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Mampostería

La comparación entre las estructuras descritas, además de la simetría bilateral y ortogonalidad ya advertidas, no revela ningún conjunto de rasgos de diseño repetido. Ni siquiera la orientación predominante de este a oeste escapa a la excepción. El conocimiento ganado de una estructura sería de poca ayuda en el diseño de la siguiente. Gasparini y Margolies, tomando sus pistas del Templete Semisubterráneo y el Kalasasaya, pensaron que la típica escalera tiahuanaco estaba «colocada dentro de la plataforma de tierra y no adosada al muro de contención. Es decir, la continuidad del muro de contención está interrumpida para dejar espacio a la escalera» (1980, p. 20). No podemos estar seguros de esto. Es cierto que en la Piedra Modelo las pequeñas escaleras a la izquierda y la derecha de la entrada al patio hundido están empotradas, pero las tres escaleras en la parte posterior del patio están adosadas al muro de contención, como también lo están las escaleras en las esquinas entrantes de Pumapunku. Una vez más, no se aplica ningún principio sin excepciones.

Mampostería

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La naturaleza genérica de las estructuras de Tiahuanaco, su aparente heterogeneidad y la falta de principios de diseño fácilmente identificables no implica necesariamente que las estructuras no sean exclusivas de Tiahuanaco. Las diferencias entre las estructuras de Tiahuanaco y otras del mismo tipo en otros lugares se vuelven más pronunciadas cuando observamos la mampostería. El Templete Semisubterráneo y casi todo el Kalasasaya comparten la mampostería de hiladas irregulares de pequeñas piedras de arenisca entre ortostatos de distinta altura en intervalos irregulares. Las piedras de este tipo de mampostería están apenas talladas y no encajan entre sí con precisión. La Pared Balconera del Kalasasaya (por lo menos en sus restos originales) y el muro base de Akapana y su tercer y cuarto muro al este están construidos con mampostería de aparejo regular (opus quadratum) colocada entre grandes bloques dispuestos en intervalos aproximadamente iguales. En esta mampostería, todas las piedras están cortadas y encajadas cuidadosamente, de manera que dejan juntas que son apenas visibles. Además, la cara de los muros es uniforme y absolutamente llana. Hay, sin embargo, dos diferencias notorias en la mampostería: la de Akapana está hecha casi exclusivamente de piedra arenisca, mientras que la de la Pared Balconera del Kalasasaya es de andesita. Además, los ortostatos de Akapana son chatos, casi cuadrados, mientras que los del Kalasasaya son delgados y alongados.

Existen afinidades de patrón, aunque no de ejecución, entre el segundo muro en el lado oeste de Akapana y el muro exterior este de Putuni. Se trata de una mampostería de bloques grandes espaciados a intervalos angostos rellenos con piedras pequeñas tanto en mampostería de aparejo regular como de hiladas irregulares. La ejecución de Putuni es de la más alta calidad: piedras precisamente encajadas con un acabado

muy uniforme. El segundo muro de Akapana tiene una mampostería de menor calidad y está construido con piedras reutilizadas de arenisca y andesita.

La mampostería de aparejo casi regular parece haber estado limitada al Akapana al igual que la mampostería casi isodómica en Pumapunku. La última, sin embargo, puede haber tenido un uso más extendido. Las fotografías de las tres cámaras pequeñas excavadas por Courty en Chunchukala muestran que también estaban construidas con paralelepípedos rectangulares cuidadosamente cortados (Posnansky, 1945, vol. 2, figuras 37 y 38). Las piedras sueltas con el mismo corte que se encontraron dentro del Kalasasaya sugieren que allí también pudo haber edificios con mampostería casi isodómica.

Los distintos patrones de mampostería revelan la diversidad de la innovación de los constructores tiahuanaco. A primera vista, el trabajo de hiladas irregulares observadas en el Templete Semisubterráneo y el Kalasasaya tiene un extraño paralelo en el patio semisubterráneo de la zona de Moraduchayuq, en Huari, cerca de Ayacucho en Perú (Isbell, 1991). Pero hay diferencias críticas: en Tiahuanaco, esta mampostería está colocada entre ortostatos. El uso profuso de ortostatos para estructurar y anclar los muros no tiene precedentes en los Andes ni se trata de una técnica que haya sido utilizada posteriormente. Como sostienen Gasparini y Margoiles (1980, p. 13), lo que haya sido que los incas tomaron prestado de los tiahuanaco, «la técnica que los incas desarrollaron posteriormente para contener las plataformas de tierra utilizó soluciones distintas a las que de Tiahuanaco, con sus grandes monolitos verticales hundidos en el suelo». La mampostería de aparejo casi regular fue practicada por los constructores incas, pero a diferencia de los tiahuanaco, no aplanaron ni uniformizaron las caras de las piedras y los muros; incluso lo más finos se caracterizan por su acabado de piedras como almohadas y por las juntas hundidas que utilizan19. En otra oportunidad, hemos demostrado que los sillares finamente engastados (opus quadratum) y la mampostería casi isodómica son únicos a Tiahuanaco y representan sus principales invenciones, perdidas luego por el paso del tiempo (Protzen & Nair, 1997). Evidentemente, la mampostería de piedras cuidadosamente alineadas se utilizó antes y después de Tiahuanaco, aunque con diferencias significativas. La mampostería mejor colocada del Castillo en Chavín de Huántar, por ejemplo, no está adecuadamente engastada de hilera a hilera, sino que cada piedra de una nueva hilera es adaptada y ajustada con cuñas de piedras muy pequeñas (figura 2.70). En contraste, el engastado de la mampostería en hiladas de los incas es legendaria: ni siquiera una hoja de afeitar puede ser insertada entre las juntas. En la mampostería en hiladas de los incas, cada piedra es encajada de forma

19 Katharina Schreiber ha señalado que los huari también tenían piedras almohadas y juntas hundidas y que algunas de ellas podrían ser anteriores a la mampostería tiahuanaco. Por ello, es posible que la mampostería inca estuviese inspirada por elementos de la mampostería huari (Schreiber, comunicación personal).

individual a su vecina inmediata. Las juntas horizontales o de asentamiento nunca son completamente planas, como tampoco son las juntas verticales del todo planas ni perpendiculares a las juntas de asentamiento (figura 2.71). Cada piedra deja una huella que ninguna otra piedra podría llenar (figura 2.72). Esto no es lo que sucede en la mampostería en hiladas de Tiahuanaco. Aquí, las juntas de asentamiento son planos perfectamente horizontales, las piedras de una hilera se encuentran en ángulos rectos y las juntas verticales son perpendiculares a la junta de asentamiento. En otras palabras, cada piedra se encuentra con otras piedras en ángulos rectos en sus tres dimensiones; ninguna piedra ocupa un lugar privilegiado; las piedras en una hilera son intercambiables. Esto, la intercambiabilidad, implica que los albañiles podían trabajar las piedras sin saber a dónde estaban destinadas; las piedras podrían ser prefabricadas y producidas en masa lejos de la construcción, en el patio de un tallista en la cantera, por ejemplo. En el próximo capítulo, discutiremos si es que los constructores tiahuanaco practicaron realmente la prefabricación. Las losas de piedra cuidadosamente talladas fueron ensambladas con precisión en algunas de las cámaras subterráneas en el sector de Cheqo Wasi de Huari, si bien allí no se practicaba una mampostería bien engastada. La mampostería de hiladas bien asentadas de las torres funerarias, o chullpas, en Sillustani, cerca de Puno en Perú, muestra todas las señas distintivas de la mampostería inca, y se diferencia, por ello, de la misma forma de la mampostería en Tiahuanaco.

Figura 2.70. Mampostería acuñada de piedra tallada en Chavín de Huántar.

Figura 2.71. Juntas horizontales ondeadas en la mampostería de sillar inca.

Figura 2.72. Huellas dejadas por las piedras extraídas de la mampostería inca.

Consideramos que los rasgos que distinguen la mampostería de Tiahuanaco de cualquier otra similar son inconfundibles, si es que no constituyen una identificación de la arquitectura tiahuanaco. ¿Son los distintos patrones de mampostería también indicadores de una cronología? Posnansky y otros han propuesto que las estructuras de arenisca preceden a las de andesita. Pero como Arellano notó, el tipo de piedra utilizado no es indicador suficiente:

Los muros de arenisca del Templete Semisubterráneo y del Kalasasaya tienen acabados que contrastan con Akapana, incluso si el mismo tipo de piedra fue utilizado en los tres. Incluso más distintos son Putuni, Kerikala y Puma Puncu, donde se utilizó andesita además de Arenisca (1991, p. 271).

La idea de utilizar tipos de mampostería y materiales como indicadores de cronología puede ser tentadora, pero hay dos objeciones a esta sugerencia: 1. Sin fechas particulares asociadas con tipos específicos de mampostería —que, hasta donde sabemos, todavía no existen— o evidencia bien definida de secuencias que utilizan distinta mampostería, la pregunta quedará sin respuesta, por ahora. 2. Los distintos tipos de mampostería no siempre indican una cronología, pues podrían ser contemporáneos o pertenecer a edificios de distinto estatus.

Todos los tipos de mampostería que hemos revisado aquí describen la mampostería de muros de contención y terrazas en los montículos y estructuras tipo plataforma. No sabemos qué tipo de mampostería utilizaron los constructores de Tiahuanaco para erigir los edificios actuales. Las múltiples piedras de construcción desperdigadas por el sitio pueden contener otras pistas a la arquitectura tiahuanaco. Es con esto en mente que abordamos el estudio de dichas piedras.

PARTE II. DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN

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