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2.2 El barrio del Cercado
Jirón Cañete
Calles de: 235. No hay calle, 236. Matienzo, 237. Castilla, 238. Yaparió, 239. Chicherías, 240. Pampilla, 241 a 243. Prolongación de la Pampilla
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Como se observa, la traza regular de la ciudad solo subsistió en su parte más central, no obstante la preocupación del ayuntamiento de que las calles conservaran sus líneas rectas. El Convento de Santo Domingo, al ir extendiendo su área, cerró los jirones Santa y Caylloma. El Monasterio de Santa Teresa y antes el noviciado de la Compañía de Jesús dilataron la iniciación del jirón Apurímac. El Monasterio de la Encarnación, con su largo frente, cerró el jirón Chili. El curso del río, inclinándose hacia la ciudad en su recorrido, así como los tajamares que se hicieron en él, acortaron algunos jirones, como los de Tacna y Cañete. El edificio de la Recoleta Dominicana cortó en su extremo el jirón Camaná. En contraposición a todo esto, se habilitaron con edificaciones varios lugares colindantes con el río, de donde provinieron las calles, también de nombre actual, de la Penitencia, de San Ildefonso, del Tigre, de la Soledad, de Viterbo, La Barranca y Callejón de San Francisco.
2.2 EL BARRIO DEL CERCADO
El año 1568 el gobernador don Lope García de Castro dispuso que los indios que vivían en la ciudad y en sus alrededores fuesen reducidos en un pueblo en el que podrían residir de manera mejor que en sus diseminadas rancherías, donde estarían más a cubierto de las extorsiones de que eran víctimas y donde podrían ser mejor enseñados y adoctrinados. Al efecto designó al corregidor Alonso Manuel de Anaya y al regidor Diego de Porras Sagrado para que determinasen el lugar más conveniente en el que se podría hacer el proyectado pueblo. Aunque se ha dicho que los terrenos escogidos para la fundación fueron de los pertenecientes a la encomienda de Cacahuasi, de propiedad del licenciado Rodrigo Niño, hallamos que ellos en realidad pertenecían a parte de la huerta del licenciado López Guarnido, huerta que a su vez integró la extensa chácara que desde la fundación de la ciudad obtuvo el veedor García de Salcedo y que luego pasó a su viuda Da. Beatriz Salcedo. A la propiedad de López Guarnido se agregó, siempre para el nuevo pueblo, otra huerta contigua de pertenencia de Antonio López en la que había, aparte de árboles
indígenas de pacaes, otros de procedencia española como de membrillos, uvas, plátanos e higos. El nuevo pueblo de indios debía componerse de 35 manzanas, divididas en solares, con una plaza. Fue inaugurado el 25 de julio de 1571, día del apóstol Santiago, y estuvo rodeado, para seguridad de los indios, con un muro o cercado, con sus respectivas puertas. Por ello tomó el nombre de Santiago del Cercado. El año 1590 quedó definitivamente organizado el pueblo del Cercado. El virrey D. García Hurtado de Mendoza dictó entonces una provisión que reproducimos enseguida por su interés histórico:
Por cuanto habiéndose presentado ante mí una cédula real ganada a pedimento de los yanaconas de esta ciudad cerca de reducirse a una población adonde estuviesen juntos y congregados y la remisión que el rey me hizo cerca de ello, lo remití al licenciado Alonso Maldonado de Torres, oidor de esta audiencia, para que lo viese e informase, y habiendo dado su parecer y teniendo en cuenta los memoriales y pareceres que he tomado de otras personas prácticas y particularmente lo que sobre ello habían ordenado los virreyes mis predecesores y esta audiencia y lo que yo he visto en el espacio de ocho meses que estoy en esta corte, he resuelto ordenar que la dicha reducción se haga luego de todos los indios yanaconas que están en las rancherías de San Lázaro, y en las casas, rancherías, corrales, huertas y chácaras que en esta ciudad y en el contorno hay, en el Cercado de Santiago por ser muy apto y aparente para que en él se haga la dicha reducción y ser sitio sano y fértil y está todo cercado de tres tapias en alto y con sus puertas cerradas y hechas y formadas todas las calles y casas y plaza y con casa de cabildo y cárcel y hospital y la mejor iglesias que hay en todos los pueblos de indios; y en los que al presente hay en el dicho cercado se van doctrinando mejor que otros ningunos por el cuidado que en ello ponen los religiosos de la Compañía de Jesús a cuyo cargo está la dicha doctrina, enseñándoles las cosas de nuestra santa fe católica y a vivir en policía; y porque demás de esto por estar tan cerca de esta ciudad los dichos indios que están en las dichas rancherías y derramados por diversas partes de ella reciben muchas molestias, así de españoles, como de mestizos y negros y mulatos, y en el dicho cercado están mejor defendidos y se tendrá mejor cuidado de ellos por el corregidor que por mí les pondrá y por los dichos religiosos y por cerrarlo como dicho es de noche las puertas del dicho cercado no se les podrá hacer robos y otros