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La arquitectura del sitio

Juan Albarracín-Jordán, quien, a pesar de que en un principio creyó ver en el patrón de asentamiento «la manifestación de una estructura administrativa planificada» (ver arriba), luego cuestionó, en un debate sobre los distintos modelos de una posible organización social, el modelo de «burocracia centralizada» de Kolata y afirmó que

La configuración del asentamiento de Tiahuanaco al interior de diversos regímenes agrícolas revela una distribución nodal de sitios. El área agrícola de Tiahuanaco estaba articulada por organizaciones locales que, a su vez, mantuvieron relaciones recíprocas con el centro urbano a través del intercambio de bienes únicos y servicios. Sin embargo, las diferencias en el orden jerárquico deben haberse mantenido por principios ideológicos extendidos y perpetuados por rituales y banquetes (2003, p. 111).

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La teoría de lugares centrales —que no carece de dificultades (ver Paynter, 1982)—, la heterarquía y el modelo de distribución nodal ofrecen alternativas al modelo de burocracia centralizada» para explicar las relaciones entre los distintos rangos de la jerarquía observada en los asentamientos de Tiahuanaco y podrían incluso proporcionar pistas sobre el colapso de esta civilización. En relación con la planificación, arquitectura y construcción del sitio, los distintos modelos sociales sugieren distintas formas de percepción y organización espacial, así como distintos modos de distribución de recursos, reclutamiento de mano de obra y organización, entre otros. Todavía queda por ver hasta qué punto, si es que en efecto es posible, la arquitectura y las prácticas de construcción revelan el modelo social prevalente.

La arquitectura del sitio

El lector podrá haber advertido, después del «recorrido» por el sitio, que las ruinas no son especialmente glamorosas: no queda mucha arquitectura en pie y la que permanece ha sido bastante y cuestionablemente reconstruida. Además de la arquitectura todavía en pie, lo que encuentra el visitante son cimientos de edificios, segmentos de muros de contención, enormes bloques de piedra, fragmentos de elaboradas puertas de ingreso, esculturas, muchos bloques de piedra tallada desperdigados por el sitio, todos labrados con asombrosa habilidad, y los restos de canales de agua, algunos a mucha profundidad. El desorden en las ruinas pone a prueba la imaginación: se necesita un gran esfuerzo para visualizar lo que pudo haber sido la arquitectura de Tiahuanaco. ¿Será la belleza y sofisticación de la Puerta del Sol un indicador de lo que alguna vez fue la arquitectura de Tiahuanaco?

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