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Biodiversidad y ecosistemas amazónicos / José Álvarez Alonso

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Bibliografía

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J o s é Á l v a r e z A l o n s o

Bi o d i ve r s i d ad y e c o s i s t e m as am azó n i c o s

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La Amazonía no es solo el bosque tropical más extenso del mundo, la selva lluviosa y salvaje por antonomasia: es el hogar de probablemente un tercio de la biodiversidad del planeta y contiene un quinto del agua dulce no congelada, además es un reservorio de carbono muy importante1.

La Amazonía es el único ecosistema terrestre que genera su propio clima. La biodiversidad amazónica funciona en su conjunto como un auténtico reactor biogequímico: los 390 mil millones de árboles de la Amazonía, pertenecientes a unas 16 000 especies (según cálculos recientes), no solo absorben y emiten a la atmósfera oxígeno y anhídrido carbónico, y almacenan CO2, sino que generan casi la mitad del agua que cae en la Amazonía, a través de la evapotranspiración, y ayudan a la condensación del vapor de agua, produciendo miles de millones de nanopartículas aromáticas, o aerosoles, que se constituyen en núcleos de condensación para las nubes y hacen posible el ciclo hidrológico2.

Por la enorme extensión de sus bosques, en cierto momento la Amazonía ha sido considerada erróneamente como el pulmón del planeta, bajo el supuesto de que proveía el oxígeno necesario para la vida en la Tierra. Hoy, sin embargo, se sabe que esa excepcional biodiversidad constituye una maravillosa máquina viva que funciona como un auténtico ‘aire acondicionado’ del planeta, que regula no solo el clima hemisférico sino que tiene infl uencia en el clima global3.

La extraordinaria biodiversidad de árboles de la Amazonía, sin embargo, no está distribuida de modo uniforme: la mitad de los árboles de la Amazonía pertenecen a 227

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