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Hasta el último metro

El riego brinda seguridad financiera, como no ofrecen la agricultura de secano y la ganadería. Permite apostar a especialidades sin urgencias de venta.

El mercado de alquileres se ha mostrado heterogéneo en la zona. Se pagaron desde 13 qq para los campos más pequeños a 17 qq para los más grandes. “Dados los aumentos en el inmobiliario y en la tasa vial no veo chances de que estos valores retrocedan –enfatiza Clara-. A los propietarios tampoco les sobra nada. Por nuestra parte sólo evaluamos algunas alternativas de aparcería y un pequeño aumento en el alquiler atado a la productividad de esta campaña”. Mientras tanto pelean por obtener contratos de al menos dos años de duración, pero se hace cuesta arriba, a pesar de lo cual no escatiman el aporte de fertilizantes a los campos arrendados.

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Agua bendita

“La clave del uso eficiente del riego pasa por tratar de reducir el costo operativo. Hay equipos importados que antes no se tenían. Es una actividad que demanda mucha atención en un período de tiempo muy corto. De octubre a febrero estamos regando a full; requiere mucha mano de obra en turnos rotativos. Nuestros equipos funcionan a gasoil, por lo cual tienen un costo operativo más alto que los que usan electricidad”.

También interesa la profundidad a la que se encuentra el acuífero. Esta zona está bendecida por el Puelches y el Pampeano; del primero obtienen el agua de riego, que 150 km hacia el oeste se torna no apta para este menester. Los contratos de riego se negocian todos los años. El debate es entre convenios de producción o arrendamientos fijos con inclusión del milímetro de riego. Y todo cambia permanentemente según la demanda de semilla.

A fondo

“Priorizamos hacer dobles cultivos y fertilizarlos bien; es algo que no se discute –subraya Clara-. En principio, la proporción de cada cultivo en la siembra de fina va de acuerdo con el margen bruto. Mínimamente tratamos de cubrir los gastos indirectos. Y la palabra final la tiene más el ambiente que los números del Excel”.

En el campo de los Girart es posible encontrar suelos desde clase 1 (minoritarios) a clase 6. Dentro del área agrícola diferencian las lomas de las medias lomas, en especial para las producciones más costosas. La loma es la porción más

GASTOS EN ALZA

“Los costos de los fertilizantes nos preocupan, porque son indispensables para asegurar la calidad de lo que producimos y obtener un retorno atractivo. Tenemos maquinaria propia y el precio del combustible es la otra gran preocupación. Hacemos todas nuestras labores y también trabajamos superficie de terceros; las cuentas se han ido muy arriba”. (Clara Girart)

Nuestro objetivo es diversificar para bajar riesgos.

UNAS FICHAS A LA CALIDAD

“Hacemos cebada cervecera con Cargill Maltería. Se estaba ofreciendo trigo más u$s 10 y siempre apuntamos a capturar el 8-10% que ofrece el mercado por proteínas. La clave está en el nitrógeno que aportamos al cultivo. En trigo también apostamos a calidad, entre 26 y 30 de gluten, que a veces paga el fertilizante y a veces no”. (Clara Girart)

El maíz pisingallo es una de las especialidades que los Girart manejan en el campo de Arrecifes. Lo prefieren sobre el convencional dado su valor.

valiosa de la topografía y a la vez más erosionada, a pesar de que el campo propio esta sistematizado.

Las especialidades suman, pero tienen particularidades que deben considerarse especialmente. En legumbres ayuda tener un barbecho barato dentro de un mercado que se ha complicado. Es un negocio inestable que exige espaldas financieras pero las incluyen en el esquema por una cuestión de rotación.

El del pisingallo también es un mercado cambiante. Es otro producto que demanda una espalda financiera importante para soportar los vaivenes del negocio. Hay gran volatilidad en los precios y el punto es si se hace bajo contrato o no. Los Girart van por la segunda alternativa y hasta ahora no han tenido problemas. “Tiene especificaciones de calidad, de calibre y de explosión –apunta Clara-. Como lo hacemos de segunda exige partir de una buena semilla, con variedades que no se caigan y una buena fertilización. Hemos tenido buenos y malos rendimientos, pero jamás problemas de calidad”.

Pies de plomo

Saber vender es más importante que nunca en un momento en que el financiamiento se pone cada vez más difícil. “Las tarjetas han reducido los plazos y ya no se puede trabajar con cheques pesificados. El dólar sube y también los insumos, y no en la misma proporción que aumentan los precios de nuestros granos”.

Clara reconoce que hay aspectos sobre los cuales avanzar en términos de comercialización. “Tenemos un precio de dolor y cuando el mercado lo está ofreciendo se prenden las alarmas, pero no significa que obligadamente vayamos a vender. Lo que podemos ahorrar lo guardamos en granos. Es cierto, muchas veces por esperar subas mayores uno termina perdiéndose los mejores precios. En general cuando se supera una determinada rentabilidad objetivo tratamos de vender un porcentaje de la producción. Entre nosotros es una eterna discusión cómo profesionalizar el esquema de comercialización. Los márgenes son muy chicos y hay que estar atentos para no quedar afuera del negocio”.

NO INTERESA

“Decidimos no invertir en almacenamiento; estamos rodeados de cooperativas que nos brindan un servicio barato y confiable en este sentido. Ir por instalaciones propias implicaría aumentar costos fijos sin una contraparte, lo cual no nos interesa”. (Clara Girart)

Buscamos aprovechar cada hectárea del campo.

Estrategia antierosiva

Mateo Girart, el papá de Clara, pondera el grado de sistematización del campo propio. “Tenemos pendientes compuestas y riesgo de erosión, y suelos muy chacareados en la época previa a los últimos 25 años en siembra directa. Ésta es una práctica superadora, pero en nuestro

Las legumbres son valoradas por su aporte nitrogenado al maíz que sigue en la rotación más que por su rentabilidad.

caso no alcanza. Estudiamos el tema y nos quedamos finalmente con las terrazas sembrables”, afirma el empresario. Después de dos generaciones de terrazas no cultivables llegó la tercera en que fueron llevándolas a dimensiones que permitieran transitar sobre ellas, tanto con la sembradora como con la cosechadora.

Los Girart han ido creciendo con pivotes de 6 a 7 tramos, habituales en los 90' cuando se dio el gran desarrollo de la empresa. Ahora han decidido pasar a equipos de riego fijos. “Tener riego es una buena manera de crecer en facturación; somos prestadores de servicios de riego y a nuestros clientes les atraen esas superficies moderadas que podemos ofrecer, ya que permiten diversificar el riesgo. Por otro lado, cuando los equipos son más grandes la pluviometría instantánea de los últimos tramos es muy alta y eso genera escorrentía y riesgo de erosión”, explica Mateo.

En la Argentina la energía es cara debido a la alta carga impositiva y eso dificulta la masificación del uso del riego en commodities. A criterio de Girart se requiere

una producción de alto valor para ofrecerle este servicio.

Piezas del rompecabezas

Mateo confirma lo que ha indicado su hija: privilegian una rotación intensiva manejada por ambientes, con dobles cultivos, maíces de alto valor como el pisingallo, que tiene una menor extracción de nutrientes y de agua y les permite entrar mejor al próximo cultivo de invierno. Y cuando no pueden hacer el doble cultivo aprovechan para llevar a cabo el mantenimiento de las terrazas. Siempre tratan de evitar la soja de primera; no contribuye a mejorar la cobertura.

La dotación de fósforo del campo está arriba de las 25 ppm; han aprovechado los años buenos para contribuir con esta caja de ahorro. “Es básico, nuestra solvencia está íntimamente ligada a la fertilidad de nuestros suelos”, enfatiza Mateo.

En trigo apuntan a satisfacer las necesidades de la molinería, con una fertilización dividida; 200 unidades de N (suelo

ALTO FÓSFORO

“Hay muchas granjas en la zona y aprovechamos el abono orgánico que generan. Estamos rodeados de galpones de pollos y una vez al año tienen que cambiar las camas. Ese guano tiene muy alto contenido de fósforo, y si bien es costoso (4 qq de soja por ha) resulta beneficioso cada tres o cuatro años poder entrar con este producto a los lotes”. (Mateo Girart)

Mínimamente tratamos de cubrir los gastos indirectos.

Mateo Girart pondera los resultados de la sistematización que han adoptado en campo propio. Terrazas sembrables para darle pelea a la erosión.

más fertilizante). El fósforo se aplica a reposición; 110-115 kg de monoamónico. “El fungicida siempre está en nuestro presupuesto y hay que sumar un fertilizante foliar para llegar a un trigo con 30 grados de gluten o arriba de 12% de proteína. En cebada buscamos estar en torno de 11 a 12% de proteína, que es cuando logramos los mejores precios. Tenemos profesionales para hacer el seguimiento nutricional de estos cultivos”, dice Mateo.

El pisingallo cuenta con requerimientos de calidad especiales; eso obligaba ser muy estrictos con insectos y enfermedades. En cuanto a los maíces convencionales sembrados en diciembre, van detrás de una legumbre. “Siempre tratamos de hacer una fertilización de base en las legumbres para que esos nutrientes lleguen al maíz y le generen un buen arranque. Podemos entregarlo directamente como grano húmedo a un feedlot –desocupa antes el lote y permite salir a un cultivo de invierno- y también hay consumo como seco con precios que en algún momento se acercan a lo que pagan las terminales, eso sí con mayores riesgos de cosecha”.

Las legumbres no toleran encharcamiento; es necesario elegir bien el lote, ya que debe tener buen drenaje. Conviene arrancar con una excelente selección de la semilla, de modo que el producto final, en el caso de arvejas verdes, no tenga necesidad de pasar por una colorimétrica para su comercialización. Y en la arveja amarilla hay que pensar en una fertilización más importante, porque produce más grano. La arveja amarilla (alta proteína) además de tener salida en exportación tiene demanda en alimentación animal. “A las legumbres las valoramos más por su aporte al maíz que sigue que por los precios que ofrece este mercado. Nos ayudan a llegar con menos costos a ese maíz diferido”.

Mateo no tiene dudas. “El campo tiene que estar produciendo permanentemente, si se puede los 365 días del año. Aprovechar la luz y el agua, que cada hectárea tenga la mejor facturación dentro de un esquema sustentable. Muchas veces los gobernantes no lo entienden; pagamos demasiados impuestos, y no sobre lo que ganamos sino sobre lo que producimos. Ojalá algún día comprendan la realidad del agro”.

PATA GANADERA

En las áreas menos favorecidas los Girart desarrollan un esquema de cría con destete anticipado, con una carga de 1.2-1.3 vacas/ha. “Es una carga alta y necesitamos recuperar el score corporal de esa vaca. Recriamos los terneros hasta los 250 kg y los vendemos como invernada”, explica Mateo.

COMPLICADA

La colza no termina de entrar en el esquema. “En estos últimos dos años no hemos podido incorporar la colza a la rotación –reconoce Mateo Girart-. Permite una rotación de raíces ciertamente fundamental, es un sacabocados cada 5 cm de terreno que ayuda a airear el suelo, pero las cuentas de su comercialización no nos terminan de cerrar”. Clara agrega que se trata de un mercado inestable. “Es poco consumida en la Argentina y depende mucho de la exportación. Hay muy pocas fábricas que procesan el aceite”.

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