Introducción
José Castejón Redin Mauléon (Francia)
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Leonor Aguilar Adell
13
Philippe García Pau (Francia)
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26
Cristobal Andrades
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Mas de las Matas (Teruel)
Setenil de la Bodega (Cádiz)
Camelia Gías Peirón
Nicolle 106 Jordán Loriente
Binaced (Huesca)
96
Castelsarrazin (Francia)
Índice
Porfirio Ayerdi Lorea
44
Burgui (Roncal)
Gregorio Loaso Ramón
Miguel Aznar Sesé
52
Oto (Huesca)
114
Linás de Broto (Huesca)
Bienvenido Loste Bielsa
122
Maite 60 Berastegui Vidallé
Nathalie y 68 Marie Claire Cayón
Bielsa (Huesca)
Cahors (Francia)
Bibliografía
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Gistaín (Huesca)
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Los trayectos del exilio
Lugares de origen y destino de los exiliados entrevistados en este trabajo.
En memoria de Manuel Benito Moliner.
â€œâ€Ś sabemos todo eso. Y sin embargo, el exilio tambiĂŠn tiene barrotes" Mario Benedetti
Leonor
Aguilar Adell Leonor Aguilar Adell, nacida en Mas de las Matas (Teruel) en 1928. Hija de Francisco Aguilar Pellicer, el sillero y Ángela Adell Asensio, la cancanica, ambos de Mas de las Matas. Pequeños propietarios. Compar te la entrevista su hermano mayor, Joaquín (1926) que ha viajado hasta Bouloc (Toulouse) desde Argentina, donde reside desde 1951. La casualidad ha querido que podamos ser testigos de un encuentro entre hermanos poco frecuente. Estuvieron más de treinta años sin verse, pero desde hace un par de décadas lo hacen espaciosa pero periódicamente.
Leonor y Joaquín, en casa de ella en Bouloc (Toulouse).
La Tierra Como tantos otros, Francisco Aguilar estudió para cura (Vic) antes de abrazar las ideas libertarias. Al cabo de tres o cuatro años de Seminario, un desgraciado accidente de autobús que lo dejó malparado hizo que ingresara en un hospital de Barcelona para una convalecencia eterna de la que se levantó sin ganas de vestir sotana. Regresó a Mas de las Matas y se casó con Ángela Adell, criada en Barcelona, con casa y un pedazo de tierra.Tuvieron cuatro hijos (Joaquín, Leonor, Mariano y Silvia). Tanta cultura aprendida en el Seminario no podía ser buena, así que se convertiría en uno de los principales protagonistas de la Colectividad de Mas de las Matas en 1933, en una experiencia que duró dos días y lo llevó a la cárcel del Dueso en Cantabria, donde estuvo preso 33 meses hasta la amnistía dictada en febrero de 1936. En el Dueso conocería a Félix Carrasquer, entre otros, en lo que sería su verdadera “escuela”.También sería protagonista de la colectividad que viviría Mas de las Matas a partir de julio del 36 y que se alargaría más de dos años. “El cura, el tío Mata –un terrateniente–, la Guardia Civil, todos habían huído.También otro cura, que nos dijo en casa “aquí la carne de cura se va a pagar barata”, con toda su sorna. El pueblo se quedó sin autoridades”. “Fueron años de abundancia, no había desigualdades, ni por supuesto hambre”, dicen hoy aquellos dos niños. “Mi madre siempre repetía que nunca había sido tan feliz. No había dinero, eran todos medio vegetarianos y no bebían alcohol. En Mas de las Matas nos ocupábamos de abastecer a las columnas anarquistas… hasta Leonor con su hermano Joaquín, izquierda, y el que pronto que llegó Lister”. El final de la historia de sería su marido, Adolfo, a su derecha. aquellas cooperativas libertarias aragone28
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sas es de sobra conocido, así que para qué recordarlo. Cuando se acercaron los franquistas salieron del pueblo en carros, primero a Agua Viva, luego a Morella y después a San Mateo de las Fons.“Mi padre había ido a vendimiar a Francia en varias ocasiones y propuso a los demás ir hacia Barcelona y luego a Francia, pero no le hicieron caso. Fuimos los únicos que fuimos a Barcelona, el resto no quiso y se fue a Valencia”. Antes, Francisco, que era el secretario de la colectividad repartió el dinero que había en caja.“Fueron 50 duros para cada familia”.Todo Mas de las Matas cayó en Vinaroz y las tropas franquistas los hicieron regresar.“La primera saca fue de 33 hombres, entre ellos un hermano de mi padre”, se lamenta Leonor. De abril a octubre de 1938 estuvieron en Barcelona y el 1 de octubre los niños fueron trasladados a la colonia de Puigcerdá. Durante la Navidad siguiente fueron aleccionados por su padre. Él les entregó una dirección en Francia, pero aquellas señas se quedaron en la colonia, en manos del director, un “señor” de Huesca. “No dio tiempo a nada”. En febrero de 1939, la Cruz
De izquierda a derecha, Silvia, Joaquín, Leonor, Francisco, su padre, y Mariano. Abajo, Ángela, la madre y el abuelo.
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Roja los trasladó a La Tour de Carol, para luego meterlos en un tren destino Toulouse, Burdeos y la frontera con Bélgica.“Los niños acabamos en la Isla de Ré, los mayores en Argelès”. Gracias a la Cruz Roja, sus padres no perdieron contacto y siguieron su peregrinar: Les Mates, Mongullon… “Después nos metieron en un tren en La Rochelle hacia Belle Isle (Bretaña). “Allí recuerdo a dos chicas mayores de Huesca que preparaban en un caldero sopas de pan”, rememora Leonor. Su padre rellenó un formulario para reunir a la familia y en mayo de 1940 volvían a estar todos juntos aunque por poco tiempo. “En octubre nos llevaron de vuelta a los campos. Íbamos a Argelès, pero terminamos en Agde y en Noé, donde sobrevivimos gracias a los Cuáqueros.Tras el paso de su padre por una CTE* (Compañía de Trabajo para Extranjeros) en el Ariège, por fin volvieron a reunirse cerca de Saint Girons, en Mas d’Azil y reemprendieron su vida, aunque no donde la habían dejado.“Tenía gracia. De Mas de las Matas a Mas d’Azil”. “Aquellos años en Mas d’Azil fueron buenos. Hacíamos una vida muy familiar. Matábamos el cerdo y se hacía mondongo, y poco a poco fuimos progresando. Mi abuelo, que estaba con nosotros, solo le pidió al dueño de la granja que le diera 25 ovejas por el trabajo de la familia. Al cabo de los años logró reunir 150. Aquel rebaño compró los pasajes a Argentina y un comienzo allá”. Fue prácticamente la primera vez que se separaban Joaquín y Leonor. Joaquín: “Con la venta de aquellas 150 ovejas le dieron a mi abuelo medio millón de francos** de la época y compramos los pasajes a Argentina para el abuelo, mis padres, Mariano, Silvia y yo. Salimos el 27 de abril de 1951 de Marsella y llegamos a Buenos Aires el 18 de mayo. Luego nos instalaríamos en Mendoza”. * CTE o GTE (Grupos o Compañías de Trabajadores Extranjeros, se usan los dos términos). En julio de 1939 hay 13.250 españoles trabajando sobre todo en labores forestales o hidráulicas. Mano de obra barata imprescindible. En 1941 son más de 50.000. **Francos antiguos. 5.000 francos nuevos. En 1960 un franco pasó a ser un centímo de franco. Aproximadamente 60.000 pesetas.
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Leonor: “Yo me había casado ya con Adolfo y él no quería irse lejos de España. Su ilusión, su obsesión era volver. Nunca la perdió. Así que me quedé en Francia. Se me partió el corazón, pero…” Leonor no volvió a ver a sus padres. Su padre falleció en 1964, pero ella no se enteró hasta siete meses después. “Yo estaba embarazada de Violeta y los míos no quisieron darme la noticia en aquel momento”. Adolfo Castro Ontiñano, el marido de Leonor, había nacido en Triste, Santa María de la Peña (Huesca) y fue maquinista ferroviario. “Hacía la línea Tormos-Zaragoza-Canfranc”. Francisco Aguilar había conocido a Adolfo en Argelès y Leonor, por su parte, lo conoció en el campo de Noé.“Como tenía las mismas ideas que mi padre, yo me bebía sus palabras.Tenía 18 años más que yo y era un solterón… Habló con mi padre y mi padre habló conmigo; de la diferencia de edad, de que si yo era una niña. ‘No padre, no puedo ser una niña después de haber pasado dos guerras, los campos de concentración,
Celebración en Mas d’Azil. En la imagen la familia con amigos y compañeros. Leonor sujeta un perro. A la derecha, de pie, el abuelo, que no se quitó la boina en toda su vida.
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yo estoy hecha ya padre’”. Así que poco después de la liberación (de Francia), cuando Leonor contaba con 20 años, se casaron en la mairie o alcaldía de Mas d’Azil. Era 1949. “Yo he tenido tres hombres en mi vida: mi padre, Adolfo, y mi hermano Joaquín aquí presente. No se puede imaginar cómo han cuidado de mí. Joaquín en los campos nunca me dejó ni a sol ni a sombra”. Adolfo y Leonor se dedicaron siempre a la tierra. “Pasó de conducir la locomotora del ferrocarril a la pareja de bueyes y el yugo. Con la primera cosecha compramos una vaca, que nos dio un ternero. ¿Como el cuento? Pues como el cuento. Adolfo pasó por una escuela de agricultura. Seleccionábamos los ejemplares y preñábamos a las vacas con inseminación artificial. Ahora es muy natural, pero entonces éramos pioneros en la mejora de la raza. Los machos los vendíamos pero llegamos a tener doce vacas lecheras. Este tejau que tiene usted encima es carne de mi marido y de mi carne. Así es”. Adolfo y Leonor tuvieron cuatro hijas (Aurora, Helena, Esmeralda y Violeta) y se dedicaron a seguirlas en sus estudios. De Mas d’Azil a Cintegabelle y de allí a Pamiers. Luego nos instalamos aquí, en Bouloc. “Ya lo habrá oído usted, para los republicanos los estudios de nuestro hijos estaban por encima de todo”.
Joaquín “Ya en el barco, unas chicas nos dieron la dirección de un amigo de Teruel. Este amigo trabajaba en la Fundación Evita, donde entramos mi padre y yo para hacer trabajos de construcción de todo tipo. Cambió el régimen y nos echaron a todos.Yo después seguí en la construcción con uno de Calanda (Juan Bosque) y con mi futuro suegro. Ellos se conocían de los campos”. Joaquín se casó con Juana Navarro, hija de republicanos originarios de Murcia, con la que ha tenido dos hijos: Helios e Iris (estos anarquistas no perdonan los nombres). Con la dictadura, en Argentina todo cambió. “Por supuesto, estábamos todos fichados y en 1972 yo me fui a Ca-
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nadá, a Toronto, donde trabajé durante muchos años de cocinero en la CNTower. ¿La conoce? ¿Ha oído hablar de esa torre? No se puede usted imaginar. Joaquín va a buscar fotos y recupera su pasión de niño, hablando de esa torre como de un juguete de Lego. Estuvo dos años solo y luego llegó su mujer. A las niñas las dejaron con sus abuelos. De Iris habla con verdadera devoción. “Fue directora de un hospital, pero ahora trabaja en el ministerio de inspectora. Ha tenido que hacer informes de la sanidad argentina, del desastre que es aquello, y ha recibido un montón de felicitaciones. No se puede imaginar lo que es aquello, el desgobierno, la corrupción…” Para abreviar, Joaquín va en busca de “Las venas abiertas de América”, de Eduardo Galeano y me lo regala, tras reconocerle que no lo he leído. No será lo único.
Foto tomada poco antes de que la familia, excepto Leonor y Adolfo, emigraran a Argentina. Leonor tiene en sus brazos a su segunda hija.
Leonor “Nunca solicité la nacionalidad. Adolfo y yo nos hicimos franceses para poder viajar a España con pasaporte francés. No, mis hijas tampoco. En Francia los hijos
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tienen la nacionalidad de los padres, no es como en España. Ahora, le digo una cosa, yo me paseo por las calles de mi pueblo, de Mas de las Matas, todos los días de mi vida”.ATeruel ha viajado poco.A través de Adolfo ha estado más vinculada a Huesca. “No fuimos hasta que no murió Franco, pero después compramos un piso. ¿Sabes usted donde está el Banco de España en Huesca?” (no le aclaro que lo demolieron hace poco) “Pues justo enfrente. Íbamos mucho; Adolfo gozó de 18 años de retiro y fue muy feliz”. Después de tanto sufrimiento, el único hecho que reconoce como realmente desgraciado en su vida fue perder a su hija Aurora en un accidente de automóvil junto a su marido y la hija de estos. Fue un Día de la Madre. “Yo me adapté muy bien aquí, mis hijas son francesas por los cuatro costados a pesar de que hablan español perfectamente, y mis nietos no digamos. Admiro la laicidad de este país”. Cuando pasamos al comedor, Leonor me enseña con devoción un cuadro de Galán y García Hernández, con otros proceres de la II República. “Siempre ha estado aquí, siempre”. Me habla de amigos de Jaca y Huesca a los que no logro identificar. Y no me marcho de vacío. Tres latas de foie y tres botellas de vino de la pequeña bodega de uno de sus yernos. Hospitalidad turolense o tolosana, quién lo sabe. Joaquín no se anda con remilgos. “Qué quiere que le diga, me siento español y me siento a gusto con españoles y más con aragoneses, qué duda cabe, pero un rato. Me molesta a veces esa mentalidad de mosquito. No ven más allá, cómo decirlo, me parecen vacíos, superficiales. No han aprendido nada”. De repente recuerda un dato. “¿Recuerda que le he dicho aquel De izquierda a derecha, Elisa, hermana de Adolfo y maestra en Binaced, que los visitaba regularmente, y Leonor. Abajo, cura que marchó? el que dijo lo de la carne Helena, su prima Elisa y Aurora. En primer plano, Adolfo. de cura; pues nos reencontramos en ArFoto de 1956. 34
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gentina muchos años después. Era un buen hombre. Lo enterramos en Mendoza, en Godoy Cruz”. “Hemos votado a Daniel Cohn-Bendit*, ¿sabes?”, tercia Leonor.“Yo me siento libre pensadora, nada más. Y si me pide que le nombre una figura histórica española solo le hablaré de Federica Montseny”.Y juntos empiezan a recordar las enseñanzas de su padre.Aquellas giras educativas, aquellas reuniones los domingos en las que iban al río y leían un libro de medicina natural fetiche para su padre.Y hablaban de Voltaire, de sexualidad, de libertad, de progreso y máquinas trilladoras. La pasión de Leonor por la tierra no ha disminuido un ápice. Cultiva un huerto de medianas dimensiones –400m– que para cualquiera de otra generación sería exagerado. Comemos tomate del huerto –aún es noviembre– bien regado con vino, también de la tierra. De su Tierra de Libertad. Cartel anunciador de una conferencia de Federica Montseny en el Ateneo español deToulouse, localidad donde residió hasta su fallecimiento en 1994.
* Daniel Cohn-Bendit, nacido en 1945 en Montauban. Participó en Mayo del 68, siendo uno los líderes principales. Era conocido con el sobrenombre de Dany el Rojo. De tendencia anarquista en su juventud, ahora es ecologista. Es eurodiputado verde desde 1994. En las elecciones de 2009 encabezó la lista Europe Ecologie, alcanzando un 16% del total de sufragios en Francia.
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