo que incluyan a todas las personas, que respeten la enorme diversidad de naciones y culturas que conviven en el continente y reparen opresiones sufridas durante siglos. En su gestión desde Rosario, el representante boliviano, con su apellido que en código argento suena acorde al de un cónsul de esos “de molde”, mostró enseguida que en lo suyo no primaban la pomposidad y la mera gestualidad de reglamento. Sin descuidar formalidades propias de su labor, se perfiló más como “el compañero Sixto” que como el diplomático “Valdez Cueto”. Se vinculó rápidamente tanto con las organizaciones en las que se lo extraña como con autoridades institucionales y políticas de distintos niveles, donde también generó empatías pero no siempre recibió las soluciones y respaldos que fue a buscar. En esos casos en los que desde algún despacho o poltrona de poder lo

despreciaron o lo quisieron boludear, mostró que su cortesía y afabilidad no quitaban lo valiente y firme cuando de defender los intereses de los suyos se trataba. “Creo que me voy con un doctorado en servicio social al pueblo, a los migrantes bolivianos. Eso es lo máximo que me llevo, porque en donde he estado he preferido pisar más barro, más calles, más barrio, más pueblos. He estado con sindicatos, en ferias, donde se encuentra la gente”, repasó, en la entrevista con este periódico realizada apenas un par de días antes que retornara a La Paz. La entrevista fue en la sede del Consulado General en Buenos Aires, frente a una plaza Once desde la que ya no se ven las colas de hasta dos cuadras que hacían bolivianas y bolivianos para poder realizar trámites diversos. Es que la gestión que encabezó allí Sixto apuntó a reducir tiempos y complicaciones: “Hemos aprendido mucho y diseñado un sistema muy empírico, con poca tecnología, donde el objetivo fue atender lo más rápido posible a la mayor cantidad de gente y ser muy creativos en buscar soluciones”. A la luz de los datos, el empirismo funcionó muy bien. En el primer semestre de este año se emitieron en la sede consular de Once unas 30 mil cédulas de identidad, número que antes se

había otorgado en el plazo de un año y medio. La misma impronta resolutiva a partir de la capacidad de adaptación a cada circunstancia, de la practicidad, se pudo apreciar desde las comunidades bolivianas durante la gestión en el Consulado de Rosario. Desplegó de entrada mucha actividad en varios frentes, en una jurisdicción muy amplia geográficamente como lo es el Litoral argentino y con la migración boliviana diseminada en pequeñas comunidades. Así, en Corrientes familias bolivianas pudieron trocar toda una historia de rechazos y precariedad por el acceso a la propiedad de tierras para trabajar y vivir, derecho difícil de ejercer para los migrantes. En Villa Gobernador Gálvez y Rafaela se revitalizaron las comunidades bolivianas a través de la formación de centros de residentes como focos de promoción del trabajo y la cultura del país revolucionado por Evo Morales, se articuló con el sindicato de Ladrilleros la acción reivindicativa para los obreros bolivianos del sector. En el Litoral, en Buenos Aires y también en la Patagonia, otro de los destinos argentinos donde le tocó representar a su país, la búsqueda de eficiencia en la atención de trámites y la promoción de organizaciones comunitarias vivas, inquietas, se complementó con la disposición permanente para superar proble-

mas más puntuales, como la necesidad de repatriaciones o la asistencia para garantizar condiciones legales a los bolivianos y bolivianas privados de su libertad. En el último año, visitó 15 penitenciarías de la ciudad, el conurbano y el interior bonaerenses. A poco de partir, dice sentirse “emocionado y triste” a la vez y vuelve a destacar “lo aprendido” en Argentina y ratifica a quienes ya lo están extrañando que se puede contar siempre con él: “Nada es casual, habemos personas que siempre hemos luchado, terminan mandatos pero jamás termina la militancia de toda la vida; para mí la revolución boliviana con Evo y la Patria Grande son lo más importante, yo siempre voy a estar donde haya que estar; los que luchamos siempre volveremos”.

EL PAN Y LAS ENTRAÑAS. Sixto Valdez Cueto es de los que tuvo que aportar laburo a la olla familiar desde bien chiquito. “Yo empecé a trabajar a mis 7 años, mi primer trabajo fue distribuir pan y mi sueldo eran 10 panes cada mañana”, recuerda, y enseguida suma sonrisas a ese viaje a la infancia dura: “Por supuesto que con el hambre que tenía me comía tres panes desde la panadería a mi casa y los otros siete llegaban a mi madre y mis hermanos”. Tras fatigar varios otros oficios con la calle como escenario, a los 17 Sixto ingresó a una fábrica de chocolates que no era para nada la de Charly y se erigió como delegado y dirigente sindical, lo que no le impidió más adelante estudiar periodismo y ejercerlo, por ejemplo como gerente de la televisión pública boliviana, bajo la gestión de Evo, por supuesto. Desde ese bagaje político, Sixto reivindica cada vez que puede las gestiones de Néstor y Cristina en la Argentina y advierte sobre la nocividad de las distintas expresiones del neoliberalismo. “La diversidad se consolida en la unidad con un sistema socialista, popular, que emerja de las entrañas de cada pueblo”, afirma.


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sábado 7 de septiembre de 2019 | página 13

MÉXICO: LA PESADA Y VIOLENTA HERENCIA NEOLIBERAL

Cinco años de impunidad López Obrador asumió la presidencia el 1º de diciembre de 2018 y reabrió la investigación sobre la masacre del 26 de septiembre de 2014, cuando la represión a un grupo de estudiantes dejó seis muertos y 43 desaparecidos. La semana pasada, la Justicia absolvió a uno de los principales sospechosos. Por Pablo Bilsky

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L 26 DE SEPTIEMBRE DE 2014, policías federales y municipales de Iguala, estado de Guerrero, al sur de México, reprimieron a estudiantes, con un saldo de seis muertos y 43 desaparecidos. Lejos de aclararse, el crimen sigue impune y lo único que quedó claro fue la complicidad criminal del Estado mexicano durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, que intentó plantar pistas falsas y desviar la investigación para finalmente cerrar el caso. La represión contra los estudiantes normalistas de la escuela rural de Ayotzinapa se erigió, además, en símbolo y síntesis de la violencia estatal y paraestatal que padeció el pueblo mexicano desde hace más de una década. Desde la asunción de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el 1º de diciembre de 2018 soplan vientos de cambio en México. La lucha contra la corrupción, la impunidad y la violencia estatal y paraestatal está entre los muchos desafíos que viene encarando para lidiar con la pesada herencia que encontró tras tantos años de neoliberalismo. Como una de sus primeras medidas de gobierno, AMLO dispuso la reapertura de la causa, estableciendo una Comisión Especial destinada a esclarecer el caso. Sin embargo, al día de la fecha no se presentaron nuevas pruebas. La hipótesis más firme sigue señalando que los estudiantes de Ayotzinapa fueron detenidos la noche del 26 de septiembre por policías del municipio de Iguala, quienes los entregaron al grupo criminal Guerreros Unidos, que los asesinaron e incineraron para después tirar sus restos a un río cercano a la zona. El sábado 31 de agosto, la justicia mexicana, a pocos días de un nuevo aniversario de la masacre, como una verdadera provocación, liberó a Gildardo López Astudillo, uno de los principales sospechosos de participar en la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal de

Ayotzinapa. Astudillo se encontraba detenido desde septiembre de 2015. A punto de cumplirse cinco años de la tragedia, no hay un solo condenado, y los familiares de las víctimas exigen que no se paralice la causa. Según informó Página|12 en su edición del 4 de septiembre, Astudillo ocupaba un lugar importante en la estructura de la banda delictiva llamada Guerreros Unidos. La liberación del sospechoso pone en duda el futuro de los procesos contra los otros acusados, entre los que se encuentran los presuntos autores intelectuales. La decisión de la Justicia es una más de las maniobras que caracterizaron a la fiscalía del gobierno del ex presidente Enri-

que Peña Nieto, encargada de las pesquisas casi desde el principio, y señalada por aplicar tortura a detenidos, como método en los interrogatorios. Las autoridades consideran que participó de manera activa en la desaparición de los estudiantes, la noche del 26 de septiembre de 2014. La decisión del juez a cargo de la causa cierra el expediente de acusaciones contra Astudillo, quien fue liberado el sábado pasado del penal de alta seguridad de El Antiplano, según confirmó el diario mexicano Vanguardia. Página|12 menciona que la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) colocaba a Astudillo como responsa-

ble de haber señalado que los estudiantes pertenecían al grupo de Los Rojos, banda antagónica de Guerreros Unidos, y de ordenar que todos fueran “desaparecidos”. “Nunca los van a encontrar, los hicimos polvo y los tiramos al agua”, escribió en un mensaje de texto que mandó por teléfono a su jefe Sidronio Casarrubias Salgado, líder regional de la banda. Fue en la madrugada del 27 de septiembre, horas después de que (de acuerdo a la investigación de la PGR) los estudiantes fueran incinerados. Sin embargo, el juez a cargo de la causa desestimó las 81 pruebas presentadas por la PGR, y consideró que no existen pruebas suficientes para condenarlo, señala Página|12.

BALANCE DE GESTIÓN A NUEVE MESES DE ASUMIR

AMLO desenmascaró al neoliberalismo Por P.B.

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l presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ofreció este domingo 1º de septiembre el primer informe de Gobierno al pueblo mexicano en el Palacio Nacional, donde marcó como prioridad “el reparto equitativo de la riqueza”. El mandatario señaló que la política neoliberal tiende al fracaso porque se concentra en la creación de riquezas y el progreso sin justicia social. Además, “pasa por alto que la acumulación de riqueza sin procurar distribución, produce desigualdad y graves conflictos sociales”, aseguró. El mandatario dijo que debe desecharse la obsesión de medirlo todo en función de la economía, puesto que “el crecimiento económico no debe ser entendido como un objetivo en sí mismo sino como un medio para lograr un objetivo superior: el bienestar general de la población”. Asimismo, se refirió al combate contra la corrupción como eje central de su mandato, “pues la deshonestidad de los gobernantes

es la causa principal de la desigualdad económica y social, así como de la inseguridad y violencia”, consideró.

“Si me piden que exprese en una frase cuál es el plan del nuevo gobierno, es acabar con la corrupción y la impunidad”, aseveró AMLO.

Al abordar el capítulo económico de su informe de Gobierno, celebró el comportamiento de diversas variables en el segundo trimestre de 2019 donde se registró el superávit más importante desde 1980. La inflación en julio se ubicó en 3,8 por ciento, la más baja desde diciembre de 2016. Las reservas internacionales de México se incrementaron en más de 54 mil millones de dólares y se registró la captación de 18 mil millones de dólares por inversión extranjera. El mandatario también se refirió a la relación de su país con EEUU. En este sentido, señaló que aunque existe una relación de respeto mutuo “hay millones de mexicanos en ese país que padecen situaciones adversas y su Gobierno los defiende con todos los instrumentos legales a su alcance”. Con relación a la crisis migratoria que afecta la región, AMLO apostó una vez más por el desarrollo económico como parte de su plan de acción para detenerla, y mostró interés en sumar a los EEUU y a los países centroamericanos de Guatemala, Honduras y El Salvador.


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página 14 | sábado 7 de septiembre de 2019

FÚTBOL Y DERECHOS HUMANOS

Gato chau El ex arquero Edgardo Norberto Andrada, recordado por haber recibido el gol número 1.000 de Pelé, se murió sin haber pagado por los crímenes de lesa humanidad que cometió durante la última dictadura. FACUNDO VITIELLO

Por Santiago Garat

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N 2011 NOS JUNTÁBAMOS A JUgar al fútbol en una canchita de barrio Acindar. Ahí laburaba un amigo, que en varios de aquellos picados se prendió, y un día me contó que Central le alquilaba el espacio algunas horas semanales para que pudieran entrenar los pibitos de las divisiones menores. Y que uno de los técnicos era el Gato Andrada. Resolvimos, entonces, con los compañeros de este periódico, que había que visualizar ese hecho, que nos parecía gravísimo, ya que era conocida la doble vida que había llevado ese hombre durante la dictadura cívico militar que azotó al país entre 1976 y 1983. Allá fuimos una tarde con Leandro Gómez, que hizo las veces de reportero gráfico. Nos confirmaron que a esa hora el Gato estaba en Fábrica de Armas, lugar en el que la institución de Arroyito cobija a las promesas juveniles de la zona sur de la ciudad. Con una cámara dotada de un zoom de largo alcance, Lalo se encanutó en las afueras de dicho predio y yo encaré a ese hombre flaco y alto al que había conocido primero por las hazañas que me contaba mi abuelo, y luego como cómplice y parte del terrorismo de Estado, cuando el ex agente de inteligencia Eduardo Tucu Costanzo lo acusó, en una entrevista radial, de haber prestado servicios durante aquellos oscuros años e incluso de haber sido parte de un operativo en el que fueron ultimados dos militantes. El tipo, por supuesto, no dijo absolutamente nada, pero pudimos registrar imágenes que confirmaban que seguía siendo empleado del club en el que supo ostentar el récord de 173 partidos consecutivos como titular. A los pocos días fui a hablar con el presidente de Central, que en ese momento era Ricardo Speciale, quien me aseguró que “personalmente” le “molestaba” la presencia de Andrada, pero que al no haber imputación alguna en la Justicia, el club no podía hacer nada. Sin embargo, aseveró que si eso ocurría, él mismo iba a descolgar el cuadro del arquero que había en el sector de ingreso a los palcos oficiales. Un par de meses más tarde de publicar aquella nota, Andrada fue citado a declarar en el juzgado de San Nicolás, donde tramitaba justamente la causa por el secuestro –y posterior asesinato– de los militantes peronistas Eduardo Pereyra Rossi y Osvaldo Cambiaso, ocurrido el 14 de mayo de 1983 en un bar céntrico de Rosario. Allí, en la vecina localidad, el tipo que más veces defendió el arco canaya, tampoco se dignó a decir ni miau. Pero ese llamado de la Justicia le valió que el mandamás de la institución del barrio de Arroyito le pidiera la renuncia y retirara el póster con su imagen que colgaba en una de las paredes del Gigante de Arroyito. Por estos días, con los compañeros y com-

Andrada fue citado a declarar por el secuestro –y posterior asesinato– de los militantes peronistas Eduardo Pereyra Rossi y Osvaldo Cambiaso, pero no dijo ni miau. pañeras de la Subcomisión de Derechos Humanos del Club Atlético Rosario Central, además de seguir recabando historias relacionadas a hinchas y socios que fueron víctimas de la última dictadura cívico militar, estábamos abocados a una iniciativa para solicitar formalmente que el nombre de Edgardo Norberto Andrada, que figura en la nómina que gracias al Decreto 4/2010 de la Presi-

denta se hizo pública hace un tiempo y en la que se detalla al Personal Civil de Inteligencia (PCI) que prestó servicio en el Destacamento de Inteligencia 121, fuera eliminado del padrón societario de la entidad, tal como lo hiciera en 1997 la directiva de River Plate, salvando las abismales distancias, con los de Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti, y que fuera imitado por sus pares de

Argentinos Juniors en enero de 1999, cuando eliminaron de los libros al socio nº 322.082, Carlos Guillermo Suárez Mason. El pasado miércoles, Andrada se fue de este mundo sin haber pagado, con un sólo minuto en la cárcel, los crímenes que cometió durante la más sangrienta de las dictaduras. Muchos, igual, lo recordaron hasta el hartazgo (en las redes sociales, en programas deportivos) por no haber podido, o querido, atajar el penal con el que Pelé llegó (supuestamente) a los mil goles y por sus voladas en el arco del Gigante vestido completamente de negro. Para nosotros, quienes levantamos las banderas auriazules y las de Memoria, Verdad y Justicia, Andrada lamentablemente murió libre, inocente y siendo socio de nuestro querido Rosario Central.


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sábado 7 de septiembre de 2019 | página 15

NI VENCEDORES NI VENCIDOS

Batallas civiles y fidelidad a los proyectos nacionales Telmo López , hijo del brigadier santafesino. La pregunta que se hace la historia es: ¿traidor o fiel guerrero del proyecto federal? Por Alfredo Montenegro

entre facciones superó “el concepto superior de la unidad nacional. Esto ocurrió, en particular, en el caso de la prolongada y encarnizada guerra civil que libraron entre sí federales y unitarios”. El autor –abogado, catedrático e historiador– toma el caso de Telmo, “militante litoraleño crítico en la prédica en la acción bélica contra el centralismo porteño, que explica las razones por las que se alistó en el ejército paraguayo, durante la guerra de la Triple Alianza”.

LOS «MUERA» CONTRA Mitre y contra los salvajes unitarios no cesan un momento en Entre Ríos. Esto se desborda. En vano trata el general Urquiza de comprimir el espíritu público. Entre Ríos es un torrente que dentro de poco no habrá fuerza que lo contenga”, afirmaba Evaristo Carriego, padre del poeta. “Un triunfo blanco (partido oriental opuesto a la Guerra de la Triple Infamia), se recibe en Entre Ríos con serenatas” agrega. Ese clima de oposición al centralismo porteño estalló con más fuerza durante el conflicto de las metrópolis socias de la corona británica y política del gobierno protector Francisco Solano López en Asunción. Sucede que el interior esperaba que Injusto José Cleto de Urquiza se aliara con Paraguay para rescatar la Confederación. El entrerriano envió un representante a Asunción para que llegara a un acuerdo, pero López –tras el retiro de Urquiza en Pavón– reclamaba que “deje en claro en sus relaciones con Mitre”, según señala Norberto Galasso. Cuando un flota paraguaya de Solano López invade a Corrientes, muchos federales se unieron al proyecto de enfrentar a Mitre y las oligarquías de Río y Montevideo. Pero más allá de la rebelión de soldados y gauchos, Telmo López fue uno los pocos oficiales de alta graduación que pasó al bando opositor de los unitarios. Desde entonces, Telmo fue más recordado en la historia oficial como un traidor a la Argentina, que como hijo del prócer santafesino: el brigadier Estanislao López. Pero tampoco se recuerda a Alberdi y Felipe Varela, por apoyar a Paraguay, los festejos de los triunfos paraguayos en el Interior y las críticas de Guido Spano, José Mármol, Olegario Andrade y Navarro Viola, entre otros.

Una matanza para la unidad El “respetado y consagrado” historiador José Luis Romero (en su libro Ideas Políticas en la Argentina) rescata la visión mitrista y justifica que dicha matanza “contribuyó a sentar el principio de la unidad nacional” y que “al cabo de cinco años de guerra, sobre las cenizas del sacrificio común, había surgido una idea más viva de la comunidad argentina”. No explica cómo el aniquilamiento favoreció a las oligarquías porteña, montevideana y brasileña, socios de la corona británica. Ni que también sirvió para

El hijo del brigadier

Los pronósticos iniciales del orador Mitre, al presagiar que “¡En 24 horas a los cuarteles, en quince días en Corrientes, en tres meses en Asunción!, no se cumplieron. La guerra duró 6 años. aplastar los focos populares de los federales de la región y a la vez destrozar al modelo guaraní de autonomismo, independencia y “modernizar” a la política colonial que deseaban heredar de la Madre Patria. “El Imperio de Brasil va a fundar con nosotros la democracia en el Paraguay, porque es una nación liberal”, anunciaba La Nación el 13 de mayo de 1865. Pero Milcíades Peña remarca que no había esclavos en Paraguay, mientras Brasil tenía unos dos millones. Eso era civilizar. Claro que el negocio de la guerra también favoreció a vendedores de armas, equipos, ganado –como los que vendió Urquiza a los aliados–, sin contar los empréstitos ingleses a Brasil y Argentina. Los pronósticos iniciales del orador Mitre, al presagiar que “¡En 24 horas a los cuarteles, en quince días en Corrientes, en tres meses en Asunción!, no se cumplieron. La guerra duró 6 años y murieron 350 mil personas por Paraguay y unas 140 mil por la Triple Alianza. El proyecto de las Patrias Chicas

Artigas perseveró en su ideario y el del cauchero que lo seguía en su lucha contra la injusticia social y por la autonomía regional. Siguió hasta lo último el proyecto de una gran confederación. Fueron muchos los intentos de apaciguarlo y tentarlo con disfrutar un confort de comodidad económica y conciliadora. Así superó traiciones de quienes prefirieron arrear ganado por sus feudos o quedarse en sus comarcas. Cuando en 1832, el entonces presidente uruguayo Rivera invita a Artigas a regresar a su país, no acepta, al igual que hace en 1840 al expresar su deseo de morir en el ostracismo. “Ya no tengo patria”, dijo Artigas cuando lo invitaron a volver a lo que ya era Uruguay. Volviendo a Telmo López, al ser acusado por traición al país, aseguró: “Después de Pavón, cuando el viejo unitarismo se apoderó del gobierno, el país dejó de ser mi patria”. Horacio Guido, autor del libro El traidor Temo López, y la patria que no pudo ser (Sudamericana, 1998), resalta que la lucha

Telmo nació el 13 de abril de 1833, se inició en las milicias santafesinas a la orden de su tío Juan Pablo López. Combatió en las guerras civiles desde las tropas federales, y también contra Rosas. Vivió vario años de exilio, en Corrientes y Brasil, y en 1851 fue parte de la campaña del Ejército Grande –llamado así porque para vencer a Rosas, se convocó a brasileños y uruguayos– en la batalla de Caseros. En 1855, fue nombrado mayor del ejército de la Confederación Argentina. Prestó servicios durante años en la frontera norte de su provincia, donde como su padre se dedicó con esfuerzo a aniquilar mocovíes y a realizar posteriores negociaciones con esas comunidades. Con la Confederación combatió en Cepeda y Pavón, como jefe de Caballería, y tras la masacre de federales pasó a Paraná, donde Urquiza lo ascendió al grado de coronel. En 1860, con la tropa del general Ricardo López Jordán, conciliadora con el presidente Mitre, se opuso a Urquiza. Luchó contra los brasileños en Salto y Paysandú, para pasar a Entre Ríos y Montevideo. Después vino la ocupación de Corrientes. Sobre es hecho, indica Galasso que Asunción, por torpeza, no valoró el apoyo de los federales. Mientras, Mitre se dedicó a convencer a la opinión pública de que debía declararse la guerra a los guaraníes, a pesar de haber sido declarada ya. Eso llevó a Telmo a partir a Bella Vista para embarcarse a Humaitá a reunirse con el presidente paraguayo. Luego participó como comandante de una división de caballería en la Batalla de Tuyutí y varias otras batallas de la Campaña de Humaitá. Pero López entra a sospechar de sus colaboradores, arresta a ministros, a sus propios hermanos y hasta al obispo. También a muchos oficiales, argentinos, y entre ellos a Telmo, que pasó semanas detenido, en malas condiciones, y fue asesinado en la cárcel de Asunción en diciembre de 1868.


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página 16 | sábado 7 de septiembre de 2019

LAS NOTAS DEL COMENTADOR

Figuras de nuestra ciudad: Germán Por Roberto Retamoso

S

u figura no podía pasar desapercibida: tenía una pierna más corta que la otra, y por eso usaba unos zapatos ortopédicos con plataforma alta, que le permitían mantener el equilibrio, aunque al precio de una notoria intromisión en lo que podría llamarse su perfil, o su imagen. Robusto, usaba barba amplia y cabellos más bien cortos, tupidos los unos y la otra. Y unos anteojos sostenidos por un marco metálico delgado, propios de un intelectual, que lo era. Poseía un carácter jovial, y nada de lo que ocurría en el mundo, o le ocurría a él, le hacía perder ese humor campechano, o esa ironía concomitante, que le daban un aire de criollo con experiencia, y sabio. Pero no era criollo. Nacido en una familia de clase media, había cursado estudios universitarios, para viajar posteriormente a Estados Unidos, donde se especializó en lingüística estudiando nada menos que con Noam Chomsky. Sin embargo, no perseguía un saber puramente teórico, como tantos académicos de entonces y de ahora. Se proponía, por el contrario, hacer de la ciencia un conocimiento capaz de operar sobre realidades bien concretas, para explicarlas y sobre todo comprenderlas. Dentro de esas realidades, necesariamente próximas o cercanas, se ocupó puntualmente de ciertas culturas aborígenes –u originarias, como se diría actualmente– para estudiar específicamente sus lenguas. Se dedicó, así, a las lenguas de comunidades si-

tuadas en el norte de nuestro país, pertenecientes a la familia de los guaraníes, y de comunidades situadas en el sur, perteneciente a la etnia araucana. Para ello, pasaba largas temporadas realizando trabajos de campo. Esas incursiones tenían algo de deportivo para él, un poco a la manera de quien se va de camping. No queremos decir con esto que esas tareas carecieran del rigor científico que necesariamente suponen, sino que él las asumía con un gozo, con un disfrute, que excedía largamente lo meramente académico o profesional. Porque ése era su modo de accionar como científico, como etno-lingüista. El trabajo, para él, no podía ser algo diferente de lo que era su propia vida, siempre pródiga en encuentros, en coloquios extra-cátedra que transitaban la noche –rodeado por amigos tan fieles como incondicionales– en algunos bodegones que frecuentaba gustoso. Había algo de hedonismo en esas costumbres, pero en todo caso de un hedonismo saludable y bienaventurado, que le permitía saborear todas las cosas –trabajo, amigos, vida universitaria– de la mejor manera posible. Alguna vez pensé si, detrás de ese alegre estar en la vida y el mundo, no se escondía alguna faceta más bien trágica. Recuerdo que en una oportunidad me contó que, de joven, y sobrellevando las secuelas de la enfermedad que le atrofiara la pierna, solía visitar de noche cementerios. No fue más que eso, y no abundó en detalles, pero esa rememoración me hizo pensar que acaso una veta melancólica, un sentido antes que humorístico, trágico, de la vida, podían anidar

en ese corazón que, de todos modos, diariamente se templaba en su quehacer de sabio fecundo y amoroso. Fue mi profesor en aquellos años setenta, donde la universidad estaba absolutamente convulsionada por los aires libertarios generados por el mayo parisino y el mayo cordobés simultáneamente. Me invitó a participar de grupos de estudio que dirigía, y a partir de ello se fue tramando una amistad que nunca habría de decaer. Sobrevino luego el tiempo del terror, que sobrellevamos como pudimos todos, hasta que, hacia el fin de ese período siniestro de nuestra Historia, pudimos retomar nuestras actividades académicas. Después de Malvinas, muchos que habíamos sido estudiantes y docentes jóvenes, y otros que habían sido nuestros profesores, convergimos en una institución que él, junto con otros profesores mayores estaban promoviendo, a la que llamaron Círculo de Lingüística, Semiótica y Formalismos. Hacia fines del período dictatorial se realizó una reunión, a la que concurrieron muchas personas, para realizar el acto fundacional de esa entidad, a la que pensábamos como una institución civil capaz de aglutinar esfuerzos, voluntades y proyectos de quienes ansiábamos seguir trabajando en pos de una cultura democrática, nacional, y al servicio de las grandes mayorías. Se había redactado un estatuto que debía ser aprobado en ese momento, y se debía elegir la comisión directiva que asumiría la conducción del flamante centro de estudios. Pero, para sorpresa de todos, ese orden del

día quedó imprevistamente alterado cuando él propuso una moción, la de elegir además un presidente honorario. Se aceptó la moción imprevista, por lo que se le preguntó quién era la persona propuesta, suponiendo muchos o imaginando que se trataría de alguna venerable figura de las ciencias sociales o las humanidades. Pero no se trataba de eso, sino de un cacique toba, residente en un barrio donde vivía su comunidad en Rosario, que oficiaba como su informante en materia lingüística. Más allá de alguna leve vacilación, o de algún momento de duda, rápidamente la moción fue aprobada, porque en el ánimo de aquella asamblea quedaba claro lo que perseguía, que era honrar, antes que a un científico o a un académico prominente, a un líder de las comunidades aborígenes, que eran el objeto de sus investigaciones científicas. Con ese gesto, no sólo se estaba honrando a esos compatriotas ignorados por la cultura dominante, sino que además se estaba practicando una real subversión de los valores y principios que históricamente han guiado las prácticas académicas. Se nos estaba diciendo, a nosotros mismos en primer lugar, pero en segundo término a toda la comunidad universitaria, e incluso a toda la sociedad que la sostiene, que existían otras culturas y otros saberes, tan dignos, tan nobles y tan valiosos como nuestra propia cultura y nuestros propios conocimientos, que debían ser reconocidos y valorados de igual manera que el acervo propio. Así fue cómo el Círculo de Lingüística, Semiótica y Formalismos de Rosario tuvo a un cacique toba como presidente honorario. Ello fue posible porque allí estaba él, el amigo entrañable, el intelectual comprometido, el académico que nunca olvidaba cuál era su lugar en el mundo. Se llamaba, quiero recordarlo, Germán Fernández Guizetti.

Sentado entre maderas Por Hilo Negro (desde Cancha Rayada)

Y

o no sé, no. Con Pedro nos acordamos que cuando íbamos a buscar a José para ir a cazar, le caíamos a la hora del mate cocido, a eso de las 8 de la mañana, los días que no había clases. Doña Luisa, la madre de José, lo preparaba fantástico. Y nosotros, aunque ya habíamos desayunado, le entrábamos a esos tazones que eran una delicia. Aparte era condición sine qua non para que a José lo dejaran salir. Además, era el que más sabía con la gomera, y al estar con él la posibilidad de volver con el mate roto disminuía.

Un día teníamos que jugar un partido con unos que vivían cerca de la estación El Gaucho y lo que más nos preocupaba era el horario: 8.30 de la matina. Es decir, todavía en la franja horaria del mate cocido. Así que aparecimos más temprano por lo de José y Pedro le dijo a doña Luisa: «Disculpe, doña, estamos en una emergencia con la hora. Con el mate cocido alcanza, deje el pan con manteca para la vuelta». Con el tiempo, a esa hora, de 8 a 9, le pusimos la hora del mate cocido, cosa que se reafirmó una mañana, tipo 8.30, en la que dos de nosotros se cayeron de un techo de chapas cuando fuimos por níspe-

ros, sin pedir permiso, y terminaron con el mate cosido. Una mañana con el Pepo y el Centro de Estudiantes del Superior, organizamos un torneo corto. Fue un domingo con un frío de aquellos y Pedro le dijo al Pepo: ¿Sabés qué nos faltó? Mate cocido para todos. Un año más tarde, Pedro escuchó por la radio, a la hora del mate cocido, un parte de la dictadura diciendo que habían abatido a un tal Pepo. Eran años en los que aprendimos que el morfi tiene que estar garantizado para todos, sino es difícil que haya democracia. Y más aun, que no haya diferencias. No digo desayunar con sushi, sino que

el tazón de mate cocido, o café con leche, con medialunas o pan con manteca, no le falte a nadie. ¿Y sabés qué? –me dice Pedro–, cuando se vayan estos tipos, y a lo mejor antes, hay que plantarse para que el morfi aparezca, y los remedios, y la escuela pública, y la hora del mate cocido con la memoria en nuestros amigos, en nuestros compañeros. Es hora de que TODOS volvamos a ese momento del mate cocido con amor, y no con angustia y bronca como hoy. Eso me lo dice mientras mira como buscando aquel caminito que nos llevaba a lo de doña Luisa, a la hora del mate cocido.


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