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FORRAJES CONSERVADOS

¿Qué sabe usted sobre forrajes conservados?

IMPACTAN EN LA DINÁMICA RUMINAL Y LA DIGESTIÓN. MODULAN LA VELOCIDAD DE PASAJE, MEJORAN LA TASA DE RETENCIÓN RUMINAL Y DISMINUYEN LA FUGA DE PARTÍCULAS POTENCIALMENTE DIGESTIBLES.

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Es innegable el efecto de los forrajes conservados sobre la producción de carne en un planteo intensivo. Hay detalles de su aprovechamiento que conviene conocer.

No hay ninguna duda de que los forrajes

conservados tienen un efecto claro sobre la producción y composición de la

leche y en la eficiencia de conversión a carne. En nutrición animal, el énfasis por estos días ha sido puesto sobre la fibra. “Si el esquema es deficitario en fibra, tendremos problemas de acidosis y rápido pasaje/escape de partículas. En la otra vereda, si la fibra está en exceso, asistiremos a una situación de llenado ruminal y lenta digestión y pasaje, lo que implica menos consumo y menor eficiencia. Con una tasa de pasaje del 4.2 % por hora, habrá una mayor digestión de la fibra; si fuese del 6.4 % por hora, la digestión de la fibra cae, y eso equivale a menor producción”, subraya Miriam Gallardo, una reconocida especialista en la materia.

La fibra es el parámetro indispensable para estimar la energía de los alimentos destinados al

ganado. “¿Cómo la concebimos ahora? Como la cantidad de fibra en detergente neutro (FDN), que tiene digestibilidad variable y se expresa como porcentaje libre de cenizas y sobre la base de materia orgánica (MO). Podemos ne-

cesitar digestibilidad desde las 12 horas has-

ta las 240 horas de incubada en el rumen. El rango es grande porque depende de la tasa de pasaje”. También es imprescindible conocer la fracción

indigestible de la fibra en detergente neutro

-FDN (nd)-; se vincula con el llenado y la lentitud de digestión. Los laboratorios ya cuentan con ecuaciones de predicción de este parámetro, que no son perfectas, pero conforman una herramienta para que el asesor pueda formular la mejor receta para su cliente. El tamaño de partículas es asimismo fundamental en un forraje conservado. Los asesores

tienen que usar las cuatro bandejas del siste-

ma Penn State. Se agregó la cuarta bandeja, ya que es la que evalúa en detalle las partículas más pequeñas y de mayor tasa de pasaje.

SILO DE MAÍZ

Se lo puede caracterizar nutricionalmente desde varios puntos de vista. Es un alimento energético y es fibroso, pero no proteico. Es energético si el grano está procesado, si la fibra es digestible y si el híbrido que hemos seleccionado es el adecuado en términos de la concentración de lignina y de tipo de grano.

Su fibra va a ser una fuente de energía si tie-

ne buen tamaño de picado. En caso contrario, habría que suplementarlo con fibra larga. Las nuevas picadoras trabajan con una elección del tamaño de partícula de acuerdo a lo que buscamos con el separador de partículas de Penn State.

“Actualmente los contenidos de MS de la planta entera al momento del picado se han ido incrementando por varias razones que tienen que ver con la calidad y el valor nutricional. Hay un término medio, alrededor del 40 % de MS, que se puede trabajar perfectamente. El silo de maíz tiene una amplísima variedad en cuanto a su calidad. De la genética a los procesos, todo lo afecta. Y hay que evitar los suministros ad libitum. Económicamente no cierra abrir una

bolsa y dejar que el ganado de carne coma a

voluntad, en especial en cría y recría”, enfatiza Gallardo.

¿Qué tipo de grano interesa? El maíz tiene una

variedad significativa en su endosperma y en

su pericarpio. De más duro a menos duro el orden es pisingallo-flint argentino (hay que procesarlo) -dentado-harinoso. Hoy se está trabajando mucho con el dentado. Los almidones tampoco son todos iguales; en la medida en que haya más amilopectina, más digerible será ese almidón, se va a embeber mejor en el rumen y resultará más degradado.

PUNTOS CLAVE A ANALIZAR CUANDO SE UTILIZA SILAJE DE MAÍZ

CARACTERIZACIÓN DEL HENO DE ALFALFA EN FUNCIÓN DE UNA SERIE DE PARÁMETROS DE REFERENCIA

Desde luego es fundamental conocer el porcentaje de almidón en una dieta y en especial cuánto de él se digiere en el rumen, cuál es el score de procesamiento (tamaños). Si hay fracciones que escapan a un tamiz de 4.8 mm, lo más probable es que parte de ese almidón se pierda, más aún si va acompañado de un forraje que genera una tasa de pasaje muy elevada. Por ejemplo, sobreofertados de alfalfa encerramos la hacienda para darle silo y no hay un buen procesamiento de grano; seguramente vamos a encontrarlo en las fecas.

“En cuanto al almidón –explica Gallardo-, la recomendación va pegada al consejo referido a la FDN, digestible y no digestible. Interesa la ca-

lidad del forraje, la disponibilidad de almidón

en el rumen y el procesamiento del grano. Es importante la adición de ionóforos (monensina) y el control de las pérdidas fecales de almidón. Hoy se está poniendo mucho énfasis tanto en lo que entra al tracto digestivo como en lo que sale de él. Especialistas como el Dr. Weiss recomiendan que, a medida que vamos traba-

jando con menos FDN en una TMR, la cantidad

de almidón de esa dieta tiene que ser menor”.

Hay tamices para evaluar el grado de proce-

samiento del grano con distintas dimensiones de criba según sea seco o húmedo, y húmedo con diferente porcentaje de humedad.

El grano seco hay que molerlo fino y, si es

Flint, con más razón. El grano húmedo tiene una mayor degradabilidad del almidón que el seco, pero a la vez un mayor riesgo de acidosis y de pérdidas fecales. Si está más húmedo de

lo recomendado, se debe aumentar el tamaño

de partícula, por arriba de los 3 mm.

¿POR QUÉ EVALUAMOS LAS FECAS?

Es sumamente importante. Si miramos las pérdidas de energía bruta total, se diferencian según origen: urinarias: 3.5 %, fecal: 33 %, metano: 4.8 %, incremento calórico de los alimentos en proceso de fermentación: 21.5 %. Suman algo más del 60 %. Y hay que recordar que el

TODO LO QUE ESTÁ BIEN

Los forrajes conservados nos proveen carbohidratos fibrosos (FDN), carbohidratos no fibrosos (almidón, azúcares, fibra soluble, etc.), almidón -fuente principal de energía en sorgos y maíces-, proteínas a partir de la alfalfa (heno/ensilaje), con un buen balance de fibra digestible, y minerales, vitaminas y otros elementos valiosos.

PRUEBA EFECTIVA

Es posible verificar a campo cuán soluble (rápidamente

utilizable) es el almidón. Se deben tomar varias muestras del silaje, y se requiere un vasito de plástico y agua. Embeber un poco, dejar macerar y observar el color. Mientras más blanco se vea el líquido, más almidón disponible tenemos. El silo de maíz es un alimento energético y a la vez fibroso, pero no proteico.

metano es un gas de efecto invernadero relacionado con fibra poco digerible, de tasa de pasaje muy lento. A campo se usa un colador de malla muy fina y, cuando vemos partículas muy gruesas, hay que pensar que algo no está bien. El residuo debe ser lo más homogéneo posible, en tamaño de partícula y coloración, de modo que no podamos distinguir una hoja, un tallo o un grano. A su vez, la digestión del almidón puede estimarse midiendo almidón fecal, algo que se solicita cada vez más a los laboratorios. Hay una relación en el almidón que aparece en las fecas como porcentaje de MS y su digestibilidad total como porcentaje del almidón digerible. Si te-

nemos mucho almidón en las fecas, estamos

perdiendo eficiencia.

HENOS

En alguna medida se puede considerar un energético, si la FDN es digestible. Es además un alimento fibroso y proteico, siempre que no pierda hojas y esté pasado de lignina. Al igual que los ensilados, en los henos hay una extensa variabilidad. En cualquier caso las buenas

prácticas de proceso son fundamentales, em-

pezando por el corte y premarchitado rápido. ¿Rollos o megafardos? Depende de la relación insumo/producto en cuanto a lo económico, y del tipo de material de base. Si estamos trabajando con una megatérmica, seguramente el rollo es lo más adecuado. Si se trata de una alfalfa, el rollo no es lo mejor, hay mucha pérdida de hoja; el megafardo cierra mucho más.

BUENOS CONSEJOS

Por último, las dietas deben equilibrarse en los sistemas TMR. “Recuerde que hay interacción entre los componentes. Si tenemos mucho almidón, seguramente contaremos con menor digestibilidad de la FDN. Si se da un mayor consumo de MS, habrá menos energía digestible. Si hay más proteína degradable en el rumen sobre el total de proteína bruta, la digestibilidad es mayor, sobre todo en megatérmicas. Para todos los forrajes conservados es importan-

te evitar el calentamiento por acondiciona-

miento deficiente y malas aperturas, así como proliferación de hongos y levaduras”, concluye Gallardo.

Claudio Gianni

Fuente INTA

Megafardos: ideales cuando se está henificando alfalfa.

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