6 minute read

Raúl Méndez Melgarejo

Cirila “Mama Shili” Luna Tafur

Francisco Raúl Mendez Melgarejo 57

Advertisement

“Shilli” nació en la ciudad de Chacas, Áncash, en 1931, donde pasó su niñez rodeada por la belleza natural de ese mágico lugar. Cuando cumplió 12 años, la búsqueda de un horizonte mejor para su vida la impulsó a mudarse hacia la entonces próspera ciudad de Yungay, donde vivió su adolescencia en el barrio de Cruzcucho.

A los 21 años contrajo matrimonio, fijando su domicilio en una casa que tenía hermosa vista del Huascarán, en el Jirón José Gálvez N° 632, muy cerca al cruce con el Jr. 28 de Octubre, y casi a 50 metros del puente que los llevaba al cerrito de Aura y al sequion del Aurircan, al sur de nuestra antigua y muy recordada ciudad.

“Shilli” había comenzado a trabajar desde muy joven, aprendiendo múltiples oficios, por lo que no le fue difícil ganar un lugar en el negocio de la comida, iniciando sus actividades en forma ambulatoria en el mercado de abastos de la ciudad, progresó poco a poco y logró instalar en 1965 un pequeño restaurante en el céntrico Jr. Dos de Mayo N° 711, local en el que años antes había funcionado la peluquería de Don Godofredo “Llipu” Olaza, al costado norte de la bodega que perteneció al inmigrante japonés Higa, a quien llamábamos “Chino Higa”. A su restaurante confluían clientes locales y de otros confines. A inicios del año 1970 ella tenía 39 años, su esposo había fallecido años antes. Vivía compartiendo su tiempo a la atención del negocio y a la crianza de sus dos hijos: Juan y Samuel; una hija de 17 años había viajado a Lima para aprender un oficio.

La tarde del día 31 de mayo de 1970, había cerrado el negocio a las 2:00 pm y se dirigió a casa para almorzar con sus hijos. Ya habían terminado el almuerzo; su hijo mayor, Juan, la estaba ayudando a lavar los platos y cubiertos mientras que ella terminaba de lavar los utensilios de

57 Francisco Raúl Mendez Melgarejo. Natural de de Yungay, ingeniero de profesión, dedicado a contribuir a la restauración de su ciudad natal como a resaltar su pasado y las bondades turísticas. Tiene registrado aspectos del Yungay histórico.

1970 La hecatombe de Áncash 376

cocina, cuando de pronto a las 3:24 pm comenzó a temblar la tierra. Ella describe el suceso como sigue:

-“El sismo era muy fuerte, lo que me hizo temer que se derrumbe la casa o colapsen las paredes, de repente mi hijo mayor me jaloneó al ver que la tierra se abría, entonces él cargó a su hermano menor y salimos juntos corriendo hacia el Jirón 28 de Octubre. Allí esperaríamos que concluya el sismo. Pero de pronto, mirando al Huascarán, vi claramente que éste se desmoronaba ruidosamente; entonces les dije a mis hijos que para salvarnos corriéramos hacia el cerrito de Aura. Cuando ya cruzábamos el puente nos encontramos con personas que corrían en sentido contrario, lo cual nos hizo dudar retornando hacia la ciudad.

-Habrían pasado tres minutos desde el inicio del sismo, cuando vi que una ola gigantesca de lodo, de 60 a 80 metros de altura, bajaba desde el cerro Aira en forma rápida y violenta. Entonces nos arrodillamos para rezar una oración mientras las tejas de las casas caían peligrosamente sobre nosotros. Ese momento parecía el día del juicio final.

- El alud venía precedido de un viento fuertísimo - como de un huracán- con espuma de lodo, entonces inmediatamente abracé a mis hijos, nos agazapamos sobre el piso esperando lo peor, cuando sentí el choque de una ráfaga de viento acompañada de una ola de lodo que desprendió a mis hijos de mis brazos.

-Seguidamente, esta ola de lodo gigante me llevó –como si fuera una pluma- a su cresta más alta, y me arrastró – ya inconscienteaproximadamente 2 kilómetros, arrojándome luego en las chacras de Tullpa donde me encontró el campesino Gregorio Mejía enterrada

totalmente, sólo mi cara era visible y respiraba dificultosamente dentro del lodo frío. De allí procedió a sacar mi cuerpo semidesnudo. Al día siguiente los socorristas conformados por los pocos sobrevivientes (1) me atendieron con lo poco que tenían a mano, prendieron fogatas para mantener mi cuerpo caliente. El Dr. Agustín Herrera -sin instrumental, ni medicinas, ni agua limpia- trataba de limpiar y curar en mi cuerpo los cortes profundos producidos por los bloques de hielo. Por el intenso dolor que sentía, les decía que me dejaran morir y me desmayé una y otra vez. A los pocos días me trasladaron a Lima, para recibir el tratamiento adecuado a mis fracturas.

- Mientras que poco a poco me recuperaba de las intervenciones quirúrgicas y tratamientos médicos, había encargado a mis amigos que me ayuden a buscar a mis hijos entre los sobrevivientes, con resultados negativos. Luego, desde octubre, cuando ya me sentí con fuerzas para caminar, personalmente busqué a mis dos hijos en Lima, visitando albergues, hospitales y revisando en las listas de sobrevivientes durante dos meses y ya, sin esperanzas de hallarlos vivos, en diciembre de 1970 resolví retornar con mi hija a mi querido Yungay, instalándome precariamente en la nueva ciudad donde abrí un pequeño restaurante”. Al retornar a Yungay después de 7 meses, Shilli fue recibida como una heroína por los pocos sobrevivientes que también precariamente se habían instalado a lo largo de la Av. Luis Arias Graziani, ¡Shilli ha vuelto!, decía la gente enfervorizada. El retorno de Shilli era un ejemplo de cariño al terruño que la cobijó por más de veintisiete años, su presencia en aquellos momentos decisivos fue la llama que se necesitaba “para encender la antorcha (2)” que nos alumbraría en la oscuridad; con generosidad acogía en su modesto local las reuniones informales del Comité Cívico y con tenacidad y buen talante, fue el símbolo viviente del renacer de la ciudad de Yungay y la reconstrucción de la provincia (3).

Actualmente (mayo del 2020), al cumplirse 50 años del terremoto alud, Cirila Luna Tafur con sus 89 años, tiene todos los méritos para haberse ganado el sobrenombre de “Mama Shilli”, pero, tal vez por desconocimiento, vive olvidada por la mayoría de nosotros y por nuestras autoridades en la ciudad de Yungay, Perú. (4).

Notas: (1) El grupo de socorristas estaba conformado por los Srs. Gregorio Mejía, GC. Pedro Armas (+), Félix Tamariz Montes, quien vive en Yungay, el Dr- Agustín Herrera Polo (+), Ricardo Hurtado Orihuela (+), Augusto Rojo Vega (+), Rolando Ángeles Bayona (vive en Lima).

(2) La antorcha fue conducida por el Dr. Rolando Romero y Romero, electo “Presidente del Comité Cívico”, bajo cuya conducción se refundó la Ciudad de Yungay el 29 de mayo de 1971 y se repusieron todas sus instituciones tutelares. En la refundación estuvieron presentes yungaínos que habían retornado desde distintos confines del Peru y del extranjero quienes fueron representados por el Monseñor Luis Bambaren Gastelumendi y el Dr- Alberto Carrion Vergara. El notario que elaboro el acta de Refundacion fue el Sr. Eduviges Garcia Zelaya.

(3) También sobrevivieron: Pelayo Aldave, Graciela Angeles, Rolando Angeles, Cico Alamo, Pedro Armas (Hijo), Nelly Gonzales Arca, Juan Arteaga Losza, Justiniano Ayala, Alfredo Blanco, German Cadillo. Gudelia Carrión Vergara, Luis Chinchay, Lamberto Guzman, Digna Huinchu, José Lobina, Dionisio Lopez, Carmen Giraldo, Coti Lago, Javier León, Arminda Mallqui, Lucas Melgarejo, Luzmila Melgarejo, Ricardo Mejía, Nicanor Mejía, Nelly Oliveros, Juana Osorio Angeles, Pablo Paredes, Ida Paredes, Eliseo Ropon, Félix Tamariz, Rafael Tamariz, Pedro Torres, Justino Tapia, Nehemías Vergara Mendez, Isaac Villon Bejar y aprox. 300 sobrevivientes más.

(4) Muchos turistas y estudiosos extranjeros fueron atendidos por Shilli en su restaurante, antes y después del sismo, entre ellos el Dr. Anthony Oliver Smith, actualmente profesor de Antropología de la Universidad de Florida, USA.

This article is from: