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Más preguntas de estilo

Figura 4.12. Configuración hipotética, espalda (dibujo por Jean-Pierre Protzen, publicado por primera vez en Journal of the Society of Architectural Historians).

Aunque completamente especulativa, esta configuración sugiere otras posibilidades. Por ejemplo, notamos más temprano que las puertas no fueron pensadas como estructuras independientes, sino como parte de un muro más largo, y que los muros probablemente flaqueaban la apertura en la parte frontal. En la parte frontal de la reconstrucción también hay muros que se proyectan hacia fuera.

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Más preguntas de estilo

Dos losas de piedra cerca de Kantatayita con íconos nicho Tipo 2a están estructuradas según un esquema de composición vertical que no tiene correspondencia en Pumapunku (figura 4.14). Una banda rebajada en la parte superior de las piedras, que contiene los íconos-nicho, parece haber continuado en otras piedras similares.

Figura 4.13. Configuración hipotética, frente (dibujo por Jean-Pierre Protzen, publicado por primera vez en Journal of the Society of Architectural Historians).

La banda así formada nos recuerda a la banda que posiblemente recorría todo el contorno del Templete Semisubterráneo en Lukurmata (Ponce Sanginés, 1989, figuras 44, 49 y 50). Además, la chambrana de los íconos-nicho en estas piedras y en las de Lukurmata muestra un contorno distinto al del estilo Pumapunku. En las primeras, los escalones en la parte superior de la chambrana tienen ángulos rectos (figura 4.15), mientras que en las segundas, el escalón superior forma un ángulo agudo con el transverso de la chambrana.

En relación con las puertas de Tiahuanaco, Conklin propuso una secuencia de estilos basada en una comparación entre la iconografía de los arquitrabes y la iconografía de la tapicería tiahuanaco (1991, pp. 285-286). Comienza su secuencia con los arquitrabes tipo viga decorados, continúa con los arquitrabes curvilíneos y termina la secuencia con la monolítica Puerta del Sol. Conklin coloca los arquitrabes

Figura 4.14. Piedra con ícono-nicho del Kantatayita.

Figura 4.15. Piedra ícono-nicho en Lukurmata.

con personajes contrapuestos, que no aparecen en su tabla de seriación, entre la Puerta del Sol y los arquitrabes curvilíneos (William Conklin, comunicación personal 1997). Como demostramos antes, la Puerta de Akapana, las puertas I, II y III, y todas las puertas miniatura, están relacionadas estilísticamente con la Puerta del Sol, por lo que deberían encajar en el esquema de Conklin en el mismo lugar.

La seriación estilística de textiles de Conklin también es cronológica y abarca desde Pucará hasta los periodos de Tiahuanaco Temprano y Tardío (1991). Si este paralelo entre la iconografía de los textiles y los elementos arquitectónicos se sostiene, nuestros descubrimientos indicarían que el ancho de las puertas disminuye de forma constante en el tiempo desde las puertas con dinteles curvos hasta la Puerta del Sol. Desde esa perspectiva, la Puerta de la Luna y la Puerta de Arenisca encajarían con la Puerta del Sol: son monolíticas y tienen aperturas angostas. Pero, como discutimos antes, no estamos preparados para asociar estas dos puertas con la Puerta del Sol debido a sus características de diseño radicalmente divergentes.

Existe, por supuesto, una razón técnica para las aperturas angostas de las puertas monolíticas: hubiese sido extremadamente difícil, por no decir imposible, tallar una apertura amplia en una sola losa de piedra. No solo hubiese necesitado una losa mucho más grande, sino que la tensión en las esquinas de la apertura más grande hubiese sido tan fuerte que habría hecho casi imposible manipular la losa sin romperla en pedazos. Dejando las razones técnicas de lado, los cambios en el ancho de las aperturas tienen una relación directa con la naturaleza e importancia del pasaje, tema sobre el que hemos escrito antes. Cuatro personas hubiesen podido pasar caminando sin ningún problema a través de la gran apertura de las puertas con dintel curvo y dos podrían haberlo hecho a través de las puertas con personajes contrapuestos, pero solo una podría haber pasado a través de una puerta monolítica. Incluso si asumimos que el cambio de aperturas anchas a angostas es cronológico, ¿podría referirse a un cambio en las prácticas rituales, de procesiones con muchos participantes al acceso exclusivo de algunos pocos elegidos? ¿O acaso indica un cambio en la función de los espacios, de abiertos y públicos a altamente resguardados y privados o sagrados? Los muros que flanquean las puertas monolíticas, y crean una suerte de antesala o corredor, podrían haber aumentado la sensación de control, privacidad y santidad al reducir y concentrar el acceso. Al mismo tiempo, el muro adyacente podría haber alterado considerablemente la percepción de las puertas. Estamos acostumbrados a ver la Puerta del Sol en todo su esplendor y monumentalidad. Hubiese sido una experiencia muy distinta observar su fachada de forma restringida. Podríamos desarrollar otras líneas de especulación, pero el registro arqueológico será lo que finalmente decida su viabilidad.

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