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La deidad fitomorfa

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Bibliografía

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Fig. 163 Este personaje procede de los relieves que ornamentan uno de los recintos más importantes en la ciudadela Uhle, en el complejo arqueológico de Chan Chan (Fig. 163, 164). Este personaje es parte de un complejo temático relacionado con el medio acuático, en el que han sido representados diversidad de peces, seres antropomorfos con embarcaciones de totora y redes. Dentro de este conjunto, ha llamado la atención, un personaje antropomorfo con tocado semicircular, representado de manera frontal, con los brazos semiextendidos. De sus manos y del tocado, brotan representaciones claramente fitomorfas, que han sido interpretadas como de naturaleza marina y más específicamente como representaciones de algas. Por lo tanto, ha sido señalado como posible Deidad del Mococho (Campana, 2012, 150), un alga común del norte peruano (Chondracantus chamisoi).

Respecto de esta propuesta, consideramos necesario y pertinente plantear una mirada distinta, basados en la reiterada presencia de representaciones fitomorfas en escenarios marinos, que claramente representan a árboles y a veces con frutos. En este caso, la identificación de una deidad de las algas, se basa en una mirada desde la lógica formal en el campo iconográfico, basada en considerar una relación directa de elementos que conforman el conjunto iconográfico como parte del medio marino. Sin embargo, aparentemente, las representaciones del mundo mítico no expresan esa misma lógica formal. En un mito de creación, no es extraño encontrar zorros, serpientes, aves, embarcaciones de totora y redes de pesca, integrados al mundo celeste, al que aparentemente no pertenecen, puesto que se incluyen representaciones de estrellas y Spondylus en el mismo contexto iconográfico, como el caso del mural complejo del recinto esquinero de Huaca de La Luna.

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Una de las principales asociaciones que hemos encontrado en los mitos costeros, respecto de las representaciones marinas, es que siempre están relacionadas con el mundo agrícola, incluyendo representaciones de plantas, árboles y frutos (Fig. 165). Un caso emblemático es el de un cuenco de madera del Museo Nacional en Lima (MNAAH) en el que se aprecia una estrecha relación entre plantas de maíz y leguminosas dentro de un medio marino, con olas y una escena central de buzos y recolección de conchas de Spondylus. Este caso se reitera en el textil del Museo de Puruchuco que representa a un ave mítica de origen marino y la deidad de los cuerpos ovoides, en un escenario con bandas ondulantes, que contextualizan a aves, peces, crustáceos, árboles y plantas de agua dulce como la totora.

Este es el caso de los vasos A y B de Denver, que representan escenarios complejos en que el agua, aves y peces, se integran con animales, plantas, árboles y frutos. Aparentemente es el mismo mensaje: la deidad serpiente fecunda, da vida, ella se expresa con el agua, de la que

Fig. 164

Fig. 165

Dioses de Lambayeque dependen hombres, animales y plantas en este mundo. Con la misma lógica, podríamos decir que los relieves de la ciudadela Uhle de Chan Chan, no hacen sino confirmar la relación entre el mar y las plantas, por lo tanto, el personaje podría estar representando a un hombre-árbol, tal como se aprecia en el escenario inferior del vaso B de Denver. De todo ello se puede colegir la cercana relación simbólica existente entre el mundo marino y la agricultura. Son dos entes o esferas interactuantes pero al mismo tiempo interdependientes.

En la escena de buzos y recolección de conchas de Spondylus del relieve de la fase 4-5 de Huaca Las Balsas (Fig.166), una parte del mural, presenta solamente un conjunto de numerosas conchas de Spondylus, en medio de las cuales, una figura vertical nace de una concha de Spondylus al revés, que encaja con la forma típica de las raíces en el arte lambayeque, este eje vertical llano culmina en el torso de un personaje con gran tocado y brazos semiflexionados con un vaso en cada mano. Efectivamente, el personaje nace de una figura bastante parecida a las raíces de la que nace el personaje mítico que llamamos inicialmente la Deidad de los Spondylus, pues eran su única asociación directa. Ahora es pertinente plantear además la hipótesis de una representación fitomorfa que expresa de un modo peculiar a este hombre –árbol, en su perfecta relación con el medio marino.

De otro lado, podemos afirmar que de acuerdo al tamaño de la representación fitomorfa, se puede decir que se trata de árboles o arbustos (Fig. 167/168/169/170). En ciertos casos, cada una de las ramas culmina en una figura semejante a una borla: un círculo del cual se prolonga una figura trapezoidal. Uno podría especular respecto a su significado, planteándose la posibilidad de ser entendidos como frutos. Sin embargo, hay otros casos en los que las ramas no culminan con este atributo.

Fig. 166

Fig. 167

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