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Las revistas satíricas de combate

la ReVISta del FoRo

Vocera del colegio de abogados de lima, sus directores fueron ezequiel F. Muñoz, Mariano lino cornejo y carlo arenas loayza. Fue fundada en 1914 por iniciativa del decano Manuel Vicente Villarán. entre los temas tocados allí se encontraban la jurisprudencia de los tribunales, los delitos contra el honor y la medicina legal, entre otros. aquí vemos el número 3, publicado en agosto de 1914. Corazones (desde 1907); Florecillas de San Antonio (iniciado en 1911); Misiones Dominicanas del Perú (cuyo primer número correspondió a 1919); Santa Teresita (publicación carmelita con un origen que se remonta a 1925); El Pan del Alma, órgano del templo de María Auxiliadora desde 1903; Acción Católica Peruana a partir de 1921.Todas estas publicaciones existen en la actualidad.

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Ubicación especial corresponde por varios conceptos inclusive por su carácter laico, a El Hogar Cristiano, revista ilustrada quincenal de religión, ciencias y artes que Rodrigo N. Herrera dirigió entre 1908 y 1910.

El periodismo protestante tuvo acaso sus primeros exponentes en El Cruzado, órgano del Ejército de Salvación que empezó a ser repartido hacia 1910, Renacimiento, revista interdenominacional evangélica iniciada en 1911 y El Heraldo, periódico religioso mensual cuyo número primero lleva la fecha enero de 1916 y da corno nombres a sus directores los de Juan Ritchie y Juan Savage. Inca Land, escrito en inglés, fue, por lo menos entre 1925 y 1926, la publicación oficial de la Iglesia metodista en el Perú.

laS ReVIStaS SatíRIcaS de coMBate.- El humorismo grueso simbolizado por La Felpa (1902-1903) se desvió en un sector ferozmente anticlerical con el Leguito Fray José (1893-1903), La Sotana (1900-1901) de Benjamín Saldaña Roca, La Picota (1901) de Francisco A. Loayza, Don Giuseppe (1907-1908) de Glicero Tassara y Alfredo Baldassari, y, sobre todo, Fray K. B. Zon de Francisco Loayza aparecido entre 1907 y 1911, a los que siguieron Los Sucesos y Fray Simplón de Juan de Dios Bedoya. Habría que estudiar la concordancia entre tales campañas y Presbiterianas, las procaces poesías que, anónimamente, editó Manuel González Prada.

El presbítero Virgilio Vidal y Uría publicó en 1902 y 1903 periódicos bajo distintos títulos -entre ellos estuvieron El Obrero y La Lid- para atacar de modo soez al arzobispo Manuel Tovar. Este triste género difamatorio ha surgido ocasionalmente en el Perú del siglo XX por razones morbosas en el lamentable caso aquí mencionado o por turbios apasionamientos políticos otras veces y ha contado cori absoluta impunidad. Por lo demás, Vidal y Uría hizo el juego a la propaganda periodística anticlerical desatada en aquella época.

Dentro del periodismo satírico puramente político en la época de Piérola estuvieron La Tunda (1893-1904), La Sabatina (1895), La Zurra (1895), El Éxito (1895), El Fósforo (sucesor de la Pampa de Tebes (1895), El Policía (1896), El Montonero (1896) La Lucha (1897), La Nueva Tunda (1898), El Tente Tieso (1898), La Linterna (1898).

A fines del año 1899 apareció La Palizada. Como hecho curioso puede anotarse que hubo un semanario con caricaturas titulado Sancho Panza en 1896 y dos semanarios similares pero distintos que se llamaron Don Quijote en 1904 y 1907.

Periódicos de combate durante el régimen de Romaña fueron La Lucha, La Felpa, La Campana y otros de tendencia civilista y gobiernista y La Tunda favorable a los demócratas y de oposición.

En los días del conflicto con el Ecuador, durante la primera administración de Leguía, apareció el periódico satírico El Mono.

El periodismo festivo de carácter político tuvo durante el siglo XX su escritor más popular en Florentino Alcorta que hacía 1912 editó La Felpa, a fines de aquel año El Mosquito y en 1914, 1915 y 1916 nuevamente El Mosquito Venal y bohemio, Alcorta fue uno de los periodistas mejor dotados que tuvo el Perú, con una gracia espontánea y una aptitud certera para poner en ridículo a los grandes y solemnes personajes políticos y literarios que escogía como víctimas. La ciudad entera reía con sus chistes y repetía sus apodos.

En la carta que el 20 de agosto de 1919 escribió José María de la Jara y Ureta a Luis Fernán Cisneros sobre el viaje de Riva-Agüero, expresó: “Hace más de cuatro años y cuando andaba en las extravagantes andanzas de embarcar gentes en el futurismo en proyecto, te planteaba yo en dos noches de charlar atropellado el bosquejo del naciente partido. Confrontamos ideas y

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