12 minute read

El Escenario Inferior

Next Article
Bibliografía

Bibliografía

Dioses de Lambayeque observan representaciones de tinajas de forma semejante, pero que además, una de ellas se encuentra sobre una superficie cóncava. La presencia de una soga en el cuello de las tinajas, ha sido bastante común en el arte Moche. Si esta interpretación es correcta, podríamos inferir que este espacio sacro integra como elemento central una tinaja ornamentada y festiva vinculada con un complejo sistema ritual.

Un aspecto adicional de gran importancia, es la decoración del muro exterior con motivos escalonados consecutivos, uno de los símbolos de poder de mayor jerarquía en el pasado prehispánico, que ha sido registrado también en Huaca Las Ventanas en el bosque de Pómac (Shimada op.cit).

Advertisement

c) El Escenario Inferior: Este escenario inferior, separado por la franja horizontal, agrupa un conjunto de personajes antropomorfos, en el contexto de una escena festiva (Fig. 16).

Por debajo del personaje A, podemos identificar un conjunto de 3 individuos, el primero que aparece con la cabeza poco conservada, que insinúa un rostro de perfil, con tocado hacia abajo y por detrás de la nuca. Tiene un brazo extendido hacia delante, portando una soga de la cual pende un objeto redondeado, que puede ser una vasija o una cabeza humana. Los pies se encuentran opuestos por los talones. A ambos lados de la cabeza aparecen formas de tinajas, una de las cuales se encuentra boca abajo.

Delante de este primer personaje, se aprecia una figura humana bien conservada, de perfil, cuya cabeza presenta un tocado o peinado curvo hacia delante, como una onda. Presenta un solo ojo y la nariz semeja un pico. Los brazos están doblados hacia abajo, siendo uno de ellos más largo que el otro. El vientre es voluminoso y los pies hacia delante. Al frente de la cabeza se aprecia una tinaja. La expresión de este personaje es única. Da la impresión de movimiento, con la cabeza hacia atrás y el vientre voluminoso hacia delante, como una persona ebria o danzando.

Delante de él un personaje con tocado semilunar y grandes orejeras, representado de frente, tiene un bastón ceremonial en una mano y un objeto redondeado suspendido en la otra. El artista ha querido además mostrar ojos y boca con depresiones sencillas. El bastón tiene un tamaño casi igual al del personaje. Este artefacto termina en punta y remate en el lado superior con un ornamento sencillo con el lado superior plano.

Fig. 16

Fig. 17

Enseguida, un asentamiento diferencial ha generado una fractura en el muro en su conjunto, de modo que la escena continúa en un desnivel de casi 10 cm (Fig. 17). Los dos personajes a continuación, no presentan tocado y están representados de modo frontal. El primero tiene un cetro alargado pequeño, debajo del cual se aprecia la forma de una tinaja. El que sigue sujeta un objeto claramente circular.

Por delante se observa una forma de animal, que puede ser el de una llama extendida sobre el piso, claramente no se encuentra de pie. Continúa un personaje representado de frente, con gran tocado semilunar, con la boca abierta y algo llano saliendo de ella hacia delante y hacia abajo. El cuerpo no de define bien, pero los pies se han representado opuestos por el talón.

La escena continúa con un bastonero y una tinaja en frente, seguido por dos danzantes con tocados en forma de aves (Fig. 18). La actitud de danzar se aprecia en dos detalles: ambos muestran los pies en distintos niveles, lo que da a la escena mucho movimiento, incluyendo la forma de representar a los brazos: ligeramente curvados con las manos a la cintura. Detrás de los danzantes se observan figuras antropomorfas de difícil identificación, pero que se asocian con una estructura en forma de “T” asimétrica, ya que las extensiones superiores son diferentes respecto del poste central. Una de ellas se observa de perfil, con una cabeza ovalada, sin detalles, cuerpo alargado, con las patas delanteras y traseras hacia un solo lado del vientre. Tiene la cola suspendida en punta y hacia abajo. Aparentemente puede representar un animal colgado de la estructura.

En el “eje” vertical de la estructura en forma de T, encontramos un personaje de perfil, con tocado alargado hacia atrás y ligeramente curvado hacia adentro, hasta la altura de la cintura. El brazo se extiende hasta apoyar la mano en el eje vertical de la estructura. Es interesante observar que presenta las piernas en movimiento, una hacia delante y la otra hacia atrás. La cabeza está achatada, pero es sumamente interesante la “nariz” grande achatada, recta, grotesca, rasgo que se repite en otros personajes de fases posteriores. Los pies de este personaje se apoyan en una franja llana, inmediatamente sobre el piso.

Dioses de Lambayeque Sobre el personaje apoyado en el poste central, se observa otro elemento suspendido en posición horizontal, desde su parte central, con una forma indescifrable. Lo único que podríamos decir, es que luce un extremo, como cabeza redondeada y el otro extremo recto. Un apéndice, en la forma de un brazo, aparece en el borde inferior.

Un personaje adicional aparece representado de manera frontal, pero en posición invertida, con la cabeza hacia abajo y los pies que se apoyan en la banda horizontal que divide los dos escenarios iconográficos. Este personaje no muestra ningún detalle en especial, no muestra ojos, boca, nariz, orejas, no tiene tocado ni porta ningún objeto en las manos.

Debajo de este personaje, encontramos la representación de una figura zoomorfa pequeña, que parece representar un perro en movimiento, con las patas delanteras cortas hacia arriba. Las orejas las muestra en punta, tiene el hocico alargado y las fauces abiertas delante de la cabeza del personaje invertido. La cola toca la banda inferior que une el muro con el piso. Este animal da frente a un conjunto de formas difíciles de discernir, pero que presumimos se trata de una forma antropomorfa extendida, con cabeza redondeada pegada a la cabeza del personaje invertido, de la cual se proyecta el cuerpo alargado en posición horizontal. Sobre él se aprecian hasta 3 tinajas grandes, con cuello y cuerpo alargado con base redondeada. Al igual que la vasija delante del bastonero con joroba, pueden representar depósitos de chicha, parte importante del momento festivo del ritual. Debajo de la última tinaja, se observa una forma semicircular, cóncava, que puede hacer referencia a un cuenco o mate, forma difícil de descifrar, sobre el cual se ubica la tinaja. Recordemos que en el escenario superior, en la parte central del “templo esquinero” se ha sugerido que la representación es una tinaja sobre una forma cóncava que la sostiene.

En este contexto ritual, tal vez, las formas antropomorfas podrían estar representando individuos sacrificados que yacen extendidos sobre el suelo, rodeados de tinajas de chicha, danzantes, un bastonero y la escena de la estructura en forma de “T” .

Finalmente, pudimos registrar en el límite norte del mural, una banda vertical dentro de la cual han sido plasmadas, de modo repetido el motivo del ave con tocado semilunar portando un objeto circular que se amolda al espacio debajo del pico. Del tocado se prolonga un penacho con flecos hacia atrás sobre el ala. Un penacho adicional sale desde la pata, se proyecta delante del pico, pasa sobre la cabeza y culmina al lado del primer penacho. Este diseño refleja también la forma de una ola en cuyo centro se encuentra el ave con un objeto circular en la mano.

Si quisiéramos resumir el contenido parcial que exponen los relieves de esta fase, podríamos decir lo siguiente: El escenario superior está dominado por dos grandes personajes que tiene como elementos distintivos la posición y el tocado. El tocado bipolar ha sido identificado por otros estudiosos, como característico de personajes femeninos, como el personaje que porta una copa tapada por un mate en el Tema de la Presentación (Donnan, 1978). Este personaje ha sido identificado arqueológicamente en San José de Moro como un personaje femenino y calificado como “Sacerdotisa” (Castillo y Rucabado, 2003). Uno de sus emblemas de mayor significado es precisamente su tocado bipolar, en la forma de penachos, uno a cada lado de la cabeza. Por el contrario, el personaje conocido como el Señor de Sipán (Alva, s/f), por ejemplo, siendo un personaje masculino, presenta un tocado en forma semilunar. Si estamos de acuerdo con este argumento, podríamos concluir que los tocados dan a cada personaje un rol de género perfectamente distinguible.

El personaje A, por tanto, sería un personaje femenino y el personaje B, un personaje masculino. Ambos ocupan el espacio ritual de mayor jerarquía. Siguiendo con este argumento, frente al vano de acceso a este espacio ritual, los personajes E y F, se constituyen en representación idéntica: masculina a la derecha del personaje A y femenina a la izquierda del mismo. El círculo o esfera delante del personaje A, adquiere su emblema distintivo: el tocado bipolar.

Ellos presiden juntos un conjunto de escenas rituales tanto al interior como al exterior de este espacio. En la parte interior, el “sacerdote principal” sujeta una llama destinada para el sacrificio. Este acto es parte de un conjunto complejo de acciones que involucran a otros personajes y elementos arquitectónicos sacralizados, considerando su asociación con los símbolos de mayor jerarquía religiosa. Es evidente la recurrente actitud de sostener copas en los personajes acompañantes, tanto antropomorfos, como fantásticos -como el mono con tocado semilunar y los personajes superiores en actitud de volar- todos portan vasos alrededor del sacerdote principal. El

Dioses de Lambayeque rol de estos vasos, parece obvio: sirven para contener líquidos durante eventos rituales, incluyendo la posibilidad de sangre humana, sangre del animal sacrificado, chicha o brebajes de efectos psicotrópicos.

En el espacio sagrado, es interesante la presencia de un recinto “esquinero”, caracterizado por el acceso cuyo techo está ornamentado con el emblema emplumado de alas y cola, y un cerco decorado con el símbolo escalonado simple.

En su conjunto, el nivel inferior representa un conjunto de personajes en actitud festiva alrededor de diversos escenarios rituales, uno de los cuales es central y ha sido representado en forma de una “T”, como un poste plantado en el piso. La estructura en forma de “T”, constituye un aspecto relevante por varias razones: a) Muestra un personaje antropomorfo que sostiene el poste central, y b) De las extensiones superiores del poste en forma de “T”, se suspenden dos “objetos”: el más grande aparece en la forma de un animal, con la cabeza redondeada, ligeramente alargada, sin representación de ojos, boca ni orejas. El cuerpo es alargado, tiene el vientre delgado, las patas delanteras y traseras se proyectan hacia un solo lado, la cola es larga y casi recta. Normalmente las representaciones de mamíferos, presentan orejas muy definidas: los zorros y cánidos presentan orejas en punta, los felinos se representan generalmente con orejas redondeadas. Sin embargo, en realidad, hemos visto que no es el único caso de cabeza que no muestra ningún detalle que la identifique.

El personaje que se apoya o “soporta” el poste central, está representado de perfil y muestra un rostro con “nariz” grande, achatada y prominente. En este contexto, debemos recordar la importancia que han tenido los postes verticales y su rol como axis mundi en muy diversas culturas de la antigüedad, tema que tiene vinculación con la importancia del árbol en la cultura andina y diversas culturas en el mundo (Ver Lurker, 1992). Las descripciones de los Agustinos en la sierra de La Libertad, ha sugerido a Topic, la trascendencia de estos actos rituales que han sobrevivido hasta la actualidad con la tradicional “Parada del Gallardete” en la plaza principal de Huamachuco, organizada por las comunidades campesinas del entorno (Topic, 1994). Postes en contextos ceremoniales, constituyen generalmente elementos de unión entre las profundidades de la tierra, con nuestro mundo y el mundo celeste.

Hacia un lado del poste en forma de “T”, se encuentra una escena de danzantes, que se encuentran con los pies en evidentemente desnivel sobre el piso, demostrando una actitud de movimiento. La actitud de danza se refuerza por los brazos que se muestran ligeramente curvos hacia adentro, con las manos cerca de la cintura. Cada uno de ellos tiene un tocado con la representación de un ave en bulto y representada de perfil. Delante de los danzantes, un personaje con bastón, viste una túnica sencilla, con la parte dorsal curvada, rasgo de un jorobado. Este personaje tiene la cabeza un poco grande, por lo que -en un contexto festivopodría tratarse de una máscara con ojos y boca ligeramente hendidos. El báculo que usa, puede ser definido como un bastón de ritmo por su asociación con los personajes que danzan. Iconográficamente, este personaje presenta características híbridas: parte del cuerpo ha sido representado de manera frontal, con los pies opuestos por los talones y la cabeza mirando al frente, pero presenta de perfil un solo brazo, permitiendo lucir la joroba. Este personaje sujeta un bastón, que descansa en el piso y llega hasta el torso del personaje. Los jorobados en el territorio andino, han tenido un especial significado para diversas culturas, tanto de la costa como de la sierra. En la época moche, se han representado a personajes jorobados asociados con aspectos rituales, en especial las escenas de individuos muertos, de cuerpos esqueléticos, que también usan bastones o instrumentos musicales (Golte, 2009: 167). Y no en pocos casos, el personaje que coge un bastón de ritmo, asociado a grandes comidas y bebidas, también es un jorobado. En la época del Tahuantinsuyo, los jorobados han tenido un rol especial por su asociación con la Coya del Inca, de quienes dependían como criados de especial importancia. Si es correcta nuestra observación del personaje del báculo, el arte mural de la fase 2 de Huaca de Las Balsas, expresa por primera vez, el simbolismo del jorobado en las prácticas rituales y festivas de los antiguos lambayecanos.

Delante del bastonero se observa un personaje de importancia por su tocado semilunar, con el rostro frontal y una actitud poco definida. Sin embargo, de su boca abierta emana un elemento continuo alargado, hacia abajo, sin forma definida, que ha querido ser mostrado enfáticamente. A su costado se aprecia una llama en posición vertical, como si estuviera extendida sobre una superficie, reiterándose una posición coherente en una escena de sacrificios. A continuación, dos

This article is from: