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Las falcónidas

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Bibliografía

Bibliografía

Dioses de Lambayeque Pariacaca y Huallallo Carhuicho, este último, recurre en última instancia al loro caque, para detener a Pariacaca, utilizando las largas plumas de sus alas como lanzas, sin conseguirlo, pues fue finalmente convertido en piedra (Taylor, 1987).

En la tradición oral amazónica, son muy diversos los relatos relacionados con loros, haciéndose énfasis, como sucede con otros animales, en el haber sido hombres en un tiempo mítico. Esto sucedió tambien en la costa peruana luego del severo conflicto entre Kon y Pachacamac, pues este último dios al resultar vencedor, convirtió a la humanidad creada por Kon en diversos animales, entre ellos, los papagayos.

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Este don de hablar se expresa en las tradiciones de Huarochirí, en la respuesta negativa que el loro le da a Cuniraya, que iba en busca de su amada Cavillaca, razón por la cual, la deidad lo maldice. El loro se atreve a decirle: “Ella ya te venció una gran distancia; no la encontrarás”. La maldición fue inmediata: “Tu caminarás gritando siempre demasiado, cuando digas: “destruiré tus alimentos”, los hombres, que han de odiarte, te descubrirán por los gritos y te espantarán, vivirás padeciendo” (Taylor, 1987).

Son conocidas además en la literatura etnohistórica del área de Huamachuco en la sierra norte del Perú, las referencias al ídolo Páucar, en la forma de un papagayo al que no solamente se le rendía culto, sino que tenía un templo propio y “criados” que dedicados a él: “…Y allí en aquel lugar, hicieron el edificio y guaca, como papagayo, para acordarse de aquella maravilla quel demonio había hecho. A ésta (guaca) tenían gran reverencia y le ofrecían gran cantidad de chicha: quebrantóse y derribaron los padres el edificio y todo lo que había quitaron, con los criados que había” (Agustinos, 1992 [1560]: 30).

Otro de los datos mas interesantes del documento se refiere al ídolo mismo pues, Páucar: “…era hecho como papagayo, hecho de barro a reverencia del demonio, porquél se hizo papagayo, y a vista del pueblo se metió debajo de la tierra”, en donde se erigió su templo. Esta mención lo convierte en un buen instrumento de comunicación o de tinkuy entre el mundo de arriba, al que naturalmente pertenece, con el mundo subterráneo. Este tinkuy se produce entonces en el momento más importante del año, cerca de la cosecha, sobre todo del maíz. El loro, se convierte así en uno de los animales sagrados más importantes e interesantes de nuestras sociedades precolombinas.

Esta importancia trasciende en el tiempo de modo notable, pues acompaña a San Sebastián en las fiestas del Corpus Christi y no son pocas las festividades en las cuales el loro, papagayo o cotorra, adquiere relevancia y participa de las danzas y procesiones, incluyendo las del Llaqta Corpus en el Cusco, que relata como testigo de estos hechos el antropólogo Luis Millones (Millones, 2000:11-45). El autor nos pone en autos además de sus registros etnográficos de la fiesta de la Cruz de Mayo en Huanta, colocándolas en la cumbre de cerros de importancia religiosa. Los portadores de las cruces, acompañados de los “chunchos” músicos y danzantes, con gran cantidad de chicha de maíz: “… son acompañados por loros y papagayos, vivos o disecados, colgados de sus hombros”. El autor nos informa además de los registros del cronista Cristóbal de Molina respecto del origen de los cañaris de Ecuador, como descendientes de dos hermanos sobrevivientes del diluvio, que sobreviven en una montaña gracias al alimento que les proporcionaron dos gaucamayas-mujeres, con las cuales tuvieron descendencia. A este dato, agrega del mismo Molina, el uso de plumas de la cola de guacamaya en el tocado del inca durante las celebraciones del taqui chapayguanlo, que se celebraba luego de que los jóvenes realizaban su rito de pasaje como adultos, gran fiesta en la que participaban además las momias ancestrales (Millones, 2012:65).

Las falcónidas

Las águilas marinas o las falcónidas en general, no tienen representaciones en la iconografía lambayeque o chimú, de las cuales no quepa duda de su filiación taxonómica. Mencionamos al águila marina de modo particular, considerando que fue la falcónida “por excelencia” en las tradiciones moche. De hecho, pareciera que las aves de rapiña son muy escasas en la iconografía lambayecana, tema que fue muy reiterado a

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