Edición del 9 de marzo de 2025
Año 117 - N°6.480
Representante Legal y Director: Obispo Óscar Blanco Martínez OMD
Editor: Pbro. Fredy Subiabre Matiacha fredysubiabre@gmail.com
Impresión:
Patagónica Publicaciones S.A.
Diseño Editorial: Jacqueline D. www.iglesiademagallanes.cl


CARTA DEL PADRE OBISPO
OSCAR BLANCO MARTÍNEZ - OMD OBISPO DE PUNTA ARENAS
“Ten valor y espera en el Señor”
Sal. 27,14
Querida comunidad de la diócesis de Punta Arenas. Pax Christi
El Jubileo un año de renovación y esperanza
En esta significativa Navidad del 2024, hemos tenido el privilegio de ser testigos de un acontecimiento de gran relevancia en la vida de nuestra Iglesia: el Papa Francisco, desde su silla de ruedas, abrió la Puerta Santa en la majestuosa basílica de San Pedro, marcando el inicio de un año jubilar que se presenta como una oportunidad invaluable de renovación y esperanza. En nuestra querida diócesis, celebramos con alegría la eucaristía de inauguración el 31 de diciembre, proclamando nuestra iglesia catedral como templo jubilar del año 2025.
Un llamado urgente a “reavivar la esperanza”
Este Jubileo, es un llamado urgente a “reavivar la esperanza”1 en el camino que recorremos juntos como Iglesia diocesana, con nuestros ámbitos de acción pastoral. La comunidad se convierte en nuestro espacio sagrado de encuentro, generando procesos de formación permanente, donde somos invitados a ser una Iglesia en salida, comprometida con los jóvenes y dispuesta a celebrar nuestra fe con alegría y acciones concretas en la sociedad magallánica. Este jubileo no puede ser considerado un mero eslogan, para agregarlo al vocabulario pastoral y manipular nuestras reuniones, ¡NO! “Es ofrecer la experiencia viva del amor de Dios, que suscita en el corazón la esperanza cierta de la salvación en Cristo”2
¿Dónde encontramos un terreno firme para sostener nuestra esperanza?
En este contexto, surge una pregunta fundamental: ¿dónde encontramos un terreno firme para sostener nuestra esperanza? A menudo, al mirar la realidad que nos rodea, parece que hay poco espacio para mantener viva la esperanza. La incertidumbre y la preocupación son sentimientos que parecen abundar, en lo social, económico, político y eclesial. La guerra, la violencia, la injusticia, la migración, por un lado y por otro, la falta de vocaciones sacerdotales, religiosas, al diaconado permanente y la vida matrimonial, entre otras, son algunas de nuestras preocupaciones presentes en nuestra acción pastoral. Sin embargo, es precisamente en estos momentos de dificultad y desasosiego donde la esperanza evangélica se vuelve más crucial. La esperanza cristiana no se fundamenta en pronósticos favorables ni en planes pastorales exitosos; “el fundamento de la esperanza cristiana no está en lo que nosotros podemos hacer, sino lo que Dios quiere hacer a través de nosotros”3. Él es nuestra fuente y nuestra verdadera esperanza que nos anima y sostiene.
¿Por qué la esperanza cristiana no defrauda?
San Pablo nos recuerda que “la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rm 5,1-2,5).” La esperanza nace del amor que emana del corazón de Jesús, traspasado en la cruz”4. Esta esperanza cristiana, en efecto, no engaña ni decepciona, pues está cimentada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos jamás del amor divino. “¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo?” “Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada”. “Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó” (Rom 8,35s).
Somos peregrinos de esperanza
La peregrinación es una de las actividades importantes del Jubileo. En toda peregrinación hay un punto de partida, un camino que recorrer y una meta donde llegar. “Ponerse en camino es un gesto típico de quienes buscan el sentido de la vida”5 Cuando hacemos una peregrinación, vamos descubriendo a lo largo del camino las dificultades que se van presentando: cansancio, sed, desorientación, metas que no llegan nunca, tentación de abandonar el camino, también se experimentan momentos de alegrías que allanan el camino, saber que no caminamos solos, la belleza del paisaje y la palabra de ánimo y esperanza, de parte del hermano que camina a nuestro lado. Tanto los momentos de dificultad como los de alegría ayudan a crecer espiritualmente si se viven desde el corazón. Dice una conocida canción de nuestra liturgia: “Somos un pueblo que camina y juntos caminando podremos alcanzar, otra ciudad que no se acaba, sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad”, esa es la meta del peregrino, la patria eterna del cielo.

Anclados en la esperanza
El ancla de la esperanza es un símbolo vital en nuestras vidas. En medio de la movilidad del mar, como en medio de las incertidumbres de los problemas, el ancla –la esperanza– es lo que fija, sostiene y asegura no ir a la deriva. En tiempos de tormentas, es bueno tener anclas que nos sostengan, puntos en común en que nos podamos apoyar, medios para permanecer fieles y confiados. El cristiano es un peregrino con un ancla fija en el cielo. “Solo tenemos que amarrarnos al cabo y seguir siempre adelante, porque estamos seguros de que nuestra vida es como un ancla que está en el cielo, fija en el lugar adonde llegaremos”6. En tiempos de tormentas y dificultades, es la esperanza la que nos asegura y nos mantiene firmes en medio de la tempestad. Este año jubilar, Dios nos quiere renovar su amor de Padre y regalarnos su gracia, “Esta es nuestra ancla espiritual, segura y firma” (Heb 6,19).
“Ten valor y espera en el Señor”
(Sal 27,14)
Queridos hermanos laicos y consagrados, después de un alto en el camino, retomamos nuestro año pastoral. El espíritu del Jubileo nos invita a lanzar el ancla de la esperanza para caminar juntos. No podemos, quedarnos anclados en errores del pasado, lo que nos llevaría a una apatía, a continuos reproches y a caer en una vida amarga. Tenemos en nuestras manos un presente hermoso con nuestras comunidades parroquiales y unidades pastorales, un futuro abierto a mil posibilidades para amar y servir a la gente que sufre la enfermedad, el duelo, la soledad, el hambre y el sinsentido de sus vidas. Caminar juntos con alegría, es expresión de lo que queremos ser como Iglesia diocesana, una comunidad vibrante, llamada a vivir en comunión, participación y el deseo de superar las diferencias que pueden existir, escuchando juntos la palabra de Dios, que nos guía a lo largo del camino.
Sembradores de esperanzas
También por estos días las comunidades educativas reabren sus puertas para recibir a los jóvenes estudiantes con quienes caminarán juntos este año. Animamos a los profesores y sostenedores de los colegios y centros de formación a ser sembradores de esperanza en el corazón de los jóvenes, brindando la mejor clase y las mejores herramientas para el desarrollo personal y un futuro esperanzador. Son muchos los que esperan de nuestro testimonio cristiano, cercano, alegres y solidarios. Dejémonos entusiasmar por la esperanza y permitamos que a través de nuestro testimonio sea contagiosa para cuantos la desean. Que nuestra vida pueda decirles: “Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor” (Sal 27,14).
Quisiera poner este nuevo año pastoral bajo el amparo de la Madre de Dios, auxilio de los cristianos. Mujer de fe y esperanza. Ella supo confiar y esperar en las palabras del Ángel, Ella que albergó en su seno la esperanza del mundo, Ella debe ser nuestro modelo a seguir. Su mirada de madre y maestra nos conduce al Señor Jesús que es nuestra esperanza.

Con afecto y bendiciones.
+Oscar Blanco Martínez omd Obispo de Punta Arenas








RETIRO DE LOS EDUCADORES SALESIANOS EN PUNTA ARENAS
El viernes 28 de febrero, las comunidades educativas de los cuatro colegios salesianos de Punta Arenas se reunieron para reflexionar en torno al aguinaldo de este año 2025: “Anclados en la esperanza, peregrinos con los jóvenes”. En la primera parte, el equipo a cargo de la animación hizo bailar y cantar a todos los educadores salesianos con canciones de Don Bosco que animan y reavivan el carisma salesiano. En la segunda parte de la mañana, se trabajó en grupos, para luego finalizar con una hermosa Eucaristía, preparada por los equipos pastorales del Liceo María Auxiliadora, Liceo San José, Instituto Sagrada Familia e Instituto Don Bosco (www.insafa.cl).

BENDICIÓN DE ESTUDIANTES Y PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN PARROQUIA NUESTRA SEÑORA FÁTIMA
El domingo 02 de marzo en las seis comunidades de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, se realizó la bendición de estudiantes, profesores, asistentes de la educación y todos quienes trabajan en las comunidades educativas. Los niños llevaron sus útiles escolares: mochilas, cuadernos, lápices. Fue un significativo momento, y se mostraron muy y agradecidos quienes participaron de él (Pbro. Bernardo Astudillo Basulto – Párroco de Nuestra Señora de Fátima).


40 AÑOS DE LA COMUNIDAD JESÚS DE NAZARET DE PUNTA ARENAS
El domingo 23 de febrero, con una celebración de la Palabra, presidida por el diácono Luis Cabeza, la comunidad Jesús de Nazaret, ubicada en Pedro Agirre Cerda, se celebraron los 40 años de su fundación. Felicidades a toda la comunidad. (Facebook Parroquia San Miguel Arcángel)


El viernes 28 de febrero, en la iglesia Catedral y, convocados por el padre obispo Óscar Blanco, la comunidad oró al Señor pidiendo por la salud del Papa Francisco en la adoración eucarística de las 18.00 hrs. y la eucaristía de las 19.00 hrs. Seguimos unidos en oración por el Papa y su servicio a la Iglesia Universal (Diác. Daniel Suárez Pintone).



RETIRO DE LOS PRESBÍTEROS DIOCESANOS
Desde hoy domingo 9 en la tarde hasta el viernes 15 al mediodía, los sacerdotes diocesanos realizarán su retiro anual, animados en la oración por el P. Jesuita Jaime Castellón Covarrubias sj. Oramos por ellos.

