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LA VOLUNTAD ENCARCELADA
Tiempo de utopía «No somos nada salvo ser comunistas», 101 diría el líder senderista a sus seguidores un año antes de iniciar la lucha. Tal condición requería, no sólo diluir la propia individualidad en el mecanismo de una máquina de guerra, sino aceptar que la propia vida, que la disposición a pagar una «cuota» de sangre, era condición para el crecimiento del partido. Para eso, este les había «forjado en retar a la muerte y llevar la vida en la punta de los dedos para entregarla en el momento que la revolución nos lo demande».102 La revolución mundial entraba en «ofensiva estratégica».103 Una «grandiosa epopeya» era lo que se abría. Y en ella el Perú se convertiría en una suerte de faro universal, lo que asimismo convertiría al doctor Guzmán en la «cuarta espada» -después de Marx, Lenin y Mao de la revolución mundial, además de transformar los impulsos agresivos en una pasión: el odio de clase, la ideología senderista, buscaba «convertir los deseos de muerte en afán de heroísmo». La propia inmolación presentada como la culminación de un camino de coherencia y consecuencia con los principios.104 Así se apreciaría desde fuera lo que ellos llamaban formación política. Movidas por ese intoxicante combustible, las huestes senderistas se lanzaron a batir el campo ayacuchano. En marzo de 1982 se sentían lo suficientemente fuertes como para tomar por asalto la cárcel de la ciudad. Comenzaba a desplegarse la «necesaria evulsión» prevista por Valcárcel. Tras el fracaso del reformismo militar -con una país joven, bullente, de frágil tradición democrática, en acelerado proceso de «descampesinización» y «desindianización», repleto de graduados condenados al subempleo o la migración y un Estado en repliegue-,105 101. «Por la nueva bandera», p. 144. 102. Entrevista al -Presidente Gonzalo., 1988. 103. «Somos los iniciadores», 1980, en El Pensamiento Gonzalo, pp. 163 - 178. 104. Gonzalo Portocarrero, Razones de sangre, Lima, PUCP, 1998, p.26. 105. Cifras de la CEPAL indicaban que el Perú había experimentado una gran educativa. Entre 1960 y 1980 el porcentaje
revolución