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RECUPERACION DE BAJOS SALINOS
Todos los lotes merecen una oportunidad
LOS SUELOS SALINOS O SALINO-SÓDICOS SUELEN SER MENOSPRECIADOS EN LOS PLANTEOS AGRÍCOLAS, PERO BIEN MANEJADOS PUEDEN OFRECER SUSTENTO PARA UNA GANADERÍA RENTABLE.
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La recuperación de ambientes limitados por sal o presencia de sodio puede abrir espacios al aprovechamiento ganadero.
Mauro Lifschitz pertenece al Grupo de Mejoramiento Genético y Producción de Semillas Forrajeras del INTA. Como especialista en bajos salinos, no acepta hablar de ambientes con restricciones. “Puede que lo sean para la agricultura, pero no para la ganadería”, advierte de entrada. El mapa de suelos afectados por salinidad muestra que claramente están distribuidos en todo el país. En general se trata de ambientes con exceso de sales solubles, con los inconvenientes que esto genera para el desarrollo de las plantas. En algunos casos hay problemas de sodicidad asociados a pH altos (más de 7) y también de estructura. “Hablamos de suelos con poca capacidad de almacenar agua y pobremente drenados. Se secan muy rápidamente y, ante una lluvia, se sellan; alternan sequía e inundaciones. Todo esto, complicado por el cambio climático, que torna más extremos los eventos. A eso se suma en algunos casos un mal manejo de los rodeos, que lleva a una degradación del pastizal natural y terminan primando especies de baja calidad”.
FORRAJERA ADAPTADA
El primer gran protagonista en el camino de revertir este tipo de realidades es Panicum
coloratum. Se trata de una gramínea subtropical perenne, megatérmica, C4, de crecimien-
to primavero-estival, explosivo en el periodo
que va de diciembre a marzo. Naturalmente es tolerante a suelos salinos y salino-sódicos con pH superiores a 8. Puede soportar anegamientos periódicos alternados con procesos de seca. P. coloratum var makarikariense está adaptada a suelos pesados, arcillosos, desde el sur de Santa Fe hasta el NEA, en tanto P. coloratum var coloratum prevalece en la zona de temperaturas más bajas, en casi toda la región pampeana. Makarikariense tiene láminas más anchas, una nervadura central prominente de color blanco, no presenta pubescencia, y muestra un color azulado-grisáceo a nivel de lote. Coloratum, en cambio, exhibe láminas más finas, es mucho más foliosa y el lote se ve bien verde.
CÓMO MANEJARLA
Panicum tiene dos ventanas de siembra, la
más importante se extiende del 15 de octubre
al 20 de noviembre. El contratiempo radica en el riesgo de heladas tardías si se opta por sembrar al comienzo del segmento, y en un golpe de calor si se elige la parte final de noviembre.
La segunda ventana de siembra va del 15 de
febrero al 5 de marzo. Al comienzo del segmento hay riesgo de golpe de calor y al final del mismo existe la posibilidad de perder plantas por bajas temperaturas. Este segundo periodo de siembra se hace muy importante en años en que la primera ventana sufre deficiencias de humedad. Por ningún motivo debe perderse de vista el tamaño de la semilla. Es muy pequeña; su peso de 1000 es de 1 gramo, de ahí que no es sencillo regular la sembradora. Este cultivo tiene una maduración despareja y cierto nivel de dehiscencia, lo que complica las chances de lograr semilla de calidad. Es importante asimismo evaluar la calidad de la simiente a utilizar. El poder germinativo (PG) exigido por el INASE es del 15 %; la idea es verificar este parámetro previo a la siembra, pero no esperemos mucho más que esto. Una forma rápida de hacerlo es tomar muestras de la semilla, ponerlas en recipientes con algodón humedecido o directamente agua, y repetir la operación 4 o 5 veces. “Del PG disponible va a depender la densidad de siembra. Cualquier ajuste en esta variable va a repercutir directamente en el volumen de materia seca por obtener”, advierte el técnico. Previo a la siembra también interesa realizar un
BUENA PAREJA
Hace rato que los técnicos están buscando un socio dentro de las leguminosas para el Panicum. Hasta acá, Melilotis albus es el que mejor se adapta. Es una especie anual, templada (otoño-invierno- primavera), se adecua a pastoreo directo y a un amplio rango de ambientes. En Rafaela se han logrado producciones de 3500 y 4000 kg/MS. Se busca mejorarlo por tolerancia a salinidad.
Los dos cultivares de Panicum coloratum aquí mencionados tienen características que permiten diferenciarlos.
análisis de suelo de 0-5 cm y de 5-20 cm para
detectar dónde está ubicada la salinidad. No tener en cuenta esto y meter una herramienta en el perfil puede acarrear consecuencias funestas: probablemente llevemos la salinidad a la superficie y compliquemos mucho más el panorama.
PARA NO FALLAR
Tres puntos clave para implantar en un am-
biente salino sódico. Lo primero es no disturbar el suelo; más allá de alguna excepción, son ambientes muy frágiles, propensos al planchado. Es importante además cubrir la semilla, depositada a una profundidad de 0.5-1.0 cm. Y por último, limitar la competencia, ver la situación de cada lote y la calidad del pastizal natural que tenemos. Si este es valorable, se debería pensar en una intersiembra o reducirlo un poco para lograr implantar el Panicum, que tiene un crecimiento inicial muy lento. Quizás haya que esperar un mes o más para sacar algunas conclusiones de cómo fue la implantación. En general los campos de estas características están alejados de las zonas más productivas y
no es fácil encontrar contratistas entrena-
dos. Algunos utilizan cubiertas en mitades detrás de la sembradora para cubrir, o desconectan el caño de bajada para depositar la semilla por encima del surco, de modo de no taparla demasiado (muy importante). Algunos usan tapadoras; otros, no. “Nuestro objetivo en este tipo de ambientes es 20-25 plantas/m2 logradas. Y si no lo conseguimos, a no desesperar, porque esta especie tiene rizomas que van a ir colonizando la parte de suelo que no pudimos dominar con la siembra. También tiene buena capacidad para producir semillas y va a ir cubriendo los espacios vacíos”, sostiene Liftschitz. En cuanto al manejo del pastoreo, como regla general el consejo es cerrar el lote hasta la próxima primavera. Ensayos del INTA Rafaela lograron producciones en torno de los 12 a 13 mil kg/ha de MS en suelos de alta productividad. En suelos salinos, hallaron de forma ex-
perimental que a los 70 días post-siembra se habían logrado producciones de 500-600 kg/
ha de MS; implica que se estaba implantando muy bien. “Una pastura de Panicum en plena primavera puede tener 12 % de proteína con una digestibilidad del 65 %; si el pastoreo es en diferido pueden caer a la mitad la proteína y al 40% la digestibilidad”, cierra el especialista.
Claudio Gianni Fuente: INTA
La semilla de Panicum tiene un tamaño tal que obliga a extremar los recaudos en la implantación. INVESTIGACIÓN
Hay cosas que mejorar en Panicum. Se trabaja en tolerancia a salinidad, sodicidad y anegamiento, en producción de semillas de mayor calidad (menos dehiscencia), en calidad forrajera y en disminuir la dormición en semillas.