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Capítulo 5. El arte de cortar piedras
Además de lo arquitectónico, la naturaleza de la mayoría de piedras trabajadas en estas ruinas también genera problemas técnicos. Pareciera que las posibilidades tecnológicas de los antiguos peruanos, tal y como las conocemos, no guardan relación con la excelencia de sus logros (Stübel & Uhle, 1892, parte 2, p. 44).
El estudio de la construcción de Tiahuanaco, como otros aspectos de su arquitectura, se ve dificultado por la vasta destrucción del sitio, lo que ha dificultado la investigación. Aun así, y a pesar de esta destrucción, las piezas sobrevivientes están tan exquisitamente talladas y compuestas que su método de construcción ha fascinado a los visitantes durante siglos. En el siglo XVI, Cieza de León reflexionaba al respecto y afirmaba: «Lo que no puedo imaginar ni comprender es con qué instrumentos y herramientas fueron labradas (las piedras)» (1984, p. 283). Como reportamos antes, Squier ni siquiera quiso especular sobre el tema. No fue sino hasta fines del siglo XIX cuando se formuló la primera definición concisa de la construcción de Tiahuanaco. Alphons Stübel y Max Uhle realizaron un cuidadoso análisis de los restos, y resaltaron tres características de la mampostería tiahuanaco. Sin proveer una respuesta, sostuvieron que: 1. Los talladores de piedra tiahuanaco tenían formas de producir ángulos rectos con consistencia.
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2. Los talladores de piedra conocían distintas técnicas para alisar (schleifen) y pulir (glätten) las piedras. 3. Las esquinas internas perfectamente ejecutadas requirieron el uso de instrumentos afilados (1892, parte 2, p. 44).