3 minute read

Canales

luego del paso de Middendorf por Tiahuanaco en 1887 y que fueron removidos. Nuevamente no sabemos por quién ni cuándo, solo que sucedió en algún momento después de 1904, cuando Posnansky llegó a Tiahuanaco. La única otra evidencia de estatuaria en Pumapunku es gracias, una vez más, a Posnansky, quien publicó una fotografía de una estatua a la que llama «Cochamama» y que es muy similar a «El Fraile», enterrada hasta su cintura a cerca de 40 metros hacia el oeste de la cara occidental de Pumapunku y que marca con una «F» en su levantamiento (1945, vol. 2, figura 111 y placa 6). En suma, no sabemos si es que esta fue su ubicación original o si es que fue trasladada hasta allí desde dentro del complejo de Pumapunku.

Canales

Advertisement

Los canales bellamente trabajados que descubrieron los arqueólogos bolivianos son desconcertantes. Descienden de forma oblicua por el montículo con una inclinación de entre 11 y 12 grados, o 24 a 26%, y forman un ángulo de nueve grados con la línea horizontal en los respectivos lados sur y norte. El canal en la esquina suroeste atraviesa el segundo muro terraza y vierte su contenido en el estereóbato sin dar pista del destino final del agua (figura 2.62). El canal hacia el noroeste está bien conservado y muestra un trabajo no concluido (figura 2.63). En ambos canales, las losas de piedras que forman las paredes laterales de los canales están sujetas con grapas de cobre con forma de I, algunas de las cuales fueron encontradas in situ en el lado sur (figura 2.64). Si bien la parte inferior del canal está destruida, nuestro reconocimiento comprobó que hubiese seguido un curso similar para verter su contenido en el estereóbato que está allí. Al explorar dentro, Portugal vislumbró una caja que creyó podía estar conectada con el canal de arriba. Sin embargo, el área, como ya notó Portugal, había sido destruida en tiempos coloniales y la presunta conexión no pudo ser verificada (1992, pp. 36-38). En los extremos superiores, ambos canales muestran todavía un trabajo en progreso. En otras palabras, los canales nunca fueron terminados, por lo que no sabemos adónde debían llevar ni qué debían drenar, en caso hubiese sido este su propósito. Si asumimos que los canales iban a mantener su curso y pendiente, podrían haberse dirigido a la cima del montículo. Como en Akapana, uno se pregunta qué era lo que drenaban los canales de Pumapunku, suponiendo, nuevamente, que esa fuera su función. Estos canales, con una clara sección transversal de 42 centímetros de ancho y 69.5 centímetros de altura, habrían tenido una inmensa capacidad.

Para lo cuidadosos que eran los tiahuanaco al drenar el agua fuera de las estructuras y controlar su curso, los acabados del estereóbato del canal de la equina suroeste llaman la atención por su imperfección. El canal parece una idea posterior o un cambio del plan original, quizá relacionado con el enterramiento del estereóbato mencionado arriba.

Figura 2.62. Final del canal en el lado sur de Pumapunku.

Figura 2.63. Canal en el lado norte de Pumapunku.

Figura 2.64. Grapas in situ en el canal en el lado sur de Pumapunku.

Investigamos el extremo inferior del canal y el área donde atraviesa el segundo muro de terraza buscando indicios de quiebres y modificaciones en la construcción, pero los resultados fueron ambiguos. Parece que el escalón superior del estereóbato ha sido modificado para acomodar la parte inferior del canal, pero eso no significa que ambos sean contemporáneos. La evidencia sería más clara si el segundo muro hubiese sido parcialmente desmantelado para hacer lugar al canal, pero no hemos podido determinar esto con certeza. Si asumimos como antes que la segunda terraza era tan ancha como la primera, o estereóbato, el canal podría no haber atravesado la tercera terraza, sino pasado bajo su nivel inferior. En otras palabras, si el canal hubiese sido construido posteriormente a los muros de terraza, hubiera sido necesario cavar una trinchera muy grande en el montículo para poder instalarlo. Una alteración de esta magnitud habría dejado rastros detectables en una excavación. La otra posibilidad es, claro, que las terrazas hayan sido construidas en torno a los canales que ya existían. El imperfecto extremo inferior del canal suroeste podría entonces tratarse solo de un trabajo no concluido. Se necesita, entonces, de más trabajo e investigación para poder contar una historia convincente sobre la construcción de los canales y su función.

This article is from: