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PRECISIÓN EN LA AGRICULTURA

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RESUMEN DE PRECIOS

RESUMEN DE PRECIOS

No tenga dudas de que saldrá ganando

ESTA PRÁCTICA IMPLICA EFICIENCIA EN EL USO DEL AGUA Y LOS NUTRIENTES, AUMENTAR LOS RENDIMIENTOS Y ESTABILIZARLOS, BAJAR LOS COSTOS POR TONELADA PRODUCIDA Y MEJORAR LA GESTIÓN DE LAS LABORES.

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La idea es dividir el lote en macroambientes y a eso agregar un manejo sitio-específico. La mejora es notable.

Cuando le piden una definición, prefiere hablar de agronomía optimizada. Hace 15 años que Luis Verri lleva adelante esquemas de agricultura de precisión (AP) en la zona central de la Argentina, básicamente en la provincia de Córdoba. El objetivo es ser efi-

cientes en el uso de insumos y optimizar los

recursos naturales disponibles, sobre todo en aquellos campos donde reina la heterogeneidad. “No es extraño encontrar situaciones en el sur de la provincia mediterránea con un promedio de precipitaciones para los últimos 110 años de 740 mm, con mínimos en 200 mm y máximos en 1400 mm; solo en 5 años se dio el número promedio o un volumen parecido. El

desafío agronómico en estos ambientes es

mantener estables los rendimientos”, explica el profesional. En general, todas las lomas rinden menos, y todos los bajos se quedan con la mayor productividad en esta parte del país agrícola. La clave

siempre está en identificar la variable perma-

nente que define los ambientes, y eso pasa por el criterio agronómico. Muchos establecimientos de la región central argentina tienen un denominador común en este sentido: la topogra-

fía es la variable que determina los ambientes, y asociada a ella muchos lotes presentan napa

cercana; su profundidad es responsable de la productividad de esos ambientes.

ENORME CAMBIO

Verri cita un campo en Villa Valeria, en el noreste de Córdoba. Hasta 2010 se llevaba

a cabo un planteo uniforme, con enormes altibajos en

los rindes. A partir de 2010 arrancaron con AP: densidad variable en una primera etapa y, en las últimas cinco campañas, reposición varia-

ble de fósforo (P) anticipado al voleo y variable

de nitrógeno (N). Hasta 2010 los rendimientos tenían una relación muy fuerte con las precipitaciones; a partir de ese momento empezaron a independizarse y estabilizarse. Con una dosis uniforme de insumos los rindes iban y venían (35 % de desvío estándar de un año a otro respecto del promedio). Cuando comenzaron con la AP lograron disminuir

sensiblemente esa variación interanual en el

resultado de los cultivos. “Además de aumentar los rendimientos, la AP nos permitió mayor estabilidad en este sentido, así como una más amplia seguridad de cosecha. Para cualquier empresa es muy importante tener la certeza de que todos los años va a levantar más o menos lo mismo; tiene un valor incalculable”. Paralelamente va creciendo la eficiencia del proceso. A medida que han ido pasando las campañas, cada vez se producen más kilos de grano por milímetro (mm) de agua, analizados los mm anuales y los mm en el periodo crítico de cultivo. “Y si estudiamos cómo es el impacto de las precipitaciones sobre el rendimiento del maíz, sin AP las lluvias explican un 90 % de los

rendimientos, mientras que con AP la influencia de las precipitaciones no supera el 30 %; el 70 % restante es responsabilidad del ma-

nejo que hacemos. El cultivo del maíz es el que mejor paga la aplicación variable de insumos”, advierte Verri.

FUNDAMENTAL

Para tener éxito con la agricultura de precisión se requiere contar con un asesor específico en este tema, que pueda estar presente en los procesos de siembra, pulverización y cosecha. Además, conocer limitantes y potencialidades agronómicas de la zona, así como realizar chequeos y ajustes a campo de las ambientaciones.

TOPOGRAFÍA | NAPA FREÁTICA

RESPUESTAS

A lo largo de varios años de analizar ambientes y un gran número de datos, este profesional ha llegado a conclusiones interesantes que posibilitan armar un ranking con los factores de producción y darle un valor a cada uno de ellos en función del impacto sobre el maíz. “Esto nos permite identificar dónde tenemos que poner

las fichas en nuestras decisiones, qué cosas

son importantes hoy en día y cuáles son las que ya no revisten la trascendencia que tenían en el pasado”. Por caso, en el año 2000 la percepción ubicaba como responsable del 80 % de los rendimientos al clima, el sistema de labranza y la densidad. En el presente, esa preponderancia la tienen el clima, la fecha de siembra, el N y el antecesor. ¿Respuestas a la aplicación variable? “En promedio hemos logrado con densidad variable un plus de 830 kg/ha; con P variable, unos 728 kg/ ha; con N variable se suman 1584 kg/ha; con azufre con napa, 390 kg/ha, y sin napa unos 793 kg/ha. Ciertamente son beneficios de en-

tre 60 y 150 dólares, que pagan holgadamente el costo de implementación de esta práctica

superadora (muestreo por ambientes, laboratorio, amortización de equipos, etc.)”.

VARIACIÓN INTERANUAL DEL RENDIMIENTO LO QUE HAY QUE SABER

El sur de Córdoba tiene alta variabilidad, son campos casi hechos a medida para la AP. Si

contamos con un mapa de elevación, podemos decir que tendremos el lote casi ambien-

tado. Los 20 qq/ha de la loma y los 140 qq/ha en el bajo indican claramente que hay un trabajo por hacer. La interacción genotipo-ambiente está involucrada en esta historia.

La AP permite integrar numerosas variables, en especial ambiente, genética, tecnología

y conocimiento. Combina trabajo de oficina (software) con la tarea sobre los lotes. El proceso de ambientar incluye los chequeos a campo, cargar los mapas en las tablets, cargar la prescripción de siembra, destapar semillas en el lote. Verri advierte que sirve la chance de volar y ver los campos desde arriba. “Aconsejo no desesperarse por resultados inmediatos; evalúe esta tecnología al menos durante tres campañas. No es cierto que esta práctica solo sirve para grandes campos. La cantidad de hectáreas no es una limitante, tampoco la disponibilidad de equipos propios. Están los contratistas y además se pueden adaptar los equipos que tenga el productor. Los precios de

todo esto son más accesibles que el costo de

un piloto automático”. Por cierto, la AP ayuda a comprender cómo funciona un campo y permite hacer lo agronómicamente correcto; el que entra en ella, no vuelve atrás. Implica eficiencia en el uso de agua y nutrientes, aumentar los rendimientos (en algún caso más que en otro) y estabilizarlos, bajar los costos por tonelada producida y mejorar la gestión de las labores. “Es importante

mapear siempre, ahí es donde les va a empe-

zar a picar el bichito de la AP”, sentencia Verri.

Pasar de un manejo uniforme a otro por ambientes tiene un muy claro impacto en los rendimientos, que se tornan más estables.

Claudio Gianni Fuente: Aapresid

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