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1) La bi-fragmentación

313 Eurocentrismo, monoteísmo y epistemología de la descolonización

Las ideologías autoritarias que hemos visto crecer con cierta regularidad en “Occidente”, responden a esa concepción de una verdad absoluta impuesta como por obligación religiosa —como afirmaba Laski—:

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dispuestas a destruir a sus oponentes, para establecer un estado de un solo partido cuya esencia ha sido la identificación de la estructura del partido con el aparato del poder estatal. De manera que toda oposición al partido se tradujo en oposición al estado

Las disensiones son las que amenazan el poder establecido, en lugar de fortalecerlo, este poder contempla al diferente como un peligro evidente, como un oponente, que deberá ser derrocado por todos los medios posibles. «La guerra o la amenaza de la misma, siempre es un medio de consolidar la unidad psicológica de la nación» (Laski, 1971).

La verdad dominante se opone ferozmente a los cambios que puedan llegar a establecer la libertad del pensamiento heterogéneo, la diversidad de discursos, para imponer la perpetuidad absolutista. Cambiar implica exponerse a determinados cuestionamientos, interrogantes, y oposiciones peligrosas, que amenacen la perpetuidad de la verdad. Si hay algo digno de cambio, esto deberá realizarse con la finalidad de que todo siga igual. La libertad puede llegar a sobrecoger al sujeto, el cual permanece sometido al “amparo” de fuerzas políticas, religiosas, o de alguna otra naturaleza, que le brinden cierto sentido de seguridad, un motivo por el cual vivir, y poder asfixiar un sentimiento de insignificancia, soledad, e impotencia.

Es de vital importancia considerar los aspectos integradores, complementarios, holísticos, estimando el diálogo, el intercambio de conocimientos con los demás actores sociales. Nos enriquecemos al comprender que los opuestos son complementarios y no contradictorios. Creo haber demostrado, la influencia bifragmentaria, el carácter absolutista y colonialista que el monoteísmo como una poderosa fuerza histórica, ha transmutado sus contenidos en diversos destinos. Quiero subrayar algunas características monoteocéntricas, algunas de ellas ya las hemos mencionado.

1) La bi-fragmentación

El monoteísmo ha bi-fragmentado el pensamiento “occidental” en la dicotomía si-o-no, cielo e infierno, la luz y las tinieblas, bienaventurados y conde-

314 Eurocentrismo, monoteísmo y epistemología de la descolonización

nados, verdad-no verdad, protestantes y católicos, calvinismo y luteranismo, entre un único pueblo elegido divinamente, y los demás pueblos inferiores y “paganos”. Entre gentiles y judíos, predestinados y no predestinados, santos e infieles, verdad y herejía, lo blanco y lo negro, lo material y lo espiritual, el alma y el espíritu, lo “civilizado” y lo “salvaje”, razas “superiores” y razas “inferiores”, “Oriente” y “Occidente”, ganadores y perdedores, Primer Mundo y Tercer Mundo, naciones de centro y de periferia, capitalismo y comunismo, lo singular y lo colectivo.

El que abandona la “única verdad”, con la cual ha comulgado durante mucho tiempo, debe saber que ya no tiene un lugar seguro a adonde ir. Si fue capaz de abandonar la “única verdad”, entonces ya no tiene nuevas “verdades” a las cuales acudir y sentirse protegido, porque en realidad no existen múltiples verdades, diversas posibilidades, y varios caminos. Por lo tanto, no existe otra alternativa: o continuará practicando la “única verdad”, o de lo contrario por apartarse de ella, se convertirá en réprobo, hereje, y despreciado en su comunidad. Todos los sucesos de la vida cotidiana suceden por causa de la voluntad divina, ya sean hechos trágicos como felices. Siempre se ha de buscar una explicación sobrenatural para cada uno de estos sucesos, se supone entonces que Dios está continuamente interviniendo en la vida de la Humanidad. Todo lo que ocurre se debe porque la Providencia lo ha querido así. Esto es un misterio que nadie debe cuestionar, de lo contrario incurrirá en el delito de pecado debido a su desconfianza.

Si sucede algo benéfico o algo trágico, la respuesta la encontraremos en la voluntad de Dios. Fue dado porque la divinidad quiso que así fuera, y su voluntad es indiscutible. También cabe la posibilidad que Dios lo haya permitido por causa del pecado, habilitando al Diablo para que azote a la víctima como consecuencia de su pecado o para probar su fe. Siempre ha de existir una explicación sobrenatural para todos los sucesos de la vida.

Ante esta difícil situación el sujeto no tiene otra alternativa que continuar su pertenencia al grupo de los “elegidos”. De lo contrario sólo le queda la condenación y el silencio de su comunidad, ya que la “única verdad” solo se puede obtener mediante la fidelidad a Dios y a su grupo religioso y no a otro. No existe otro lugar salvífico fuera de ahí. Si desea abandonar su pequeño islote, deberá naufragar en medio de un gigantesco océano de incertidumbre, porque no podrá hallar otro territorio o continente donde poner sus pies. La pertenencia a la fe monoteísta, implica tener siempre presente, que no es posible alejarse de ella y continuar permaneciendo al mismo tiempo en un estado de “salvación”.

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