Breve panorama laboral y sindical de las y los periodistas en México

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Breve panorama laboral y sindical de las y los periodistas en M茅xico

Investigaci贸n elaborada por: Marcela Turati, Elia Baltazar y Margarita Torres Almanza

Taller Regional de la Federaci贸n Internacional de Periodistas Octubre 3, 2008


Contenidos Introducción 1. Breve geografía corporativa. Corporatocracia mediática 1.1 Las ganancias del sector 1.2 Caída de la prensa escrita, concentración de la radio y duopolio televisivo 1.3. Las redacciones en “reestructuración” 2. Marco legal 2.1. Derecho a la información, la transparencia y la rendición de cuentas 2.2. Ley de imprenta 2.3 Defensa de los periodistas 2.4. Secreto profesional 3. Situación laboral 3.1. Los contratos 3.2. Los salarios 3.3. 'El chayo' y otras compensaciones 3.3. Los despidos 3.4. El nuevo perfil demográfico 3.5 La multimediatización, la subcontratación y el uso de externos 3.6. La situación de los freelancers 3.7 La situación femenina 4. Agresiones a Periodistas 4.1 Los asesinatos y agresiones 4.2 Autocensura, estigmatización y veto publicitario 5. Situación sindical 5.1. Pocos sindicatos y poco representativos 5.1 Relación prensa-sindicatos 5.2 Estudio de caso La Jornada 5.3 Estudio de caso: Radio Educación y el burocratismo de los medios públicos 5.4 Entre el desinterés, la mala imagen, el individualismo y el miedo 6. La ruptura con las viejas formas, nuevos movimientos y creación de redes 6.1. Las nuevas agrupaciones y redes 6.2 La efervescencia de los nuevos movimientos Conclusiones Bibliografía Anexo1: Tabla de sindicatos y organizaciones de periodistas

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Introducción México es terreno minado para el periodismo. A la fecha, 39 periodistas han muerto en el ejercicio de la profesión y siete más están en calidad de desaparecidos. Esta cifra nos coloca como el segundo país más peligroso para los periodistas, sólo después de Irak1. La inseguridad, sin embargo, no avanza sola. A pesar de los peligros que enfrentan actualmente los reporteros -sobre todo en las zonas en que opera el crimen organizado y las fuerzas del Estado (policías y Ejército) con privilegios discrecionaleslas condiciones laborales que imperan en los medios de comunicación han despojan de beneficios y seguridad a la profesión, en sintonía con las tendencias mundiales del mercado. O quizá peor, pues México es un país de economía emergente que ha sacrificado la seguridad social y laboral de sus trabajadores, en beneficio de las inversiones (locales y trasnacionales) que poco ofrecen y todo exigen del gobierno. Hasta ahora, sin embargo, los resultados están a la vista: poco empleo y condiciones cada vez peores. Este esquema ya atrapó al periodismo desde hace al menos ocho años y a futuro la perspectiva no es optimista. Bajos salarios, largas jornadas de trabajo, magras pensiones, despidos masivos, flexibilización laboral y multiplicación de tareas bajo el modelo multimedia en perjuicio de la calidad de la información son la constante en el panorama laboral de los medios de comunicación en México. A lo anterior hay que agregar, además, que el país carece de organismos, asociaciones o sindicatos que protejan los derechos laborales de los periodistas. Si las organizaciones gremiales en su conjunto han perdido terreno en el mundo de la precarización laboral, en el periodismo mexicano ni siquiera ha habido esfuerzos serios por consolidar una. No es que se perdieran, es que nunca las hubo. A diferencia de otros países, no hay un solo organismo que vigile los derechos laborales de los periodistas que son, a su vez, vehículo para garantizar el derecho a la información de una sociedad. Esta situación no es reciente. Vicios e inercias del pasado, donde la discrecionalidad y el privilegio de la relación prensa-poder se anteponen a la legalidad, prevalecen, y la transformación de los medios de comunicación a la par de la transformación democrática de las últimas décadas ha sido incompleta. Los modelos informativos de prensa, radio y televisión con un enfoque más plural enfrentan trabas o tienen cortos periodos de vida, en perjuicio de la oferta laboral y del derecho a la información. 3


Algunos han perdido la batalla en un terreno siempre engañoso dentro del modelo de medios mexicano: la publicidad, cuyo monopolio sigue en manos de los gobiernos (locales o federal) que castigan o premian con jugosas pautas a los medios de su preferencia, casi siempre la televisión. Las empresas privadas tampoco escapan a esta distorsionada relación construida sobre la base de la publicidad de la que dependen los medios para su supervivencia. Ese gasto en publicidad, que proviene de recursos públicos, condiciona el ejercicio de la libertad de expresión de los propios periodistas, obligados a la “mesura”, si no a la “censura”, para no contravenir relaciones o intereses de los medios en que laboran y afectar los ingresos de los que dependen sus salarios. Así las cosas, la publicidad ha sido trampa y argumento de muchos empleadores para contener salarios y prestaciones de sus trabajadores, bajo las razones de un mercado cada vez más competido y restringido económicamente, sobre todo para la prensa escrita. El terror laboral impuesto por las empresas corporativas de comunicación y la degradación de la organización sindical, en la que imperan el corporativismo, la burocracia y la corrupción, han generado aversión y miedo entre los trabajadores de la comunicación. Nadie se atreve hoy a emprender un esfuerzo de organización gremial, pues las experiencias del pasado han enseñado que éstas, en el mejor de los casos, se quedan en el olvido y, en el peor, en el despido colectivo. El resultado: la renuncia colectiva de derechos laborales. El proceso de precarización y desprotección laboral parece irrefrenable, pero nadie aborda el tema. Se soslaya aun en la discusión que actualmente priva en el país respecto de la concentración de medios, el derecho a la información, la necesidad de una pluralidad informativa y los riesgos físicos que corren los periodistas en su labor. La prensa, ya se sabe, es elemento indispensable en la construcción de ciudadanía y democracia. Por ello, es muy alto el precio que paga una sociedad que carece de un periodismo plural y de calidad. Pero es imposible garantizar el derecho a la información, la transparencia y la rendición de cuentas si un país no ofrece a los profesionales del periodismo las condiciones laborales necesarias –y no mínimas— para el ejercicio de su profesión. Esto es seguridad en el empleo, capacitación y justas remuneraciones. Este trabajo tiene como propósito ofrecer un panorama de las condiciones en que actualmente desarrollan su labor los periodistas, los marcos legales que regulan la profesión, las condiciones laborales que imperan bajo el modelo corporativo actual de 4


los medios, las opciones de organización con que cuentan como trabajadores y los beneficios y desventajas que éstas ofrecen. Así también nos arriesgamos a proponer opciones de organización y defensa laboral en el marco de las condiciones actuales. Con base en este análisis, es posible decir que no todo está perdido, pese a la situación adversa que impera en el ejercicio periodístico. Si las condiciones no están dadas, hay que construirlas y para ello es necesario diseñar propuestas viables para asegurar, en el futuro, condiciones laborales dignas de aseguren el ejercicio del derecho a la información en beneficio de toda la sociedad.

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1. Breve geografía corporativa. Corporatocracia mediática La geografía de los medios de comunicación en México es el dibujo de un territorio dominado por un puñado de empresas (nacionales y trasnacionales) que dominan la industria de la información y el infoentretenimiento –producción y distribución de contenidos—, así como el mercado de consumo. Como en el resto del mundo, los medios de comunicación en México son una poderosa maquinaria de riqueza, negocios y poder concentrada en un pequeño grupo de familias que controlan la industria de los medios y las telecomunicaciones en México2. Es evidente que los empresarios de medios electrónicos dominan la industria, favorecidos por la discrecionalidad que priva en la entrega de concesiones para radio y televisión, así como en la contratación de espacios publicitarios. Frente a ello, la prensa escrita –guiada también por la tendencia internacional- se ha visto obligada a modificar su esquema de negocios para incursionar en el terreno del Internet con contenidos multimedia3. Para fortalecerse en la competencia, los medios –sean electrónicos o prensa escrita- han integrado un esquema de asociación con grandes corporaciones trasnacionales, especialmente de Estados Unidos, Inglaterra y España, para ampliar su oferta en contenidos, sobre todo en el ámbito del entretenimiento, pero también de la información.4 1.1 Las ganancias del sector Las sustanciosas ganancias de los empresarios de medios no se reflejan en la economía nacional, en la que su participación es algo menos que discreta y se concentra principalmente en el sector telecomunicaciones5. De acuerdo con el INEGI, en el segundo trimestre de 2008 los “servicios de información en medios masivos significan 13.4 por ciento del Producto Interno Bruto del país (337 mil 881 millones de pesos). Pero la mayor parte de la riqueza (75 por ciento) se concentra en la rama de las telecomunicaciones y operación de redes, que controla el empresario Carlos Slim (dueño de Telmex, accionista de Televisa y ahora del periódico estadunidense The New York Times)6. El resto (25 por ciento) corresponde a la sola creación de contenidos en los distintos soportes (televisión, radio, periódicos y revistas, cine, música, libros, Internet y agencias de noticias). De modo que 6


el sector tradicional de medios de comunicación suma ingresos anuales por 73 mil millones de pesos. El 75 por ciento de esta cifra está concentrado en la televisión, la radio y la edición de periódicos. Pero es un hecho que el terreno lo domina la televisión, que concentra más de la mitad del valor económico de los medios de comunicación (42 mil millones de pesos) y del mercado de la publicidad (58 de cada 100 pesos entre 1998 y 2005)7. Este poder económico se demuestra en un hecho por demás relevante: en México hay más hogares con televisión (91 por ciento) que con agua potable (87.8 por ciento) o drenaje (86.7 por ciento). Casi la mitad de la población mexicana (48.9 por ciento), que suma 110 millones de habitantes, ve la televisión entre dos y cuatro horas diarias8. 1.2 Caída de la prensa escrita, concentración de la radio y duopolio televisivo Al 14 de marzo de 2007, el gobierno federal tenía registrados 735 diarios, semanarios y publicaciones periódicas, entre ellos, dos periódicos gratuitos de gran circulación en la capital del país9. En comparación con la TV, los ingresos de la prensa escrita se miran insignificantes. La publicación de periódicos reporta ingresos anuales por 9 mil 850 millones de pesos (la cuarta parte que la televisión), de los cuales 7 mil millones provienen de la venta de publicidad (sobre todo gubernamental) y el resto por ventas propias. Al margen de la publicidad, la situación de la prensa nacional es escalofriante en tres ámbitos de soporte económico: venta, tiraje y distribución, que desde 1994 reportan una caída constante (con un ligero repunte en 1999 y 2000)10. Si en 1994 se vendían 9.87 ejemplares por habitante, en 2006 la relación fue de 6.80. El tiraje total, aquel año, fue de un millón 90 mil ejemplares y 12 años después apenas sumaba 829 mil. La circulación pasó en el mismo periodo de 908 mil ejemplares a 731 mil. Sólo ha aumentado la circulación de los diarios de mediodía11. En total, se calcula que aproximadamente 2 millones de mexicanos, de 110 millones que suma la población, lee algún periódico. Esta falta de mercado se traduce en lo económico en una dependencia casi absoluta de la publicidad gubernamental y privada. Al mismo tiempo evidencia la falta de arraigo de los periódicos en la sociedad. Aunque el número de periódicos hace pensar en condiciones de competencia favorables para la calidad de la información –esto es, ofrecer un mejor producto para 7


ganar lectores--, en la realidad el mercado también padece los efectos de la concentración, aunque no al grado de la televisión. Mientras la industria de la TV está controlada por dos grandes consorcios (Televisa y Televisión Azteca, que concentran 86.7 por ciento de la cobertura y 97 por ciento de la audiencia), en la prensa se amplia el espectro, pues hay diarios que dominan en el mercado nacional y otros que controlan los mercados locales. Pero incluso en este sector la competencia es limitada y desigual. De los 26 periódicos nacionales, sólo tres concentran la mayor parte de los ingresos por circulación y publicidad: Grupo Reforma, El Universal y El Sol de México. Pero las cifras al respecto son inciertas, pues ninguno de los periódicos está obligado a hacer públicos sus ingresos12. La falta de cifras económicas en la prensa mexicana impide evaluar la situación real por la que atraviesan los periódicos y, a su vez, el impacto de ésta sobre las condiciones laborales. Pero un indicio de lo que ocurre lo ofrece el reporte financiero de El Universal correspondiente a 2006-200713. Tabla 1 Radiografía numérica de El Universal, 2006-2007 (millones de pesos de diciembre de 2007) Concepto

2006

2007

Variación real

Activos

1,653.6

1,574.2

-4.8%

Pasivos

839.9

719.8

-14.3%

Ventas

1,812.5

1,738.0

-4.1%

Utilidades

49.9

32.9

-34.1%

Empleados*

1,619

1,234

-23.8%

* Número de personas. Elaborado con información de los reportes trimestrales de El Universal a la Bolsa Mexicana de Valores.

En la radio, las cosas no van mejor: generó un volumen de negocios de 3.4 mil millones de pesos anuales y captó sólo 12 de cada 100 pesos de la publicidad, entre 1998 y 200514. En este sector, la supremacía la detentan los programas musicales, que captan la atención de 87 por ciento de la audiencia, frente a 46.8 por ciento de los noticiarios15. Cabe añadir que los periodistas de radio y televisión se encuentran en desventaja en materia salarial, respecto de quienes trabajan en prensa escrita porque para ellos no aplica el salario mínimo profesional establecido por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos. No es el caso para los técnicos y trabajadores de otras áreas, protegidos por el contrato colectivo Sindicato de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión, que les concede mejores condiciones laborales. 8


En suma, el esquema de concentración de medios ha unificado en favor de los empleadores criterios desfavorables de contratación y condiciones laborales para los trabajadores (reporteros, redactores, editores, fotógrafos). Esto se demuestra en el caso de la televisión, que es el sector más rico de la industria de medios y el principal generador de fuentes de empleo (37 de cada 100 labora en esta industria), pero que ofrece salarios por debajo de la prensa, un sector con ingresos “más modestos”. De acuerdo con la información elaborada por Francisco Vidal Bonifaz, los periódicos gastan 2 mil 776.9 millones de pesos en salarios para sus empleados; la televisión, mil 658 millones, y la radio, 772.3 millones de pesos16. Estas cifras generales de la derrama económica en salarios esconden tras de sí otro fenómeno laboral en los medios: la disparidad salarial al interior de las empresas. Hay directivos que pueden sumar ingresos por 300 mil pesos mensuales y, en contraste, reporteros, redactores y fotógrafos con ingresos de mil 500 pesos mensuales. 1.3. Las redacciones en “reestructuración” En el entorno actual de restricción económica, se ha recrudecido la competencia de los grandes medios por los ingresos de la publicidad y venta de contenidos. En este escenario, los primeros sacrificados son los trabajadores y, por ende, la calidad de la información. Los empresarios de medios han adoptado procesos de “reestructuación” para generar ahorros, en detrimento de las condiciones laborales, cada día más adversas para sus empleados (falta de seguridad social, salarios bajos y estancados, trabajo a destajo en el esquema multimedia por el cual no reciben remuneraciones extras, despidos masivos). Estas “restructuraciones” se agudizaron a partir de este año por los efectos en México de la crisis económica en Estados Unidos. El otorgamiento de la publicidad gubernamental, además, no se rige por criterios de tiraje o circulación, sino bajo esquemas discrecionales que hacen suponer “amiguismo” e “influyentismo”, lo cual genera una red de intereses en la que quedan atrapados los periodistas, la calidad de la información, los lectores y su derecho a la información. Ninguno de los medios ofrece más que la competencia porque su pelea no está en los lectores o las audiencias, sino en la publicidad que les provee el gobierno, como principal cliente, y la iniciativa privada.

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2. Marco legal En el ámbito federal, los medios de comunicación y la labor periodística se rigen dentro del marco normativo de la Constitución, la Ley de Imprenta, la Ley de Radio y Televisión, la Ley de Telecomunicaciones y la Ley de Acceso a la Información. Este marco legal, sin embargo, se evidencia insuficiente para garantizar las condiciones laborales de los periodistas, proteger plenamente el derecho a la información de los ciudadanos, combatir los vicios monopólicos de la industria y establecer reglas claras para el otorgamiento de la publicidad. Diversos sectores sociales pugnan hoy por la urgente revisión y actualización de leyes vigentes para regular el poder de los medios, su control sobre la información y su relación con los poderes públicos. Sin embargo, nadie ha exigido hasta ahora una legislación que garantice la integridad física, la seguridad laboral y las condiciones necesarias de libre expresión de los periodistas, cuando son ellos, a final de cuentas, el eslabón entre la sociedad y los medios17. Las corporaciones han recibido del poder político beneficios legislativos que han permitido su expansión y prácticas oligopólicas, y que han dejado de lado una regulación que garantice la existencia de los medios comunitarios. Ha habido acciones positivas, no obstante, como la despenalización de los delitos de calumnia, difamación e injuria, y la propuesta de federalizar el delito de agravios contra periodistas. Esto, a partir de que el estado se ha mostrado ineficiente para resolver las agresiones y asesinatos. 2.1. Derecho a la información, la transparencia y la rendición de cuentas. La Constitución establece el derecho a la información como una de las garantías individuales. Esto incluye la libre expresión de las ideas, la investigación y publicación de información, y el rechazo para cualquier tipo de coacción sobre quienes ejercen este derecho18. A pesar de lo anterior, no hay leyes secundarias que garanticen los mandatos constitucionales frente a los riesgos de la censura y la autocensura que priva en los medios y entre los periodistas por razones de línea editorial y de intereses políticos y económicos que, al final, limitan el ejercicio de la libertad de expresión de los periodistas y de acceso a la información de los ciudadanos. Nadie está dispuesto a 10


contravenir a su medio ni recurrir a la ley si está de por medio su empleo. Esa es la realidad. Otra herramienta legal en favor del ejercicio periodístico y el derecho a la información es la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, vigente desde 200319, que obliga a los poderes, órganos federales, entidades y municipios a transparentar sus acciones, ha abierto la información gubernamental20, aunque de manera desigual en el país. 2.2. Ley de imprenta La Ley de Imprenta, que tiene más de 90 años, es considerada caduca e inoperante en el nuevo entorno mediático dominado por los medios electrónicos y el Internet. Además, resulta intimidatoria para el ejercicio periodístico al mantener los llamados “delitos de prensa” (como los ataques a la moral o la vida pública), a los que pueden recurrir quienes se consideran “afectados por el ejercicio indebido de la libertad de expresión”21. Desde hace una década se han realizado iniciativas para modificarla, pero sigue vigente. 2.3 Defensa de los periodistas Ante la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad de los periodistas, este año se inició en la Cámara de Diputados la discusión en torno de una propuesta de ley para la federalización de los delitos contra periodistas. En términos generales propone que cualquier hecho de intimidación, amenaza o atentado contra periodistas sea de competencia federal, es decir, que lo atraiga la Procuraduría General de la República para evitar la impunidad y la falta de respuesta de autoridades judiciales locales. Una las características de esta propuesta es que reconoce las agresiones a la actividad periodística en general y no sólo a los reporteros, con lo cual incluye a camarógrafos, fotógrafos o cualquier otra persona que participe en el proceso informativo22. 2.4. Secreto profesional En el Distrito Federal y otras entidades como Chihuahua y Morelos recientemente se aprobaron leyes que amparan al secreto profesional como un derecho que ampara ante los poderes judiciales que pretenden obligar al periodista a revelar sus fuentes. Sin embargo, en el resto del país no existe esta regulación23.

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3. Situación laboral Nada más difícil de analizar que la situación laboral de los periodistas en México. A la complejidad del tema, se agrega la falta información estadística y datos precisos que nos permitan configurar el perfil del periodista en México. ¿Cuántos son? ¿Dónde están? ¿Cuántos son mujeres y cuántos hombres? No sabemos. Según la periodista Alma Delia Fuentes, experta en periodismo de investigación y rastreo de información, una de las graves dolencias del periodismo mexicano, mismas que han impactado no sólo en su organizacion sino en su seguridad y en su remuneracion, es que no hay un colegio de periodistas. “No hay ningún documento que te ‘acredite’ o te permita ejercer como tal ni ningún otro instrumento que permita saber cuántos somos y cómo somos. Jamás se ha hecho un censo serio de periodistas en México”. Una única pista la ofrece el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, que calcula entre 40 mil y 60 mil periodistas en el país24. Más allá, está todo por hacerse. 3.1. Los contratos En México el periodismo es una profesión de alto riesgo, sometida además a condiciones de "simulación" en los derechos laborales. Actualmente, la mayoría de los periodistas son contratados de manera verbal o por honorarios, no reciben prestaciones legales ni seguridad social. En ocasiones es condición para ingresar a un centro de trabajo la firma de una hoja en blanco que puede ser usada en el futuro como renuncia a sus derechos en caso de despido25. Aun en los medios nacionales de más prestigio, los exámenes médicos requeridos para la contratación incluyen la prueba de embarazo y de VIH, a pesar de que la Constitución lo prohíbe. Las empresas simulan que sus empleados cuentan con un sindicato que vela por sus derechos, aunque aquellos nunca llegan a conocerlo ni reciben de éste beneficios o protección. En los contratos no se estipulan las jornadas laborales de las y los periodistas, que por ley debían ser de ocho horas diarias. A falta de un horario de trabajo, las empresas exigen de sus trabajadores las horas necesarias, siempre más de diez. No se

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acostumbra el pago de horas extras, días festivos ni prima dominical, entre otras prestaciones de ley. Algunas empresas ofrecen seguros de gastos médicos privados a sus trabajadores, del cual paga una contraparte el trabajador. Sin embargo, la gran mayoría cuenta con los servicios públicos de IMSS, si es que están contratados en nómina. Esto, a pesar de que la presión a la que un periodista está sometido es similar a la de un controlador aéreo y que sus asignaciones muchas veces son riesgosas26. 3.2. Los salarios Aunque la labor de reportero está reconocida como "profesión" por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CNSM), sólo aplica teóricamente para quienes laboran en medios impresos y para los fotógrafos, y no para quienes laboran en otros medios de comunicación como radio, internet o televisión. El salario mínimo profesional vigente en el año de 2008 estipula, dependiendo de la zona, entre 148.05 pesos y 157.56 pesos diarios (alrededor de 15 dólares americanos), a pesar de que el periodismo en México es una profesión de alto riesgo. Los salarios son discrecionales y dispares en la mayoría de los medios. Pocas empresas cuentan con un esquema de escalafón y aumentos salariales transparente. Los salarios son variables y desiguales porque los criterios para definir los estándares o categorías laborales son subjetivos y arbitrarios. Bajo esta lógica, las mujeres y las generaciones jóvenes resultan ser las más afectadas. Hay jefes que ganan hasta 300 mil pesos (al mes) y gente que gana 50 pesos al día o no gana hasta que le publican la nota, si no, no se paga. Hay quienes trabajan gratis en radios comunitarias y son periodistas, no reciben sueldos. Un 10 por ciento gana bien y cuida su plaza como oro27.

De acuerdo con el investigador Raúl Trejo Delarbre, Salarios y prestaciones varían significativamente de una empresa a otra. Hay trabajos, como el de los reporteros, que casi nunca están reglamentados. Las jornadas laborales, así, se extienden sin control y los directores, jefes de redacción o productores, según sea el caso, adquieren un impresionante y virtualmente absoluto control sobre el trabajo de sus subordinados. Ritmos de trabajo, jornadas e incluso salarios y posibilidades de tener acceso a prestaciones se asignan según la conveniencia de las empresas28

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En Oaxaca, por ejemplo, las direcciones o subdirecciones de noticias tienen asignado un salario de entre 10 y 16 mil pesos mensuales (mil y mil 600 dólares); las jefaturas de información o redacción, entre 6 y 11 mil pesos (600 y mil 100 dólares), y los reporteros reciben entre tres y ocho mil pesos mensuales (300 y 800 dólares)29. En el caso de las corresponsalías, hay quienes cobran por nota publicada, tienen un sueldo fijo u obtienen una compensación simbólica. 3.3. 'El chayo' y otras compensaciones Muchos periodistas de medios de comunicación pequeños y locales que ganan salario mínimo (no profesional) se ven obligados a colaborar para distintos medios, tienen otros empleos (algunos en el gobierno local) o reciben "chayo" o compensaciones para incrementar sus ingresos. La falta de compromiso entre patrones y trabajadores –señala Carolina Velásquez, de CIMAChan orillado a los periodistas a estar muy cerca de las instituciones y estructuras del poder. Los reporteros son fácilmente corruptibles y no necesariamente por dinero, sino porque se la pasan muy cerca del poder, adquieren más beneficios afuera que en su empresa periodística30

En la década de los noventa, con el nacimiento del periódico Reforma, comenzaron a cambiar algunas reglas no escritas en la relación prensa y el poder, aunque antes hubo otros periódicos como La Jornada, y revistas como Proceso que escaparon a los esquemas de corrupción imperantes. Los códigos de ética de las empresas periodísticas prohibieron los regalos gubernamentales para los reporteros y a éstos la venta de publicidad. Los medios además asumieron el costo de los viáticos de los reporteros asignados a coberturas de políticos, que antes se cargaba al erario. Sin embargo, los niveles salariales en general no se adecuaron al nuevo contexto. La última década surgió el fenómeno de los narcoperiodistas, que son comunicadores que trabajan –por gusto o por presiones— para los carteles de la droga. Ellos reciben buenas compensaciones por sus servicios. Entre las bitácoras de los capos de la droga capturados se han encontrado nombres de periodistas en la nómina. Los reporteros ya saben que no se deben meter. Les avisan los propios reporteros que se sabe trabajan con los mafiosos. En cada ciudad hay identificado un grupo de reporteros, especialmente los que cubren la nota policiaca, que son contactados por un representante de los mafiosos. Regularmente es alguien que decidió pasarse al lado de los delincuentes. Hay reporteros que por miedo son obligados a tomar dinero y a comprometerse a publicar o no publicar, de acuerdo con la orden31

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3.3. Los despidos En las redacciones de los grandes medios se han dado recientemente varios procesos de "reestructuración" que implican cierres de departamentos enteros o despidos masivos de empleados. Esta situación, que comenzó tímidamente hace una década, se agudizó los últimos dos años. En algunos casos se pide la renuncia a los empleados bajo el argumento de un pobre desempeño profesional, y con esto renuncian a una liquidación a cambio de una carta de recomendación. En la mayoría de los casos, los empleadores ofrecen el pago de una liquidación menor a lo que estipula la Ley Federal del Trabajo y los despedidos se ven obligados a negociar con la empresa para llegar a un acuerdo o a contratar un abogado. Los empleados despedidos que quieren hacer valer sus derechos dirimen sus diferencias en un juicio ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, el cual puede tardar más de dos años en resolverse y que no siempre resulta favorable para el trabajador, lo que desincentiva a quienes consideran que sus derechos fueron violados. De acuerdo con la abogada Claudia Ruiz, Lo que estaba pasando en otras ramas, ya pasa en el periodismo. Si se embarazan, las despiden; si se enferman, los despiden; si se accidentan, los despiden. O porque engordan o no da el tipo porque está feo o porque ya no les gustó, los corren32

3.4. El nuevo perfil demográfico Las redacciones mexicanas están llenas de jóvenes. La plantilla laboral pocas veces supera los 40 años. Es una práctica común de las empresas rescindir el contrato a los más viejos, congelarlos en áreas menores sin aumento de sueldo, hasta que ellos mismos se cansan y renuncian, o despedirlos para pagar una liquidación y ahorrarse la jubilación. Las vacantes son ocupadas por estudiantes de los últimos semestres de la carrera de periodismo o recién egresados, que son puestos a prueba y sin la posibilidad de cobrar salario hasta que "demuestren" su capacidad. En algunas empresas los trabajadores aceptan esta situación por meses o, incluso, por años. Es el costo a pagar para "ganarse" una plaza. Lo aceptan por la escasez de empleo y la abundancia de egresados de las escuelas de periodismo. “El año pasado, 90 por ciento de los egresados de las carreras de comunicación estaba desempleado y por

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cada siete mil egresados solamente 72 obtendrán empleo", señala Jaime Guerrero33, presidente de la Fraternidad de Reporteros de México. 3.5 La multimediatización, la subcontratación y el uso de externos Con la "multimediatización" que desde hace una década impera en los medios mexicanos -proceso que se ha acelerado en los últimos dos años- las empresas periodísticas diversificaron su oferta de contenidos, pero los mismos trabajadores tienen que producir productos para prensa escrita, Internet, radio y televisión, con el mismo salario o incrementos ínfimos. Los consorcios mediáticos tienen más ingresos y los empleados más trabajo, pero no más salario. Igual que en industrias como la electrónica, textil o maquiladora, los medios de comunicación se han sumado a la tendencia del outsourcing y la subcontratación. Algunas empresas periodísticas ya comenzaron a rescindir los contratos de toda su plantilla laboral para recontratarla como si fueran auxiliares o trabajadores de oficios varios, lo que reduce el pago de cuotas al IMSS y los salario a 49.50 o 52.59 pesos diarios34. Con esta práctica evaden impuestos y el trabajador ve afectadas las cotizaciones de su seguro médico, su jubilación y los créditos para vivienda. En otros casos, han despedido a su plantilla laboral y sólo tienen tratos con periodistas independientes, que no tienen más derecho que la paga por el trabajo realizado, sin generar ninguna antigüedad o derecho. 3.6. La situación de los freelancers La desprotección total la viven los periodistas independientes o freelance. Según una investigación de la Fundación Rory Peck (2007)35[10], el perfil promedio del freelance en México es el siguiente: la mayoría son hombres (72%) en un promedio de edad de 37 años; no cuentan con ingresos económicos permanentes (60%); trabajan como freelancer porque es su única opción para ejercer su profesión (32%); labora para dos o más medios de comunicación (86%) y la mayoría (71%) para medios nacionales. El freelance tiene un ingreso aproximado de entre 300 y 500 dólares americanos al mes, aunque en lugares como Guerrero o Veracruz es normal recibir ingresos de entre 100 y 250 dólares mensuales. Además, por la condición de su trabajo, la mayoría no cuenta con acceso a seguro médico, de vida o de equipo de trabajo (65%). 16


En la mayoría de los casos son contratados de manera verbal por sus empleadores y sólo 6 por ciento tiene un contrato que acredite los términos de su relación laboral. En los casos en que hay contrato de por medio, éste estipula que de haber demanda judicial, enfermedad o accidente de trabajo, la empresa no reconocerá su vínculo laboral. Además, se le pide ceder los derechos de su información al medio, el cual podrá reproducirla a conveniencia. Cada vez es más común que el medio se apropie de la propiedad intelectual, se da más en los fotógrafos, y luego los demandan por usar sus fotos, aunque es su trabajo. Les dan a firmar contratos tipo americano donde se exige secrecía y exclusividad por los derechos de autor 36.

La mitad de los encuestados por la Rory Peck han sido amenazados por funcionarios públicos y policiales, traficantes de personas, grupos paramilitares y guerrilleros, organizaciones religiosas y movimientos sociales. La encuesta refleja que 86 por ciento de los periodistas independientes no pertenece a ninguna organización de profesionales de medios de comunicación ni a sindicatos. Los freelancers no encuentran organizaciones gremiales ni asociaciones en las que ampararse o recurrir para la defensa de sus intereses, lo que es común en todo el gremio. 3.7 La situación femenina En las redacciones de los medios de comunicación y en las facultades de periodismo es evidente el incremento en el número de mujeres. Según la relatora para la Libertad de Expresión de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, seis de cada 10 trabajadores de los medios de comunicación son mujeres37. Sin embargo, este avance numérico no se refleja en salarios, igualdad de trato, oportunidades de desarrollo ni acceso a puestos directivos. De acuerdo con Jaime Guerrero, las mujeres periodistas han tenido un trato "infrahumano" en las redacciones de los medios, con salarios y oportunidades de desarrollo menores que las de sus colegas varones, en un ámbito en el que impera el hostigamiento sexual38. Como en todos los ámbitos, las periodistas están en los rangos inferiores de salario en sus empresas. Su desarrollo se ve frenado por los prejuicios sobre el rol femenino y el hostigamiento sexual. Se les ha restado capacidad a las mujeres desde el punto de vista empresarial. No son las que trabajan los temas fuertes, los temas duros, los que llevan a 'ocho columnas' en un medio (…) Cuando una mujer tiene 10, 15 o más años en el gremio se le tilda de inepta o de fósil, cuando un

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hombre tiene 20 ó 25 años de trabajo se le considera un experto. Nosotros consideramos que eso es marginación39.

En algunos medios de los estados, los jefes de información consideran que las mujeres no pueden salir de la ciudad a cubrir una nota, que no puede estar sola en hoteles, o que hará cosas indebidas fuera de la ciudad. No es raro que a las mujeres embarazadas se les despida de sus trabajos y se les regateen sus permisos de maternidad. También es difícil para ellas, en las condiciones actuales de subempleo y bajo ingreso salarial, pagar guarderías privadas donde puedan dejar a sus hijos. La periodista Sara Lovera señala: "La labor en medios de comunicación es una profesión mayoritariamente femenina, tan sólo en las carreras de comunicación ronda el 90 por ciento. Sin embargo, nuestra presencia como trabajadoras ha traído la pauperización de los salarios y malas condiciones de trabajo. Somos mayoría, pero los hombres son los propietarios de los medios"40. Los datos son escasos, pero hay algunos estudios de caso que ilustran la situación en los estados. En Oaxaca, por ejemplo, 29 por ciento de los reporteros son mujeres y una abrumadora mayoría tiene una formación académica por encima de sus pares varones. En un medio impreso de la ciudad de Oaxaca, de 18 reporteros, cuatro son mujeres y todas con licenciatura; en contraste, de los 14 hombres, sólo cuatro tienen estudios superiores. En una estación de radio, de siete reporteros, tres son mujeres, todas ellas con licenciatura y de los cuatro reporteros, sólo uno tiene estudios universitarios. De los ocho diarios registrados, todos tienen como director general a un hombre. Sólo hay mujeres directivas en un semanario, una gerencia general de una filial de televisión y dos agencias de Internet. Las cifras lo dicen: sólo 16% de los puestos de alta dirección en esta entidad están ocupados por mujeres. Sus trabajos son temporales: durante las últimas dos décadas han ingresado al mercado laboral local más mujeres, pero duran poco en el medio. Las causas más frecuentes por las que las mujeres dejan de laborar son: por contraer matrimonio o porque empiezan su etapa reproductiva. Otras cambian de residencia o se incorporan a oficinas de comunicación social del Gobierno para mejorar horarios y salarios, lo que favorece sus actividades familiares.

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4. Agresiones a Periodistas 4.1 Los asesinatos y agresiones En 2005, la Cámara de Diputados conformó un Grupo de Trabajo de Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación. El 15 de febrero de 2006, fue creada la Fiscalía Especial para la Atención de los Delitos contra Periodistas. El 18 de abril, la Cámara de Diputados aprobó una reforma parcial del Código Penal federal, que ya venía avalada por el Senado, reconociendo la protección del secreto de las fuentes; y otra despenalizando los delitos de prensa (calumnia, difamación e injuria). Para la organización Reporteros Sin Fronteras, éstas fueron sólo "buenas intenciones" que no impidieron que ese año se obtuviera uno de los peores balances de los últimos diez años: "Con nueve periodistas asesinados y tres desaparecidos, el país arrastra el peor balance del continente y se coloca detrás de Irak, por el número de profesionales de los medios de comunicación muertos en 2006" 41. El informe estuvo plagado de casos sobre atentados a medios, asesinatos a periodistas, desapariciones, violaciones sexuales, detenciones judiciales y juicios penales, y la situación no ha mejorado desde entonces. Según la SIP, en 2007 y 2008 se mantuvo el nivel de "alto riesgo", tanto por los asesinatos y agresiones físicas a los comunicadores, como por el nivel de impunidad por crímenes que siguen sin esclarecerse. La Comisión ha realizado 50 recomendaciones al Gobierno federal para que garantice la libertad de expresión en el país, sin embargo, a decir del propio visitador "la impunidad por parte de quienes realizan los agravios y las deficiencias en cuanto a la investigación por parte de las autoridades obstaculiza la procuración de justicia". La impunidad es el sello de los crímenes contra periodistas. Inclusive, la fiscalía especial de la PGR no ha sido eficaz en la investigación: de los 136 casos que ha tenido bajo su jurisdicción desde su creación, en 2006, sólo tres han sido consignados ante un juez. El Informe Buendía 2007: Análisis sobre los obstáculos a la libertad de expresión en México42 reportó 113 casos de obstáculos a la libertad de expresión contre medios y reporteros en 2007. Los incidentes con mayor recurrencia fueron las amenazas e intimidaciones (30.1%), las agresiones físicas (24.8 por ciento), atentados (8%),

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detenciones (5.3 por ciento), asesinatos y actos de censura (4.4%). Sólo el año pasado hubo cinco asesinatos y cuatro periodistas desaparecidos. El primer balance preeliminar independiente realizado este año y presentado en el Primer Encuentro por la Defensa de los Periodistas, lleva un registro de 95 casos de agresión contra periodistas durante el primer semestre del 2008, casi el doble de los agravios registrados en el mismo periodo en 2007. Los trabajadores se han caracterizado por su apatía y, como bien señaló la misión internacional de la ONU que viajó a México: “una peligrosa indiferencia” ante los asesinatos de colegas. 4.2 Autocensura, estigmatización y veto publicitario Como consecuencia directa de las tácticas de terror que aplican las mafias y ante la desconfianza que pesa sobre las autoridades estatales y federales --posiblemente vinculadas con el crimen organizado--, los periodistas y sus empresas han optado por la autocensura. Las amenazas, 'levantones' (subir a un vehículo a una persona de la que no vuelve a saberse o a la que se amenaza y libera más tarde), los secuestros y extorsiones se han convertido en algo común. Los 'tableados' aumentaron, son reporteros que fueron llevados a un lugar dehabitado y castigados severamente a tablazos en el cuero por publicar historias incómodas para los maleantes. Si anterioremente algunos medios estabana acostumbrados a no publicar críticas al gobierno por los convenios publicitarios, ahora lo han dejado de hacer por las amenazas a los reporteros y a las salas de redacción43.

En algunas regiones del país, las empresas no divulgan la información relacionado con las bandas del narcotráfico o existen acuerdos para firmar las notas como "especiales", "de la redacción" o "del staff" para no arriesgar a sus autores. La misión internacional de la ONU identifica otros dos fenómenos que alientan la autocensura y limitan la prensa libre y plural: "La manipulación por parte de los gobiernos estatales y federales del presupuesto destinado a la publicidad oficial, con los que se pretende orientar la información, así como la alta concentración de medios de comunicación en pocas personas o grupos empresariales vinculados a diferentes ramas de la economía y con sectores con enorme poder político, empresarial y religioso"44.

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5. Situación sindical 5.1. Pocos sindicatos y poco representativos En México hay pocos sindicatos de periodistas que cumplan con el cometido de velar por los intereses de los trabajadores y, en cambio, prevalece la aversión de los periodistas a esas figuras de organización gremial. Los sindicatos de los medios de comunicación se encuentran fragmentados y hay múltiples agrupaciones, lo que "divide y debilita a los trabajadores"45. Para el analista Raúl Trejo Delabre, los problemas del sindicalismo de la prensa, además de la dispersión organizativa, son: la heterogeneidad ideológica que ausenta todo debate; su segregación del movimiento obrero; no impulsan proyectos programáticos; la escasa actividad interna; la disparidad de condiciones laborales; las pocas posibilidades de capacitación y lo joven de las organizaciones e industrias. Sólo un periódico con cobertura nacional tiene sindicato democrático y activo (La Jornada), además de la agencia de noticias gubernamental Notimex y las radios y televisoras públicas. Algunas agencias de noticias internacionales están agrupadas en el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, que ha perdido convenios con algunas empresas en los últimos años. (Ver cuadro Anexo 1) Los periodistas han ido perdiendo derechos y representación y existen cientos de asociaciones de periodistas que, aunque parecieran aglutinar a muchos grupos, no tienen peso en el contexto actual. Las asociaciones históricas no trascendieron a la vieja usanza de la cercanía al poder, tienen formas de organización corporativas y actualmente no tienen presencia entre los periodistas jóvenes, quienes las ven con desconfianza46.

Aunque en México hubo gran tradición sindical (apegada al PRI), en los años recientes los sindicatos se dividieron, las empresas se sacudieron de encima a los líderes y las nuevas generaciones rompieron con las agrupaciones históricas de periodistas. Como bien lo refleja el estudio de la Rory Peck, el 86 por ciento de los periodistas mexicanos independientes no pertenece a ninguna organización de profesionales de medios de comunicación ni a sindicatos; esta situación es común en todo el gremio. La situación no ha variado mucho de la diagnosticada en julio de 1999, en Guatemala, donde se reunieron dirigentes sindicales de Centroamérica y México, bajo el auspicio de la Federación Internacional de Periodistas (FIP). Allí se señaló que los 21


sindicatos han tenido una incapacidad gerencial y estructuras frágiles; sus dirigencias tienen una dudosa reputación y el gremio se caracteriza por su falta de unidad. Además, los periodistas no participan de las actividades gremiales; desconfían permanente de las organizaciones; son individualistas y tienen miedo de que los empleadores los estigmaticen como problemáticos por organizarse. A lo anterior se suma que los patrones impiden la organización; las autoridades laborales no supervisan lo que ocurre en los medios y las organizaciones sociales se han mantenido indiferentes a esta situación47. Un sondeo del SNRP entre periodistas indicó que 90% de los entrevistados no están interesado en afiliarse a ningún sindicato "debido a su mala reputación, por el enriquecimiento de sus líderes sindicales, los casos de corrupción al interior del sindicato, entre otros factores"; 70% considera que no hay un sindicato verdadero que defienda a los periodistas y 80% que en México no se respetan los derechos laborales del gremio ni la libertad de opinión. 5.1 Relación prensa-sindicatos Según Carolina Velázquez, ex sindicalista y hoy jefa de información de la agencia de noticias Cimac, la organización sindical de los periodistas se ha modificado de la misma manera en que se ha transformado el país. En los 70 hubo sindicatos charros, muy corporativistas, con estructuras de comités o uniones muy cercanas al PRI porque este país estuvo muy controlado esos años, y los medios y periodistas no estuvimos alejados de esto. Entre más cercanía, más privilegios. Luego, en los 80, hubo una época de sindicatos independientes e intentos de agrupaciones nacionales, había toda una influencia de intentos de sindicalismo independiente en México, no sólo en la prensa. En el 95 hubo despidos en los medios, se peleó para que se creara un salario mínimo para periodistas y se aprobó, pero acabó siendo un problema (…) La agrupación que se formó terminó derrotada, acabaron por pleitos de reporteros, porque era muy de estructuras de poder48

No hay una tradición de organización entre los periodistas, que suelen ser individualistas y competitivos por el alto nivel de desempleo. Las agrupaciones se dividen por pugnas internas y las relaciones laborales son discrecionales entre el empleado y su jefe inmediato. Los intentos de organización sindical han fracasado. La corrupción, las pugnas internas por el poder, la cercanía con los políticos, así como la reacción de las empresas en su contra, han terminado acabar con estas organizaciones. De acuerdo con Pedro Reyes,

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En general, los sindicatos que han actuado en el ámbito de la prensa no resultan representativos de los trabajadores. No existen sindicatos en los medios, ni siquiera son conocidos ni conocen a sus representantes ni existen negociaciones colectivas, y las empresas acosan constantemente a quienes intentan organizar un sindicato. A ningún periodista no se le escapa que tenemos una tradición de corrupción sindical, un problema de corporativismo serio que ha hecho que la voz de los sindicatos se enrarezca y haya perdido la capacidad de hablar de los intereses generales para hablar de los intereses de un líder. También hay un problema en la manera como informan sobre los temas sindicales: en el periodismo se entiende que las discusiones sindicales son meras expresiones de un conflicto político entre partes, no transmiten que en las posiciones se están jugando asuntos fundamentales que afectan a la gente que ese sindicato defiende49.

Por su parte, la mayoría de las empresas no se han hecho cargo de las condiciones de vida de sus trabajadores. Los dueños han estado cercanos al poder, establecieron una relación de intercambio de favores y se hicieron dependientes debido al mecanismo de favorecer o castigar a los medios con la publicidad gubernamental. Los medios no se han responsabilizado de las condiciones laborales de sus periodistas, se lo han dejado al Estado, que lo resuelvan afuera. No hay quién se responsabilice de las condiciones laborales y estamos tan cerca del poder que creemos además que somos libres e independientes. Es una desgracia50.

Hay casos de empresas que contaban con sindicatos históricos y crearon uno nuevo como fachada para que los trabajadores se deshicieran del sindicato antiguo. Cuando lograron desaparecerlo con el apoyo de sus empleados, también se deshicieron de la nueva figura, despidieron a sus líderes y los empleados se quedaron sin protección ni representación. 5.2 Estudio de caso La Jornada El Sindicato de Trabajadores de La Jornada es un caso emblemático en la ámbito de la representación gremial. No sólo por su origen, pues nació apoyado por la empresa. También porque hasta ahora ha sido capaz de mantener los principales beneficios de su contrato colectivo de trabajo, entre ellos, la indexación de la inflación al salario cada tres meses y la escala móvil de salarios que permite a los trabajadores aspirar a incrementos salariales cada año, con base en su desempeño calificado por una comisión de la empresa y otra del sindicato. A pesar de las divisiones, las pugnas internas y la falta de interés de los trabajadores más jóvenes y de menos antigüedad en el diario –reporteros, fotógrafos, redactores, auxiliares—, el Sitrajor ha logrado “sobrevivir al embate del esquema

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empresarial neoliberal” y sostenerse como una de las representaciones gremiales más importantes del medio periodístico, con base en un esquema de colaboración con la empresa en momentos de crisis. Más que un sindicato se ha convertido en una asociación de trabajadores que ha logrado reivindicar con mucha dificultad los derechos laborales, sobre todo por los conflictos internos y la falta de interés de los jóvenes que se comportan con miedo en la defensa de sus derechos y lo único que logran es deteriorar la capacidad de lucha. Y es que creen que los periodistas son una casta aparte y se olvidan que también son trabajadores51.

5.3 Estudio de caso: Radio Educación y el burocratismo de los medios públicos Otro es el caso de las radiodifusoras y televisoras públicas, donde los directivos acusan a los sindicatos de las trabas que impiden la competitividad. Quizás el caso más radical es Radio Educación, cuyos trabajadores están adscritos al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, una de las organizaciones gremiales con mayores privilegios para sus afiliados y dirigentes. Por los usos y costumbres que se van adquiriendo, el trabajo de noticias no es dinámico, se vuelve burocrático y hay muchos excesos. Por ejemplo, hay un cúmulo de faltas que justifica el sindicato; gente que trabaja dos o tres horas al día; noticieros que empiezan tarde porque los trabajadores no están de acuerdo en madrugar; exceso de permisos especiales; resistencia a la profesionalización y a las evaluaciones. Son un montón de usos y costumbres que van enquistando el trabajo del reportero y eso hace que el resultado final sea de poca calidad. En todos los medios públicos no hay posibilidades de contratar a productores externos para trabajos especiales si no se le paga al sindicato una multa por el desplazamiento de su personal52.

5.4 Entre el desinterés, la mala imagen, el individualismo y el miedo De acuerdo con el Índice de confianza en instituciones, de Consulta Mitofsky, los sindicatos ocupan uno de los últimos lugares de la tabla, sólo por encima de la policía y los partidos políticos. La percepción social de los sindicatos la comparten los periodistas y la difunden los medios de comunicación. La individualidad ante los asuntos laborales, el miedo al despido y la desunión gremial ayudan a que la precarización avance sin freno. Sobre esto, Raúl Trejo Delarbre señala Llevo años presenciando la reticencia de los periodistas a organizarse, no sólo en temas laborales, también de calidad del trabajo, de diseño de códigos de ética, hace falta mucho. (En cuestión sindical) los trabajadores se niegan a participar, tienen la idea de que son nocivos para

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los proyectos que impulsa la empresa (…). No hay una idea clara ni se siente la necesidad de tenerlo.

Los periodistas, al no asumirse como empleados, no ven la necesidad de defenderse en bloque. Además, confían en que las leyes son justas y que van a hacer justicia. Claudia Ruiz observa que Hay un problema de conciencia de clase, que no se asumen como trabajadores, es como el ego de la profesión. (…) Sienten aversión a los sindicatos, en parte porque piensan que forman parte de otro estrato social.53

La precarización, la pérdida silenciosa de derechos, los destapes de despidos masivos ha llamado la atención de organizaciones de derechos laborales, pero hasta ahora comienzan a hacerse los primeros diagnósticos de la situación gremial. Aunque la situación colectiva es muy precaria, hay una cultura de rechazo a los sindicatos, pues no se ven beneficios a organizarse. Piensan que las instituciones van a darle cauce a sus causas o que tendrán que defenderse por su cuenta; ligan la capacidad de defensa de sus derechos a la inteligencia o talento personal, no ven que hay una violación de derechos sistemática que tiene que ver con todos, que todos lo están viviendo y todos están en riesgo de perder el empleo54.

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6. La ruptura con las viejas formas, nuevos movimientos y creación de redes 6.1. Las nuevas agrupaciones y redes En 1988 se creó la agencia de noticias CIMAC (Comunicación e Información de la Mujer, AC), que desde hace una década articula en una red nacional e internacional a las periodistas preocupadas por la visión de género en la información. CIMAC no sólo ha logrado colocar en la agenda el tema de las mujeres, con la venta de contenidos propios para diversos medios de circulación nacional. También ha llamado la atención y respaldado a mujeres periodistas en situaciones de riesgo, como en el caso de Lydia Cacho. Además, ha logrado demostrar que hay posibilidades para experiencias laborales independientes. Los varones, hasta ahora, no tienen una red similar. Pero en los últimos años han surgido otras experiencias en ese sentido de periodistas locales o agrupados en torno de temas específicos, como la capacitación en derechos humanos, seguridad pública o temas de corte social. Algunas de esas redes y agrupaciones de periodistas se han vinculado con organizaciones internacionales de prensa con las que han empatado agendas muy específicas para vigilar temas como la seguridad, los asesinatos y las amenazas (como la SIP o RSF); las condiciones laborales de los periodistas freelancer (como la Fundación Rory Peck) o la capacitación (como CEPET con la Fundación Knight). A pesar de la efervescencia entre los periodistas para formar organizaciones y de las muchas convocatorias para mejorar sus condiciones laborales –ya sea en la protección de su integridad física ante amenazas, o en casos de censura y cambios a las leyes que regulan el oficio--, ninguna de ellas hace referencia a despidos, mejora salarial y freno a la flexibilización. 6.2 La efervescencia de los nuevos movimientos Con el intento de imposición de la Ley Televisa, que de común acuerdo entre el gobierno, los concesionarios de medios y los partidos políticos, sacaría del espectro a las radios comunitarias y daría más poder a los concesionarios, se creó un movimiento que agrupó a las radios comunitarias, periodistas reconocidos, organizaciones sociales y políticos disidentes que confluyeron en contra del intento de otorgarles más poder a los grandes medios, a costa de los espacios independientes o pequeños. 26


Esto ha generado la confluencia de varias organizaciones y de asociaciones y ciudadanos organizados por la defensa de la información como un bien público. En el intermedio ha habido censuras a periodistas, como el despido de la periodista Carmen Aristegui, que gozaba de más rating en la radio comercial en horario matutino; el cierre –por pugna comercial- del programa radial de Gutierrez Vivó, el más escuchado en el DF; el arresto de la periodista Lydia Cacho por denuncias de pederastia contra un reconocido empresario textilero; los ataques del arzobispado a la periodista Sanjuana Martinez por sus investigaciones de la pederastia clerical, y el juicio contra el periodista Miguel Angel Granados Chapa. Se suman además los asesinatos de las indígenas triquis Teresa Bautista y Felícitas Martínez, periodistas de la emisora comunitaria La voz que rompe el silencio de Oaxaca, quienes fueron asesinadas el 7 de abril y de las presiones policiales que sufren las radios comunitarias. Esta suma de factores ha impulsado un movimiento que aglutina a organizaciones

internacionales,

locales,

nacionales,

conductores,

políticos,

organizaciones no gubernamentales, grupos feministas y movimientos ciudadanos comprometidos con la defensa del derecho a la información, que no se había visto antes en México. Sin embargo, contrasta que pese al movimiento en el gremio, el grueso de los reporteros permanece apático, sólo atento a su supervivencia, salvando los recortes sistemáticos, soportando la carga de trabajo en el modelo multimedia y renunciando progresivamente a condiciones dignas de empleo.

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CONCLUSIONES El entorno es adverso. Los recortes y las modificaciones de contratos laborales en los medios apenas comienzan, en reacción a la crisis económica que empieza a mostrar su peor faceta. El miedo está instalado en las redacciones porque el puesto de trabajo pende de un hilo. La permanencia en el puesto dependerá de la situación financiera de la empresa o, en el peor de los casos, del humor o las simpatía de un jefe. Hay en marcha varias investigaciones sobre la situación laboral de los periodistas. Sus resultados serán un primer paso, muy importante, para conocer las condiciones en que actualmente se desempeña la labor periodística, porque no hay hasta el momento un diagnóstico confiable y amplio sobre lo que ocurre en el gremio. Urge el diagnóstico para recetar el tratamiento, pues sólo es posible actuar en la dirección correcta si se conoce el problema. Los especialistas consultados y las autoras de este estudio no vemos en la vía sindical una salida para resolver la situación laboral actual de los periodistas. Los sindicatos perdieron la confianza de este gremio, como de muchos sectores sociales. No se percibe en ellos capacidad de respuesta. Los trabajadores –individualistas y pasivos— están más preocupados en su supervivencia (que no los maten o no los demanden penalmente) que en su organización, la que evitan incluso con tal de no tener problemas en sus empresas. Pero el momento obliga a la acción. Es tiempo de dejar atrás el nivel básico de análisis de la situación laboral, centrado en la supervivencia individual, y abordar la discusión de las condiciones laborales como parte integral de un todo que involucra el ejercicio de derechos para asegurar un periodismo de calidad, que aporte salud a la democracia. La adversidad, ya lo dicen, también significa oportunidades. La situación, aunque difícil, puede servir de palanca para acelerar la conciencia de los ciudadanos y los propios periodistas, respecto de la importante labor que desempeña la prensa en la convivencia democrática y ciudadana. Lo parece obvio, no lo es. Por eso es momento de recordar que una prensa libre y un periodismo de calidad sólo subsisten si hay condiciones laborales para los periodistas. Y ya no digamos decentes, sino suficientes para asegurar el derecho a la información.

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¿En dónde vemos las oportunidades? En los mismos puntos negros que relatamos en este estudio. México, al ser considerado el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo, atrajo los reflectores de las principales organizaciones internacionales dedicadas a la protección de la prensa y la vigilancia de los derechos humanos. Ahora más que nunca fluyen apoyos y recursos para la capacitación en temas como seguridad, construcción de agendas y tratamiento de asuntos específicos. Los directivos también están preocupados y solicitan capacitaciones para sus empleados. Hay que aprovechar la oferta de capacitaciones e incluir en la agenda la defensa de las condiciones laborales. El proceso será más fácil si se impulsa desde las organizaciones internacionales, en apoyo de las nacionales, que admiten la necesidad de ayuda y lo dicen: tienen miedo de presentar reportes sobre las condiciones de trabajo en la prensa porque consideran que sería un suicidio, pues el poder de las empresas las enfrentaría a un boicot informativo que anularía toda difusión y presencia de sus actividades y pondría en riesgo su propia existencia. Hay voluntades, pero organizaciones aisladas no pueden solas. Sin embargo, como nunca antes confluye la voluntad de actores diversos dispuestos a pelear, principalmente, por “el derecho a la información” y la pluralidad informativa. Recientemente han surgido en las universidades sitios de monitoreo del contenido de medios, fundaciones dedicadas a brindar programas amplios de capacitación en temas de calidad; blogs de reporteros que denuncian los atropellos que padecen; grupos de estudios sobre el periodismo desde la academia; asociaciones ciudadanas que exigen su derecho a la información; documentales y libros que denuncian la homogeneidad informativa; activismo de las radios comunitarias; estudios sobre la situación de sectores específicos como los freelancers o los reporteros de la frontera; cadenas de reacción rápida frente a cada agresión, desaparición o asesinato; unión de grupos específicos como los feministas que censuran la violencia contra las mujeres periodistas;

iniciativas de unificación gremial para hacer frente a las

situaciones de emergencia y nuevas redes de periodistas con intereses varios. Como no se veía desde los años 90, y como no ocurrió durante los años en que otros actores sociales se involucraron en la construcción de la democracia, el papel de la prensa es tema de debate en los noticieros y mesas de análisis, e involucra a columnistas, líderes de opinión, directivos de medios y a algunos –todavía muy pocos-periodistas. 29


Por el entorno de violencia contra reporteros y la difusión de los casos de asesinatos y agresiones, los ciudadanos comienzan a preocuparse por la suerte de sus periodistas y dejan de sentirlos ajenos. De manera intuitiva si se quiere, asumen o perciben que si el mensajero está mal, el mensaje llega distorsionado. Poco a poco se va tejiendo una red solidaria en torno de los periodistas y hay que aprovecharla. Por eso es momento para incluir en los reportes información sobre sus condiciones laborales y el salario por el que exponen su vida. Es momento de exigir transparencia a los medios, sancionar sus excesos – moralmente cuando menos-- y apoyar a aquellos que intentan la pluralidad. Actor ausente en este debate son los sindicatos, que bien podrían sumarse a la defensa del derecho a la información y a las tareas de monitoreo de medios, porque si éstos no se democratizan, la información no se supervisa y se tolera la inseguridad laboral para los trabajadores de la prensa, los mensajes que éstos transmitan serán interesados, de baja calidad y adversos a las organizaciones sindicales, como actualmente ocurre en muchos espacios de información. Sindicatos y periodistas son actores claves para la construcción de una sociedad plural, abierta y democrática. Son, cada uno en su ámbito, el contrapeso necesario de poder. Las propuestas están sobre la mesa, pero nadie las asume como propias. Hay, por ejemplo, la iniciativa de crear un observatorio ciudadano de medios, que reuniría a personalidades de distintos sectores que gozan de la confianza y credibilidad ciudadana, que asuma la tarea de monitorear los contenidos de los medios y emita periódicamente informes acerca de lo que se informa y se deja de informar. En esta propuesta para exigir la rendición de cuentas de los medios cabe perfectamente la agenda de las condiciones laborales de los periodistas, pues este ejercicio hará evidente la disparidad de la calidad y el tratamiento informativo de cada medio y revelará que éstas guardan una relación intima con la situación laboral de los periodistas. Consideramos que se tiene que aprovechar el impulso de políticos, periodistas, organizaciones sociales, activistas y ciudadanos que ya están organizados en torno de una agenda relacionada con los medios. Pero aún es necesario trabajar con ellos, informarlos acerca de las adversas condiciones laborales que enfrenta el gremio periodístico, y convencerlos de que en la medida en que éstas no mejoren, los periodistas no podrán cumplir con las tareas sociales encomendadas. 30


No hay mucha confianza en que los periodistas mexicanos se sumen a las iniciativas por mejorar sus condiciones laborales, como ha resultado difícil convocarlos en torno a cuestiones urgentes como la seguridad personal. Sin embargo, la ola de despidos, el desempleo masivo, la pérdida de derechos y la dura competencia de los freelancer para vender sus notas ha propiciado la creación de redes de periodistas y el acercamiento con abogados laborales que brindan asesoría jurídica o representan en tribunales sus casos. Este acercamiento se puede encauzar para propiciar que tomen conciencia como trabajadores. En esta agenda podría incluirse el intercambio de información con periodistas de otros países que tengan un mejor marco regulatorio y más garantías para realizar su trabajo, y que abran el panorama a los mexicanos de lo que podría lograrse en México, de los básicos que deberían tenerse y de los factores que obstaculizan esas garantías. Por el miedo al desempleo, los propios reporteros han pedido capacitaciones técnicas para aprender a trabajar por su propia cuenta en el esquema del freelance, ante el cierre y el angostamiento de espacios. Algunos reporteros tienen la inquietud de crear sus propias mini-empresas y otros se han sumado a la investigación desde la academia. A través de esas capacitaciones para el autoempleo, se podría propiciar que los periodistas reflexionen sobre su entorno y condiciones de trabajo. Habrá que convocar esas voluntades dispersas, apoyar las iniciativas y encontrar nuevos caminos que permitan a la sociedad mexicana disfrutar de productos informativos de calidad, ejercer su derecho a la información y la transparencia y devolverle el orgullo y el respeto a los periodistas.

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ANEXO 1 Acercamiento a los Sindicatos, uniones, federaciones y grupos de periodistas en México Nombre SINDICATOS Sindicato Nacional de Redactores de Prensa de México (SNRP)

Descripción -

Sindicato Único de Trabajadores de Notimex Sindicato de Trabajadores de La Jornada (SITRAJOR)

-

Radio Educación Radio UNAM Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, Similares y Conexos de la República Mexicana SITATYR. Sindicato de Trabajadores del IMER GRUPOS DE ASOCIACIONES (nacionales) FAPERMEX Federación de Asociaciones de Periodistas de México

-

Desde 1923.Aglutina a trabajadores de los medios de comunicación sujetos a contrato colectivo y a periodistas independientes organizados. Representa a trabajadores de AFP, AP, UPI, Reuters, diario Cine Mundial (DF), El Heraldo (Tijuana), El Mundo (Tampico) y El Sur (Oaxaca). Miembro fundador de FELAP. Pertenece a la FIP. Sindicato con gran actividad tanto en cuestiones laborales como de defensa de los periodistas. Participación en las demandas de reesctructuración de la agencia Notimex Fundado en 1985Se ha mantenido a lo largo de 23 años. Negociación del contrato colectivo desde 1986. Parte del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Le corresponde el Sindicato de Trabajadores de la UNAM Fundado en 1950. Cuenta con 39 secciones sindicales que agrupan a los Trabajadores de la televisión, la radio, televisión por cable, doblaje de películas, teatro, telefonía celular y de la industria cinematográfica Estrecha relación con la empresa Televisa Pertenece a la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado

-

Fundada en 2002. “Unidos por la palabra libre”. Promueven: cédula profesional de periodistas, creación del Colegio de Periodistas, titulación de empíricos, mayor participación de periodistas como docentes en universidades. - Aglutina 102 asociaciones de periodistas de 29 entidades federativas (incluyendo el DF). Cuentan con estatutos y un Código de Ética cuya vigilancia se realiza primero desde cada asociación. Red de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y - Creada en 2005. Con 56 afiliados, 55 sistemas de Radio y Tv Públicos como Culturales de México A. C. Canal 11, Canal 22, Radio Educación, Radio UNAM, IMER y televisoras estatales y universitarias - Creada con la necesidad de propiciar la articulación y colaboración de todos los sistemas de radio y tv del país. GRUPOS Y ASOCIACIONES DE PERIODISTAS NACIONALES FREMAC - Fundada en agosto 1995. Organización gremial “para reivindicar el libre ejercicio Fraternidad de Reporteros de México A.C. periodístico, defender el derecho a la información, denunciar agresiones contra periodistas”. - Forma parte del Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo. CLUB PRIMERA PLANA - Fundado en 1959. “Por la dignificación del periodismo en México” - En 2002 convocó al Primer Congreso Nacional de Asociaciones de Periodistas, donde se fundó la Fapermex. Socio de FELAP - Vínculo con la FCPyS de la UNAM para agilizar los grados de los periodistas con experiencia que no terminaron su proceso de titulación. - De acuerdo con el directorio disponible en su página de Internet, los socios provienen de diferentes áreas, principalmente de Radio Fórmula, gente de SEP, CTM, y medios como la Revista Libertas Centro de Periodismo y Ética Pública - Inició formalmente en 2003. Socio Centro Knight de Periodismo para las CEPET Américas e IFEX - Ha centrado su labor en capacitación, conferencias, talleres. Ha creado una red virtual de periodistas de todo el país. Publica informes sobre agresiones a periodistas en México, el más reciente es Poderes Paralelos - Para ser socio se requiere pagar una anualidad.

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BIBLIOGRAFIA 1

Cifra CNDH y Reporteros Sin Fronteras que contabilizan de 2000 a la fecha. Encabezan la lista Emilio Azcárraga, de Televisa (televisión y televisión por cable, radio, edición, comercialización y distribución de revistas; Internet, producción y venta de contenidos en cinco continentes, entre otros); Ricardo Salinas Pliego, de TV Azteca (televisión, revistas, telefonía celular, servicios de internet); familia Ibarra, de Grupo Acir Comunicaciones (televisión y radio); familia Azcárraga Madero, de Grupo Radio Fórmula (radio y contenidos multimedia); Olegario Vázquez Raña, de Grupo Editorial Ángeles (televisión, radio, prensa escrita, contenidos multimedia); Mario Vázquez Raña, de Organización Editorial Mexicana (con la red más amplia de periódicos locales, televisión y radio); familia Aguirre Gómez, de Grupo Radio Centro (radio); familia Vargas (televisión por cable y radio), y Francisco González, de Grupo Multimedios (prensa, televisión y multimedia). 3 Sucede en el caso de las dos únicas empresas que actualmente se sostienen sólo en el mercado de la prensa: la familia Junco de la Vega, del Consorcio Interamericano de la Comunicación (periódicos El Norte, Refoma, Mural y Metro), y la familia Ealy Ortiz, dueña de El Universal, que también ha apostado por la asociación con TV Azteca para ocupar espacios con productos propios en el canal 40. Esta lista, sin embargo, no incluye a los empresarios regionales de la prensa que dominan los mercados locales en condiciones muchas veces ventajosas para su negocio por las alianzas con poderes regionales, ya sean políticos o económicos. 4 Quizá el caso más emblemático es el Grupo Editorial Expansión, adquirido en 2005 por la firma Time Warner y que actualmente cuenta con 15 publicaciones (Expansión, ELLE, Quo, Vuelo, Chilango, Manufactura, Quién, Neo, Sports Illustrated en español, Loop, InStyle, entre otras). Este grupo también se asoció en 2007 con la CNN para la difusión de contenidos informativos por Internet. También destaca la asociación del grupo español Prisa con Televisa en su división radio, a través del sistema Radiópolis, que cuenta con W Radio y otras 70 estaciones que cubren 90 por ciento del territorio mexicano. En presa escrita, periódicos como Reforma, Milenio, La Jordana y El Universal han recurrido a convenios o servicios sindicados de periódicos internacionales como The Washington Post (Reforma), The Heraldo Tribune (El Universal), The Independent (La Jornada) y ABC de España ( Milenio). 5 Vidal Bonifaz, Fracisco. Los dueños del cuarto poder. Ed. Planeta, Temas de Hoy, México, 2008. 6 El crecimiento más importante se ubica en los servicios de telefonía celular (que domina Slim a través de América Móvil), creación y difusión de contenidos exclusivamente a través de Internet, proveedores de acceso a Internet (Telmex y Televisa a través de Sky y Cablevisión), servicios de búsqueda en la red y servicios de procesamiento de información. 7 Ibidem. 8 INEGI, Conteo de Población y Vivienda 2005. 9 Fundación Prensa y Democracia (Prende). De este universo, apenas suman 25 los periódicos considerados “nacionales” cuya distribución se concentra en la zona metropolitana de la ciudad de México, y 18 regionales, los más importantes, que circulan en las otras dos grandes ciudades del país: Guadalajara y Monterrey. 10 Vidal Bonifaz, F. (2008). Los dueños del cuerto poder. México: Editorial Planeta, Col. Temas de hoy. 11 Ibidem. 12 Hasta ahora, la información con que se cuenta tiene como base los reportes publicados en 2004 por la revista de negocios Expansión. Así se sabe que el Consorcio Interamericano de la Comunicación, que publica los diarios El Norte, Reforma, Mural y Metro, reportó ventas por 3 mil 236 millones de pesos en 2003 (últimas cifras conocidas), lo que lo colocó por encima de su más cercano competidor: El Universal, que registró ingresos por mil 411 millones en el mismo año12. Sin embargo, la Organización Editorial Mexicana (OEM), de Mario Vázquez Raña, es la que mayor presencia y poder detenta en los estados de la república, a través de su cadena de diarios conocida como “los soles”, y en la ciudad de México con la publicación de los dos periódico de mayor circulación La Prensa (un tabloide) y Esto (deportivo). En total, la OEM reporta una circulación de 994 mil 222 ejemplares, seguido por Reforma, con 444 mil; El Universal, con 355 mil; La Jornada, 190 mil 764; Crónica, con 147 mil 257; El Financiero, 91 mil 923, y Grupo Editorial Milenio, con 82 mil 641. 13 Vidal Bonifaz, Francisco. “Radiografía numérica de El Universal” [en línea]. En: La Rueda de la Fortuna. 29 de septiembre de 2008. Bitácora ruedadelafortuna.wordpress.com 14 Ibidem 15 Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales, CONACULTA. Controlan este sector los grupos Radio Centro, ACIR, Televisa Radio, NRM Comunicaciones, Grupo Fórmula, MVS Radio e Imagen Comunicaciones (del Grupo Empresarial Ángeles). 16 Vidal Bonifaz, Francisco. Los dueños del cuarto poder. Ed, Planeta, col. Temas de Hoy, México, 2008. 17 El país carece de normas prácticas que permitan la defensa de los ciudadanos, los actores sociales y políticos frente a los excesos de la prensa y los medios. Y aun cuando la Constitución otorga el derecho de réplica, éste pocas veces se hace válido. 18 Artículo 6º: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley. El derecho a la información será garantizado por el Estado”. Artículo 7º: “Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquiera materia. Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura, ni exigir fianza a los autores o impresores, ni coartar la libertad de imprenta, que no tiene más límites que el respeto a la vida privada, la moral y la paz pública. En ningún caso podrá secuestrarse la imprenta como instrumento del delito”. 19 Gracias a esta legislación, la discrecionalidad en el ejercicio público se ha limitado, aunque persiste sobre todo en los ámbitos locales de gobierno y por las argucias legales a que recurren las instituciones y los funcionarios, con base en criterios que la mayor de las veces son cuestionables. Por ello se creó el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), que interviene en casos en que las dependencias no otorgan la información, hay inconformidades o se interponen recursos de revisión. 20 Sin embargo, los periodistas han hecho poco de uso de ella, por desconocimiento, falta de capacitación en la herramienta y otras inercias en su labor periodística. De allí que en 2007, 8.9% de las solicitudes de información corresponden a medios . 21 Villanueva, Ernesto, "La anacrónica Ley de los Delitos de Imprenta", en Informe Buendía: Análisis hemerográfico y documental sobre actos contra la libertad de expresión en México, edición de marzo, México, 2008. 22 Hay entidades que no debieron esperar una ley federal para combatir la violencia contra los periodistas. En mayo de este año, en Coahuila se aprobó el primer dictamen para castigar hasta con 60 años de prisión a los asesinos de periodistas, bajo el tipo penal de periodicidio como delito grave. Las modificaciones incluyen también pensionar a los dolientes de los periodistas asesinados. 23 En el DF existe la Ley del Secreto Profesional del Periodista en el Distrito Federal, en Chihuahua y Morelos la defensa del secreto profesional se estableció en ambas constituciones estatales. 2

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Federación Internacional de Periodistas. Reporte sobre Agencias Internacionales de Noticias y Sindicalismo en América Latina, 2006. Fuentes, Manuel, (abril, 2008). Periodistas en México. Publicado en http://www.cimacnoticias.com/site/s08042211-OPINIONPeriodista.32891.0.html 26 Íbidem. 27 Entrevista con Claudia Ruiz, abogada laboral. Entrevista expresa para este informe. Especializada en defensa de periodistas. 28 Entrevista con Raúl Trejo Delarbre, expresa para este informe. 29 Jarquín Edgar, Soledad (16 de julio de 2008). En Oaxaca, mujeres han profesionalizado el periodismo. Agencia CIMAC. 30 En entrevista realizada expresa para este informe. 31 Cepet (2008). Poderes paralelos 2007. Agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación. Disponible en http://www.cepet.org 32 En entrevista citada. 33 Cfr. Ruiz, Miriam (18 de febrero de 2003). Mujeres periodistas no escapan a la discriminación. CIMAC. Disponible en http://www.cimacnoticias.com/noticias/03feb/03021806.html 34 Fuentes (2008), Op. Cit. 35 Fundación Rory Peck (2007). Freelancers en México - Carencias y aspiraciones. Disponible en http://www.rorypecktrust.org/Mexico/Spanish/RoryPeckInformeES.pdf 36 Entrevista Claudia Ruiz. 37 Cfr. Maya, Rafael y Gómez, Guadalupe. (2008). Legislación sobre medios debe incluir derechos de población femenina. CIMAC. Disponible en http://www.cimacnoticias.com/site/08031408-Legislacion-sobre-m.32454.0.html 38 Cfr. Ruiz (2003). Mujeres periodistas… 39 Íbidem. 40 En Fuentes (2008). Op cit. 41 Reporteros Sin Fronteras. Informe Anual 2007, 2008. 42 Fundación Buendía, LIMAC (2008). Informe Buendía 2007: Análisis sobre los obstáculos a la libertad de expresión en México. 43 Cfr. Cepet (2008). Poderes paralelos… pág. 15. 44 Cfr. http//www.agresionesaperiodistas.gob.mx/prensa/ver/23.html 45 Trejo Delarbre, R. (1992). La sociedad ausente. México: Cal y Arena. Págs. 142-143. 46 FIP (2006). Reporte sobre Agencias Internacionales… Op. Cit. 47 Cfr. Cantarero, Mari Alfredo (2002). Movimientos de periodistas en Centroamérica:Entre desconfianzas, debilidades, y esperanzas. En http://www.saladeprensa.org/art423.htm 48 En entrevista citada. 49 En entrevista con Pedro Reyes, encargado de realizar un diagnóstico sobre la situación laboral de los periodistas en México. Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL). 50 Entrevista Carolina Velásquez. 51 José Antonio Zúñiga, dos veces secretario general del Sitrajor en entrevista expresa para este informe. 52 Entrevista anónima con trabajador de Radio Educación. 53 En entrevista citada. 54 Entrevista Pedro Reyes. 25

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