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Chocano entre 1928 y 1933
proceso y publicó un periódico virulento titulado La Hoguera. Sin embargo, en una carta a Joaquín García Monge, publicada en Excelsior de México el 20 de diciembre de 1926, según ha revelado Emilia Romero de Valle, expresó: “Cumplo con manifestarle que si un escritor de contraria ideología hubiera sabido invitarme a ello —como se lo dije a cierto penalista español— yo no hubiera reparado en ofrecerle que mi primer acto, al recuperar mi libertad, sería el de irme a arrodillar ante la tumba de Elmore cuya muerte lamento más sinceramente que los que la explotan, para pedirle perdón por lo que, sin embargo, Dios y él saben que no intenté hacerle” (1) . Gozó de comodidades y franquicias en el Hospital Militar. El proceso se caracterizó por su sensacionalismo. Defendió a Chocano Ricardo Dulanto, entonces o poco después secretario del presidente de la República. El fiscal Carlos Zavala Loaiza tuvo una enérgica actuación. El testimonio de Antonio Miró Quesada, que había presenciado el final de la escena entre Chocano y Elmore, fue decisivo. En su informe médico-legal, Leonidas Avendaño señaló la trayectoria del proyectil y agregó que la versión del heridor no se conformaba con los preceptos de la ciencia, mientras que sí lo hacían la parte agraviada y los testigos presenciales del hecho. El fallo del Tribunal Correccional en junio de 1926 condenó a Chocano a tres años de prisión y a 2 mil libras peruanas por concepto de reparación civil. Chocano sé negó a aceptar el indulto que, según se afirmó, estaba dispuesto el presidente Leguía a solicitar al Congreso. La ley N° 5642 de 31 de enero de 1927 mandó cortar el juicio, con lo cual cerró la posibilidad de que La Corte Suprema confirmara o anulase la sentencia. Chocano salió de la prisión.
cHocano entRe 1928 Y 1933.- Partió del Perú en octubre de 1928 y se dirigió a Chile. Sus relaciones con Leguía y el régimen que él presidía estaban ya rotas. La pensión que recibiera le había sido cortada. No consta cuándo o por qué ocurrió esto, después de la benignidad evidente de que gozó cuando estuvo preso y en el Hospital Militar.
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Al caer Leguía, envió un cablegrama congratulatorio al comandante Sánchez Cerro, acusó de ladrón al gobernante depuesto y se ofreció para secundar una acción depuradora y eminentemente patriótica. Fue rechazado con desprecio y ese fue, sin duda, entre otras cosas, el origen de su encono contra Sánchez Cerro.
En una carta fechada en Santiago el 12 de setiembre de 1930 que envió al periódico antileguiista Libertad y que este publicó el 16 de setiembre, escribió que había aconsejado a Leguía solo en dos oportunidades: una para que no vinculase las finanzas del país a la “siniestra” firma de Seligman y otra, por intermedio del embajador en Santiago, para “que no diese carácter mercantil y que aprovechase de manera digna la indudable buena voluntad de Chile para el arreglo; si hubiera atendido mi consejo ninguna sombra se proyectaría sobre un tratado cuyas negociaciones siguieron, contra mi opinión, un curso que no sospecha el pueblo peruano”. En seguida agregó: “Desde el mes de mayo de 1929 me pronuncié contra el desgobierno de Leguía, quien apresó dos veces y desterró a mi hijo mayor Eduardo A. Chocano. El 5 de julio del mismo año hice una declaración notarial legalizada en los ministerios de Justicia y de Relaciones Exteriores de Chile dejando constancia de mis actitudes contra la manera indecorosa con que había procedido el ex Presidente en las negociaciones sobre Tacna y Arica”.
En artículos que publicó hacia 1929 en el periódico Repertorio Americano de Costa Rica y en testimonios privados, evidenció Chocano a la vez que su disgusto frente a Leguía, su inclinación hacia la izquierda. Censuró entonces no solo el arreglo sobre Tacna y Arica sino también el
(1) Sin embargo, Ernesto More en su libro Huellas humanas da la versión de Manuel Beingolea según la cual cuando él habló al poeta en el Hospital Militar de arrepentimiento, este lo amenazó con expulsarlo y agrega que Ángela Ramos obtuvo esta respuesta: “¿Por qué se conduele usted tanto, amiga mía, cuando yo no he hecho sino aplastar una cucaracha?”(Ernesto More, Huellas humanas, Lima, Editorial San Marcos, 1954, pp. 145 y 147). IdeaRIuM tRopIcal
este ensayo escrito por José Santos chocano y publicado en lima en 1922 tenía como subtitulo “apuntes sobre las dictaduras organizadoras y la gran farsa democrática”. en él se detallaba el programa de la Revolución Mexicana (1910-1919). cabe mencionar que durante la década de 1910 chocano realizó negociaciones secretas con los estados unidos en nombre del Gobierno mexicano, entonces dirigido por Venustiano carranza y Francisco Villa. también fue secretario de este último.