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ENFERMEDADES EMERGENTES

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RESUMEN DE PRECIOS

RESUMEN DE PRECIOS

Estas dolencias ganan protagonismo

EMERGENTES QUE SE QUEDAN CON UNA PARTE IMPORTANTE DE LOS INGRESOS DEL PRODUCTOR. PATÓGENOS QUE LAS PROVOCAN, MODO DE ACCIÓN Y ESTRATEGIAS PARA PONERLES LÍMITES.

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Mancha blanca. Obedece al ataque combinado de un hongo y una bacteria, lo cual complica sobremanera el control de la enfermedad.

Algunas cosas han cambiado para el maíz. En los últimos años se habla de una mayor

complejidad en la sanidad

del cultivo, y en efecto hay un aumento de la presencia e intensidad de las enfermedades. “Tiene que ver con cambios en el sistema productivo, dos de ellos son de mucha importancia. En principio, la ampliación de las fechas de siembra; se

está terminando de cosechar el tardío y vir-

tualmente se empieza a sembrar el temprano. Se ha equiparado la superficie entre ambos y la

presencia del maíz se va haciendo una cons-

tante”, explica Roberto de Rossi, especialista en fitopatología de la Universidad Católica de Córdoba.

FALTAN DATOS

En el caso de enfermedades como roya o tizón conocemos el perfil sanitario de los materiales. No pasa lo mismo con mancha blanca; el control promedio es bajo con una sola aplicación (en Brasil están usando mínimamente tres tratamientos, inviable para nosotros).

El otro gran cambio es la adopción de cultivos

de servicio, principalmente gramíneas inver-

nales; implica un espacio para algunos patógenos o vectores donde cumplir su ciclo durante el invierno.

HONGOS Y BACTERIAS

Mucho se ha hablado sobre dos enfermedades tradicionales como roya o tizón, pero se le dedica menos espacio a las dolencias consideradas emergentes, como cercosporiosis, mancha blanca y lunar blanco, bacteriosis/virus, pudriciones de la espiga y pudriciones de raíz y tallo. Hace cuatro campañas que la cercosporiosis,

mancha gris o mancha rectangular (Cercospo-

ra zeae-maydis) ha tomado singular relevancia. Genera lesiones de forma rectangular, primero amarillentas y luego de color pardo-grisáceas. Empieza como una lesión bien clara, pequeña, en alguna medida semicircular. Las malas nuevas no terminan ahí. Generada por Phaeosphaeria maydis y Pantoea ananatis, la mancha blanca también gana terreno. Origina lesiones redondeadas de 0.5 a 1 cm de diámetro, al principio de coloración verde pálido con borde rojizo. En las lesiones iniciales predomina la bacteria (Pantoea), y luego en etapas más avanzadas prevalece el hongo (Phaeosphaeria). Esto hace difícil alcanzar cierta resistencia

Cercosporiosis. Su presencia crece, pero con las herramientas disponibles se la puede combatir sin mayores inconvenientes. Manejo integrado de enfermedades. Pasos orientados a terminar con la enfermedad o al menos reducir su poder de daño.

y lograr un manejo adecuado con productos

químicos. La evolución es muy rápida y provoca una epidemia en los materiales susceptibles. Puede incluso ser confundida con un daño por paraquat u otros químicos. Algunos trabajos demuestran que aplicaciones bien tempranas con fungicidas cuando encontramos los primeros síntomas pueden dar lugar a buenos controles. Debemos tener la precaución de diferenciar esta dolencia del llamado lunar blanco, que produce pequeñas puntuaciones blancas más aisladas y con distintos formatos. Es algo que está pero que no genera la misma preocupación.

HAY MÁS

En la lista de dolencias emergentes hay que incluir también a la roya polysora (Puccinia polysora), que aparece esporádicamente, a Kabatiella zeae, considerada por ahora menor, y a la mancha marrón (Physoderma maydis). Y no olvidar a las bacteriosis: Pseudomonas, Xanthomonas/Pantoea, y Acidovorax, especialmente. Producen estrías, más anchas o más finas, y manchas acuosas que se confunden con el tizón. Cuando damos vuelta la hoja vamos a encontrar las obleas, que es la estructura que usa la bacteria para diseminarse. Hay infecciones mixtas y también bacterias endófitas.

Por último corresponde sumar el achaparramiento generado por espiroplasmas, el rayado fino y el MDMV. También el Mal de Río Cuarto, que está apareciendo con mayor frecuencia.

QUÉ HACER

La gran ventaja que tenemos en el cultivo de maíz, más allá de haber tomado las precauciones del caso en la elección del material genético, es que si al monitoreo le sumamos el

conocimiento de las condiciones ambienta-

les, las chances de salir ganando crecen. Por caso, para Córdoba, y en especial en años Niño o Neutro, el mes de marzo, coincidente con floración y llenado del maíz sembrado tardíamente, muestra grandes ventajas para todos los hongos que necesitan abundante humedad:

nubosidad, muchas horas de mojado, amplio rango de temperaturas, condiciones que pueden considerarse clave para tizón, cercospo-

riosis y mancha blanca. Conociendo la historia del lote y el tipo de reacción que puede tener la genética que hemos elegido, el monitoreo puede ser algo más direccionado. ¿Dónde mirar? Tenemos la ventaja de que una

vez que se llega a floración, en las gramíneas

C4 estamos ante la máxima expansión foliar.

Las dos hojas por arriba y las dos por debajo de la espiga explican alrededor del 60 % del

Las bacteriosis producen estrías, más anchas o más finas, y manchas acuosas que se confunden con el tizón.

llenado. En torno de ellas está el monitoreo y

el análisis de lo que puede pasar. Y en estado vegetativo corresponde hacer foco en las últimas hojas desplegadas. El monitoreo debe hacerse de la forma en que estemos lo más seguros posible de que una vez que salgamos del lote, el dato resultará certero. Hay que conocer las distintas estrategias, sus pros y sus contras, y saber que a partir de determinada presencia de la enfermedad siempre va a haber respuesta. “No perdamos de vista que entre los materia-

les genéticos hay distintos niveles de toleran-

cia y susceptibilidad; es un tema que todavía debemos robustecer a nivel país. Hay materiales que se enferman mucho y se les aplica un fungicida y la respuesta no es importante. Y también híbridos que se enferman poco pero el impacto de esa dolencia está afectando su metabolismo y la aplicación de fungicidas hace que rindan mucho más”, explica De Rossi. Asimismo conviene recordar que no todos los fungicidas actúan de la misma manera y que

tenemos que manejarnos de forma diferente

según el patógeno. El tizón es difícil de controlar, pero para la cercosporiosis cualquiera de los ingredientes activos que tenemos en el mercado generan porcentajes de control muy altos. Por supuesto todo lo relacionado con la calidad de aplicación es clave.

Claudio Gianni Fuente: AIANBA

A NO EQUIVOCARSE

A todos los patógenos aquí citados hay que diferenciarlos de algunos síntomas ligados al background genético del cultivo de maíz. Hablamos de lesiones por desórdenes fisiológicos; es decir, que ciertos genes frente a un estrés generan síntomas que pueden ser confundidos con una enfermedad.

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