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Pistas y más pistas
Pistas y más pistas
Si bien no pudimos hacer nada más con el material que quizá todavía permanezca enterrado, los bloques de piedra sobre la superficie demostraron ser un cofre de tesoros que habíamos pasado por alto. Al reexaminar las piedras de construcción que habíamos registrado antes, pero manteniendo un ojo atento a lo que aprendimos durante los experimentos, descubrimos muchas pistas adicionales sobre las técnicas de tallado de los tiahuanaco que antes se nos escaparon. Muchas de las piedras Tipo 1, o con forma de H, y Tipo 2, o piedras aserradas, muestran secciones en diferentes etapas del proceso de tallado «congeladas» en el tiempo. Estas secciones guardan indicios acerca de una variedad de tareas de tallado y, como demostraremos, sugieren que los talladores de piedra de Tiahuanaco manejaban técnicas estándar para ejecutar tareas recurrentes.
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Preparación de las superficies Nuestro experimento ha demostrado que la preparación de una superficie plana es todo un desafío, pero también reveló exactamente cuáles eran los problemas. Armados con este conocimiento, volvimos a mirar las superficies lisas en el campo.
Martilleo
Para desilusión de Nair, nuestro análisis de campo subsiguiente reveló que los talladores de piedra de Tiahuanaco lograron superficies de piedra perfectamente planas gracias a un proceso de tallado. De hecho, los mamposteros lograron superficies planas con tal aparente facilidad que crearon estas superficies no solo para el motivo terminado, sino también a lo largo del proceso de tallado. Esto implica que se lograba una superficie plana para definir un motivo en una etapa del proceso, que luego era destruida y posteriormente rehecha, con unos pocos milímetros más de profundidad en el bloque de piedra. Las superficies planas se lograron primero con percutores más grandes y luego se las volvió a hacer a más profundidad y con herramientas más pequeñas, lo que daba como resultado una superficie que también estaba pulida.
Planeando en capas y con borradores La evidencia de campo de Pumapunku revela que un consistente proceso de martilleo se utilizó para crear superficies planas sobre todos los tallados delicados. La evidencia indica que a través de todas las etapas de proceso de tallado, sin importar qué herramienta era utilizada, los mamposteros tiahuanaco lograron la superficie final deseada de forma gradual, removiendo una capa de excedente lítico tras otra, aumentando su cuidado conforme se acercaban a la superficie esperada. Para controlar la profundidad a la que el material lítico debía ser removido, los albañiles tiahuanaco tallaron borradores sobre la piedra y, de forma muy temprana en el proceso, crearon secciones
cuidadosamente niveladas de la superficie terminada que sirvieran como referencias de la superficie final. Esto es consistente con las observaciones reportadas inicialmente de que el desbastado y los toques finales se realizaban de forma simultánea sobre una misma piedra.
Calidad de las superficies para el trazado del motivo Si examinamos todos los motivos que se realizaron en Pumapunku, hay poca evidencia que nos permita entender sobre qué superficie fueron inicialmente trazados. Esto se debe a que todos los motivos de cruces en Pumapunku están básicamente terminados11. Si bien los motivos con forma de cruz no nos permiten entender mucho sobre la preparación de la superficie, podemos comprender un poco mejor el proceso de tallado de piedras en Pumapunku. En particular, observar otros ejemplos da luces sobre cómo otros motivos y configuraciones fueron tallados en piedra. En Pumapunku descubrimos una abundancia de evidencia que muestra una consistencia abrumadora en patrones y ejecución, desde el comienzo del proceso de tallado hasta los toques finales.
Trazado y desbastado de los motivos Como demostró el experimento de Nair, el primer asunto es cómo trazar los diseños y comenzar a tallar la piedra. Uno de los rasgos determinantes en relación con el grado de preparación de la superficie para el trazado de un motivo depende en si el motivo será tallado en plena piedra o en su filo. Considerando que todos los motivos en el campo comienzan con un tallado del área dentro de los límites del contorno del motivo, lo más probable es que se haya utilizado una plantilla, ya sea pintada, dibujada o colocada sobre la piedra, para marcar el trazado final.
Además, en Pumapunku, los motivos que llegaban al borde de un bloque de piedra parecen haber sido desbastados desde el borde mismo. Como notamos en el experimento, esto permite un proceso de tallado mucho más fácil o controlado. También hace posible pasar de una cara trabajada de la piedra a otra adyacente. Una vez que los motivos y los elementos de diseño son colocados en una parte de la superficie de la piedra, el mampostero puede utilizar este nuevo plano para moverse en torno a esta, sea en la misma cara o hacia otros planos trabajados en otros lados de la pieza. Descubrimos entre varias de las piedras sobrevivientes de Pumapunku que una superficie aplanada fue fabricada y transportada hasta una fachada adyacente, lo que permitió al albañil monitorear y controlar la superficie en preparación para el motivo final y preciso (figuras 5.15 y 5.16).
11 O, en un caso, quizá ausente. La piedra WR 28, de Tipo 1.1, no tiene íconos-nicho. Si hubieran sido tallados, también debieron haberlo sido a partir de superficies perfectamente acabadas. Sin embargo, también es posible que nunca existiera una intención de tallar este motivo sobre esta piedra.
Figura 5.15. Nótese cómo una superficie aplanada (una que ha sido trabajada primero con herramientas tipo martillo grandes y luego pequeñas) se mueve a lo largo de un plano simple (donde tan solo se utilizaron herramientas tipo martillo de gran tamaño).
Figura 5.16. Nótese cómo una superficie aplanada es transferida a la cara adyacente de un bloque de piedra.
El tallado de bordes y esquinas internas La siguiente etapa, después de trazar el motivo y comenzar a tallarlo con percutores, es trabajar más cerca de los bordes finales, creando las esquinas y muros interiores. En el experimento, esto resultó en una serie de operaciones cada vez más delicadas, con herramientas más pequeñas y movimientos y técnicas más cuidadosas. En el campo, descubrimos abundante evidencia que apoya esta secuencia. El ejemplo más llamativo probablemente sea el de la piedra WR 41,12 una piedra Tipo 2 o aserrada (figura 5.17). En la piedra, las superficies externas han sido todas martilladas hasta lograrse un contorno bien definido del tipo de piedra final. Los planos más grandes fueron martillados hasta ser aplanados.
12 La numeración de las piedras es nuestra.
La siguiente etapa de trabajo consiste en tallar las todavía toscas esquinas internas y porciones vecinas de las paredes. Como puede verse en la fotografía, el borde interno de la intersección de dos planos que forman un ángulo agudo diedro fue desbastado en la parte superior, casi terminado en el medio y parcialmente despejado en la parte inferior (figura 5.18)13. Por lo tanto, el trabajo más avanzado se da en el medio del motivo (la esquina interior de la piedra aserrada). Esto coincide con lo que Nair descubrió por ensayo y error, que las áreas exteriores son las últimas que se trabajan conforme uno comienza a acercarse a la superficie final. Esto se debe a que las áreas exteriores (con dos planos) son las más frágiles, por lo que un golpeado excesivo podría generar un daño irreparable. Por ende, si bien es mejor comenzar con los bordes exteriores (el trazado aproximado de un motivo parcial) debido a su facilidad para tallarse, esta misma maleabilidad los convierte en los más delicados hacia el final del proceso de tallado. En suma, los bordes se convierten en las últimas partes en ser talladas.
En esta sección de la piedra aserrada también vemos la transición de herramientas tipo martillo a herramientas tipo cincel cada vez más pequeñas. La sección desbastada evidencia las típicas marcas de una superficie que ha sido martillada. Conforme la esquina se vuelve más y más ajustada, parece haberse utilizado una herramienta con una cabeza angosta y redondeada. Uno puede imaginar que los martillos redondeados que utilizamos en nuestro experimento fueron utilizados en un principio. Luego, conforme la superficie de tallado se acercaba cada vez más a la capa final deseada y se requería un detalle más delicado, uno puede también imaginar al mampostero utilizando la herramienta tipo martillo más delgada (como el martillo alargado y angosto de cabeza pequeña que utilizó Nair). Las marcas (en esta porción de la piedra aserrada) indican esta transición en tipo de herramienta. Además, conforme las marcas en la esquina de la piedra aserrada se van volviendo más pequeñas, parece que un tipo de cincel debió haber sido utilizado para obtener marcas de esquina tan pequeñas y precisas, lo que nuevamente encaja con otra etapa del experimento de Nair (figura 5.19). En la piedra aserrada, el cincel dejó marcas más largas, delgadas y más precisas que la herramienta tipo martillo. Estas marcas son visibles en la sección inferior y parcialmente despejada.
Es también en este punto del proceso de tallado que vemos la importancia de crear superficies planas y uniformes, así como los distintos grados de homogeneidad y uniformidad que los talladores tiahuanaco lograron obtener con tanta frecuencia. En la piedra aserrada, la superficie restante (al lado de la esquina) ha sido ya aplanada y homogeneizada con el fin de servir de guía para el borde interior final. En contraste, la superficie derecha está moldeada solo de forma aproximada (figura 5.20).
13 Las referencias «arriba», «abajo», «izquierda» y «derecha» se refieren a la fotografía. En la actualidad, la piedra está en posición vertical, pero su posición prevista debió haber sido horizontal.
Figura 5.17. Piedras aserradas sin terminar, Tipo 2. La esquina interior en el extremo derecho tiene tres etapas de tallado en proceso corriendo verticalmente hacia debajo de la esquina. La esquina interior de la izquierda está casi completa, solo falta el trabajo de acabado final. Figura 5.18. Primer plano de la esquina diestra de la piedra aserrada que muestra tres etapas de tallado en el proceso de hacer la esquina interior.
Sobre esa superficie, es posible observar leves marcas de los cinceles que se utilizaron para trabajar la esquina y cara adyacente descendiendo de izquierda a derecha. También puede observarse una línea que demarca la intersección de la esquina redondeada y el plano diestro. Esa línea continua siendo visible en la mitad donde la esquina ya ha sido completamente despejada. Allí es posible ver marcas de cinceles muy finas entre la esquina y la línea de demarcación, lo que indica que, después de utilizar una pequeña herramienta tipo martillo, se introdujo un cincel para desgastar la superficie adyacente a la esquina. Nótese cómo este trabajo termina conforme se acerca el borde de la piedra, a fin de proteger esta delicada área (figura 5.21).
En este ejemplo, con la importante excepción de superficies planas sucesivas, se corroboró la secuencia de tallado de las esquinas interiores desarrollada por Nair. Primero, se utilizaron percutores para remover la masa del material. Segundo, se fabricaron y rehicieron superficies planas y pulidas para controlar la profundidad y delinear los contornos. Tercero, conforme la esquina se va volviendo cada vez más angosta,
Figura 5.19. Primer plano de la piedra aserrada. Nótese el cambio de las marcas que suelen dejar las herramientas tipo martillo a marcas más pequeñas y profundas en los ángulos más agudos de la esquina, lo que indica una transición a una herramienta tipo cincel.
Figura 5.20. Nótese que la esquina es incluso más ajustada hacia la parte inferior. Las marcas redondas han sido reemplazadas por líneas inclinadas. Las marcas de cincel muestran la transición a una herramienta más pequeña y fácil de controlar. Nótese también que el plano a la izquierda de la esquina es suave (marcas causadas por una herramienta tipo martillo pequeña), mientras que el plano a la derecha de la esquina es más irregular (marcas de herramientas tipo martillo medianas y grandes).
el mampostero comienza a utilizar percutores cada vez más pequeños y eventualmente cambia de cinceles de cabeza redondeada a otros de corte para retirar el material restante. Todas estas etapas del proceso de tallado pueden verse en el Área de la Plataforma de Pumapunku. En todos los lugares donde inspeccionamos los bordes interiores, reconocimos los mismos patrones: el tallado de una esquina interior pronunciada y un procedimiento estándar posterior. La evidencia en la piedra aserrada destaca un elemento importante en el proceso de tallado de Pumapunku que estuvo ausente del experimento de Nair: la creación frecuente de superficies planas. En la actualidad, es fácil encontrar una y otra vez en Pumapunku superficies planas que varían de aquellas trabajadas con grandes herramientas tipo martillo a las trabajadas con un pulidor fino.
Además, uno puede descubrir la yuxtaposición de superficies aplanadas por martilleo y superficies planas más homogéneas, donde las superficies terminadas son utilizadas como planos de referencia para el trabajo pendiente (figura 5.22).
Toques finales Siguiendo la secuencia de Nair, la siguiente operación en el ejemplo anterior habría sido el inciso y pulido de las superficies restantes. Como advirtió Nair, el inciso y el pulido se pueden hacer en una sola operación utilizando una lasca de obsidiana. La cara hidratada de una lasca de obsidiana realiza el trabajo de pulido, mientras que su borde filudo realiza la incisión. La evidencia de esta operación, ya sea hecha con una lasca de obsidiana o con alguna otra herramienta, puede encontrarse en varias piedras.
Figura 5.21. Transición de un área trabajada con delicadeza al excedente de piedra dejado cerca de la esquina de la piedra.
Figura 5.22. En la misma piedra aserrada, esta esquina está más avanzada en el proceso de tallado. Nótese la permanencia de la línea de demarcación que revela dónde estaba el exceso de material en la esquina interior. Nótese también el cambio en el patrón de trabajo. El área más cercana a la columna ha sido trabajada con pequeñas herramientas tipo martillo y cincel, dejando marcas más pequeñas y superficiales en la piedra, en comparación con las marcas más grandes y profundas a la derecha de la línea, donde se utilizaron martillos más grandes.
Con un lente microscópico, es posible detectar las estrías generadas por la abrasión del plano superior, así como una delgada muesca, resultado de una incisión, en el ápice de la esquina. Estas estrías suelen ser paralelas al borde interior (figura 5.23). En las zonas más estrechas cerca de un borde interior, Nair descubrió que no hay el espacio que se necesitaría para realizar movimientos rotatorios con una piedra de pulido y que solo es posible un movimiento de un lado al otro. La estriación paralela que observamos en los bloques de piedra evidencia que el mampostero tiahuanaco padecía las mismas dificultades.
En Tiahuanaco, el inciso puede verse con mayor claridad en el delicado trabajo que se necesitó para tallar los motivos descubiertos en los frisos de las puertas de Pumapunku y en la Puerta del Sol. Para tallar las partes más delicadas de un motivo, como el área entre los meandros o entre las figuras de los frisos, el tallador utilizó herramientas con cabezas muy finas (figura 5.24). Un pequeño cincel y luego una hoja cortante pudieron haber dejado las marcas de herramientas que se puede apreciar en la esquina interior. A juzgar por la regularidad y nitidez con que los elementos del friso y las figuras sobre este han sido talladas, asumimos que se utilizó una plantilla o matriz para trazar el contorno de los motivos. Luego, las áreas interiores eran trabajadas, acercándose poco a poco a los bordes del motivo, punto en el que se empleaba una técnica de cincelado e incisión para crear líneas precisas y delicadas. Las incisiones muy rectas y las líneas suavemente curvadas que se ven en el friso sugieren que algún tipo de regla o el borde de una plantilla se utilizaron para soportar la hoja cortante. Podemos atribuir las minúsculas variaciones que existen entre las figuras a las cualidades específicas de la piedra. Los cristales duros o fenocristales incrustados en las piedras pueden haber hecho que la hoja del cincel o de la herramienta para incisiones se desvíe de su curso u objetivo deseado. Se puede apreciar claramente la línea de incisión en un pequeño fragmento de piedra en Pumapunku, que revela un inusual error
Figura 5.23. Estrías leves debido a la abrasión sobre la superficie del muro que van de izquierda a derecha y en paralelo a la esquina interior larga.
por parte de uno de los mamposteros de Tiahuanaco. Aquí podemos ver cómo una hoja cortante ha sobrepasado la esquina interior, lo que nos permite obtener una vista despejada de la marcha dejada por una herramienta de incisión de Tiahuanaco (figura 5.25).
Figura 5.24. Detalle de un área del friso de la Puerta del Sol finamente trabajada. Nótense las afiladas esquinas externas e internas y las distintas superficies planas. Las áreas internas han sido cinceladas y revelan que una pequeña hoja de cincel fue utilizada para las partes elevadas. Esto habría provisto protección para los bordes levantados, de forma que los bordes de la herramienta habrían apuntado hacia fuera de las delicadas zonas elevadas del friso y, por ende, la filuda hoja no podría golpear ni romper accidentalmente el friso elevado. A diferencia de las elevadas, las partes inferiores no fueron pulidas. Considerando que los mamposteros tiahuanaco sí tenían la tecnología para pulir ambos planos, esto parece haber respondido a una elección estética. Los dos tipos de superficie refuerzan el contraste de los dos planos, permitiendo que sean leídos en marcado contraste uno del otro. Esta técnica para diferenciar los planos es típica en el tallado de frisos en todo el mundo.
Figura 5.25. Un ejemplo de Pumapunku que revela un inusual error hecho por un mampostero de Tiahuanaco. Aquí vemos que una hoja incisiva se sobrepasó a la esquina interior, lo que permite obtener una vista sin obstrucciones de la marca de un incisivo tiahuanaco.