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DRONES PULVERIZANDO
Una opción en aplicaciones quirúrgicas
PRODUCTORES TUCUMANOS LIGADOS A UN GRUPO CREA EMPLEARON UN DRONE PARA EL TRATAMIENTO DE UNA MALEZA COMPLICADA. MENOR USO DE AGROQUÍMICOS Y CONSUMO DE AGUA. EXCELENTE CONTROL.
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El proceso tiene dos etapas definidas: en principio la teledetección y el análisis, y en un segundo paso la prescripción.
La batalla contra una maleza los llevó a pensar en utilizar un drone para ponerla fuera de combate. La experiencia resultó exitosa y abrió el camino hacia la implementación de otras herramientas Ag Tech. José Ignacio Lobo pertenece al CREA Cañaverales, en la provincia de Tucumán. Mediante un esquema tradicional maneja unas 300 hectáreas de caña de azúcar entre propias y arrendadas, con una estructura mínima, rotación con soja, plantación manual, control de malezas con herbicidas, fertilización nitrogenada con urea, aplicación de biofertilizantes por vía foliar y cosecha integral mecanizada, sin quema. El tupulo (Sicyos poliacanthus) es una enredadera anual que aparece con las primeras lluvias y tiene varias camadas de nacimientos. La
AMBIENTACIÓN
El éxito alcanzado con el drone llevó a los Lobo a utilizar otra tecnología digital en un campo que es pequeño pero tiene diversidad de ambientes. Así empezaron a emplear los índices verdes para ambientar los lotes y recurrir a un manejo diferenciado, especialmente en la fertilización.
cosecha mecanizada la difundió de una punta a otra de la provincia, y la cosecha integral mecanizada en verde agravó el problema, ya que en el modelo anterior la semilla de la maleza se eliminaba con la quema. Los residuos de cosecha crean un ambiente óptimo para la viabilidad de la simiente de este enemigo de los rindes. Usualmente se espera la mayor cantidad de emergencias y se usan herbicidas hormonales
asociados al control de malezas de hoja an-
cha. Se hace una segunda pasada al cierre del cañaveral para controlar en lotes específicos o un manchoneo más el control manual de escapes en emergencia tardía. El tupulo se hace visible a fines de septiembre o principios de octubre, pero en años con seca en primavera se ha verificado la irrupción tardía de la maleza, aunque de modo mucho más agresivo, y obliga en febrero a buscar alternativas al control manual. Pensaron entonces en una aplicación con drone. De hecho tenían experiencia en el tema; el año anterior en un lote de soja habían controlado pasto cubano manchoneando los sectores donde aparecía la maleza, con muy buenos resultados. rrespondiente al mes de marzo, en la que se la ve claramente, y otra del mes de junio, donde el tupulo ya está entregado y es difícil de ubicar. En una segunda etapa se realiza el procesamiento de la información, que debe ser necesariamente ágil; en el lapso del mismo día hay que tener la prescripción para realizar el control. Tiene que ser específico; originar la prescripción solo para los rodales de la maleza, generando alguna franja buffer. Y debería ser lo suficientemente preciso para que el drone pueda cargar la prescripción y aplicar en el lugar adecuado.
“Momento” fenológico
BIEN PENSADO
Es Eugenio Lobo quien explica la metodología que pusieron en práctica para abrochar un resultado positivo. “En función de la experiencia con el pasto cubano, desarrollamos una estrategia de control de tupulo junto con una empresa de la zona especializada en pulverizaciones utilizando drones. El sistema exige dos etapas:
teledetección y análisis, independientes una
de otra, y luego aplicación de la prescripción”. En la primera etapa es necesario un mapeo; para eso se recurrió a un drone dotado de una cámara RGB a color de alta resolución. Con él se obtuvieron imágenes de todo el lote. Fue muy importante encontrar el momento fenológico en que la maleza, por su color, se diferencia de manera rápida del cañaveral. Para acompañar su comentario, Eugenio aporta una imagen co-
JUNIO
MARZO
Paralelamente se lleva adelante un análisis en el cual se busca determinar el área infectada con la maleza sobre superficie total del lote, para determinar si conviene la aplicación mediante el drone o es mejor utilizar otro tipo de equipos.
VENTAJAS CONCRETAS
Habiendo comprobado la conveniencia de recurrir al drone, se generan las prescripciones y este aplica de manera totalmente autónoma sobre los rodales. Como se indicó, en este caso se dejó una franja buffer. Finalmente se asperjó una superficie en torno de las 11.4 hectáreas de las 28 hectáreas que componen el lote, con muy buenos resultados. Los Lobo creen que los puntos fuertes del uso del drone en el combate de malezas pasan por la oportunidad de aplicación; es un lote en el cual no tenían otra forma de tratarlo, ya que de manera manual era inviable y no podían hacer una aplicación aérea. El camino elegido permitió un control muy eficiente; el drone tiene muy buena calidad de aplicación e hizo posible asperjar el producto solamente en los rodales. Como balance, hay una menor utilización de fitosanitarios (30% menos que en el caso de haber aplicado todo el lote) y también un menor uso de agua, ya que el drone hace una aplicación de ultrabajo volumen (10 l/ha). “Queremos replicar esta tecnología en todo lo que sea necesario. Estamos pensando en hacer directamente una aplicación para tupulo con preemergentes en rodales para controlar el problema de entrada solo en los puntos del lote donde está la maleza”, sostiene Eugenio. La idea es aprovechar la tecnología disponible, probarla a fondo, adaptarla a las necesidades que impone cada caso (siempre que esto sea posible) apuntando a mejorar resultados y minimizar el impacto sobre el ambiente.
Claudio Gianni
Fuente: JAT CREA
SEÑAS PARTICULARES
Los drones que se emplean en pulverizaciones tienen características particulares. Por caso, cuentan con un tanque de aspersión que puede transportar hasta 16 litros, y el ancho de trabajo ha aumentado a 6,5 m. El sistema de aspersión tiene 4 bombas de suministro y 8 aspersores con una tasa de aspersión máxima de 4.8 l/min. Drones como el T16 pueden rociar 10 hectáreas por hora. El sistema de rociado también tiene un medidor de flujo electromagnético completamente nuevo, que brinda mayor precisión y estabilidad que los medidores de flujo convencionales.