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La deidad de las esferas

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Bibliografía

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Dioses de Lambayeque todaslas cuales tienen la cabeza y el pico hacia atrás, sobre el lomo. La excepción es una sola ave en posición vertical, en picada.

Hemos considerado necesaria la descripción de este disco, considerando el aspecto sexual de los personajes, pues aquél con las piernas abiertas, debe ser de sexo femenino, puesto que además de la posición femenina, reitera la conjunción del tocado bipolar y el tocado semilunar, y asocia una chacana con círculo central como símbolo de fertilidad y creación en las cuatro direcciones del mundo. Si esto es correcto, el ave que aparece como eje del tercer nivel, debe tener connotaciones masculinas, considerando el mito explicado por Antze, pero además, indicando que luce un tocado semilunar masculino.

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La deidad de las esferas

Fig. 131 La deidad de las esferas, constituye también aparentemente un personaje que se extiende más allá de las fronteras de la costa lambayecana. En la iconografía chimú, su presencia es reiterada, apareciendo de modo más sencillo, pero con los mismos atributos: de pie, con los brazos semiextendidos portando una esfera en cada mano, luce además un gran tocado de dos niveles, el primero semicircular o con el motivo “alas y colas” seguido por un enorme tocado semilunar (Fig. 131/132, tomado de Zevallos 1989). Si bien se muestra de pie, el escenario puede ser una gran esfera llena de puntos (Ravines 1988: 107), que nos propone una representación de la deidad en un medio cósmico. El tema también se puede observar en la costa central, un ejemplo procede de una tela chancay en donde el personaje expresa el mismo gesto mítico, y es muy evidente que en el centro de las manos sostiene las esferas (Lumbreras y Reid 1979, 102). En representaciones de cerámica, la deidad lambayecana de las esferas celestes, ha sido representada sobre una plataforma que representa una estructura sagrada, con el cuerpo lleno de círculos como pintura corporal en brazos y piernas (Zevallos, 1979, 59).

Tal vez el ídolo de Carhua sea el que más se acerque a las propuestas alrededor de esta deidad lambayecana. Los estudios sobre mitología que realizó Tello para los valles de Lima, identificaron a un ídolo cuyo espacio sagrado era una cueva conocida como Carhuara dentro de Cerro Lucana, una montaña sagrada en la comprensión de la provincia de Canta. Esta deidad era adorada por las comunidades de Viscas, Carhua y Lachaqui que se lo disputaban arrebatándoselo. Tello describe su rol de la siguiente manera: “Se cree que este ídolo controla las lluvias, y principalmente produce la sequedad y aún la hambruna…Siempre lo tienen oculto en su caverna y solamente lo sacan cuando amenaza una calamidad, como la escasez de lluvias. Es sólo entonces cuando el ídolo responde a los brujos con lluvias” (Tello, 1999, 47)

Pensamos que la deidad que sostiene ambas esferas debe permanecer en equilibrio permanente, un desbalance es sinónimo de crisis ambiental, con lluvias o sequías severas. Aun hoy día los campesinos de Túcume, saben que los “cachitos” de la luna creciente deben estar al mismo nivel, si el cachito del lado derecho está más alto, es indicación de tiempo de sequía, si el izquierdo está más alto, serán épocas de fuertes lluvias, que en la costa son inusuales (Sr. Teodoro Sandoval Acosta, Túcume, Julio de 1995, comunicación personal).

Los datos arqueológicos más pertinentes respecto de manos

Fig. 132

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