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El trazado del motivo

Figura 5.5. Técnica griega de «placas de pulido» (redibujado por Jean-Pierre Protzen basándose en Korres).

El trazado del motivo

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Una vez que la superficie está preparada, la pregunta que aparece es: ¿en qué parte de la superficie debía colocarse el motivo y cómo es que se transfiere al rostro de la piedra? Un sistema de proporciones y reglas de composición (como discutimos en el capítulo 4) pudieron haber ayudado a determinar en qué parte de la piedra debía colocarse un motivo específico. Sin embargo, ya que la mayoría de piedras de construcción constituían piezas de una composición general, se debe haber requerido algún tipo de artefacto de medición para colocar de forma precisa un motivo aislado, midiendo su ubicación desde algún borde o esquina de referencia. Este tema no era relevante para el experimento, ya que la ubicación del motivo era arbitraria.

Después de establecer la ubicación, ¿los mamposteros simplemente empezaban a cortar o trazaban primero el motivo sobre la piedra? Teóricamente, es posible que los mamposteros tiahuanaco hayan simplemente tallado su motivo a mano alzada, sin la ayuda de un mecanismo de medición. Sin embargo, la precisión de los motivos y la forma en que las piedras pueden arruinarse con un solo error hace que esto sea muy poco probable. Incluso a los albañiles más talentosos se les hubiese hecho difícil visualizar el motivo y ubicarlo con precisión milimétrica sobre la losa de piedra y tallarlo de forma precisa sin equivocación alguna. Es probable que los mamposteros hayan trazado su diseño sobre una superficie preparada antes de empezar con el tallado,

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