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Cómo se tallaron las piedras más grandes?
Esta tarea requiere un control preciso sobre los movimientos de las piedras, algo que, si bien no imposible, es muy difícil de lograr solo con palancas. Si los bloques hubieran podido ser suspendidos y gradualmente descendidos hasta su posición deseada, esto habría resuelto casi todas las dificultades del experimento. Si las perforaciones de izamiento cumplían una función definitiva, esto plantea otras preguntas: ¿qué tipo de artefacto fue utilizado para levantar y suspender los bloques? ¿Utilizaron los tiahuanaco algún tipo de polea? Las perforaciones sugieren la existencia de algún tipo de mecanismo de izamiento, pero no hay nada en el registro arqueológico que muestre siquiera un indicio acerca de la naturaleza de este dispositivo.
¿Cómo se tallaron las piedras más grandes?
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Los grandes monolitos planos que están tallados en ambos lados, como, por ejemplo, la Puerta del Sol, generan la pregunta sobre si es que fueron tallados en posición horizontal o erguidos. Esta cuestión probablemente nunca sea resuelta, pero uno puede especular al respecto. Es considerablemente más fácil y rápido martillar un plano de trabajo horizontal que uno vertical, debido a que en el plano de trabajo horizontal, el albañil puede utilizar la gravedad como ventaja. Como Protzen ha demostrado en otra ocasión, el mampostero deja caer el martillo de piedra sobre la pieza de trabajo y lo guía solo con las manos, sin ejercer fuerza alguna, y lo vuelve a coger en el rebote para continuar con el proceso (1986, p. 100). Esta técnica no funciona si la aplicamos sobre una superficie vertical. Aquí el albañil tiene que sostener el martillo contra la gravedad e impulsarlo para conseguir tallar la piedra. También existen diferencias en el proceso que se utiliza para martillar una superficie vertical cuando los albañiles trabajan por debajo del nivel de su cintura, a la altura de su pecho o por encima de su cabeza. Si se trabaja por debajo de la cintura, lo más fácil es hacerlo dándole la espalda a la pieza de trabajo y balanceando el martillo entre las piernas. El balanceo de los brazos hacia delante aplica un impulso importante sobre el martillo y su rebote desde la pieza de trabajo facilita el nuevo balanceo. Más aún, los brazos y piernas extendidos hacia abajo hacen que sea más fácil sostener el martillo. Trabajar a la altura del pecho es bastante dificultoso. Toda la fuerza que puede impartirse sobre el percutor proviene de doblar los brazos a la altura de los codos, lo que acorta el balanceo de los brazos y hace que se necesite un esfuerzo mucho mayor para realizar el golpe que cuando se trabaja por debajo del nivel de la cintura. Al trabajar por encima de la cabeza, uno se beneficia con el movimiento de los brazos en su totalidad, pero aquí, en el balanceo, el martillo se coloca por detrás de la cabeza del albañil y jala hacia abajo sus manos, por lo que debe ser levantado nuevamente antes de poder aplicar cualquier tipo de fuerza para el tallado.