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Clemente Palma y el diputado Corrales

En 1924 editó De mi casona, hermoso libro autobiográfico, “evocación de cuadros familiares a través de un poco de historia piurana” según sus propias palabras. Con sencillez y franqueza revela allí que nació antes del matrimonio de sus padres y cuenta con una memoria prodigiosa sus experiencias cuando, muy niño, fue llevado a la gran mansión familiar en Piura. No humedece estas páginas la “garúa” del sentimentalismo que suelen descargar otros escritores al evocar su infancia. Tampoco adopta actitudes retóricas y pomposas. Escribe con buen humor y perspicacia. El libro tiene vida y, por eso, quedará.

La “novela retaguardista” Matalaché apareció en 1928. En el ambiente de una hacienda de Piura en el siglo XVIII esta obra erótica y de costumbres tiene como protagonista principal a un esclavo negro. Según ha revelado Raúl Estuardo Cornejo, la mezcla amorosa de razas allí pintada provocó el desdeñoso rechazo del escritor español Ramiro de Maeztu como algo inconcebible, degradante, monstruoso, para suscitar una altiva respuesta polémica del escritor peruano.

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El calderón es en la escritura musical el signo que sirve para indicar la detención del compás. Calderonadas (1925) es el libro de López Albújar que ha sido clasificado como una miscelánea de artículos, impresiones, comentarios, esbozos, estampas y notas de contenido literario, social y político. Concluye con un elogio de José Carlos Mariátegui.

Juez de primera instancia de Piura entre 1923 y 1928, López Albújar fue vocal interino en la Corte Superior de Lambayeque entre 1928 y 1930 y director de Educación Artística, Bibliotecas y Museos en 1930. Su carrera de abogado y de magistrado duró, pues, muchos años. No dijo, como Stendhal, que aprendiera lecciones de estilo en el Código; pero la costumbre de leer escritos forenses y de redactar sentencias acaso le ayudó (junto con la práctica periodística) a cortar el cuello a la elocuencia de que hizo alarde en sus poesías juveniles y que con tanto ímpetu se despliega en producciones como su canto a la bandera que, hace algunos años, hacía las delicias de los colegiales lectores de la antología de Arturo Montoya.

Hay una considerable porción de la vida y la obra de López Albújar después de 1930 que escapa a los límites cronológicos de la presente obra(1). Ungido por el privilegio de una vida longeva y lúcida, llegó a ser, por consenso unánime, un patriarca de las letras nacionales y vio, con sus propios ojos, cernirse sobre él, justiciera, la gloria. A ella contribuyeron las investigaciones y la exégesis de un joven crítico, Raúl Estuardo Cornejo.

[ III ]

cleMente palMa Y el dIputado coRRaleS.- Clemente Palma, hijo del gran tradicionista, nació en Lima el 3 de diciembre de 1872. Se inició en la crítica con unos artículos que publicó El Comercio en 1892 y reunió en 1895 en el folleto Excursión literaria. Allí se hallan, entre otras cosas, juicios sobre poetas y prosadores de América. Sus tesis en la Facultad de Letras, El porvenir de las razas en el Perú y Filosofía y arte, fueron publicadas en 1897. En la primera, influida por Le Bon, juntó inquietudes positivistas y sociológicas y tuvo palabras duras para la raza indígena. La segunda se ocupa del ateísmo, el satanismo, el androgenismo y otros temas análogos. A su ensayo titulado “La virtud del egoísmo “se le ha atribuido inspiración nietzschiana. Sus ideas estéticas estuvieron caracterizadas por su biologismo.

En 1902 fue nombrado cónsul en Barcelona. Permaneció en ese cargo hasta 1904, año en que publicó el libro Cuentos malévolos (hubo luego una segunda edición ampliada en París, 1912). Más tarde, Mors ex Vita e Historietas malignas continuaron en el mismo estilo y X. Y. Z., novela publicada en 1935, tuvo sentido ocultista con protagonistas reales, aparecidos y

(1) Con juvenil beligerancia el autor de la presente obra expresó su homenaje a López Albújar en el artículo “Literatos vernáculos” publicado en Variedades el 2 de mayo de 1925. No lo ha incluido Raúl Estuardo Cornejo en su “Bibliografía sobre López Albújar que aparece en el libro Memorias de este escritor (Lima, 1963). HIStoRIetaS MalIGnaS

este libro de cuentos del escritor clemente palma (1872-1946) fue publicado en 1924. en él reunió varias historias fantásticas, entre ellas la celebrada “Mors ex vita”, publicada originalmente un año antes. palma que heredó de su padre, Ricardo, el amor por las letras, compartió sus labores literarias con la política. de 1919 a 1930 fue diputado por la provincia de lima. también fue director de la revista Variedades (1908-1931) y director del diario la crónica (19121929). es considerado el primer escritor fantástico de la literatura peruana.

despuÉs del colapso del leGuiisMo en 1930, cleMente palMa deFendió HidalGaMente a este rÉGiMen. Fue el suyo un caso de Honrosa consecuencia. aFrontó el destierro en 1932.

endemoniados. En estas obras, a las que habría que agregar su trunca novela La nieta del oidor, Clemente Palma se define como un cultor de la prosa imaginativa .Debe ocupar un lugar de honor cuando se haga una antología de la literatura fantástica y de la exótica en castellano a comienzos del siglo XX. El vendaval que en los últimos lustros ha surgido para buscar temas nacionales ha hecho que dejen de ser leídas estas magníficas páginas de Clemente Palma. Después de la Revolución Rusa y del surgimiento de la Unión Soviética ¿puede interesar lo que le ocurrió a un mujik con unos canastos, según relata uno de Los Cuentos malévolos?

No suscita, en cambio, siempre un juicio encomiástico la labor de crítico, a veces arbitrario y chocarrero, que Clemente Palma desperdigó en las revistas Prisma, Ilustración Peruana y Variedades, recibida por los lectores de ellas como actos consagratorios o apabullantes.

Al lado de los artículos mencionados, algunos de los cuales aparecieron dentro de una sarcástica sección titulada “Correo franco” y junto con los editoriales políticos, Clemente Palma hizo famosas en Variedades las crónicas firmadas por Corrales. Como prólogo a la reseña semanal de toros, Corrales narraba cosas que le ocurrían o que veía acontecer ante él, según las circunstancias de la actualidad. Diputado por la hipotética provincia de Amancaes, aparecía alternando con los prohombres de la vida pública. Al lado suyo figuraban Rosaura, su esposa sin matrimonio y el compadre Pistoleras, capitulero de profesión. A las jaranas y a las recepciones del más subido color “huachafo” juntábanse los afanes políticos. Entre los más regocijados episodios en los que participó Corrales estuvieron los que fueron publicados durante el proceso electoral de 1912. Corrales y Pistoleras fundaron el “Club Unión y Ñeque” con el objeto de apoyar la candidatura auspiciada por el Gobierno para luego volverse billinghuristas. Todo lo grotesco y lo pintoresco del capitulerismo criollo está retratado con brocha gorda en las crónicas “político-domésticotaurinas” de Corrales. Estudio especial merece aquí el lenguaje, rebosante de peruanismos y limeñismos.

Palma recopiló este sector de su obra en un libro aparecido en 1938 con epílogo de José Gálvez. Pero, por desgracia, sacrificó algunas de las crónicas más graciosas, correspondientes a los ajetreos parlamentarios de mayo de 1914.

Corrales aparece en ellas comprometido para dar su voto, a la vez y con provecho para él, en favor de la tesis eleccionista de Javier Prado y de la proclamación parlamentaria de Roberto Leguía. Esto le proporciona no pocos afanes y desazones, Por fin, después de haber concurrido a la sesión del Congreso el 15 de mayo, se traslada al domicilio del vicepresidente, da una grotesca versión de la ceremonia que allí tuvo lugar y afirma haber sido nombrado ministro de Gobierno.

Las aventuras políticas de Corrales siguieron hasta la época del Oncenio. Durante ella, de acuerdo con las circunstancias, estas crónicas perdieron beligerancia e independencia. Sin embargo, reflejaron algunas notas típicas como la preocupación por las nuevas urbanizaciones y por el automóvil. Solo rara vez afloró en aquellas la cundería política, como en la entrevista del diputado por Amancaes con el ministro de Fomento Ernesto Sousa (Variedades del 12 de marzo de 1927). Corrales no solo es un peruano pintoresco y un exponente de criollismo sino, además, un símbolo de la comedia democrática peruana en las primeras décadas del siglo XX, detrás de la cual se escondía una fundamental inautenticidad. Es también el sujeto principal de una novela.

A partir de 1919 hasta 1930 Clemente Palma, aunque actuó seria y sinceramente, comenzó a parecerse en algo a Corrales: fue diputado por Lima. En sus artículos en Variedades tuvo primero actitudes moderadamente oposicionistas contra la tendencia del leguiismo intransigente, radical o “rojo” en la Asamblea Nacional y también contra el ministro Leguía y Martínez; pero más tarde se identificó con ese régimen y cuando se produjo la revolución de 1930, su lealtad llevole a afrontar con entereza la persecución y el exilio.

Independiente entre 1908 y 1919, leguiista moderado de 1919 a 1921, leguiista resuelto de 1921 a 1930, los comentarios a la actualidad política nacional e internacional que escribiera

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