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El heroismo civil en la guerra del Pacífico
EL PAPEL DE fRANCISCO GARCíA CALDERÓN y DE LA POBLACIÓN CIvIL DE LIMA DURANTE LA RESISTENCIA A LA OCUPACIÓN ChILENA ES REvALORADO EN EL SIGUIENTE TExTO POR LA hISTORIADORA MARGARITA GUERRA.
"[…] [N]o es posible desconocer el rechazo social hacia el ocupante que se siente a través de relatos chilenos de soldados de la época, quienes haciendo gala de la superioridad que sienten frente a nuestros "cholos" se irritan porque no se les recibió como "¡salvadores!" antes, por el contrario, se cierran las puertas y se abren solo para lo indispensable o por la violencia. Esto a nivel general. A nivel particular se aprecia la actitud de funcionarios públicos de toda condición que, lejos de obedecer las directivas chilenas aunque esta les cueste la persecución, tratan de poner a salvo los archivos y bienes de Estado, en la medida de sus posibilidades y cuando son invitados a continuar en sus labores, como el caso de los juzgados, resisten la orden, por cuanto reiniciar sus actividades sería acatar las leyes chilenas y aplicarlas.
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[…] [S]e mantienen, sin embargo, los recelos entre los miembros de la élite dirigente a causa de indicios, aparentemente acusadores, que en la época se tienen que haber visto como señales evidentes de complacencia con el enemigo, como fue el caso de la formación del gobierno de García Calderón, aunque los acontecimientos posteriores permitirían llegar a la verdad de los hechos y al reconocimiento de la hidalguía del presidente provisorio. La figura de García Calderón posiblemente resulta empalidecida por el sacrificio de Grau y de Bolognesi y por el arrojo de Cáceres. Los primeros, muertos en acciones bélicas, y el segundo, negándose a la rendición final. Es la suya una actuación menos espectacular, si cabe el término, pero no por ello menos ejemplar. Es la vida del hombre que tiene que actuar bajo la ocupación, tratando de mantener una autonomía de gobierno que puede parecer un espejismo e incluso una paradoja, pero hace sentir a los chilenos que él gobierna para el Perú. Consigue que el enemigo lo respete, a su pesar, y que incluso cuando declare terminado su gobierno perciba que García Calderón está fuera de su alcance moral e incluso político. Esto motiva el cautiverio del Presidente en Chile y que la administración de Santiago lo persiga hasta el final para la firma de paz, porque comprenden que solo de esa manera el Perú habría reconocido su derrota.
Podríamos decir que en la resistencia de García Calderón se fundió la resistencia peruana, él sintetizó la resistencia militar de Cáceres y el sentir del Perú de 1883".
De: Margarita Guerra. La ocupación de Lima. Lima: Instituto RivaAgüero, 19911996; pp. 318319.