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“Las universidades menores” por César Antonio Ugarte
alBeRto GIeSecKe (1883-1968)
el maestro estadounidense llegó al perú durante la década de 1910, contratado por el gobierno peruano como docente del colegio Guadalupe. luego fue designado rector de la universidad nacional del cuzco. allí se encargó de la cátedra de ciencias económicas y derecho. durante su gestión organizó el Museo arqueológico y la investigación en dicho campo. de 1920 a 1923 fue alcalde del cuzco; en 1924, director general de enseñanza del Ministerio de educación; y en 1931, director del Instituto de educación de la universidad de San Marcos. Guadalupe, Giesecke fue escogido por el presidente Leguía como rector de la Universidad del Cuzco, sin tomar en cuenta que no había llegado a los 30 años y que no era peruano.
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Giesecke abrió las clases de la institución que se le confiara, el 28 de marzo de 1910. Cuidó que los nombramientos de catedráticos respondieran a la capacidad de los elegidos y no a consideraciones subalternas. Expidió los reglamentos de 1911 y 1918. Hizo refacciones y arreglos en el local. Adquirió en 1919 el valioso museo de José Lucas Caparó Muñiz. Infundió una orientación nacionalista y regionalista a la enseñanza. Trabajos de clase, tesis y excursiones tuvieron temas de ese carácter. Estimuló el viaje de alumnos distinguidos al extranjero. Editó la Revista Universitaria. Siguió una política de cordialidad con catedráticos y estudiantes. Con estos últimos tuvo una camaradería que no se había estilado antes. Fomentó los juegos de tenis, básquetbol y béisbol con ellos, y se preocupó del gimnasio y de la piscina universitarios e intervino en numerosas excursiones educacionales. No solo prestó servicios infatigables a su casa de estudios sino también a la ciudad. Entre 1912 y 1923 fue concejal y ocupó la alcaldía en tres ocasiones. Realizó el censo del Cuzco en 1912 con el costo de 288 soles y con la colaboración de los alumnos. En aquella ocasión actuó como catedrático de estadística, como alcalde, como rector y como presidente del Centro Geográfico, simultáneamente. Hizo la pavimentación de las calles principales y el camino a Sacsayhuamán y estableció el servicio de alcantarillado. Se enfrentó en 1917 a la compañía de alumbrado eléctrico por las elevadas tarifas que ella cobraba. Salvó a la ciudad con tino y energía el día de los alborotos suscitados con motivo del asesinato de Rafael Grau. Ayudó al desarrollo de los trabajos arqueológicos en la región y de los esfuerzos para incrementar el turismo en el Cuzco.
Cuando se produjo la revolución universitaria de 1919, ella no alteró la normalidad de la vida en la Universidad. Giesecke continuó al frente de ella hasta 1923 en que se retiró por su propia voluntad.
“laS unIVeRSIdadeS MenoReS” poR cÉSaR antonIo uGaRte.- En el discurso de
apertura de la Universidad de San Marcos en 1910, Pedro M. Oliveira disertó en contra de la tesis de la centralización de la educación superior en el país. Poco a poco, este punto de vista descentralizador fue aceptado por el consenso general. Ocasionalmente, sin embargo, revivieron las tendencias a reducir el campo de las universidades menores; así, la comisión reformadora de 1913 pretendió que ellas no duplicaran a la de Lima y se limitasen a la enseñanza preparatoria en los cursos de letras y ciencias, a formar además profesores para los colegios y a satisfacer las necesidades peculiares de las regiones donde estaban situadas mediante la enseñanza agrícola y de artes prácticas. La declaración de principios del Partido Nacional Democrático propugnó, en cambio, el mejoramiento de las universidades menores.
Un examen amplio de este problema fue hecho por César Antonio Ugarte en su tesis titulada “Las universidades menores” presentada ante la Facultad de Letras de Lima y publicada en la Revista Universitaria del Cuzco en 1917 y 1918. Ugarte examinó los aspectos históricos y contemporáneos del problema por él abordado y se pronunció resueltamente por el mantenimiento de las instituciones de cultura superior que funcionaban entonces en las provincias. En primer lugar, ya existían, es decir, tenían sus raíces históricas, su abolengo. En un país extenso y heterogéneo como el Perú, la unidad nacional no podía concebirse sino dentro del respeto a la conciencia regional. Era preciso elevar el nivel de vida intelectual de los departamentos. No era posible establecer un monopolio de las corrientes de fuerzas juveniles, imponer una centralización basada en la decadencia espiritual y económica de las provincias más importantes del país. Las universidades menores debían vivir; pero necesitaban cumplir su misión con autenticidad. Su reforma era parte integral de la reforma de la educación nacional y debía tomar en cuenta la organización de la universidad moderna, las teorías pedagógicas, la situación existente, las