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SEBASTIÁN LORENTE (1813 – 1884

Es en este contexto que la construcción del Perú como nación, bajo la única soberanía de sus nacionales y en el camino de su consolidación va a marcar a la historiografía de la segunda mitad del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX, que buscando un hito, podemos ubicarlo en el centenario.

SEBASTIÁN LORENTE(1813 – 1884)

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La obra de Lorente va directamente al plano pedagógico como función, pero bajo la misión de producir, difundir y enseñar una historia del sujeto Perú. No cabe duda de lo notoria que es su misión. Si bien no podemos encuadrarlo en la Escuela Científica Alemana, tampoco se encontraría más lejos que los anteriores. Es notorio el uso de fuentes, aunque secundarias, pero no las muestra para poder confrontarlas y discutirlas. Lo que nos interesa fundamentalmente es su visión de Perú como sujeto histórico, que fluye de sus obras, como Pensamientos sobre el Perú, publicado en tres tomos a partir de 1855; Historia Antigua del Perú,publicada en 1860; Historia de la Conquista del Perú,en 1861; siguiéndole las publicaciones Historia del Perú bajo la dinastía austriaca, entre 1863 y 1870 e Historia del Perú bajo los borbones en 1871;luego Historia del Perú desde la proclamación de la Independencia 1821-1827,publicada en 1876 y, finalmente,su obra más representativa: Historia de la Civilización Peruana, publicadaen 1879. Tiene, además, muchas obras de carácter pedagógico.

Resulta muy fácil entender a Lorente desde los títulos de sus obras, que Perú es un sujeto histórico, sobre cuyo pasado escribe. Establecido este punto, respecto de los conceptos en estudio, podemos pasar por dos de sus obras a fin de observar el uso semántico que su lenguaje utiliza:

Historia de la Conquista del Perú353 consta de diez libros, de los cuales, los cuatro primeros nos merecen los análisis siguientes: Libro I: El descubrimiento del Perú. Con lo que le da al sujeto histórico una vida anterior a esta temporalidad, una prexistencia a la presencia europea. Libro II: La Invasión, que en su primer capítulo Disposiciones previas

353 Lorente, Sebastián, Historia de la Conquista del Perú por los españoles, Enrique Carrasco, Lima, 1861.(Lima: Imprenta Arbieu, 1861)

para la colonización del Perú, nos lleva a los textos para entender el significado que le da, que nos es otro que de población: “No entiendo yo de despoblar mi gobernación para que se vayan á poblar nuevas tierras, muriendo en la demanda más gente de la que ya han muerto …”354 .

Este es un texto que consigna Lorente atribuido al gobernador de Panamá, cuando los tres socios le pidieron protección. Esta presencia no es sólo respecto de América; en Europa la Monarquía católica y el Sacro Imperio Romano Germano de Carlos V tenían como objetivo el dominio universal, así lo consigna Lorente: “Carlos V gozaba a la sazón de sus laureles de Pavía y se estaba preparando en Italia la corona imperial de manos del Papa; el gigantesco proyecto de dominar en Europa llenaba su alma grande”355 .

Este es el contexto político ante la inminente unión de estas dos potencias. Lo que nos muestra que la ambición de dominio no es únicamente en el nuevo mundo, sino en todo el mundo occidental. Para el murciano, colonizar y poblar tienen un mismo significado: “Pizarro fue autorizado á conquistar y poblar a nombre de la corona de Castilla la provincia del Perú …”356 . También entender que no es a nombre de España, sino de la corona de Castilla, y en tal circunstancia, del dueño de esa, el rey, más no de los nacidos en la península. Confirma la condición de reinos patrimoniales, que como tal lo entiende Lorente.

En cuanto al significado de Invasión, este más tiene una connotación militar: “Los invasores, considerando aquella tierra como de infieles enemigos contra quienes eran lícitos las estratagemas de guerra, asaltaron sin escrúpulos a la población”357 . En igual forma el concepto colonia lo usa para el poblamiento, sin otra capa semántica que implique un significado despectivo: “y el conquistador pudo fundar en Tangarara, situado en la parte baja del río Chira y no lejos de la bahía de Paita, la primera población Española del Perú. La colonia, tal vez para recordar la protección del Arcángel en la batalla de Puná, recibió el nombre de San Miguel”358 . En estos tiempos, la presencia europea que

354 Ibíd., 75. 355 Ibíd., 78. 356 Ibíd., 81,82. 357 Ibíd., 96. 358 Ibíd., 110.

actuaba a nombre del rey Carlos I constituyeron colonias, como forma de poblamiento y con ese mismo espíritu, construirlas como espejo de las existentes en el viejo mundo, pero no como una forma especial de explotación económica: “Pizarro estaba seguro de recibir auxiliares, luego que llegara a las Colonias Españolas la noticia de las ventajas conseguidas con la captura del Inca”359 .

Libro III Persecución de Atahualpa, plasma el carácter patrimonial de los reinos en disputa, poniendo en boca de Atahualpa: “Si el Papa ha dado estas tierras á vuestro Emperador; por grande que este sea, no ha sabido que se ha hecho; pues yo no considero en ello; y nada importa que haya dado lo que no es suyo”360 .Esta cita nos permite destacar que, si bien se está en un camino hacia una historiografía basada en fuentes, no es totalmente absoluta, como que si bien la atribuye “Según relaciones ménos inciertas”361 , no nos muestra con precisión a la fuente específica. En otro aspecto Lorente confiere al sustantivo Perú atributos: “También alegraban á los expedicionarios las maravillas de la industria peruana”362 .Libro IV Disolución del Imperio. En este punto resaltamos la visión política de Lorente respecto del Imperio andino, que lo considera conformado por instituciones artificiales y sólo convencionales: “Así el socialismo de los Incas, que suponía un gobierno divino y un pueblo sin pasiones, nunca pudo establecerse de una manera sólida, y debió perecer falto de verdad, de unidad y de objeto …” y unas líneas después señalael carácter conquistador y civilizador también de los Incas363 .Otro aspecto es el carácter de conquista consentida:

“Muchos curacas se sentían inclinados á aceptar el yugo de los españoles, que presentándose tan poderosos como los hijos del Sol y muchos más ilustrados, les exigían homenajes más llevaderos, y les dejaban una autoridad más independiente”364 .

“Los Chinchas que estaban poco resignados al yugo de los Incas, detestaban el de Quito y habían sido fuertemente impresionados por la expedición de

359 Ibíd., 159. 360 Ibíd., 150-151. 361 Ibíd., 150. 362 Ibíd., 169. 363 Ibíd., 203. 364 Ibíd., 207.

Hernando Pizarro, se declararon por los cristianos y les pidieron algunos caballos para rechazar el destacamento de Quizquiz que venía por Ica”365 .

“El odio que contra los generales de Atahualpa rebozaba en aquellas provincias (Vilcas y otras en sus alrededores), teatro de sus feroces venganzas, manifestaba que para ganarse el afecto de los pueblos y abrirse el camino hacia la capital, debía buscarse una alianza de los antiguos partidarios de Huascar”366 .

“pero no obstante los terribles hechos de invasores, el Cuzco les preparaba una acogida, tan grata, como la obtuvieron los descubridores en Tumbez”367 .

Dager considera a Lorente en la segunda generación, los Románticos, conjuntamente con Modesto Basadre, Mariano Felipe Paz Soldán, José Antonio de Lavalle y Ricardo Palma Soriano368; y Quiroz, como el inaugurador de la visión integradora de la historia peruana y quien, “logra trazar una sola línea histórica desde lo preincaico hasta su tiempo”369 . Pero en nuestro criterio, así como inaugura también clausura un periodo de entusiastas forjadores, menos importantes a quienes nos hemos referido anteriormente, de una historia temporal con sus respectivas épocas, para dar paso a una consolidación de la Historia del Perú bajo la rigurosidad que esos tiempos permitían, que en adelante se convertirá en el paradigma de la historiografía peruana, como bien lo dice el último citado historiógrafo370 .Según Porras fue un: “hombre de espíritu filosófico, de condiciones oratorias y literarias, de imaginación romántica y de espíritu ecuánime y equilibrado”371 .

365 Ibíd., 216. 366 Ibíd., 221. 367 Ibíd., 224. 368 Dager, Joseph, Historiografía y Nación en el Perú del Siglo XIX, 101. 369 Quiroz, Francisco, De la Patria a la Nación, 298. 370 Quiroz con mucha razón no sólo lo ve como el iniciador de una visión integradora, sino además su obra como una historia patriótica y nacionalista, que no es “cuzqueñocentrista ni limeñocentrista en sentido estricto”, a lo que podemos sin equivocarnos llamar peruanista. (Quiroz, Francisco, De la Patria a la

Nación. 296). 371 Porras Barrenechea, Raúl, Mito, Tradición e Historia del Perú, 80.

Sebastián Lorente372, en su obra Historia de la Civilización Peruana373 toca en alguna forma los conceptos fundamentales históricos del Perú. Cuando entra a una división por épocas netamente políticas señala: “la historia del Perú aparece naturalmente dividida en seis períodos: la época de los curacas, la de los Incas, la de la Conquista, la de los virreyes, la de la emancipación y la de la República”374 . Y esto lo afirma al distinguir y convenir que la tradicional división de la historia universal en antigua, media y moderna no le es aplicable, porque eso sería cambiar arbitrariamente el sentido usual e introducir una confusión en el lenguaje “tan perjudicial a la claridad de las ideas, como sin interés”.

Traemos a este ilustre pensador del siglo XIX por cuanto notamos que utiliza los conceptos que nos interesan y su evolución, principalmente sus significados. De Lorente es importante destacar su valía en la afirmación de una historia “peruana” documentada en fuentes, pues para Lorente no se puede cuestionar la escritura de la historia por la escasez de documentos, “sino el embarazo en la elección y la vacilación entre testimonios contradictorios, lo que puede dificultar el estudio filosófico de las civilizaciones colonial y contemporánea”375 . Es así que cita una serie de obras y tratados que desdicen a quienes irreflexivamente afirmaban entonces, que del Perú poco o nada se sabe, y se sustenta en un enunciado de las publicaciones que demuestran lo contrario en la historiografía376 .

372Sebastián Lorente: “Pedagogo e historiador español n. en Murcia (1813 – 1884). Desterrado de España por sus ideas liberales, se radicó en el Perú, y en Lima dirigió el Colegio de Guadalupe; fue también decano de la facultad de Filosofía y letras de la Univ. de San Marcos y se dedicó fundamentalmente a los estudios históricos. 3731879:314-316 374 Thurner, Mark Escritos fundacionales de la historia peruana. (Compilación y estudio introductorio): 81. Lorente, Sebastián, Historia de la Civilización Peruana, Fondo Editorial de la Universidad

Nacional Mayor de San Marcos, Lima, (1879), 2005, 15. 375 Lorente, Sebastián,Historia de la Civilización Peruana, 315.

376Epítome de la biblioteca oriental y occidental de León Pinelo adicionado por Barsa. Catálogo, de los autores que han escrito de América por Antonio Alcedo. Disertación Preliminar de Cerdán. La lista inserta por Mendiburu en su Diccionario histórico-biográfico del Perú. Los apéndices bibliográficos que acompañan a la Historia del Perú Independiente. Diccionario de Paz Soldán. Los catálogos franceses de Bossange, Ternaeux Compans, Tromel y Leclerc y los catálogos ingleses de Hower, O

Rich, Stevens, Sabiny, Harisse, el de Muller, etc.

Pero quizás su mayor aporte está en la enunciación de toda una serie de intereses de las fuerzas sociales y políticas derivadas de los acontecimientos históricos desde la Conquista hasta la República, que generaron conceptos como desarrollo del patriotismo peruano, la vida independiente y “toda suerte de móviles han multiplicado, más de lo que pudiera creerse, los documentos y trabajos históricos”377.No está demás mencionar una frase de Lorente: “Los políticos hacían notar que la pequeña isla de Jamaica era de más provecho a Inglaterra que a España sus inmensas posesiones”378 .

En fin, de cuentas consideramos a este historiador por su concepción lineal de la historia y de la civilización peruana, que por cierto no es el primero ni el único, coincidiendo con Mark Thurner, que con respecto a Sebastián Lorente dice:

“Sin querer <<comparar>> a Michelet con Lorente, sostendremos que cumplió el mismo papel fundacional: narrar la nación como gesto civilizador del pueblo en el benigno suelo patrio, desde sus primitivos orígenes a <<germen>> hasta su destino providencial, cuya expresión eterna es un <<espíritu nacional>> y <<comunal>> con nombre propio de <<peruana>>”379 .

La concepción de Lorente, reclama justamente un orden y una congruencia en la segmentación de la historia de la civilización que se desarrolló en el espacio andino en general y en la República del Perú en especial, que para el estudio de los conceptos reino y colonia es fundamental, ya que mientras uno encaja en el tiempo y en el espacio, me refiero a virreinato, el otro se desborda en el antes y en el después, dado que es un proceso permanente que empezó cuando nació la voluntad civilizadora, y de eso han pasado varios miles de años y continúa hasta nuestros días, y seguirá allende nuestros días. Por tanto, se cae en eso que Lorente dijo y que hemos citado “confusión en el lenguaje”.

377 Lorente, Sebastián, Historia de la Civilización Peruana, 316. 378 Lorente, Sebastían, Historia del Perú bajo los Borbones. 1700-1821, 83, citado por:

Martín Rubio, María del Carmen, El virrey Antonio José de Mendoza, Marqués de Villagarcía. Perú: 1736-1745, Polifemo, Madrid, 2010, 2. 379 Thurner, Mark Escritos fundacionales de la historia peruana, 15.

Lorente más ha sido ponderado en nuestros tiempos que en aquellos próximos a los suyos. Para Jorge Basadre, Lorente:

“aparece como el único historiador avecindado en el Perú que ha intentado hacer el estudio total de la experiencia histórica nacional en un plano distinto del texto escolar, presentando el estado de los conocimientos según los materiales utilizables de su época”380 .

Mientras que para Quiroz es “el autor de un nuevo paradigma en la historia peruana, una visión integradora de otras visiones”381; para Dager “su Historia de la Civilización Peruana,sin lugar a dudas, representa la obra más acabada de este historiador, expresión clara de su madurez intelectual”382 y conjuntamente con Ricardo Palma, “sí lograron propalar una visión de conjunto del pasado del país, interesados en presentar una comunidad homogénea”383 . Para Thurner, “produjo una amena e inteligente Historia General del Perú”384. Por otro lado, José de la Riva Agüero lo califica de “vulgarizador” y José Toribio Polo como un autor de “historia novelada”, incluyendo a Diego Barros Arana, quien lo critica por no poner notas y referencias385 .

No cabe duda de que el mérito de Lorente no está en la rigurosidad de sus fuentes, además tuvo que trabajar con las existentes cuya veracidad es relativa, sino en su visión general del sujeto histórico Perú elevado a la categoría de civilización, que no es otra que colonización, de tal forma que implícitamente a este proceso colonizador lo coloca desde los inicios de la presencia humana en el espacio andino, lo que hace a Lorente el referente de los estudios de John Murra y Tom Zuidema sobre los procesos colonizadores de los antiguos peruanos. Este hecho fue advertido por Dager, al mencionar que “Lorente ingresó una noción que recién en la segunda mitad del siglo XX fue retomada por la historiografía, especialmente a partir de los estudios etnohistóricos de John Murra”, lo que demuestra que usar el concepto colonización para un tiempo histórico desde el siglo

380 Texto citado por Quiroz Francisco, De la Patria a la Nación, 299. 381 Quiroz, Francisco, De la Patria a la Nación, 296. 382 Dager, Historiografía y Nación en el Perú del Siglo XIX, 129. 383 Dager, Historiografía y Nación en el Perú del Siglo XIX, 153. 384 Thurner, Mark Escritos fundacionales de la historia peruana, 30. 385 Dager, Joseph, Historiografía y Nación en el Perú del Siglo XIX, 145, 146.

XVI al XIX no es conveniente, dado que estaría omitiendo los tiempos coloniales anteriores a la llegada de Pizarro al mundo andino.

La ponderación está en comprender la finalidad de la obra de Lorente. Querida o no, consolida una historia general del Perú y es calificada por Porras como “uno de los mejores manuales de historia integral”, lo que Mark Thurner destaca386. En cuanto al uso del concepto colonia, que sólo aparece en la segunda clasificación de las épocas (en la primera había establecido seis épocas, entre ellas la conquista y virreinato) cuando reduce a cuatro y denomina colonial a una de ellas, compartimos con Thurner que Lorente no tuvo:

“la visión nativista y antihispánica acerca de la Colonia (sic) cultivada por algunos republicanos <<radicales>>, entre ellos Simón Bolívar, Benito Laso, Juan Espinoza y Santiago Távara, sobre todo durante la época posindependencia: <<El cúmulo de abusos, miserias, humillación y rémoras inherentes a la civilización colonial, ha dado ocasión a que no solo se nieguen todos sus beneficios, sino a que se tenga ese período trisecular como un paréntesis en la cultura de los peruanos, como un retroceso o un letargo>>387 .

Ya para tiempos más recientes, también compartimos con Thurner la idea de

que:

“La visión histórica del indio y de la civilización peruana elaborada por Lorente anticipó plenamente no sólo los argumentos o narrativas indigenistas (Castro Pozo, Valcárcel, hasta cierto punto Mariátegui también) sino igualmente los historicistas o <<peruanistas>> totalizadores (Belaúnde, Porras, Basadre) del siglo XX388 .

386 Thurner, Mark Escritos fundacionales de la historia peruana, 28-29. 387 Lorente, Sebastián, Historia de la Civilización Peruana, 5. Citado por Thurner, Mark Escritos fundacionales de la historia peruana, 56,57. 388 Thurner, Mark Escritos fundacionales de la historia peruana, 70.

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