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Un recorrido por Tiahuanaco

Figura 1.4. Mapa de Tiahuanaco (después de Posnansky).

Un recorrido por Tiahuanaco

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Comenzaremos nuestro recorrido desde el pequeño museo2 frente a la estación de tren y nos dirigiremos hacia el noreste hasta la falda oeste de Akapana3, un montículo artificial. Akapana cubre aproximadamente 3.2 hectáreas y alcanza una altura de 16 metros. Al escalar el montículo llegamos a su punto más alto desde donde, en un día claro, uno puede apreciar los tres picos nevados de la lejana Illimani, hacia el este, y el lago Titicaca, hacia el oeste. Con más de 6400 metros, Illimani es una de las montañas más altas de la Cordillera Real y es todavía venerada como una deidad por los habitantes de los Andes. Es importante notar que solo hay dos lugares en Tiahuanaco desde donde es posible distinguir tanto Illimani como el lago, Akapana y Pumapunku, lo que sugiere que la vista de esta montaña sagrada puede haber jugado un rol importante en la ubicación de estas estructuras4 . Continuando nuestro camino hacia el este, bordeamos una gran y profunda depresión que contiene

2 Desde que este texto fue escrito, el «pequeño museo» ha sido reemplazado por uno mucho más grande. 3 El lector podrá encontrar una discusión sobre los nombres de las distintas estructuras en el Apéndice 1. 4 Kolata (1993, p. 97) dice que, en Tiahuanaco, tanto el lago como Illimani pueden ser vistos «solo desde la cima de Akapana» (énfasis en el original).

Figura 1.5. Plataformas o terrazas en Akapana.

agua durante todo el año. El hoyo es obra de los cazadores de tesoros españoles, que posiblemente destruyeron algunas estructuras que se encontraban en la cima del montículo y lo que probablemente se trataba de una plaza hundida, si bien más pequeña y menos profunda que el foso actual. Aún permanecen los cimientos de una serie de cuartos pequeños contiguos y una hilera de seis pilares de piedra, restos de un antiguo muro. Conforme descendemos hacia la base del montículo por la pendiente oriental y sobre los restos que dejaron los cazadores de tesoros, podemos apreciar que Akapana fue en algún momento un montículo-plataforma con terrazas: los restos de varios muros de contención sucesivos y de terrazas visibilizadas por las excavaciones todavía son visibles (figura 1.5).

Desde aquí, aproximadamente 170 m hacia el este, llegamos a Kantatayita (figura 1.6). No queda mucho de esta estructura, por lo que no hay mucho que ver, con excepción de la llamada «Piedra Modelo» y un dintel curvo bellamente decorado, que serán discutidos con mayor detalle en los próximos capítulos. Las superficies de las piedras rectangulares de considerable tamaño que emergen apenas del suelo a intervalos más o menos regulares pueden haber cercado el área de una forma simular a la de Putuni, que visitaremos más adelante. Volteando hacia el oeste, atravesamos un campo abierto hasta llegar, 200 metros después, al Templete Semisubterráneo,

Figura 1.6. Kantatayita con Akapana en el fondo a la izquierda y la llamada Piedra-Modelo en primer plano.

completamente reconstruido (figura 1.7). Se trata de una plaza hundida de forma casi cuadrada, con muros decorados por «cabezas clavas» —cabezas talladas circularmente y empotradas en el muro con largos «cuellos»—. Cada cabeza tiene su propia expresión facial, algunas de ellas absolutamente cómicas5. En el patio se encontraron diversas estelas, junto con una estatua colosal nombrada por su descubridor, Wendell C. Bennett (figura 1.8) (Bennett, 1934). Algunas de las estelas se encuentran hoy en el centro del patio, mientras que el «Bennett» fue en primera instancia trasladado a La Paz por Posnansky, aunque recientemente fue devuelto al nuevo museo de Tiahuanaco (donde se tomó esta fotografía).

Inmediatamente al oeste del Templete Semisubterráneo se encuentra la escalera monumental que lleva al Kalasasaya, un enorme recinto rectangular y una plataforma elevada con una orientación relativa este-oeste, ampliamente restaurados (figura 1.9). Su entrada principal, una escalera monumental que mira hacia el este, fue descubierta por Georges Courty, de la Misión Francesa de 1903. El inmenso ingreso al final de las escaleras es producto del trabajo de Carlos Ponce Sanginés, una reconstrucción bastante problemática que será discutida en el capítulo 2.

5 La mayoría de cabezas que se ven hoy en día son réplicas, no originales.

Figura 1.7. El Templete Semisubterráneo con Akapana en el fondo.

Figura 1.8. Estatua «Bennett» (Foto por Clare Sammells).

Figura 1.9. El Kalasasaya y el Templete Semisubterráneo vistos desde Akapana.

El acceso actual a Kalasasaya se realiza por una estrecha escalera secundaria en el extremo occidental del muro norte de la estructura. Hacia la derecha, en la parte superior de las escaleras en la esquina noreste, se encuentra la que quizá se trate de la «escultura de piedra más famosa del mundo andino antiguo» (Kolata, 1993, p. 148), la Puerta del Sol (figura 1.10). En la esquina opuesta, hacia el suroeste, se encuentra una estatua colosal, comúnmente conocida como «El Fraile» (figura 1.11). La mitad este del Kalasasaya está ocupada por una plaza hundida, dentro de la que se yergue otra estatua colosal que recibe el nombre de Ponce Sanginés, quien la encontró y reerigió allí (figura 1.12). Esta plaza está flanqueada por el norte y por el sur por pequeños recintos, siete a cada lado.

La sección central del muro oeste de Kalasasaya se extiende 6 metros por fuera del cuerpo principal y es conocida como la Pared Balconera. Al salir de Kalasasaya por una escalera estrecha al extremo norte de la Pared Balconera , es posible observar inmediatamente al norte, o a nuestra derecha, los cimientos de lo que solían ser tres pequeñas cámaras cuidadosamente construidas y que fueron excavadas por Courty. Este lugar, también conocido como Chunchukala, fue desafortunadamente saqueado poco después de ser descubierto. Solo las fotografías y dibujos publicados por Posnansky (1945, vol. 2, figuras 37, 38, 39) nos dan una idea de lo que fue Chunchukala durante la excavación.

Figura 1.10. Puerta del Sol (lado posterior; ver la figura I.01 para observar el lado frontal).

Figura 1.11. Estela «El Fraile». Figura 1.12. Estela «Ponce».

Hacia el sur, a lo largo de la Pared Balconera Balconera , llegamos rápidamente a la entrada a Putuni a nuestra derecha o hacia el oeste (figura 1.13). Putuni es otro patio rectangular cerrado por paredes extremadamente anchas que hoy miden alrededor de 1.2 metros de altura. Varias cámaras pequeñas, que pueden ser accedidas desde el patio, fueron construidas en el muro perimétrico. El largo eje de Putuni está orientado en un eje este-oeste. Aparentemente, también hubo allí una estatua, de la que hoy solo permanece la mitad inferior del cuerpo. Por debajo del lado oriental del muro perimétrico corre un canal principal (figura 1.14). Una sección bastante larga de este canal ha sido excavada y está actualmente a la vista. El visitante puede hacerse una idea del sofisticado y meticuloso sistema de canales de Tiahuanaco al ver los otros dos canales pequeños que desembocan en el principal. Las funciones posibles de este sistema de canales de agua serán discutidas más adelante en este capítulo. Adyacente a Putuni, en el lado noroeste, Kolata y su equipo excavaron el llamado Palacio de los Cuartos Multicolores, donde se encontraron tumbas con prestigiosos bienes funerarios, entre ellos una máscara de oro en miniatura (Couture, 2003, p. 251 y ss.).

Sesenta metros al oeste de Putuni se encuentra el complejo llamado Kerikala, también una estructura tipo patio que mide aproximadamente 70 por 50 metros y cuyo eje más largo se orienta de este a oeste (figura 1.15). La estructura está muy mal preservada, pero es posible reconocer que el patio fue en algún momento cerrado por un muro de cuartos contiguos. Este muro tenía al menos dos cuartos de profundidad, por lo que solo los cuartos que miraban hacia el patio tenían acceso a este. Los cuartos son contiguos, largos y angostos, de menos de 2 metros de ancho. Todo lo que queda de ellos son las bases de los muros, que parecen haber sido construidos de dos capas de piedras pequeñas reutilizadas y rellenas con escombros. No sabemos cómo se ingresaba al patio (Arellano, 1991, p. 267).

En la dirección norte-noroeste, aproximadamente a 120 metros de Kerikala, hay un montículo artificial sobre el que en tiempos coloniales se construyó un cementerio para las víctimas de la viruela. El cementerio ya no existe, pero su puerta de ingreso, la llamada Puerta de la Luna, todavía es visible (figura 1.16). Esta antigua entrada, tallada de un solo bloque de andesita y colocada en su ubicación actual desde otro lugar, será analizada en los capítulos 3 y 4. Si se mira hacia la esquina noroeste de Kalasasaya desde la Puerta de la Luna, se puede ver otro montículo artificial, que hoy se conoce como Lakakollu. La información recopilada por Ponce Sanginés, que en 1958 realizó algunas trincheras de sondeo en el montículo, sugiere que estaba compuesto de por lo menos dos plataformas (Ponce Sanginés, 1995, p. 237). No sabemos cuál fue la configuración inicial del montículo en relación con la Puerta de la Luna.

Figura 1.13. Vista de Putuni desde la Pared Balconera.

Figura 1.14. Canal principal justo al este de Putuni.

Figura 1.15. Plano de Kerikala (Escalante, 1993, p. 244).

Figura 1.16. Puerta de la Luna, vista frontal.

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