Edición 970

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AEl Nacimiento de Jesús nos trae perdón, reconciliación y paz

vanzamos en este Tiempo de Adviento preparándonos para el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, que celebraremos el próximo 25 de diciembre cuando recibamos al salvador del mundo: “La Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros” (Jn 1, 14). Y quiere habitar en el corazón de cada creyente y en el seno de cada hogar, para sembrar en nosotros las semillas de perdón y reconciliación como camino seguro para resolver nuestra vida de conflicto, violencia y división desde el Evangelio de Jesús, que nos trae la verdadera paz; no como la que construye el mundo, sino como la que nos regala Dios.

Esta certeza la tenemos desde el mismo momento en que Jesús se presentó como el resucitado: “La paz les dejo, mi paz les doy. Una paz que el mundo no les puede dar” (Jn 14, 27), que implica trabajar intensamente por tener en la vida a Nuestro Señor Jesucristo que nos conduce a la verdadera paz, mediante el perdón y la reconciliación con nuestros hermanos. Y, ahora en Navidad, se hace presente en nuestro caminar diario al celebrar su nacimiento.

La paz es el regalo más grande que nos trae el Niño Jesús al celebrar su Nacimiento, pero hay que disponerse para recibirlo, porque Dios no

puede nacer de nuevo en un corazón que está lleno de odio, rencor, resentimiento y venganza, que generan división y violencia. Dios viene a nacer y darnos su perdón que llega a un corazón que se deja sanar por la gracia de Dios y que a su vez es capaz de ofrecer el perdón a quien nos ha ofendido, “perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt 6, 12), repetimos con frecuencia en la oración del Padre Nuestro, que tendrá que resonar en nuestro corazón de manera más real y efectiva en este tiempo santo de la Navidad.

en el trabajo de la reconciliación, que se encuentren para rezar como expresión de la fe en el Señor.

“La paz es el regalo más grande que nos trae el Niño Jesús al celebrar su Nacimiento, pero hay que disponerse para recibirlo”.

Al hablar de perdón y reconciliación se está tocando un aspecto central de la fe cristiana. Muchas situaciones personales, familiares y sociales que generan conflicto, reclaman un proceso de perdón y reconciliación, pero no se llega a lograr cuando se busca tener paz sin Dios al centro de la vida. La fe en Dios es coherente cuando se practica el perdón y la reconciliación; es por eso es que, a las comunidades cristianas en Colombia y en nuestras parroquias, hay que pedirles como primera obra

Presidente

Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Director

Pbro. Diego Eduardo Fonseca Pineda

Tel.: 607 572 4601 - Cel.: 321 473 8952

La oración es el clamor de quien no se resigna a vivir en el odio, el resentimiento, la violencia, la división y la guerra, y precisamente Navidad es un momento propicio para reunirse a rezar y abrir el corazón a la gracia que nos da la capacidad para amar a todos, sin excluir a nadie, incluso a los enemigos: “Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen. Así serán dignos hijos de su Padre del cielo, que hace salir el sol sobre buenos y malos y manda la lluvia sobre justos e injustos” (Mt 5, 43 - 45).

El perdón y la reconciliación son virtudes cristianas que brotan de un corazón que está en gracia de Dios, que nos permite ver la dimensión del don de Dios en nuestras vidas. Nacen estas virtudes de la reconciliación con Dios, mediante el perdón de los pecados que recibimos, cuando arrepentidos nos acercamos

al sacramento de la confesión a implorar la Misericordia que viene del Padre y que mediante el perdón nos deja reconciliados con Él. Estar en gracia de Dios, perdonados y reconciliados son características fundamentales de la fe cristiana, que se deben vivir con mayor fervor en el tiempo de la Navidad.

Con la gracia de Dios como centro de nuestra vida, la escucha que lleva al perdón y a la reconciliación, se fortalece como un beneficio para el otro. Sin Dios en el centro se busca el perdón y la reconciliación como un beneficio para sí mismo. La paz que nos trae el Señor, no como la que da el mundo sino Dios, implica una búsqueda continua del bien del otro, que lleva finalmente a trabajar de manera incansable por el bien común. Esto es un aprendizaje que se hace desde la Fe, dejándonos educar por Dios mismo, que quiere que seamos sus hijos y entre nosotros verdaderos hermanos.

A todos les auguro que el Niño Jesús los llene de perdón, reconciliación y paz en esta Navidad que vamos a celebrar y les deseo un año nuevo 2025 lleno de muchas bendiciones del Señor, con el deseo de dejarnos perdonar por Dios que viene a quedarse con nosotros, invitándonos a perdonar a nuestros hermanos, para vivir reconciliados y en paz, cumpliendo el mandato del Señor: Sean mis testigos abrazando la Cruz del Señor y fortalecidos por la gracia de Dios.

En unión de oraciones, reciban mi bendición.

Diseño y diagramación Harold Antonio Castellanos Mojica

Fotografía CCDC / Internet

Equipo de Redacción
C.S. Ashlye Madeleine Lozano Domínguez
Sem. Hernán Lizcano Sanabria
Impresión Casa Editorial - El Tiempo
Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta.

Primera Eucaristía en el altar mayor del nuevo templo San Rafael de Gramalote

En el marco del 167º aniversario de Gramalote, el miércoles 27 de noviembre se celebró la primera Eucaristía en el altar mayor del nuevo templo San Rafael, una obra que marca un hito tras 14 años de reconstrucción comunitaria luego de la tragedia que devastó el municipio en 2010. La remoción de masa que destruyó el casco urbano también arrasó con el antiguo templo, pero no logró extinguir la fe de sus habitantes.

La comunidad, liderada por sus sacerdotes, ha mantenido viva la esperanza y el esfuerzo conjunto, lo que ha permitido avanzar en la construcción del nuevo templo en el renovado casco urbano de Gramalote, que actualmente cuenta con la cúpula central situada sobre el altar, y las capillas laterales.

La jornada comenzó a las 8:30 a.m. con el recibimiento de monseñor José

Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta a la entrada del municipio por parte del párroco Samuel García Botello, y el vicario parroquial Héctor Gabriel García Torres; además de las autoridades civiles y militares, presidió la procesión los confirmandos, y una réplica de la imagen de Nuestra Señora del Rosario de Monguí, entronizada al finalizar la Eucaristía.

Asilo Andressen conmemora a sus fundadores y religiosas

El pasado 28 de noviembre se celebró la Santa Misa en la Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, presidida por Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta, en compañía de los presbíteros: José Elver Rojas Herrera, director de la Fundación; Nelson Andrés García García, subdirector de la misma; Ariel René Urbina Gélvez, capellán y el presbítero Carlos Eduardo Escalante Escalante, director de la Fundación Banco Diocesano de Alimentos.

La Eucaristía tuvo como intención agradecer al Señor por los fundadores de esta obra y por la hermanas que tantos años la acompañaron; además de ofrecer a Dios los frutos recogidos; entre

ellos, la graduación de los adultos que se han venido formando allí.

Monseñor José Libardo en su homilía expresó que: “las obras de caridad iniciadas por Cristian y Teresa Andressen, han permitido que, en esta Iglesia peregrina, la acción de Dios se manifieste a través del ejercicio de la caridad con niños y adultos, compartiendo aquello que recibimos”.

Al culminar la Eucaristía, se entregaron los diplomas de graduación de 38 madres migrantes y colombianos retornados que terminaron el curso de panadería, pastelería y fritos del proyecto ‘Medios de Vida Sostenible’, en la Panadería Las Delicias de la Niña María.

Después del recibimiento, siguió un acto protocolario en el parque principal, donde se celebró el aniversario del municipio. Monseñor José Libardo dio su bendición a cada vereda y barrio; posteriormente, se trasladó al templo en construcción para la primera Eucaristía en el altar mayor donde también estuvieron presentes el arzobispo emérito de Villavicencio, monseñor Óscar Urbina Ortega y varios sacerdotes de esta Igle-

sia Particular.

En su homilía, monseñor José Libardo destacó el papel de la Virgen María como modelo de vida cristiana: “La Santísima Virgen María es nuestra Madre… modelo de vida cristiana”, señalando que en ella se refleja la disposición para cumplir la voluntad de Dios. De igual forma invitó a los fieles a reconocer a Jesús como guía en medio de las adversidades, afirmando que esto es posible “en compañía de la Santísima Virgen María y san José”.

Monseñor concluyó afirmando que “lo que le da identidad y grandeza a un pueblo es su templo”, un lugar que refleja “la cercanía de Dios”. Destacó que el altar mayor, donde se realiza el sacrificio del Cordero, en compañía del Cristo, serán el centro de la vida espiritual y contemplativa de la comunidad.

Banco Diocesano de Alimentos impulsa emprendimientos locales en Feria Microempresarial

El 1 de diciembre, la parroquia San Pío X, en el barrio Kennedy de Atalaya, fue el escenario de la primer Feria Microempresarial, un evento que reunió a 35 emprendedores locales para exponer sus productos y dar a conocer sus iniciativas. Esta feria tuvo como objetivo principal aumentar la visibilidad de los negocios locales, tanto en la ciudadela de Atalaya como entre los asistentes. La actividad fue organizada por la Fundación Banco Diocesano de Alimentos, en el marco del proyecto ‘Medios de Vida Sostenible’.

La iniciativa, liderada por el presbítero Carlos Eduardo Escalante Escalante, director de la Fundación, buscó reunir

a todas aquellas personas que han sido capacitadas a través de diversos programas de la Diócesis de Cúcuta, y que han optado por emprender para mejorar su calidad de vida y la de sus familias. Los emprendimientos más destacados de la feria incluyeron negocios de repostería, costura, panadería, entre otros.

“El proyecto comenzó capacitándolos y brindándoles un capital semilla para impulsar sus emprendimientos, de modo que tengan la oportunidad de avanzar y optar por un estilo de vida diferente”, destacó el presbítero Carlos Escalante, enfatizando el impacto positivo de la formación y el apoyo brindado a estos emprendedores.

LA DIÓCESIS DE CÚCUTA

La Sagrada familia de Nazaret, escuela del Evangelio

“Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad” (Lc

Por: Pbro. Fredy Ramírez Peñaranda, Estudiante de teología pastoral en la Pontificia Universitaria Lateranense (Roma).

La Sagrada Familia de Nazaret es verdaderamente la escuela del Evangelio, donde se aprende desde el silencio a contemplar siempre a Jesucristo. Con la Virgen María se aprende a realizar siempre la voluntad de Dios, a decir siempre sí al proyecto de Dios desde la humildad de la vida; a caminar con alegría proclamando siempre las maravillas de Dios; a orar y permanecer sin dudar de las promesas de Dios. Con san José podemos aprender a ser justos; a no hablar tanto, pero a realizar todo con amor.

El Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia dice lo siguiente: “La alianza de amor y fidelidad, de la cual vive la Sagrada Familia de Nazaret, ilumina el principio que da forma a cada familia, y la hace capaz de afrontar mejor las vicisitudes de la vida y de la historia. Sobre esta base, cada familia, a pesar de su debilidad, puede llegar a ser una luz en la oscuridad del

mundo. “Lección de vida doméstica. Enseñe Nazaret lo que es la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable; enseñe lo dulce e insustituible que es su pedagogía; enseñe lo fundamental e insuperable de su sociología” (AL 66).

Por ello la familia encuentra en la familia de Nazaret, un referente para vivir su fe y realizar su misión según la voluntad de Dios. La familia debe aprender algunas lecciones de la escuela del Evangelio para vivir santamente:

alcanza la auténtica libertad. Porque el amor es el camino de la plenitud y de la gracia. La familia siempre será una alianza de amor y fidelidad.

2. La segunda lección es la unidad, la comunión, la vida doméstica vivida sin apariencias. Esta unidad siempre es un don de Dios. Es el querer de Jesucristo, “Que todos sean uno” (Jn 17, 21) Esto no quiere decir uniformidad, la unidad se logra en medio de la libertad eligiendo siempre en el amor.

la santidad. “Sean santos como mi Padre celestial es Santo” (Mt 5, 48); María y José desde su propia realidad humana se dejaron sorprender y guiar por el Emmanuel, “Dios con nosotros”.

Debemos volver una vez más al hogar de Nazaret, debemos encontrarnos en cada momento con Jesucristo nuestro Dios y Señor para que cada una de las familias de este mundo encuentren siempre en su Palabra el fundamento para vivir auténticamente el amor.

Sagrada Familia de Nazaret, que cada una de las familias, a tu imagen, viva la fe, dando siempre testimonio de Jesucristo en cada una de las acciones cotidianas.

1. La primera lección es la vivencia del amor como un signo vivo y presente del amor de Dios. La familia de Nazaret se fundamente en este amor. Porque solo amando se

3. La tercera lección, es la oración. La familia de Nazaret ora, siempre escucha a Dios. Esto es la oración. Escuchar siempre a Dios para poder realizar su voluntad. La familia que ora siempre encuentra el camino oportuno en medio de los problemas. La familia que ora se convierte en luz que ilumina el mundo oscuro y apático.

4. La cuarta lección es la santidad. Una santidad entendida como gracia y don de Dios. Que no es exclusiva de algunos, sino que es el camino de todos. Solo cuando al centro de la familia esta Jesucristo, las cosas tienen un significado nuevo. Hoy más que nunca el testimonio se fundamenta en

800 años de la Tradición del pesebre: un acto de amor de san Francisco de Asís

Es hermoso comprender que “Dios nos ha creado a su imagen y semejanza” (Gn 1, 27), nos compartió la impronta de su ser, para que reprodujéramos su presencia en medio de las creaturas, siendo administradores de la casa común. San Atanasio respecto a la Encarnación del Verbo, nos explica de una forma didáctica que Dios Padre, creó al hombre desde las características del Verbo: “Así, como si tuvieran una sombra del Verbo, y convertidos ellos mismos en racionales, los hombres podrían permanecer en la felicidad, viviendo en el paraíso la verdadera vida, que es realmente la de los santos”. La imagen del hombre es entonces en palabras de san Atanasio, la imagen del Verbo eterno.

Es hermoso entonces lograr vislumbrar que somos imagen del Verbo, y que al encarnarse en el vientre virginal de María Santísima, “ha asumido nuestra condición humana –menos en el pecado” (Heb 4, 15). Dios humanado ha compartido con el ser humano, sus alegrías y tristezas, sus triunfos y derrotas, pero a diferencia de nosotros, Él ha hecho nuevas todas las cosas. Mientras el hombre se ha desvivido por conseguir las glorias humanas, Él se anonadó tanto que decidió nacer en un humilde portal, rodeado de lo menos valioso para la sociedad: animales, heno y pastores, y ha hecho de la ciudad del pan (Belén), el lugar a donde llegó el Pan Vivo bajado del cielo (cf. Jn 6, 35), el lugar del abajamiento de Dios y la verdadera gloria del hombre.

En el Evangelio de Lucas, se narran

muchos aspectos de la infancia de Jesús, y coómo Dios dispuso la humanidad para el nacimiento de su Unigénito. Debía ser en Belén tierra de David, donde el “Hijo de David naciese”, por eso Cesar Augusto saca su edicto de empadronamiento; debía ser una noche fría, donde no encontrasen lugar en el albergue y tuviesen que ir al pesebre, para que los pastores vinieran a adorar al Buen Pastor (Lc 2, 1-20).

Ahora bien, ante la dinámica de la evangelización, la pedagogía es esencial y el hombre ha necesitado de imágenes, para ilustrar su historia. San Francisco de Asís un hombre de Dios, nos ha dado un regalo hermoso para la vivencia de nuestra fe en este tiempo de navidad: el pesebre.

El Papa Francisco en su Carta Apostólica Admirabile signum nos explica el inicio de la tradición del Pesebre: nos trasladamos con la mente a Greccio, en el Valle Reatino; allí san Francisco se detuvo viniendo probablemente de Roma, donde el 29 de noviembre de 1223 había recibido del Papa Honorio III la confirmación de su Regla. Después de su viaje a Tierra Santa, aquellas grutas le recordaban de manera especial el paisaje de Belén. Y es posible que el Poverello quedase impresionado en Roma, por los mosaicos de la Basílica de Santa María la Mayor

milia.

El corazón del pesebre comienza a palpitar cuando, en Navidad, colocamos la imagen del Niño Jesús. Dios se presenta así, en un niño, para ser recibido en nuestros brazos. En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma (Carta apostólica Admirabile signum). Los pobres y los sencillos en el Nacimiento recuerdan que Dios se hace hombre para aquellos que más sienten la necesidad de su amor y piden su cercanía. Jesús, “manso y humilde de corazón” (Mt 11,29).

que representan el Nacimiento de Jesús, justo al lado del lugar donde se conservaban, según una antigua tradición, las tablas del pesebre.

Francisco de Asís representa en vivo la escena del Nacimiento del Salvador en este humilde pueblo, escena que conmovió los corazones al desvelar la belleza del amor de Dios, Greccio se ha convertido en un refugio para el alma que se esconde en la roca para dejarse envolver en el silencio. Durante los 800 años después de este maravilloso milagro, el pueblo cristiano ha tomado como tradición la representación del Nacimiento de Señor en tiempo de Navidad.

El Pesebre nos lleva a la gruta, donde encontramos las figuras de María y José. María es una madre que contempla a su Hijo y lo muestra a cuantos vienen a visitarlo. Su imagen hace pensar en el gran misterio que ha envuelto a esta joven cuando Dios ha llamado a la puerta de su corazón inmaculado.

Junto a María, en una actitud de protección del Niño y de su madre, está san José. Por lo general, se representa con el bastón en la mano y, a veces, también sosteniendo una lámpara. San José juega un papel muy importante en la vida de Jesús y de María. Él es el custodio que nunca se cansa de proteger a su fa-

Con frecuencia a los niños —¡pero también a los adultos! — les encanta añadir otras figuras al Belén que parecen no tener relación alguna con los relatos evangélicos. Y, sin embargo, esta imaginación pretende expresar que, en este nuevo mundo inaugurado por Jesús, hay espacio para todo lo que es humano y para toda criatura.

Los Magos enseñan que se puede comenzar desde muy lejos para llegar a Cristo. Son hombres ricos, sabios extranjeros, sedientos de lo infinito, que parten para un largo y peligroso viaje que los lleva hasta Belén. Los animales que son puestos en ellos, representas la creación entera que se encuentra expectante, esperando la consumación de los tiempos.

¿Por qué causa asombro esta representación? El misterio del amor ante nuestros ojos, ver nacer al autor de la vida, Aquel que nació de María y es protegido por José, es la fuente y protección de cada vida. Él viene a congregarnos en el amor del Padre.

Cuanta emoción debe darnos mientras construimos nuestro pesebre en nuestros hogares y lugares de trabajo, porque con ellos nos afianzamos en la esperanza del Emmanuel –Dios con nosotros-; un Dios que nos convida a ser hombres y mujeres que dispongan su corazón al nacimiento del Salvador. Estamos llamados a ser Pesebre humildes y sencillos para que Cristo nazca en nuestras vidas.

Por: Pbro. Victor Alfonso Noriega Portillo, vicario de la parroquia San Francisco de Asís

NAVIDEÑO CANCIONERO 2024

VEN A CANTAR

Coro Ven a cantar, ven a cantar que ya llegó la Navidad, ven a cantar, ven a cantar que ya está aquí la Navidad. Gira el mundo, gira el reloj, gira el viento, la mar y el sol, dale vuelta a tu corazón y llénalo de amor.

Otro año que queda atrás, mil momentos que recordar, otro año, mil sueños más hechos realidad. Los problemas vienen y van y al final todo sigue igual, no hay montaña que pueda más que la voluntad. Alzo mi copa aquí para brindar por ti y desearte lo mejor.

Navidad, feliz Navidad, vuelve a casa, vuelve al hogar Navidad, dulce Navidad, el calor de hogar.

Feliz

Navidad, feliz Navidad, vuelve a casa, vuelve al hogar Navidad, dulce Navidad, el calor de hogar. Coro (bis) NAVIDAD

Con mi burrito sabanero voy camino de Belén, con mi burrito sabanero voy camino de Belén, si me ven, si me ven, voy camino de Belén, si me ven, si me ven, voy camino de Belén. El lucerito mañanero ilumina mi sendero, el lucerito mañanero ilumina mi sendero, si me ven, si me ven, voy camino de Belén si me ven, si me ven, voy camino de Belén.

Con mi cuatrico voy cantando, mi burrito va trotando, con mi cuatrico voy cantando, mi burrito va trotando, Si me ven, si me ven, voy camino de Belén Si me ven, si me ven, voy camino de Belén. Tuqui tuqui tuqui tuqui, tuqui tuqui tuqui ta, apúrate mi burrito que ya vamos a llegar; tuqui tuqui tuqui tuqui, tuqui tuqui tuqui tu apúrate mi burrito, vamos a ver a Jesús (bis).

BURRITO SABANERO

La esperanza, la gloria y la dicha la tendremos en Él, ¿quién lo duda?

Zagalillos del valle, venid, pastorcillos del monte, llegad, la esperanza del Dios prometido ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá (bis).

Coro Nacerá en un establo zagala, pastorcitos, venid adoremos, hoy venimos y luego volvemos, y mañana los puede salvar (bis). Coro

Coro

desdichado de aquel que no acuda con la fe que le debe animar (bis).

ZAGALILLOS

Coro Vamos, vamos, vamos vamos pastorcitos, vamos, vamos, vamos, vamos a Belén, y veremos todos al Dios del amor, con el perfume del alma y los homenajes de la adoración. En el portal de Belén, hay estrellas, sol y luna la Virgen y san José, la Virgen y san José y el Niño Dios en la cuna.

Entre tanto san José, lo acaricia en sus brazos, y la Virgen María, y la Virgen María lo acaricia en su regazo. Coro Pastorcitos traen noticias grata nueva os voy a dar, que tres reyes del oriente, que tres reyes del oriente, se dirigen al portal. Coro

Coro

VAMOS, VAMOS PASTORCITOS

Noche de paz noche de amor todo duerme en rededor solo velan mirando la faz de su niño en angélica paz José y María en Belén. José y María en Belén.

Noche de paz, noche de luz ha nacido Jesús, pastorcillos que oíd anunciad no temáis cuando entréis adorar que ha nacido el amor que ha nacido el amor. Desde el pesebre el Niño Jesús la tierra entera se llena de luz porque ha nacido Jesús entre canciones de amor.

En la capilla, hay repiques de campanas navideñas y en el pesebre, una virgen desvelada, sufre y sueña. Contempla al Niño dormido, Mira su frente serena y una sonrisa ilumina su carita de azucena. Coro Dan, din, dan las campanitas sonando están (bis).

EN LA CAPILLA NOCHE DE PAZ

Cada mañana en la torre de la iglesia campesina, las campanas se despiertan, a pesar de la neblina. Llegando la nochebuena, lanzan alegres al viento una plegaria amorosa anunciando al Rey del Cielo. Coro

Pimpollo de canela lirio en capullo, duérmete sin recelo mientras te arrullo. Duérmete que del alma mi canto brota y un delirio de amores es cada nota (bis). Coro

Manojito de rosas y de alelíes ¿Qué es lo que estas soñando, que te sonríes? ¿Cuáles son tus sueños, dilo alma mía?, ¿Más qué es lo que murmuras? Eucaristía.

Coro A la nanita nana, nanita nana, nanita ea, mi Jesús tiene sueño, bendito sea, bendito sea (bis). Fuentecilla que corres, clara y sonora. Ruiseñor que en la selva cantando llora. Calla mientras la cuna se balancea, a la nanita nana, nanita ea (bis). Coro

De montes y valles, ven, ¡oh, deseado! (bis) rompe ya los cielos Niñito, brota flor del campo(bis).

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado(bis). ven a nuestras almas Niñito, ven no tardes tanto(bis).

Dulce Jesús mío, mi niño adorado(bis). ven a nuestras almas Niñito, ven no tardes tanto(bis).

En el portal de Belén, hay estrellas sol y luna, la Virgen y san José, y el Niño que está en la cuna (bis).

UNA PANDERETA HACIA BELÉN

Una pandereta suena yo no sé por dónde va, replicando alegremente va llegando hasta el portal (bis).

En el portal de Belén, rin, rin, yo me remendaba, yo me remendé, yo me hice un remiendo, yo me lo quité, gitanillos han entrado.

Y al Niño que está en la cuna, rin, rin, yo me remendaba, yo me remendé, yo me hice un remiendo, yo me lo quité, los pañales le han robado.

Hacia Belén va una burra, rin, rin, yo me remendaba, yo me remendé, yo me hice un remiendo, yo me lo quité, cargada de chocolate. Lleva su chocolatera, rin, rin, yo me remendaba, yo me remendé yo me hice un remiendo, yo me lo quité su molinillo y su anafre.

María, María, ven acá corriendo, que el chocolatillo, se lo están comiendo.

SALVE REINA Y MADRE

Coro

En una

Del seno del Padre, bajaste humanado(bis) deja ya el materno Niñito, porque te veamos(bis).

LOS ZAGALES Y ZAGALAS

Ha nacido en un portal llenito de telarañas, entre la mula y el buey, ¡el Redentor de las almas! (bis). Al Niño recién nacido todos le traen un don, yo soy pobre y nada tengo: le traigo mi corazón(bis). Yo soy un pobre gitano, que vengo de Egipto aquí, y al Niño Jesús le traigo un gallo Quiquiriquí(bis).

Los zagales y zagalas, al niño vamos a ver, con pitillos y tambores, mostrándole gran placer (bis).

¿Por qué tan doliente lloras?

¿Por qué, mi Niño, por qué? Si quieres venir a mi alma, ven que yo te arrullaré(bis).

EL TAMBORILERO

Ropopom pom, ropopom pom. ¡En tu honor frente al portal tocaré con mi tambor! El camino que lleva a Belén lo voy marcando con mi viejo tambor, nada mejor hay que te pueda ofrecer; su ronco acento es un canto de amor.

El camino que lleva a Belén baja hasta el valle que la nieve cubrió. Los pastorcillos quieren ver a su Rey, le traen regalos en su humilde zurrón.

Ropopom pom, ropopom pom. ¡Cuando Dios me vio tocando ante Él, me sonrió!

Ropopom pom, ropopom pom. Ha nacido en un portal de Belén, el Niño Dios. Yo quisiera poner a tus pies algún presente que te agrade, Señor. Más Tú bien sabes que soy pobre también y no poseo más que un viejo tambor.

Coro Salve Reina y Madre, salve dulce amor /del jardín del cielo la más bella flor/.
colina con la nieve fría /reposa la noche la Virgen María/.

Coro

Duérmete Niño chiquito que la noche viene ya; cierra pronto tus ojitos, que el viento te arrullará…

Jesús al pesebre, vamos a adorar

Jesús al pesebre, vamos a adorar

Coro La Virgen está lavando y tendiendo en el romero, los pajaritos cantando y el romero floreciendo. Coro

Antón tiru riru rá

Antón tiru riru riru

Antón tiru riru rá

Antón tiru riru riru

Coro

ANTÓN TIRU RIRU RIRU

Coro

Pero mira cómo beben los peces en el río, pero mira cómo beben por ver al Dios nacido; beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver a Dios nacer. La Virgen se está peinando entre cortina y cortina, sus cabellos son de oro y el peine de plata fina.

Los pastores de Belén vienen a adorar al Niño, la Virgen y san José, los reciben con cariño.

Coro Tutaina tuturumá tutaina tuturumainá tutaina tuturumá, turumá tutaina tuturumainá.

Coro Vamos todos a cantar con amor y alegría, porque acaba de llegar de los cielos el Mesías. Coro

Tres reyes vienen también con incienso, mirra y oro, a ofrendar a Dios su bien, como el más grande tesoro.

TUTAINA

La malvada mula con sus finos dientes /se comió la paja al Niño inocente/.

PECES EN EL RÍO

¿A dónde vas pastorcito? Voy a llevar al portal requesón, manteca y vino.

Recogido tu rebaño

Belén, campanas de Belén, que los ángeles tocan ¿Qué nuevas me traéis? (bis).

Campana sobre campana, y sobre campana una, asómate a la ventana, verás al Niño en la cuna. Coro

Coro Coro

Campana sobre campana, y sobre campana dos, asómate a la ventana, porque está naciendo Dios. Coro Campana sobre campana, y sobre campana tres, en una Cruz está ahora, el Niño va a padecer.

Coro

GUÍA DE ORACIÓN DE FIN DE AÑO 2024

Oremos: Oh Dios, que en este admirable Sacramento nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Bendito sea su Santo Nombre. Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su Preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito. Bendita sea la excelsa Madre de Dios María Santísima. Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre. Bendita sea María Santísima Madre de la Iglesia. Bendito sea su castísimo esposo san José. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. Señor, danos sacerdotes, Señor, danos muchos sacerdotes, Señor, daños muchos y santos sacerdotes. Señor, danos familias, Señor, danos muchas familias, Señor, danos muchas y santas familias. Señor, danos agentes de pastoral, Señor, danos muchos agentes de pastoral, Señor, danos muchos y santos agentes de pastoral. Señor, danos tu amor, Señor, danos tu misericordia, Señor, danos tu salvación.

Te pedimos por nuestra comunidad parroquial, para que sigamos fieles al Señor en el servicio misionero. R. Te pedimos por nuestra diócesis, para que nos sigas conduciendo por tus sendas y vivir un auténtico discipulado. R. Gloria a ti, carne gloriosa Gloria a ti, sangre preciosa del príncipe universal y del místico Cordero, rescate del mundo entero, don de Madre virginal. Hijo de naturaleza Divina nos dio el don de su doctrina, sus palabras y su ser; cuando terminó su vida, nos dio su carne en comida, nos dio su sangre a beber. Con los suyos en la Cena comió el Cordero que ordena antiguo Rito pascual; se dio con sus propias manos en comida a sus hermanos y en bebida espiritual. Su Palabra misteriosa torne el pan, carne gloriosa y el vino, sangre de amor; lo que al ojo se le encubre la sola fe lo descubre, y da fuerza al corazón. Gloria al sacro pan y vino, Gloria y honor al Divino sacramento del altar; cese ya la alianza antigua, el plan de amor atestigua que Dios se nos dio en manjar. Al Divino sacramento, al angélico sustento rindamos adoración; Gloria al Padre de esplendores y al Espíritu de amores, por su gracia y galardón. Amén. Bendito, alabado y adorado sea Jesús... Nos diste Señor el Pan del cielo...

Invoquemos la presencia del Espíritu Santo, para que sea Él, quien nos inspire la oración con

Dios agradeciendo tantas bondades y pidiendo la gracia para esta nueva aventura que viviremos en el 2025.

Monitor: Querida familia (comunidad) ha llegado el último día de este año, y han sido muchas las pruebas, las luchas, los cansancios; pero también han sido muchas las alegrías compartidas, los logros alcanzados y las bendiciones que Dios nos ha concedido. Antes de despedir este año y recibir el nuevo vamos a elevar nuestras oraciones a

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.

Canto: Oh buen Jesús yo creo firmemente . Bendito, alabado y adorado sea Jesús.

l año 2025 estará guiado por un acercamiento a la persona de Jesús en la formación, en la oración y en el servicio, como Iglesia casa y escuela de comunión aprendiendo de cada página del evangelio según san Lucas, orientando nuestro servicio pastoral a la caridad y al fortalecimiento de la pastoral familiar en cada una de las comunidades parroquiales. Un aspecto importantísimo de este año es la misericordia, iniciamos el jubileo de la esperanza, un tiempo de gracia donde creceremos en la comunión con Dios, con nosotros mismos y con nuestros hermanos.

Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don, en tus dones espléndido, luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.

Su tiempo el lanzar piedras, y su tiempo el recogerlas; su tiempo el abrazarse, y su tiempo el separarse. Su tiempo el buscar, y su tiempo el perder; su tiempo el guardar, y su tiempo el tirar. Su tiempo el rasgar, y su tiempo el coser; su tiempo el callar, y su tiempo el hablar. Su tiempo el amar, y sutiempo el odiar; su tiempo la guerra, y su tiempo la paz. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Reflexión: Dios es eterno, es creador y Padre, y se ha introducido en el tiempo a través de su Hijo Jesucristo, para manifestarnos la grandeza de su amor. En el tiempo y en la historia nos movemos guiados por Dios a través de su Santo Espíritu; somos peregrinos y avanzamos hacia el gozo eterno de su reino.

E(Hch 1, 8)

"Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra". la cual logremos expresar nuestra gratitud y nuestro deseo de consagrarle este nuevo año:

Canto: Espíritu Santo, llénanos de Ti Ahora reconozcamos con humildad todas las faltas cometidas durante este año. Pidamos perdón al Señor por las cosas en las que hemos sido tan descuidados; por no cumplir nuestros deberes cristianos, por haber dejado enfriar nuestra vida espiritual, por no saber consagrarle nuestro tiempo y nuestra vida, porque hemos sido duros de corazón; pidamos perdón por la indiferencia, por la soberbia, por la desobediencia, por no ser capaces de reconocerlo como el más importante de nuestra vida, por no amarlo por sobre todas las cosas. Señor ten compasión de tu pueblo. Amén.

R. Llenos de confianza encomendamos el nuevo año a las manos del Señor. Nos unimos diciendo: Escúchanos, Señor Te pedimos Señor, para que en este nuevo año, tu mano piadosa nos sostenga. R. Te pedimos que colmes nuestro corazón con la llama de tu amor para sentirte en todo nuestro ser. R. Te pedimos para que este nuevo año traiga para nosotros abundantes bendiciones. R. Te pedimos por la evangelización de los pueblos, para que se siga anunciando tu Palabra a todas las naciones. R.

Su tiempo el llorar, y su tiempo el reír; su tiempo el lamentarse, y su tiempo el danzar.

Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: Su tiempo el nacer, y su tiempo el morir; su tiempo el plantar, y su tiempo el arrancar lo plantado.

Canto: Perdón Señor, de tu pueblo ten piedad. Se ha cumplido el tiempo de este año, y llegó el momento de recibir uno nuevo. Hay tiempo para todo, y en medio de todo lo que hacemos debemos también saber dedicarle nuestro tiempo a Dios, quien nos concede la gracia de vivir; dedicarle tiempo a la familia, para disfrutarlos mientras aún permanecen con nosotros. Un corazón agradecido es agradable a Dios y qué bueno expresar al finalizar este año nuestra gratitud por todo lo que Dios ha obrado en nuestra vida. Nos unimos diciendo: Te damos gracias, Señor: Gracias Señor por la vida, la salud y el trabajo, por el pan que llega a nuestra mesa. R. Gracias Señor por la familia, por hacer de nuestros hogares recintos de amor y de paz. R. Gracias Señor por nuestra comunidad parroquial, por el trabajo evangelizador, por el pan de la Palabra y la Eucaristía. R. Gracias Señor por este año lleno de pruebas que nos han hecho fuertes, y de alegrías que nos ayudan a experimentar tu amor.

Cristología

“Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley y para que recibiéramos la filiación adoptiva” (Ga 4, 4-5).

Con el Credo Niceno-Constantinopolitano se profesa: “Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre”. El evangelista san Juan testimonia al comienzo de su Evangelio que “la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros” (Jn 1, 14) para indicar con ello el abajamiento (kénosis) del Hijo de Dios que “siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre” (Flp 2, 6-7).

1. Jesús concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

En el Evangelio de san Lucas, se relata el momento histórico en que el ángel Gabriel anuncia a María que será la madre del Hijo de Dios: “vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús” (Lc 1, 31). María “quien ha hallado gracia delante de Dios” (Lc 1, 30) es invitada a concebir a aquel en quien habitará “corporalmente la plenitud de la divinidad” (Col 2, 9). La respuesta divina a su inquietud “¿cómo será esto, puesto que no conozco varón?” (Lc 1, 34), se dio mediante el poder del Espíritu: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti” (Lc 1, 35).

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que: “la misión del Espíritu Santo está siempre unida y ordenada a la del Hijo. El Espíritu Santo fue enviado para santificar el seno de la Virgen María y fecundarla por obra divina, Él que es el Señor que da la vida, haciendo que ella conciba al Hijo eterno del Padre en una humanidad tomada de la suya” (CIC n°485).

La Natividad del Hijo de Dios

2. ¿Por qué el Hijo de Dios se hizo carne?

El Catecismo de la Iglesia Católica señala los principales argumentos que movieron a Dios a un nuevo desbordamiento de su amor, para con una humanidad abocada al pecado y cuyo único destino era la muerte eterna:

El Verbo se encarnó para que se conociera el amor de Dios: “En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él” (1 Jn 4, 9). “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16).

El Verbo se encarnó para ser modelo de santidad: “Tomen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí ...” (Mt 11, 29). Él es, en efecto, el modelo de las bienaventuranzas y la norma de la Ley nueva: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 15, 12). Este amor tiene como consecuencia la ofrenda efectiva de sí mismo (Mc 8, 34).

El Verbo se encarnó para hacer al hombre “partícipe de la naturaleza divina” (2 Pe 2, 4). Al asumir la condición humana, Jesús se hizo semejante en todo al hombre, excepto en su condi-

Jesús y, aceptando de todo corazón la Voluntad Divina de salvación, sin que ningún pecado se lo impidiera, se entregó a sí misma por entero a la persona y a la obra de su Hijo, para servir, en su dependencia y con Él, por la gracia de Dios, al Misterio de la Redención” (CIC n° 494).

La Iglesia confiesa que: “María es la Madre de Dios, en cuanto que es la Madre de Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, concebido en su vientre por obra del Espíritu Santo. Jesús fue concebido sin semilla de varón, por obra del Espíritu Santo” (Concilio de Letrán).

ción pecadora; y al resucitar y ascender al cielo, le elevó a la participación de la vida divina.

Magistralmente el Catecismo de la Iglesia, ofrece una síntesis del valioso papel de María en la historia de la salvación y quien con su “SÍ” posibilitó la encarnación del Hijo único del Padre:

“Dios envió a su Hijo” (Ga 4, 4), pero para “formarle un cuerpo” (Hb 10, 5) quiso la libre cooperación de una criatura. Por eso desde toda la eternidad, Dios la escogió para ser la Madre de su Hijo a una hija de Israel, una joven judía de Nazaret en Galilea, a “una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María” (Lc 1, 26-27). Para ser la Madre del Salvador, María fue “dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante” (LG 56). El ángel Gabriel en el momento de la anunciación la saluda como “llena de gracia” (Lc 1, 28). En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación, era preciso que ella estuviese totalmente conducida por la gracia de Dios (CIC n° 488. 490).

María, “dando su consentimiento a la Palabra de Dios, llegó a ser Madre de

Relata el Evangelio de san Lucas que María “dio a luz a su Hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre porque no tenían sitio en el alojamiento” (Lc 2, 7). Aparece la imagen de los pañales, que, en la reflexión de los padres de la Iglesia, se interpreta como una referencia anticipada a la hora de su muerte y su sepultura envuelto en un sudario. Pero también aparece la imagen del pesebre, que se trataría de un lugar poco adecuado, pero que ofrecía la discreción necesaria para tan importante acontecimiento. El pesebre indica, que para aquel por quien fueron creadas todas las cosas, no había sitio, expresando puntualmente el rechazo y la oposición que encuentra en muchos pues “vino a su casa y los suyos no lo recibieron” (Jn 1, 11). El mismo Jesús afirma en su momento que: “las zorras tienen guaridas y los pájaros nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt 8, 20).

Desde su nacimiento, Jesús no pertenece al ambiente que el mundo considera poderoso e importante, ya que la lógica de Dios es completamente contraria a la lógica humana. Son diversas las interpretaciones que se pueden hacer sobre estos aspectos relatados en los Evangelios. Sin embargo, como conclusión de este escrito, se puede afirmar que la Navidad, que celebra el nacimiento del Hijo de Dios, marcó el rumbo de la historia humana, pues instauró el Reino de Dios en este mundo y consumó la historia de la Salvación para el pueblo de Dios.

Por: Pbro. Juan Carlos Ballesteros Celis, párroco de Santa Clara de Asís y miembro de la pastoral de catequesis.
4. El sentido del Pesebre
3. Nació de la Virgen María

Discípulos misioneros de Cristo, viviendo el Evangelio

Súper sopa de los 12 Apóstoles

Jesús llamó a sus discípulos y les dio poder para expulsar a los demonios y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. Estos son los nombres de los Doce Apóstoles:

Primero, SIMÓN (llamado PEDRO)

Queridos niños, vivimos en un mundo de complejas diferencias, pero sabemos por medio de nuestra fe que hay alguien que nos une y es Cristo, Él es el centro de nuestra vida, Él nos ha dado la salvación y nos da su amor. Somos hijos de Dios, viviendo en comunidad, en relación con el otro; somos una Iglesia misionera que camina unida, en comunión, participación y misión. Somos misioneros que no se cansan de caminar y transmitir el Evangelio, la Palabra de Dios que es una Palabra viva y eficaz: “vayan por todo el mundo y proclamen la buena nueva a toda la creación” (Mc 16, 15).

Somos discípulos de Cristo y Él mismo nos envía a anunciar la Buena Nueva a todas las naciones, a toda la tierra, a todas las gentes; esta tarea que Cristo nos deja no puede quedar en vano, ni puede perderse.

TAREA: de los discípulos que se mencionan en la Sagrada Escritura, ¿con cuál me identifico?

COMPROMISO: invito a un amiguito a mi parroquia o capilla para que asista a la Santa Misa.

MOMENTO CREATIVO: realizo la siguiente actividad sobre los Apóstoles, buscando en la sopa de letra los nombres que están en mayúscula siguiendo las indicaciones dadas. Después, coloreo los Apóstoles.

ANDRÉS (su hermano) SANTIAGO y JUAN (hijos de Zebedeo) FELIPE y BARTOLOMÉ, TOMÁS. MATEO (el publicano)

SANTIAGO (hijo de Alfeo) TADEO.

SIMÓN (el cananeo) JUDAS Iscariote (que fue quien lo traicionó) (Mt. 10, 2-4).

Busca los nombres de los 12 Apóstoles que están en negrilla.

Las historias de Pepito

Tú eres el Cristo, participemos en la liturgia

Por: Sem. Luis Francisco Salazar Cucaita, estudiante de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma).

II DOMINGO DE ADVIENTO ( LC 1, 26-38) SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

8 DE DICIEMBRE

La devoción a María, Madre de Dios, alcanza su punto máximo dos veces al año: hoy, Solemnidad de la Inmaculada Concepción; y el 15 de agosto, Solemnidad de la Asunción. María es exaltada en el Nacimiento del Señor, y en los días de su Pasión. Hoy, el Evangelio nos ofrece la oportunidad de reflexionar nuevamente sobre el misterio de la Encarnación, tal como lo narran Lucas y Mateo, con el anuncio del ángel a María.

Sin embargo, antes de examinar el Evangelio, echemos un vistazo a la primera lectura, que nos presenta otra historia al menos tan famosa como la Anunciación: el pecado original. El libro del Génesis nos narra el error cometido por Adán y Eva, que da lugar a una serie de fracasos de gran relevancia: la fe del hombre y la mujer (en relación con Dios) cede el paso al miedo; la confianza mutua de la pareja se convierte en desconfianza y acusación; la relación íntima se ve teñida de violencia y el instinto prevalece sobre la razón.

De la misma manera, Dios podría ha-

bernos evitado muchos problemas, si no nos hubiera dado libertad, voluntad, autodeterminación, discernimiento. En ese caso, no habríamos sido su imagen y semejanza, sino simples animales, incluso más frágiles y limitados que otros en términos de agilidad, destreza física y mucho más. Dios no se arrepintió de lo que hizo -o de lo que no hizo- e inmediatamente no acudió al computador para encontrar la solución a tanto drama -a las tantas tragedias de la humanidad-. Los problemas persisten y también los errores humanos.

¡La solemnidad de hoy es perfecta! De hecho, celebramos la victoria del bien sobre el mal, de la Gracia sobre el pecado, de la Vida eterna sobre la vida terrena que la muerte todavía tiene como rehén. Todo esto tiene un comienzo en el tiempo; san Pablo lo llama “la plenitud de los tiempos (Gal 4, 4). La Inmaculada Concepción de María no se cuenta en los Evangelios; pero desde sus albores, la Iglesia cree y enseña que María fue preservada de toda mancha de pecado, con miras a dar a luz al Verbo encarnado, Hijo de Dios e hijo suyo.

III DOMINGO DE ADVIENTO (LC 3, 10-18)

15 DE DICIEMBRE

En este tercer Domingo de Adviento, Juan Bautista nos da indicaciones prácticas para prepararnos para acoger y seguir al Señor que viene cada vez con más intensidad. También podríamos decir: ¿cómo puedo vivir este tiempo de manera significativa y prepararme bien para la Navidad? Y dado que este es el domingo de alegría: ¿cómo puedo vivir con alegría?

La Iglesia, en su sabiduría, nos recuerda que este tiempo de espera es también un tiempo de alegría porque vamos al encuentro de Cristo el Señor.

Del Evangelio de hoy rescatemos dos aspectos: comenzar a hacer justicia y acoger al Señor que viene a purificarnos. El Bautista proclama un bautismo de conversión, un bautismo que permite

ponerse delante del Señor para acogerlo.

Podemos operar una justicia que aún no es el amor pleno de Dios, sino la que nos prepara para acogerlo. Podemos empezar a vivir bien, a hacer justicia, no a maltratar y hacer la guerra como la proponen las grandes potencias. Existe esta posibilidad en cada uno de nosotros de optar por el bien y la justicia.

El segundo aspecto es que el Señor con su venida nos purifica, nos libera, nos despoja de muchas cosas inútiles. De

hecho, Juan Bautista dice que viene alguien más fuerte que él, que puede hacer mucho más, y este es Cristo Jesús, es Él quien bautiza en Espíritu Santo y fuego: “Él tiene la pala en la mano para limpiar su era y a recoger el trigo en su granero; pero quemará la paja con fuego inextinguible” (Mt 3, 12). Juan Bautista utiliza esta analogía: habla de esta pala, de esta “venteadora” que servía para airear el trigo y liberarlo de las impurezas, para decirnos que el Señor viene a liberarnos de nuestras imperfecciones, de nuestro lastre.

Sopa de letras

• Anunciación

• Edén

• Gracia

• Conversión

• Génesis

• Plenitud

• Alegría

• Justicia

• Jordán

• Juan

• Purificar

• Gozo

• Asunción

En Navidad

24 HORAS DE PROGRAMACIÓN VOX DEI

10:00 p.m. - 12:00 a.m.

Hacia Belén

12:00 - 3:00 a.m.

Madrugadas navideñas

3:00 - 4:00 a.m.

Coronilla a la Divina Misericordia

4:00 - 5:00 a.m.

Misa de aguinaldos

5:00 - 6:45 a.m.

Aquellos diciembres

Navidad

6:45 - 8:00 a.m.

Laudes en vivo

8:00 - 9:00 a.m.

Segunda parte de ‘Aquellos diciembres’

9:00 a.m. - 12:00 m.

En Navidad, buenos días

12:00 m. - 1:00 p.m.

Villancicos instrumentales

1:00 - 2:00 p.m.

La Rockola Do, Re, Mi, alabaré

2:00 - 3:00 p.m.

Villancicos tradicionales y reportes de sintonía

3:00 - 4:00 p.m.

Coronilla a la Divina Misericordia

4:00 - 5:00 p.m.

Navidad con los niños

5:00 - 6:00 p.m.

Santo Rosario y Vísperas

6:00 - 7:00 p.m.

Eucaristía

7:00 - 8:00 p.m.

Senderos navideños

8:00 - 9:00 p.m.

Música religiosa

9:00 - 10:00 p.m.

En los brazos de Jesús

Apreciados lectores del Periódico La Verdad, suscriptores y amigos de los medios de comunicación diocesanos, acercándonos ya a la fecha especial del Nacimiento del Niño Jesús, les deseo que esta sea una época en la que podamos vivir al interior de la familia, el amor, el perdón y reconciliación. Que el Señor nos traiga muchas bendiciones con su encarnación y un año nuevo 2025 lleno de mucha fe y esperanza.

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