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SE TERMINÓ LA PACIENCIA
Hubo leña para todos
EL PRODUCTOR AGOTÓ SU PACIENCIA Y NO DEJÓ TÍTERE CON CABEZA EN CUANTA ASAMBLEA TUVO OPORTUNIDAD DE PARTICIPAR. ESTÁ HARTO DEL INTERVENCIONISMO Y LOS DOBLES DISCURSOS. EL TIEMPO SE AGOTA.
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Por SUSANA MERLO ESPECIAL PARA CHACRA | contenidos@revistachacra.com.ar
Pudo haber sido el calor o la seca. O ambos. Lo cierto es que las primeras asambleas de este año, aunque poco numerosas en cantidad de asistentes, tuvieron la característica saliente de que fueron distintas a otras para los dirigentes. Esta vez más que nada debieron
escuchar y observar cómo iban cayendo en la picota ellos mismos, los funcionarios, las
políticas nacionales, las provinciales, y todo cuanto es sospechado de atentar contra la producción. Parece que la estrategia de las “charlas”, la “búsqueda de consensos”, la “educación” y un poco de “buen trato”, que permitieron dilatar decisiones por casi dos años, ya no alcanzan para contener al campo ante la falta de soluciones concretas y por la continuidad de políticas que, en general, vuelven a ser netamente
antagonistas de la producción, y hasta discri-
minatorias en algún caso. La inestabilidad de los compromisos -se cumplen a medias o directamente quedan en nada, ya que en días u horas cambian de dirección hacia el extremo opuesto- agotaron y malhumoraron a “las bases”, verdadero motor de las protestas sectoriales desde hace tiempo.
ES DEMASIADO
Por estos días hay que lidiar con costos internos crecientes, un clima poco amigable hace varias campañas y, fundamentalmente, las intervenciones de todo tipo en los mercados de granos, carne o leche, entre otros, que lejos de desaparecer siguen multiplicándose de forma tal que hacen que los precios que recibe el
productor se alejen de los valores internacio-
nales, tarea potenciada por una brecha cambiaria implacable. Cupos, cepos, “administración de volúmenes”, manipulación de registros, fideicomisos varios, y toda una amplia gama de alternativas ya usadas en distintas etapas de la vida económica argentina (y con pésimos resultados) están colmando la poca paciencia que va quedando en el campo.
“No queremos subsidios, sino poder seguir
produciendo”, se quejan cada vez con más fuerza, marcando la diferencia con otros sectores, mientras las pérdidas se siguen acumu-
lando y la mayoría de los daños ya no son re-
versibles, como la fuerte mortandad de pollos,
la abrupta caída de las posturas, la merma de la producción de leche en los tambos o la mortandad que ya se va registrando en la hacienda vacuna, en especial, de las categorías más frágiles como los terneros o las vacas servidas con cría al pie, entre otras.
MÁS DE LO MISMO
Mientras tanto, desde el gobierno lo único que se escucha son discursos, y la sola propuesta de “actualizar” los montos de la Emergencia Agropecuaria que, se sabe desde hace años, es una herramienta que no sirve, que solo constituye un salvavidas de plomo para los productores, que apenas les posterga las deudas (bancarias e impositivas) pero no les da el capital de trabajo como para seguir en carrera, que es lo que reclama la mayoría. Se comprenderá por qué el mes que aún falta para comenzar a levantar el maíz, o los dos o tres meses que restan para trillar la soja, parecen interminables cuando las expectativas son tan pocas.
MUY FRÁGIL
El hartazgo de los productores generó un movimiento en cadena de ruptura de eslabones, que llevó a las bajas en el Consejo Agroindustrial y las que se siguen produciendo en distintos estamentos, y que incluso rozaron a la propia Mesa de Enlace. Al margen de las fundamentaciones del caso, más de uno cree que son inoportunas y lo único que lograrían es debilitar el ya frágil frente gremial, al que tampoco se le caen demasiadas ideas.