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Configuración general
Configuración general
El Templete Semisubterráneo fue completamente excavado y reconstruido por el Centro de Investigaciones Arqueológicas en Tiwanaku (CIAT) bajo la dirección de Carlos Ponce Sanginés entre 1960 y 1964. La excavación reveló la entrada al patio hundido en el lado sur, una escalera de seis peldaños entre dos ortostatos. La inspección del templete excavado reveló que no es completamente cuadrado. Los lados este y oeste son ligeramente más largos, 28.57 y 28.47 metros respectivamente, que los lados norte y sur, que miden 26.0 y 26.05 metros respectivamente (Ponce Sanginés, 1969, p. 58)1 .
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La mampostería de hiladas irregulares y los ortostatos son predominantemente de piedra arenisca, con la presencia ocasional de algún bloque de andesita. Los ortostatos están colocados en intervalos variables que van desde 1 a 4 metros aproximadamente; sus alturas varían entre 0.6 y 3 metros. Algunos de los ortostatos mostraron evidencia de haber sido tallados en altorrelieve en el lado que mira hacia el patio. Las cabezas clavas fueron principalmente talladas en piedra caliza y toba volcánica, y algunas en arenisca (Ponce Sanginés, 1969, pp. 74-76). La mampostería de hiladas irregulares fue armada sin utilizar mortero y erigida directamente sobre tapia pisada sin cimientos adecuados (1969, p. 68). El CIAT documentó cuidadosamente las condiciones de los cuatro muros del patio con dibujos a escala y fotografías antes de su restauración (1969, láminas 8-11). En estos documentos puede verse que, en algunos lugares, había hasta tres filas de cabezas clavas (figura 2.3). Ya que no podemos saber qué tan altos fueron los muros, tampoco podemos saber de cuántas filas de cabezas clavas se trató. Con una excepción, las cabezas descubiertas por el CIAT fueron encontradas todavía insertas en los muros o muy cerca de su base. En el lado norte, un gran número de cabezas estaba desperdigado en el patio, hasta a 6 metros del muro (Ponce Sanginés, 1969, lámina 12). Una comparación de los documentos del CIAT y de las fotografías de las excavaciones de Courty (Créqui-Montfort, 1906, lámina 1, figura 4; Posnansky, 1945, vol. 1, láminas 6 y 7) muestra que los muros norte y oeste fueron afectados por las dos excavaciones; muchas cabezas clavas estaban todavía in situ durante la primera excavación. Aun así, muchas de aquellas descubiertas por el CIAT en el lado norte deben haber estado allí antes de la excavación francesa, ya que se encontraban fuera de la trinchera de Courty, lo que sugiere que el desmantelamiento del Templete Semisubterráneo tiene una historia que precede al siglo XIX, momento en que ya se encontraba enterrado al nivel del terreno circundante y escondido de los ojos inquisitivos de los primeros viajeros y exploradores.
1 Nótese que las dimensiones dadas aquí difieren de las del templo restaurado, tal y como se ve en la placa 17 de la misma publicación.
Figura 2.3. Cabeza clava.
A juzgar por las láminas 6 y 7 de Posnansky, parece que Courty excavó por lo menos algunos muros del Templete Semisubterráneo tanto en la parte frontal como la trasera. Debido a que los reportes de la excavación están perdidos, no sabemos cómo es que el patio se hundió en el terreno, ni cómo se construyó la parte posterior de los muros. Los límites de las excavaciones del CIAT implican que no sabemos cómo se relacionaba la entrada al Templete Semisubterráneo con el terreno circundante. Ponce Sanginés (1969, pp. 55-57) especuló que quizá faltaba el peldaño superior, que la escalera pudo haber tenido siete y no seis peldaños, pero no dice nada sobre dónde terminaba la escalera; es decir, si la escalera llevaba a un sendero