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La crianza que viene

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Noticias de Brasil

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En julio comienza la temporada de pariciones. Es tiempo de ajustes específicos en el rodeo para poder aprovechar a fondo las buenas condiciones climáticas que se pronostican. Mucha atención con el manejo forrajero elegido. El camino para obtener muchos terneros

En la tradicional zona criadora argentina, la Cuenca del Salado, se espera un gran año de pariciones. Allí se recuperó el stock de vacas de cría que la región tenía hace doce años.

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Se viene la época de pariciones y los productores deben ir organizándose para ese momento. Con un año excepcional para la producción de forraje en la tradicional zona criadora argentina, la Cuenca del Salado bonaerense, también se espera un gran año para la producción de terneros. El departamento de producción animal bovina de la Estación Experimental Agropecuaria Cuenca del Salado, de INTA, brindó algunas grandes recomendaciones técnicas para el corto plazo en el manejo del rodeo.

Entre los importantes consejos técnicos, los expertos repasaron: - Al tacto de preñez, hay que separar los lotes por tamaño de gestación y así poder programar los potreros en los cuales vaya a parir cada categoría. - Si existen animales con baja condición corporal, sería importante apartar esas vacas y darles un mejor campo, siempre que no se desmejore el resto de las categorías. - Separar las vacas multíparas de las

Debido a los mayores costos para la implantación de verdeos, en la zona se profundiza la utilización de campo natural como recurso forrajero.

primerizas ya que estas últimas nece- sitarán mayor atención en las recorri- das. - Monitorear los potreros con más riesgo de distocias (vacas en menor condición corporal y vaquillonas) dos veces por día, bien temprano por la mañana y a última hora de la tarde.

“Tuvimos una temporada de primave- ra, verano y parte del otoño excelente que, a diferencia del año pasado, pro- dujo muy buena cantidad y calidad de forraje, con sobresalientes índices de preñez”, indican desde el INTA.

Por ahora, el frío no se hizo sentir en la zona, con lo cual los recursos forra- jeros que vegetaron durante el verano siguen otorgando buena producción, como los forrajes o cultivos estiva- les diferidos, con lo cual la condición corporal de las madres viene sostenida durante la época.

La gran diferencia con respecto a los servicios del año pasado, agregan des- de el INTA, fueron las altas tempera- turas de enero/febrero que afectaron severamente la producción de forraje. Este ciclo tuvo pocos días con picos de

Tuvimos una temporada de primavera, verano y parte del otoño excelente que, a diferencia del año pasado, produjo muy buena cantidad y calidad de forraje, con sobresalientes índices de preñez

El productor ganadero que ya se aseguró el pasto de los próximos meses, debería pensar en realizar reservas con los excedentes para evitar contratiempos ocasionados por el clima postpariciones.

calor, solo concentrados como ventanas de tiempo cortas durante diciembre y enero.

Tan bueno es el momento de la ganadería de cría argentina que, en el caso particular del Salado, “se recuperó el stock de vacas que la región tenía hace doce años”, subrayan desde la estación experimental.

Como contrapartida a este gran momento, el criador está muy tentado de vender vaca pesada por la apertura de exportaciones a China. “Esto juega como punto a favor del productor que necesita liquidez, exclusivamente, y no opacará la producción de terneros del año”, aseguran en la cuenca bonaerense.

En relación con el aspecto puntual de la producción de forrajes, aquellos productores que por las buenas condiciones climáticas ya se aseguraron la posibilidad de conservar parte del forraje producido naturalmente, como primera medida podrían almacenar

los excedentes para independizarse de las futuras condiciones.

Este año, debido al aumento de los costos para la implantación de verdeos de invierno, el productor se está apoyando más en el consumo de los recursos naturales del campo.

“Esto puede ser riesgoso ya que se retuvo más hacienda y depende de que el año siga bueno climáticamente para sostener esa carga. Con las buenas condiciones hasta el momento, es recomendable planear alguna práctica de fertilización durante el otoño o la salida del invierno, acompañando las buenas temperaturas para aumentar el volumen de forraje producido”, recomiendan desde el INTA. Un dato clave que permite conocer cómo se redujo la superficie forrajera en la Cuenca: desde el año 2008 hasta el momento, aumentó 110 por ciento la superficie agrícola. Esto indica que hay menos tierra para la ganadería. Más cabezas en menos superficie, un riesgo productivo muy importante. Asimismo, otra de las opciones puede ser practicar una restricción alimentaria a la madre de cría que permitiría aumentar algo más la carga o liberar parte de la superficie de forraje, pero “hay que ser consciente de que la calidad del ternero en gestación de la madre restringida se ve afectada para la futura producción carnicera ya que la recría o el engorde comienza desde la gestación”, advierte el INTA.

Por eso, hay que alimentar el vientre de la mejor manera por los riesgos que también acarrea que en la primavera atraviese alguna penuria alimentaria por el mal tiempo. “Una hembra preparto restringida alimentariamente, que en la primavera no se recupera, es una vaca que no se preña”, concluyen los expertos.

Tiempo de ajustes finales para cerrar un gran año para la producción ganadera de cría.

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