1 minute read
Transporte
insertar madera, que luego humedecerían para así comenzar a agrietar la roca—»3 . No logramos encontrar ninguna de estas perforaciones, pero el sitio es tan grande que podría tomar varias semanas realizar un reconocimiento completo y detallado. Es posible que hayamos pasado por alto otras señales de actividad extractiva durante nuestras visitas al sitio, que fueron relativamente cortas.
Las que sospechamos fueron en algún momento canteras en Khapia se encuentran incluso más cubiertas por sedimentos y plantas que las de Kaliri. Para dilucidar las técnicas extractivas utilizadas para extraer la andesita, deberíamos seguir el consejo de Tschudi: «Nachgrabungen in dem Schutte der Steinbrüche von Zepita könnten vielleicht einige Aufschlüsse geben, denn ohne Zweifel liegen dort unter den Steintrümmern vergraben noch viele Wekzeuge» 4 (Tschudi, 1971, p. 292).
Advertisement
Es importante notar que Stübel —que, como se recordará, era geólogo de formación— pensó que por lo menos algunos de los bloques eran tan solo pedrones sueltos y no realmente extraídos, es decir, separados del lecho rocoso por trabajo humano. Esta es una posibilidad distintiva que funciona en el ambiente particular de Khapia y para la que existen otros ejemplos. En las canteras de Kachiqhata, cerca de Ollantaytambo en Perú, como en otros lugares, los incas no extrajeron el material en el sentido estricto de la palabra, sino que escogieron y utilizaron bloques adecuados de grandes deslizamientos de piedras (Protzen, 1983, p. 165).
Transporte
La pregunta acerca de cómo las civilizaciones antiguas que no conocían la rueda lograron transportar piedras que pesaban cien toneladas métricas o más a través de largas distancias siempre ha sido motivo de fascinación. En la mayoría de casos, sin embargo, las soluciones a los problemas son engañosamente sencillas. En Ollantaytambo, los incas arrastraron los enormes monolitos de la cantera al lugar de construcción (Protzen, 1986; 1993, pp. 175-183). En Tiahuanaco, sin embargo, el problema se complica ya que los bloques de andesita debían ser transportados a través del lago, donde arrastrarlos, evidentemente, no era una opción.
3 Carta fechada el 31 de octubre de 1962. Una copia fue proporcionada por Barbara Conklin del Museo Americano de Historia Natural. 4 Excavaciones en los escombros de las canteras de Zepita podrían quizá darnos algunas pistas, ya que entre los escombros rocosos, sin lugar a duda, deben encontrarse todavía muchas herramientas enterradas.