4 minute read
Arquitrabes
Arquitrabes
Un número de arquitrabes aislados17, o dinteles, en el sitio, atestiguan la existencia de más puertas en Tiahuanaco. Estos arquitrabes revelan dos diseños distintos, el doblemente curvado (piedra Tipo 4.6) y la que presenta dos personajes antropomorfos contrapuestos (piedra Tipo 4.7).
Advertisement
Arquitrabes curvados Vistos en elevación, los dinteles doblemente curvados están tallados en un arco elíptico de baja profundidad (figura 3.92); en sección, su parte posterior retrocede en una curva parabólica pronunciada (figura 3.93). Las curvaturas combinadas producen una superficie increíblemente hermosa, aunque complicada, cuya creación pondría a prueba las habilidades de cualquier artesano en la actualidad. Se recuperó un arquitrabe de andesita con estas características en la excavación de prueba en el Kantatayita realizada por Cordero Miranda en 1976. Su parte frontal estaba adornada con un friso arqueado con criaturas «voladoras» que sostenían báculos y probablemente estaba revestida con láminas de oro (Conklin, 1991, p. 283) (figura 3.92). Otro arquitrabe curvado de arenisca, roto en varias piezas, fue descubierto cerca de la plataforma en el extremo sur de Pumapunku (figura 3.94). Este arquitrabe no estaba adornado y probablemente tampoco había sido terminado. Dos fragmentos de otros dos dinteles están incorporados en un tosco muro de contención de fecha desconocida en el lado sureste del mismo montículo.
No sabemos cómo se sostenían los dinteles curvados ni cuál fue el aspecto de la puerta correspondiente. Todo lo que podemos decir sobre su apariencia es que fue mucho más ancha que cualquiera de las puertas discutidas hasta este momento. Mientras que el ancho característico de las piedras monolíticas está entre 75 y 85 centímetros, los dinteles curvos indican puertas con un ancho de dimensiones monumentales que van desde 168 centímetros (Kantatayita) hasta 266 centímetros (Pumapunku). No se han encontrado jambas correspondientes a los dinteles curvados ni sabemos nada sobre el contexto al que pueden haber pertenecido estos dinteles curvados.
17 «Arquitrabe» es un término prestado de la arquitectura griega y que se refiere a «la viga que va de columna a columna, descansando directamente sobre sus capiteles» (Harris, 1975, p. 29). Sentimos que es justificado utilizar el término para las partes arquitectónicas de Tiahuanaco, ya que el enorme dintel debajo parece ser más que simples vigas y porque «la palabra arquitrabe tiene la connotación de un ingreso frontal simbólico que las palabras dintel y viga no tienen» (Conklin, 1991, p. 282).
Figura 3.92. Dintel curvo en Kantatayita, frente.
Figura 3.93. Hermosa curva parabólica en la parte posterior. Figura 3.94. Dintel curvo en Pumapunku.
Arquitrabes con personajes contrapuestos Los museos desde Berlín hasta La Paz y Tiahuanaco albergan en sus colecciones de Tiahuanaco, piedras prismáticas con dos figuras humanas opuestas paradas cabeza con cabeza talladas en alto relieve sobre su cara más larga (figura 3.31)18. Estas piedras están inevitablemente colocadas de forma vertical y se suele pensar que se trata de estelas. Conklin fue el primero en sugerir que las piedras pueden haber sido arquitrabes con figuras que miraban hacia abajo desde la cabecera de la puerta (1991, pp. 282-283). En esta posición, ninguna de las figuras está parada sobre su cabeza, lo que hace que toda la composición tenga más sentido. Una investigación de las piezas que permanecen intactas revela que cada una tiene asientos claramente elaborados o superficies de apoyo en cada extremo. Aunque hasta ahora no conocemos la procedencia ni contexto de ninguna de las piezas, consideramos que la sugerencia de Conklin es bastante persuasiva, a pesar de que nos genera algunas reservas. En algunas piezas, las superficies de apoyo, o extremos volteados hacia abajo, son muy pequeñas, a veces con menos de 6 centímetros de ancho. En las piedras que miden 1.4 metros o más de largo, estos apoyos parecen bastante frágiles. Más aún, algunas de las piezas son bastante asimétricas, es decir, las dos figuras son excéntricas en relación con el eje corto de la piedra, por lo que no hubiesen estado centradas sobre sus entradas respectivas. Pero si fueron dinteles, entonces cada arquitrabe con personajes contrapuestos apunta a la existencia de otra puerta en Tiahuanaco. Aquí, como en el caso de los dinteles doblemente curvados, no sabemos nada sobre su construcción y contexto, excepto que las puertas debieron haber tenido entre 125 y 145 centímetros de ancho.
Arquitrabes tipo viga Además de los arquitrabes que ya discutimos, hay indicios de que los tiahuanaco usaban arquitrabes rectos o tipo viga. Conklin ilustra como ejemplo de un arquitrabe tipo viga decorado, una piedra fotografiada por Posnansky (1945, vol. 2, figuras 140 y 140a). Esta piedra, probablemente una losa plana con una franja decorada en uno de los lados más angostos, fue descubierta mientras era utilizada como dintel en una casa en La Paz. Posnansky afirmó haberla «guardado» en el Museo Miraflores, aunque no la pudimos encontrar en aquel lugar. No proporcionó dimensiones para la piedra, lo que nos hace preguntar de qué tipo de piedra se trataba. Conklin muestra otro ejemplo más de un arquitrabe decorado tipo viga, que hoy se encuentra en el Museum für Völkerkunde en Berlín (número de catálogo VA 10883), que es bastante
18 Para algunas de estas piedras, como las que se encuentran en el Museum für Völkerkund en Berlín (VA 10881 y 10882), solo permanecen los fragmentos con una sola figura.