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ESTRATEGIAS DE MERCADO
TRIGO | MERCADOS
El año de los puts
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EL TEMA NO PASA POR VENDER EN EL PRECIO MÁS ALTO, SINO POR ATRAPAR BUENOS MÁRGENES, CON FLEXIBILIDAD. EN UN MERCADO ALCISTA, LAS OPCIONES DE VENTA CONFORMAN LAS ESTRATEGIAS MÁS INTERESANTES.
Precios de indiferencia, precios de presupuesto, mercado de opciones, análisis de costos y algunas cosas más. Cubrirse, cerrar márgenes y no perder flexibilidad.
Si las decisiones tomadas en materia de comercialización son buenas o malas, lo sabremos cuando termine la campaña, pero lo importante es basarse en información contundente, poder ir analizándola y más adelante retrotraerse y ver qué fue lo que hicimos con esos datos. Dante Romano disertó en la última edición de “A Todo Trigo” y trazó la hoja de ruta más adecuada en la materia. “Dentro de este modelo tenemos que cargar como inputs el plan de siembra, un análisis de costos, calcular un precio de indiferencia (mejor que recurrir al rinde de indiferencia), contar con un precio de presupuesto y programar qué porcentaje de ventas
estaríamos dispuestos a hacer en cada etapa
del año, sobre todo teniendo en cuenta los riesgos de intervención”. Con estos inputs la idea es hacer todos los meses un recorrido que arranca por una visión de
mercado, en la que definimos si somos alcis-
tas o bajistas. “Evaluamos nuestra posición (cómo estamos parados, qué negocios hicimos, cómo se ubican respecto de lo que el mercado se halla operando en este momento) y en función de eso, vamos a elegir una estrategia”. Cada vez que hagamos esto, la idea es anotar cuáles son los precios que teníamos a la vista, cuáles fueron los principales factores de la visión de mercado y qué fue lo que decidimos. Y con eso en la mano, tenemos todo un mes para ir ejecutando las respectivas operaciones. Al mes siguiente reiniciamos el proceso y vemos si mantenemos la estrategia o corregimos. Desde luego que todo esto tiene un objetivo concreto de cara al negocio: la idea es cubrirse, cerrar márgenes y no perder la flexibilidad.
“Al final de campaña haremos un reporte de cierre: qué precio tuvimos, cuánto habíamos presupuestado, cuánto riesgo corrimos en el medio y qué oportunidades podemos haber perdido en el camino. Es lo que nos va a permitir tener un aprendizaje”, subraya Romano.
MOJONES EN EL CAMINO
El analista puntualiza los pilares del esquema que propone: 1.- Comenzamos por el precio de presupuesto, el valor al cual nos comprometemos a vender. Se define por cuestiones objetivas (reportes del USDA, precios históricos, precios actuales de mercado) y cuestiones subjetivas (valoración propia de lo que puede estar haciendo el mercado y experiencia de lo que ha pasado en situaciones similares). “Tomar valores de EE.UU para proyectar precios en la Argentina quizás no sea la mejor decisión. Fuera de eso, sumando todo lo indicado, creo que poner un
valor de referencia de alrededor de USD 200 para el trigo es un precio razonable para ven-
der durante toda la campaña; sirve para saber si lo que tenemos ante los ojos es un buen precio o un mal precio”. 2.- Sigue el precio de indiferencia. Es el valor que equilibra los costos. Actualmente, dividir costos por hectárea por el rinde esperado va a dar en torno de USD 170/180 según zona y distancia a puerto. 3.- A renglón seguido, programar las ventas
teniendo en cuenta el riesgo productivo (normal este año) y el político (más elevado que en
otras épocas). Considerar las oportunidades de mercado a medida que avanza el año. Cumplido este proceso, corresponde elegir la estrategia de base. Tenemos dos posturas a las cuales después les podemos sumar herramientas del mercado a término: • La primera estrategia es no vender, porque somos tan alcistas que decidimos quedarnos con el grano y esperar la suba. El grueso
de los productores argentinos adopta este criterio: cosechan, se sientan sobre el grano y esperan a ver qué pasa. • En la otra punta se halla quien está convencido de que el valor que tiene a la vista es el techo y además le ofrece una buena renta y, por ende, vende todo lo posible. Tiene sentido, pero no existe algo así en la Argentina.
• En el medio están los mercados de opcio-
nes. Si uno no quiere vender, puede sumar la compra de un put, por caso un trigo de diciembre a USD 196 con un costo de USD 5. Si el mercado va para arriba, podremos seguirlo con un descuento de USD 5; resulta nada al lado del perfil alcista actual. “Así, la estrategia tendría un piso y un acompañamiento de la suba”.
• La otra chance es vender y comprar un
call. Con los datos de comienzos de mayo se podía adquirir un call de USD 236, que costaba USD 6, con la idea de vender a USD 215, acompañar una posible suba y asegurarnos USD 209. Si el mercado va más allá de los USD 236, recuperamos un dólar por cada dólar que sube el poroto; eso sí, entre
USD215 y USD 236, hay USD 21 que no vamos a ver.
UN DESPROPÓSITO
Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores de Cereales, sostuvo lo que todos pensamos. “Gracias al aumento de los precios, el Banco Central recibirá en esta campaña 8.500 millones de dólares adicionales por ingreso de divisas provenientes de los granos y sus productos. Con apenas 600 millones de dólares, el Gobierno podría comprar y regalar todo el trigo necesario para que el pueblo argentino consuma pan gratis. Y aún le quedarían 1.200 millones de dólares extras. Y todavía tenemos que escuchar a gente que dice que el aumento del precio de los granos es una mala noticia para los argentinos. Enorme ignorancia”.
EN SÍNTESIS
Siempre puede haber sorpresas y quizás al cabo nos equivocamos con la visión que tuvimos. Esta sirve para elegir entre las dos estrategias intermedias. La idea es que si somos
alcistas, tenemos que escoger la estrategia
que incluye el put. Los vientos parecen favorables. Hoy contamos con cotizaciones atractivas respecto de los precios de indiferencia y de presupuesto. Hay fundamentos alcistas por la demanda, con China comprando trigo. “Estamos en una etapa
muy temprana, conviene ser prudentes con
las ventas. El mercado es alcista, pero falta mucho. Tenemos una intervención pero aún nos deja precios interesantes; el negocio no desaparece como en épocas del secretario Moreno”, afirma Romano. En algún punto el trigo que necesita la Argentina para el consumo interno se puede poner escaso. Conviene ir mirando cómo avanza la comercialización: cuando el saldo exportable
se achique sobremanera, ahí aparece el ries-
go de una intervención más delicada. “Entonces, el consejo es recurrir a ventas paulatinas, ir hasta un 20 % de lo que esperamos cosechar, haciendo promedios; el enganche a la suba lo tendremos por el lado del 80 % que aún no hemos vendido. Y complementar la venta con la
compra de un put por un 30 % de la produc-
ción. Hoy se puede poner un piso en USD 200 (precio de presupuesto) y bien por encima de los precios de indiferencia. Es una red de contención para el 50 % de la producción, y es bueno además cerrar paralelamente las relaciones insumo-producto”. Los puts son papeles. Salimos por diferencia y más adelante veremos si el mejor negocio es vender en cosecha o diferido porque hay un pase atractivo, o si podemos abrochar un mejor negocio segregando calidad. ¡Aprovéchelos!
Claudio Gianni
NO VENDER
NO VENDER + COMPRAR PUT
VENDER + COMPRAR CALL VENDER
Soy tan alcista que me quedo con el grano y espero la suba. No vendo. Compor PUT trigo dic 196 costo 5. Sigo la suba -5. Lo peor que me puede pasar es vender a 191 o estar 5 debajo de un mercado alcista. Vendo 215. Compro CALL trigo dic 236 costo 6. Aseguré 209. Si me equivoco, a partir de 236 recupero 1 USD/t pero los primeros 21 no los veo. Estoy tan convencido que este es el techo que vendo todo, además la rentabilidad me cierra!
Cuatro alternativas. La posición más racional está en las variantes intermedias, que contemplan el uso de opciones.