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Pistacho, pepita verde
PISTACHO, LA PEPITA VERDE
Este fruto seco comparte los ambientes cuyanos con la vid y los olivos. Requiere una elevada inversión para comenzar a producirlo, pero tiene un alto retorno económico una vez instalado. El caso de éxito de la firma “Frutos del Sol”.
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Por VERÓNICA SALAMANCO ESPECIAL PARA CHACRA | contenidos@revistachacra.com.ar
Los ambientes cuyanos, montañosos y áridos, escenarios ideales para la producción de pistacho, que se riega todo el año.
La versatilidad del pistacho es poco conocida en Argentina, pero su potencial es tan grande que es un fruto muy demandado a nivel mundial. Por eso, el 80 por ciento de lo producido en el país se exporta a diferentes destinos y el 20 por ciento alcanza para cubrir el mercado interno.
Por las condiciones de clima y suelo, la mayoría de las producciones se concentran en la zona cuyana. En el Valle de Tulúm, San Juan, está “Frutos del Sol”, una empresa pionera que arrancó con la producción en 1989 y hoy tiene 500 hectáreas plantadas, de las cuales 200 están ya en producción.
“Estimamos una producción en silo de entre 3.000 y 3.500 kilos por hectárea, aunque al ser un árbol añero tenemos un año bueno y uno malo. La variedad más importante con la que contamos es la ‘Kerman’ pero también hemos comenzado a plantar ‘Golden Hills’”, detalla Dulce Bravo, gerente de la empresa.
Si bien la cosecha de los frutos es en marzo, hay otras labores que ocupan
INVERSIÓN A LARGO PLAZO
Comenzar con una plantación de pistacho implica una inversión mínima de USD 4.200 por hectárea, suponiendo que ya se tienen las instalaciones y herramientas adecuadas. El costo de mantenimiento es mínimo, aproximadamente de USD 500 por hectárea al año. Si bien al segundo año ya se obtienen frutos, recién al quinto año tienen valor comercial. Y con la segunda cosecha se amortiza el capital invertido. El pistacho posee una tasa interna de retorno entre el 28 y el 30 % en dólares, y tiene garantizada producción por 80 años. “Una hectárea rinde 4.000 kilos y lo bueno es que el precio en el mercado internacional siempre es el mismo, 10 dólares por kilo”, señaló Marcelo Ighame, presidente de Pisté Pistachos Argentinos. Por su parte, la inclusión del pistacho en la dieta diaria genera muchos beneficios a la salud. Esta exquisita fruta seca nos aporta gran cantidad de energía, vitaminas, minerales esenciales, ácidos grasos, proteínas y fibra. Favorece la salud del corazón por su contenido rico en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Es fuente de energía y fortalece huesos y músculos, proporcionando proteínas vegetales, fósforo, magnesio y potasio; por ello son muy recomendables para los deportistas. También previenen la diabetes por el alto contenido en fibra y fósforo, que ayudan a reducir los niveles de glucosa en sangre. Además, son ricos en vitaminas A y E, y su contenido de potasio y magnesio ayudan a reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca en situaciones de estrés.
todo el año. Esta empresa tiene su propio vivero de plantines de pistachos para uso propio o para comercializar a terceros, ya que brinda el servicio integral de asesoría y de procesado de pistachos a pequeños productores en su fábrica del departamento de “25 de Mayo”, en la provincia de San Juan.
“Para iniciar el recorrido primero se necesita formar un pie, que luego será injertado con la variedad frutal. El cultivo se riega por goteo todo el año. Se realizan también las tareas de desmalezar, nivelar, anchada, etc.”, detalla Bravo y agrega que en 2018 se cosecharon 350.000 kilos, pero es variable año a año debido a las características de estos frutales.
Comercialización
Esta finca vende el pistacho con cáscara tostado y salado en cajas de 10 kilos y, en cajas de 12 kilos, la pepa al natural. Además, ofrece barritas de pistacho, aceite de pistacho y harina de pistacho. El 80 % de su producción se exporta a Chile, Uruguay, Brasil e Italia.
El pistacho comienza a dar frutos al segundo año de implantado, pero recién en el quinto tienen valor comercial. “En Italia logramos desarrollar una sociedad dándoles entrada a nuestros productos a la Unión Europea con ‘Frutos del Sol Europe’, que genera valor agregado elaborando harina y pasta de pistacho”, cuenta la empresaria. Con el 20 % restante abastecen totalmente el mercado interno, sustituyendo las importaciones. Cuentan con un depósito en Ciudad Autónoma de Buenos Aires y oficinas en microcentro y San Juan, y desde esos puntos distribuyen a todo el país. “Hace años que nos interiorizamos en la cultura pistachera del mundo. Asistimos a cursos de capacitación en Estados Unidos, Grecia y Turquía donde se aprende sobre siembra, cultivo, cosecha, cuidados, oportunidades de mejoras y amenazas del agronegocio”, cuenta. “En países con una tradición pistachera como Turquía, Siria, Irán y Grecia, se elabora de todo con el pistacho. Este año viajamos a Gaziantep, en Turquía, a un intercambio de experiencias y visitas a campo con gente del Instituto de Investigación de Pistacho, que cuenta con 130 años de estudios. Nos fascina viajar y conocer el potencial de nuestro producto, y, por supuesto, tener el desafío de popularizar la cultura pistachera en Argentina”, concluye Bravo. EL 80% DEL PISTACHO PRODUCIDO EN EL PAÍS SE EXPORTA Y EL RESTO SE CONSUME EN MERCADO INTERNO. En países habituados al pistacho, como Turquía, Siria e Irán, se lo emplea en múltiples productos.