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ESTAMOS ESTANCADOS
Respecto de la ganadería, desde 1990 a la fe-
cha seguimos produciendo prácticamente lo
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mismo, entre 2.7 y 3.2 Mt equivalente res con hueso. Está muy lejos del potencial que podría tener ante otras expectativas. La avicultura creció muchísimo a partir del 2000; pasó de 700 mil toneladas a 2.2 Mt. Es maíz y harina de soja convertidos en carne. Por último, en los ‘90 (estabilidad económica) la lechería fue de 6.000 millones a 10.000 millones de litros, y hoy seguimos en ese umbral. ¿Y la reposición de nutrientes? La siembra directa explotó a mediados de los ‘90 y mejoró radicalmente la sustentabilidad de los sistemas, pero la reposición ha tenido un comportamiento totalmente irregular, que tiene que ver con el resultado económico, la perspectiva de mercado y las políticas hacia el sector. Esta-
mos en un 45-50 % de reposición de nitrógeno y fósforo y deberíamos movernos muy por en-
cima de estos números. “Desde marzo de 1991, cuando arrancó la Fundación, fuimos de 41 millones de toneladas de granos a 125-127 millones ahora. La mayor pro-
ducción le ha dado al Fisco recaudaciones enormes, pero hoy hay muchos más pobres
que entonces”, concluye Oliverio.
¿CÓMO SIGUE?
Todo indica que podemos ir a un mundo pospandemia en el cual se recupera la demanda. China y el resto de Asia aumentan fuertemente sus importaciones de alimentos. Los mercados de futuros están marcando para la próxima campaña precios un 30-40 % superiores a los previstos en 2020.
Podríamos aumentar nuestras exportaciones
un 30 %; más granos, carnes, aceites, harinas proteicas, lácteos, etc. sobre el récord de la última campaña, sin comprometer el abastecimiento interno. “Sigue vigente la proyección que hicimos a 2027, de 160 Mt. El punto es que algunas de estas producciones se encuentran estancadas”. Por cierto, las limitantes comunes son: • A nivel externo, se cuenta el riesgo de creciente proteccionismo, más la necesidad de abrir nuevos mercados y acatar sus exigencias. Dependerá de nosotros aumentar nuestro comercio internacional. Necesita-
mos un sensible incremento de las exportaciones; al consumo ya no se le puede pe-
dir mucho más.
EVOLUCIÓN DEL ÁREA SEMBRADA EN ARGENTINA 1990-2019
En los últimos años se nota cierto estancamiento.
• En lo interno, el país no tiene un plan estratégico de largo plazo. Para eso hay que resolver si seremos una nación de
economía abierta o terminaremos en un esquema cada vez
más cerrado, nacional y popular. Desde luego, es imprescindible una macro estable para tratar de armar algún plan de largo plazo.
OTRO MUNDO
A su turno, Gustavo López explicó que en el
caso del trigo y el maíz el mundo se va adecuando cada vez más a vivir con menores
stocks. En estos granos y en soja el crecimiento del comercio ha superado largamente los números de la producción/consumo en los últimos 30 años. Se han incorporado países al comercio que hace 20 años no tenían ninguna chance. La atomización de los destinos del trigo argentino es un buen ejemplo, y en maíz es aun más notorio: fuimos de 27 a 59 destinos: sudeste asiático, Medio Oriente, norte de África, entre otros, que antes tenían poco peso. En soja crecen los volúmenes, no aumentan tanto los destinos, pero hay un cambio radical de la Unión Europea a China. López pidió eliminar la incertidumbre que rodea al negocio, los permanentes rumores sobre la intervención del Estado que complican la planificación del productor.
Claudio Gianni
HAY QUE SOLUCIONAR ESTO
Para Gastón Bourdieu, sin reglas claras va a ser difícil que se produzca más. Y para poder dar créditos, se necesitan depósitos. No se puede invertir sin saber cuál será el tiempo de repago, y eso exige reglas definidas en el largo plazo, y variables estables. “En América Latina, la Argentina está séptima en los ratios de préstamos/ depósitos; nuestro sistema financiero es ínfimo. Y tenemos un sistema tributario que no permite que el país crezca, con unos 11 puntos del PBI en impuestos distorsivos. Debemos sentarnos todos a la mesa y solucionar esto”.